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El inicio[]

Leckie (afortunado), así me llamaban en la secundaria. Jaja, seguro que de verdad soy muy afortunado. En fin, esta es mi historia:

Eran las 11:00 PM, corría por Bohan hacía mi apartamento al Sur del Distrito. Se podrán preguntar, ¿que hacía un joven de 25 años en el barrio más peligroso de la ciudad?, la respuesta es simple. Iba por un desodorante, ya que mañana tenía una cita con una chica hermosa que había conocido hace unos días en el Burger Shot del Parque Industrial, y como mañana era día festivo las tiendas no estarían abiertas.

Bueno, yo iba corriendo por Switch St cuando de pronto noté lo lejos a un sujeto golpeando de forma brutal a otro tipo. Espantoso. En eso, el golpeador tomó un tubo y mató finalmente a el otro tipo que ya estaba en el suelo ensangrentado.

  • Leckie: ¡Carajo!, ¿me habrá visto? Será mejor que me vaya rápido.

Me fui lo más rápido que pude de ese lugar hasta que llegué a mi casa. Ya tranquilo me dí un baño con agua muy caliente y me recosté en mi sillón.

  • Leckie: Maldición, me habrá visto ese sujeto. Uff, por lo menos logré salir.

En ese momento recordé que tenía que ir mañana al Bank of Liberty para sacar un poco de dinero para mi cita de la tarde, al parecer el banco sería el único servicio abierto mañana. Tomé un café, un par de cobijas y me recosté tranquilamente en mi cama, a tratar de olvidar el asunto y prepararme para mañana, sobre todo para en la tarde, que es cuando tendré la cita con Cecilia, la mujer del Burger Shot.

Evento N°1[]

9:24 AM

Me levanté, me vestí y salí a la calle para ir al banco. La ciudad parecía normal, como si nadie se hubiera dado cuenta del accidente de ayer, como si al mundo no le hubiera importado la muerte de esa persona en esa olvidada calle. Parte de mi ser quería ir a la comisaría y decirles a los polis lo que había sucedido, pero otra parte de mi mente me decía que no lograría nada, ya que no le había visto la cara al asesino. En fin, tomé el primer taxi que vi y me dirigí a la sucursal del banco en Algonquin.

  • Conductor: ¿Estás bien, muchacho?
  • Leckie: Sí, sí. Sólo un poco cansado. ¿Nunca se ha detenido a pensar en todo los detalles que se le escapa a la vida, esas cosas que pasan, pero que nadie se da cuenta?
  • Conductor: ¡Claro que si!, pero así funciona la vida. Si nos detuviéramos a pensar en esas cosas, el mundo colapsaría. O al menos eso pienso yo.
  • Leckie: Sí, supongo que tienes razón.

El conductor me dejó en la puerta del Banco. Pasé y me formé. Delante de mí había un tipo moreno con un tatuaje en el cuello y atrás un tipo con traje, de piel caucásica. Todo iba bien, pero, de pronto, unos hombres entraron al banco armados, con mascaras, y entrajeados.

  • Asaltante: ¡Todo el mundo con las putas manos en el suelo! ¡Esto es un atraco!

¡No lo podía creer!, después de lo de anoche, va esto. Yo estaba con mucho miedo, pero en ese instante el hombre de traje que estaba atrás de mi me preguntó que si llevaba algún arma.

  • Tipo de traje: (Susurrando) ¿Chico, traes algún arma?
  • Leckie: ¿¡Qué!?, claro que no. No me esperaba esta situación, amigo.
  • Tipo de traje: Rayos..

El sujeto con el traje le preguntó a el chico moreno lo mismo que a mi, pero al parecer él le contestó que tampoco traía un arma. De todos modos, ¿quién traería un arma a un banco? En eso, los ladrones empezaron a hablar de no se qué cosa, yo sólo bajé la cabeza y me puse a pensar en otras cosas.

Los ladrones comenzaron a discutir, a gritarse sobre sus adiciones y demás cosas, hasta que el sujeto de traje se levantÓ y disparó contra uno de los criminales, los demás rápidamente lo mataron. Yo sólo agache la cabeza, deseando que todo acabará ya. Una bomba explotó y los ladrones fueron a por el dinero a la parte baja del banco. Llegó la policía y comenzó un tiroteo. Hubo varios civiles muertos, pero yo y el chico moreno logramos refugiarnos en una de las mesas del banco.

Luis: ¿Cómo te llamas?

Leckie: Creo que puedes decirme "Leckie"

Luis Genial, tronco. Yo soy Luis.

Los asaltantes se fueron por unos callejones, yo y Luis salimos del banco y había centenares de policías muertos. Oí a Luis decir en voz baja Tienen talento, pero no le pregunté nada al respecto. Más policías empezaron a llegar junto con ambulancias, yo y Luis fuimos a una de ellas.

  • Médico: ¿Se encuentran bien?
  • Leckie: Si, bueno, al menos estamos vivo.
  • Luis Eso sí, Tronco. Joder, pobre de él.
  • Leckie: ¿De quién hablas?
  • Luis: Del señor que quería ser héroe.
  • Leckie: Ah, sí, cierto que lastima.

Llegó la prensa para preguntarnos esa típicas preguntas, aunque no me incomodo responder, la verdad solo quería irme a casa.

  • Luis: ¿Ya te vas, Leckie?
  • Leckie: Si, solo quiero ir a ver a mi novia.

Luis: Ja, genial tronco, genial. Haber si un día te pasas con ella al Maisonette 9, ahí es donde trabajo por las noches.

  • Leckie: ¿Y que cosas haces por el día?
  • Luis: Digamos que mierdas de estas.
  • Leckie: Ja, vale. La verdad no soy mucho de bailar, pero un día me pasaré.
  • Luis: Vale, cuídate.
  • Leckie: Siempre...

Evento N°2[]

4:34 PM

Caminaba por Middle Park Este, hacía la casa de Cecilia en Lancaster, ella era hija de unos inmigrantes que habían llegado aquí a Liberty hace años. Ya me habían sucedido dos desgracias en dos días. Eso si era tener mala suerte, y eso que me llamaban Leckie.

  • Leckie: ¿¡Pero qué coño?!

Una redada policíaca estaba en frente de mí, varias patrullas y camiones negros bloqueaban el confesionario de vehículos Turismo.

Los hombres que estaban rodeados destruyeron los vidrios y escaparon dando de dispararos a todos lados. Para mi mala, mala suerte, uno de los disparos dio en el tanque de aceite del puesto de perritos calientes que estaba a lado de mí. La explosión fue tan que me mandó a volar a la carretera.

  • Leckie: Joder, ¿donde... donde estoy?

Lo último que alcance a notar fue a un médico que me estaba metiendo en una ambulancia...

Evento N° 3[]

14:24 PM

Desperté algo mareado en una camilla de un hospital, que por alguna extraña razón estaba plagado de policías y agentes del FIB. Estaba bastante perdido, que hacen aquí tantos polis, en fin yo solo quería descansar. Fuera de esto, la verdad me deprimí un poco al notar que Cecilia no estaba ahí, pero bueno que se le va a ser.

De pronto, cuando estaba sumido en mis pensamientos de las 3 cosas que me han pasado estos días, llego un médico a preguntarme si estaba bien.

  • Médico: Emmm, ¿Carl, cierto?
  • Leckie: Dígame Leckie, por favor. Odio el nombre de Carl.
  • Médico: Ok... Leckie. Dígame, ¿como se encuentra?
  • Leckie: (Suspire) Pues... mi vida se esta hiendo a la mierda, casi muero... pero, fue de todo eso, estoy bien.
  • Médico: Genial.
  • Leckie: Dígame, Doc. ¿Por que hay tantos agentes haya afuera?
  • Médico: Es que hay un paciente importante, que esta siendo resguardado por la policía...
  • Leckie: Un político, seguro...
  • Médico: Creo que no, pero tiene información valiosa, pero al parecer le dio un ataque al corazón.
  • Leckie: Ahh, con que esa es la razón.
  • Médico: Bueno, lo dejaré descansar. Volveré en un rato.

El Doctor salió de la habitación, pero chocó con accidente con otro doctor, que francamente no tenía pinta de ser uno.

  • Médico: Oh, lo siento, fue mi error.
  • Médico extraño: Descuide. ¿Sabe dónde está el paciente Anthony Corrado?

Necesito hablar urgentemente con él.

  • Médico: Ammm, creo que esta al final de pasillo, a la izquierda.
  • Médico extraño: Vale, gracias.

La voz de ese doctor extraño me recordó un poco a la de unos de los atracadores del banco, aunque no le hice caso a mi mente y mejor me recosté en mi cama a beber el café que me había traído la enfermera. Era lo mejor que había probado en días.

Me encontraba tranquilo, sin problemas ni nada, pero en ese preciso momento, escuché un disparo, y posteriormente otro.

  • Leckie: ¡Maldición! ¿que habrá sido eso?

De pronto escuche en a los doctores gritar "Salgan todos". En eso, me intenté levantar y salir de mi habitación, pero vi al doctor extraño acabando con los policías con una extraña facilidad.

  • Leckie: ¡Mierda!, ¡Mierda!

Me logré esconder en el baño de la habitación...

  • Leckie: Ufff, casi, casi...

Salí y note un verdadero cementerio de cadáveres de policías, empleados del hospital civiles.

  • Leckie: ¡Wow! ¿cómo alguien pude hacer algo así?

Llegaron más policías y médicos, los cuales se verificaron de que no me encontrará sano y salvo. Después de todas sus revisiones me dejaron ir, tome un taxi y tome rumbo a mi casa en Bohan. ¿Qué más podía pasar?

Llegue y me acosté en mi sillón a ver un poco de televisión, no sabía muy bien que iba hacer ahora, en fin, mejor me relaje. Pero después de un rato me acorde de Luis y su invitación a su club de noche. Sería una buena idea distraerme, pero mejor voy mañana, que ahora no aguanto el cansancio.

Evento N° 4[]

7:45 PM

Caminaba por el Purgatorio, hacía el club de Luis, el Maisonette 9, el típico club nocturno de Liberty.

Según toda mi lógica y conforme a lo que me estaba pasando, era una completa estupidez andar sólo en la noche y sobretodo con mi mala, mala suerte, pero la verdad solo quería salir de todos mis problemas un rato.

  • Leckie: Ay, coño

Unos tipos llegaban en vehículo y motocicletas armados hasta los diente. Por un momento pensé que iba a por mi, pero después de ver a quien yo iba a visitar, según, me di cuenta de que yo no era el objetivo.

  • Luis: ¿Qué haces Leckie?, este no es lugar para ti.
  • Leckie: Sólo venía a visitarte, pero parece que estás bastante ocupado.
  • Luis: Si, un poco. Escóndete hallá en los botes de basura, ¿quieres? En lo que acabo con estos capullos.

Me escondí en los botes, tal como me dijo Luis. Lo vi acabando con esos rusos, hasta que por fin, ya con todos muertos, salí y lo vi discutir con su jefe, al parecer.

  • Luis: Uff, que intenso... jeje, en fin. ¿Estás bien?
  • Leckie: Si, ya me empiezo a acostumbrar...
  • Luis: Si jeje venga te llevaré a tu casa...¿donde vives?
  • Leckie: Emm. En Bohan.
  • Luis: Bien vamos.

Luis me dejó en mi apartamento, me salvó la vida la verdad, en fin. Creo que ya tenía un plan para salir de esta mierda.

Final[]

Tomé mis cosas, pillé el primer taxi y me dirigí al Aeropuerto Internacional Francis en Dukes, tome el primer vuelo a Los Santos, la ciudad más tranquila de los Estados Unidos de América, donde nada me pasaría, donde estaría seguro.

Subí y tome mi lugar correspondiente. A lado de mi había un hombre de acento raro y un poco calvo de la cabeza, pero bueno no me preocupé, ya todo sería paz, aunque quien sabe, la vida siempre te voltea la hoja.

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