Grand Theft Encyclopedia
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Revisión actual - 04:50 2 jul 2020


The Last of SA III es la tercera parte del reinicio de la saga The Last of SA, creada por Fantasma. La historia, como las anteriores dos sagas, se enfoca en la supervivencia de un grupo liderados por Michael De Santa. El grupo se encuentra viajando en busca de un lugar seguro al que llamar hogar. No obstante, a diferencia de las dos anteriores historias, también habrá mucho enfoque en una nueva comunidad, liderada por un maquiavélico villano que hará todo lo posible para quitarse de en medio a Michael y su gente.

Historia

Capitulo 1: Hogar

5 de diciembre de 2014

Tras pasar el otoño vagando en busca de un sitio seguro, el grupo de sobrevivientes de Los Santos guarda refugio en una casa abandonada en medio del desierto de Grand Señora. El grupo se sienta en la sala de la casa. Ellie abre una lata de carne, y todos miran desesperados por comer, con excepción de Michael, Tyler y Luis que no se encuentran con ellos. Joni, encontrándose sin su pancita de embarazada, observa la puerta esperando a Luis, pero este nunca llega.

  • Joni: ¿Qué habrá pasado? ¿Tendrán muchos problemas?
  • Amanda: Quizás se encontraron con algo, pero estarán bien.
  • Amanda: Estoy segura de eso.

Inmediatamente, unos alarmados Michael y Tyler entran a la casa, alertando a todos para que se vayan del sitio.

  • Michael: Tomen sus cosas, nos vamos de aquí.
  • Franklin: ¿Qué pasó?
  • Tyler: Caminantes, vienen aquí.
  • Stacy: Tengo hambre...
  • Karen (Abraza a Stacy): Comeremos en el camino, querida.

Dicho esto, todos deciden abandonar la pequeña casa y se suben a los vehículos. Michael, Amanda, Karen y Stacy suben al Tailgater; Franklin, Zoey, Charlie y Ellie van en el Buffalo S; Luis, Joni, Lamar, Tony y Ron van en el Bodhi; Finalmente, Tyler y Louise van montados en la Daemon. Los vehículos parten en fila, mientras ven a una pequeña manada de caminantes acercándose a ellos. Unos minutos después, en plena Ruta 68, los vehículos se detienen y los sobrevivientes se reúnen en el Tailgater de Michael, donde este deja un mapa de San Andreas en el capó del vehículo y buscan un nuevo lugar al que ir. Una amargada Joni se queda sentada en el Bodhi, mientras que Ellie y Tony montan guardia, vigilando la carretera.

  • Ron: No tenemos donde ir.
  • Zoey: Si llega una horda, quedaremos encerrados en esta ubicación.
  • Franklin: Podemos ir al norte.
  • Charlie: ¿De nuevo en dirección a la granja? No creo que sea buena idea.
  • Lamar: Podríamos volver a la ciudad.
  • Franklin: ¿Volver a ese infierno?
  • Louise: Quizás sea lo mejor intentar por aquí.
  • Zoey: Hemos huido por todo el otoño, deberíamos detenernos pronto.
  • Michael: No hemos intentado por el desierto.
  • Tyler: He pensado en un lugar.
  • Tyler: Michael, mientras estos se mojan sus vaginas, acompáñame.
  • Michael: De acuerdo.

Tyler prepara su ballesta, y luego guía a Michael a través de la carretera, mientras los demás se alistan. Por su parte, Luis se encuentra guardando el mapa, en cuanto Charlie se acerca a él para hablarle.

  • Charlie: ¿Estás bien, hijo?
  • Luis: Eh... Sí. Supongo que debo estarlo.
  • Charlie: Comprendo como te sientes, Luis, pero creo que deberías hablar con ella.
  • Charlie: Lo que ha pasado...
  • Luis: ¿Ella está bien?
  • Charlie: Sí, está estable, pero el trauma que le ha quedado es...
  • Luis: Mientras ella esté bien, y te tenga a ti y a Tony para hablar, estaré tranquilo.
  • Charlie: De acuerdo. Como te dije, te comprendo, pero tarde o temprano deberás hablar con ella.

Desviándose de la carretera e ingresando al desierto, Michael sigue a Tyler, quien se mantiene callado guiando a su líder, hasta que este decide romper el silencio.

  • Michael: ¿Dónde vamos?
  • Tyler: El otro día estuve pensando en mi hermano...
  • Tyler: Y recordé que él estuvo en un lugar casi impenetrable y fortificado.
  • Tyler: Sin puntos ciegos, aislado de todo peligro, y eso.
  • Tyler: Quiero que lo veas.
  • Michael: Te sigo.

Tras seguir a Tyler por unos cuantos metros, Michael consigue ver la penitenciaría de Bolingbroke a lo lejos. Ambos observan por completo el lugar, viendo que por dentro estaba infestado de caminantes.

  • Tyler: No contaba conque haya tantos...
  • Tyler: Quizás no fue buena idea.
  • Michael: No, podremos limpiarlo.
  • Michael: Es un lugar perfecto.

Michael esboza una leve sonrisa, esperanzándose con la penitenciaría. Mientras tanto, en un supermercado abandonado y semi-vacío de Grapeseed, Jimmy se encuentra en la oficina del lugar, cuidando de una enferma y tiritante Tracey. Tras unos minutos cuidando de su hermana, Jimmy escucha que se abre la puerta. Al voltearse para ver quién era, ve a Trevor acercándose a ellos rápidamente.

  • Trevor: ¿Algún cambio?
  • Jimmy: La fiebre no baja.
  • Trevor: No encontré algo para ayudarla.
  • Trevor: Este puto pueblo fue arrasado.
  • Jimmy: ¿Y cual es el plan?
  • Trevor: Seguiremos adelante.
  • Trevor: Hoy nos quedaremos aquí, mañana por la mañana seguiremos.
  • Tracey: O pueden seguir ahora.
  • Tracey: Déjenme aquí, solo los demoro.
  • Tracey: Los caminantes se acercan, y no podremos con ellos.
  • Tracey: Yo me quedaré a retenerlos lo más que pueda.
  • Jimmy: No, mala idea.
  • Trevor: Ni hablar, si yo dije que los llevaré con su padre, eso es exactamente lo que haré.
  • Trevor: Los llevaré a los dos, y no se hable más...
  • Tracey: Pero ellos se acercan...
  • Trevor: Bien... (Suspira fuertemente) Nos iremos ahora. Debemos seguir.

Acto seguido, Trevor se pone de pie, mientras que Jimmy ayuda a Tracey a pararse. Trevor y Jimmy toman unas mochilas y Tracey coge una manta, cubriéndose con ella. Con esto, los tres retoman su rumbo. Poco después, nuevamente con el grupo de sobrevivientes de Los Santos, todos están reunidos junto a la cerca de la penitenciaría. Franklin utiliza unas tenazas para cortarla y hacer una pequeña entrada.

  • Michael: De acuerdo, la entrada está infestada, así que solo podremos ir por aquí.
  • Lamar: De acuerdo.
  • Michael: No podemos ir todos. Tyler, Franklin, Zoey, Lamar y yo iremos al frente. El resto que rodee las vallas y llamen la atención de los caminantes.
  • Michael: Eliminen a cuantos puedan.
  • Louise: De acuerdo.

Franklin termina de cortar las vallas, lo que permite al grupo acceder al camino que rodea la prisión. Allí, Michael, Franklin, Tyler, Luis y Zoey corren por este camino, hasta que llegan a una puerta que les permite acceder al patio trasero, mientras que los demás se encargan de eliminar a la mayor cantidad de caminantes, amontonándolos en la valla y asesinándolos con cuchillos.

  • Luis: Bien, estamos haciéndolo bien.

Michael y los demás, formando un círculo, ingresan al patio trasero, donde comienzan a eliminar a la mayor cantidad posible de caminantes.

  • Michael: Manténganse juntos y no rompan el círculo.
  • Franklin: ¡Sí!

El grupo inicia una masacre contra los caminantes, eliminando a todos los que se le acercaban. El resto del grupo también continúan eliminando a los caminantes de las vallas. Cuando el grupo se aproxima a la mitad de la penitenciaría, Michael saca una cadena y un candado, con el que termina por cerrar la puerta, dejando a todos los caminantes encerrados del otro lado, mientras que ellos terminan de encargarse de los pocos caminantes que están de su lado.

  • Karen: ¡Lo han logrado!
  • Lamar: Genial.

Con el patio de la prisión despejada, Zoey permite el paso de los demás sobrevivientes, mientras que Michael, Tyler y Luis ingresan a un bloque de celdas, verificando su seguridad. El único zombi que los tres encuentran en el pabellón es un guardia que deambula en el segundo piso. Tyler utiliza su ballesta para acabar con él, para luego acercarse al cadáver y tomar unas llaves.

  • Tyler: Genial.
  • Tyler: Con estas tendremos acceso a toda la prisión.
  • Luis: Parece que aquí ya no hay nada.
  • Michael: De acuerdo. Trae a los demás.
  • Luis: Bien.

Luis sale nuevamente al patio en busca del resto de los sobrevivientes. Unos pocos minutos después, todos ingresan al pabellón, mirándolo y sintiéndose seguros de tener un lugar en el que están tranquilos. Joni es la última en entrar, y se acerca sonriente a Luis.

  • Joni: Gracias.

Pese al buen gesto de Joni, Luis, sin dirigirle la mirada, pasa de ella y se aleja. Posteriormente, todos los sobrevivientes buscan una cama en la que dormir, agrupándose de a dos. Michael y Amanda se reservan una litera, mientras que Franklin y Zoey van al lado de ellos. Charlie y Ellie también ingresan a una celda. Por su parte, una triste Joni decide compartir litera con Louise. Fuera quedan Luis y Tyler, quienes no tienen pensado ingresar a una celda.

  • Luis: ¿Tú no entras?
  • Tyler: Ni en broma dormiré en una de esas...
  • Luis: Bien.
  • Luis: Pásame las llaves. Iré donde los guardias a ver si encuentro algo para guiarnos a la cocina.
  • Tyler: Sí. Toma.

Tyler le arroja las llaves a Luis, quien, sin pensarlo, abandona el bloque de celdas para ir a la sala de los guardias. Mientras tanto, no muy lejos de allí, en Raton Canyon, una agotada y temblante Molly camina por la calle de tierra. Al lado suyo, se encuentra una mujer morena armada con una katana, revelándose como la persona que le salvó la vida anteriormente.

  • Molly: Ya estamos cerca de Paleto Bay...
  • Molly: Quizás podamos encontrar una casa por ahí...
  • Molly: ¿Qué te parece, Rachel?
  • Rachel: Suena bien, pero no nos quedaremos más de dos días.
  • Rachel: Ya sabes el plan.
  • Molly: Sí... Encontrar un bote e ir al mar.
  • Rachel: Encontraremos una isla.
  • Rachel: Allí podremos vivir tranquilas.
  • Molly: Si tú lo dices...
  • Rachel: ¿No que confiabas en mi?
  • Molly: Las primeras semanas sí... Pero ya hemos estado buscando un bote por demasiado tiempo.
  • Rachel: Descuida, ten por seguro que encontraremos uno grande.

La noche transcurre tranquilamente en la penitenciaría. Luis duerme en la sala de los guardias, la cual se encuentra completamente vacía. Por otro lado, Joni no puede dormir, encontrándose en la litera de abajo, mientras escucha los leves ronquidos de Tony. La mujer mira con angustia a la pared del costado, hasta que finalmente termina rompiendo en un llanto silencioso. A la mañana siguiente, en el comedor del pabellón, Michael, en compañía de Tyler, Luis, Franklin, Zoey y Ron revisan el armamento policial que Luis encontró la noche anterior. Tyler inspecciona un casco de seguridad, el cual se encuentra cubierto de mugre.

  • Tyler: No pienso ponerme esta mierda.
  • Luis: Todo esto estaba tirado, esparcido por todo el suelo.
  • Luis: Alguien parece que hizo alboroto antes de que le pase lo que le tenía que pasar.
  • Michael: ¿Tuviste problemas?
  • Luis: No, solo uno, y estaba en el pasillo.
  • Luis: Debería de estar muriéndose de hambre, el fiambre no tenía fuerza.
  • Michael: Así que si pasan hambre mueren...
  • Ron: Supongo que como todo el mundo.
  • Michael: De acuerdo.
  • Michael: ¿Estamos listos para partir?
  • Franklin: Sí.
  • Zoey: Claro.
  • Luis: Sí.
  • Tyler: Por supuesto.
  • Ron: Afirmativo.

El grupo se dispone a irse de expedición por la penitenciaría. Sin embargo, luego de tomar un machete, Luis ve a Karen, parada en la puerta que divide la sala con el bloque de celdas, que le hace un gesto para llamarle la atención. Luis se acerca a la mujer, quien aprovecha la ocasión para hablar con él sobre Joni.

  • Luis: ¿Cómo está?
  • Karen: Está con Amanda y Tony.
  • Luis: ¿Está bien?
  • Karen: Sí, sí, solo que... Mira, Luis, ella está triste, por todo lo que pasó... Tanto en la granja como durante todo este tiempo que estuvimos vagando. No se encuentra bien anímicamente.
  • Luis: Pues me alegra que en ese caso te tenga a ti y a las demás para hablar.
  • Karen: Quizás no seamos nosotros quienes tengan que hablar con ella... Sabes a lo que me refiero.
  • Luis: Ya... Lo sé... Cuando tenga tiempo libre, lo haré, ¿sí?
  • Karen: Bien.

Karen regresa al bloque de celdas, mientras que Luis regresa con el grupo. Mientras tanto, Amanda se encuentra en el bloque de Joni, hablando sobre lo que había pasado con esta última.

  • Joni: Y así fue como me metí con Armando y Henrique...
  • Amanda: Dios, Joni... Mira, no soy la indicada para decirte que lo que hiciste estuvo mal, no te imaginas los cuernos que le he puesto a Michael...
  • Joni: Yo sé que estuve mal, y terminé provocando que Armando se quiebre, y enfrenté a Luis y a Henrique... Yo fui la razón por la que Luis lo mató...
  • Amanda: Quizás era lo mejor, Henrique no se estaba comportando bien...
  • Joni: Por mi culpa... Y ahora Luis me odia. Es tan bueno conmigo que no me lo dice, pero tengo claro que me odia... Cuando me mira...

Joni finalmente rompe en llanto y Amanda no duda en abrazarla para contenerla. Mientras tanto, el grupo de exploradores se adentran en los oscuros pasillos para encontrar la cocina. Michael lidera el grupo, mientras que Tyler protege la retaguardia. Todo el grupo se mantiene junto, mientras atraviesan los estrechos pasadizos, alumbrando el camino con algunas linternas. Las cosas parecen ir tranquilas por varios metros, donde todo lo que encontraron fue un cuarto de celdas, con las rejas abiertas y junto a estas, algunos cadáveres putrefactos. Por su parte, Franklin utiliza el Spray para marcar una flecha en cada esquina que señala el camino de regreso. Tras avanzar un poco más, el grupo gira en otra esquina, pero allí se encuentra una gran oleada de caminantes.

  • 'Michael: ¡Mierda!

El grupo, aterrado, intenta regresar a su bloque de celdas, mientras los caminantes avanzan rápidamente tras ellos. Michael intenta dispersar a los muertos moviendo la linterna de un lado a otro, pero no consigue su objetivo. Por otro lado, en el camino de regreso, otro grupo de caminantes cierra el paso a los sobrevivientes, por lo que estos se ven obligados a tomar otro camino.

  • Franklin: ¡Siguen detrás de nosotros!

El grupo continúa lo más rápido posible por los pasillos, girando en cada oportunidad. El grupo ve una puerta, por lo que, desesperados, deciden atravesarla. En cuanto ingresan a la habitación, que parecía ser segura, Franklin y Tyler traban la puerta para que los caminantes no puedan pasar. El grupo observa su entorno, descubriendo que se encuentran en la cafetería. Tyler descubre que hay cuatro sujetos observándolos detrás de las rejas de la cocina, por lo que advierte a sus amigos.

  • Tyler: ¡Abajo!

Tyler apunta con su ballesta a los cuatro sujetos, los cuales se identifican como prisioneros sobrevivientes, que lucen muy aterrados. Uno de ellos, de cabello castaño y el único en usar gafas, mira fijamente a Tyler y, en la exasperación, habla.

  • Prisionero: ¡Santa madre!

Capitulo 2: Prisioneros

El capitulo inicia con la misma escena que finalizó. El grupo de sobrevivientes se encuentra refugiado en el comedor de la penitenciaría. Todos se encuentran agachados, mientras que Tyler apunta con su ballesta, de manera amenazante, al grupo de prisioneros que se encuentra detrás de las rejas de la cocina. Los prisioneros observan aterrados al grupo de Michael, quienes rápidamente se ponen de pie y, con sus armas, apuntan contra ellos. En voz baja, uno de los prisioneros, caracterizado por tener una ligera melena negra y ser barbudo, habla con otro de cabello corto castaño, quien acababa de sacar una revólver.

  • Prisionero 1: Nicholas... ¿Qué hacemos?
  • Nicholas: Si son hostiles, nos defenderemos, Sam... Hay que ver...
  • Tyler: ¡Oigan, idiotas! ¡¿Qué tanto hablan?! ¡Salgan! ¡Ahora!
  • Nicholas: De acuerdo, amigo... No hace falta ser agresivos.

Los cuatro prisioneros deciden salir pacíficamente y sin hacer reclamos. En cuanto los prisioneros salen de la cocina y se encuentran con el grupo en el comedor.

  • Michael: (Apunta a Nicholas) ¡Baja el arma!
  • Nicholas: Descuida, tranquilo, tranquilo...
  • Prisionero 2: No tenemos porqué ponernos nerviosos, amigo...

Nicholas deja el revólver en el suelo y luego lo patea hacia Michael, quien rápidamente toma el arma y prosigue una conversación con los prisioneros.

  • Michael: ¿Hace cuanto que están aquí?
  • Nicholas: No lo sabemos... Cuatro meses, ¿cinco?
  • Prisionero 3: Quizás medio año.
  • Nicholas: Puede ser, Benjamin, puede ser... Como sea, nos alegra que hayan podido entrar... Eso quiere decir que este lugar es más seguro, ¿no?
  • Franklin: Ojalá, tuvimos que deshacernos de varios e incluso nos acorralaron hace unos instantes.
  • Sam: Demonios...
  • Nicholas: Pero es más seguro de que antes. Estamos atrapados porque no teníamos alternativa. ¿Quienes son ustedes?
  • Michael: Mi nombre es Michael, ellos son mis amigos...
  • Nicholas: Mucho gusto, Michael. Veo que eres el líder de esta buena gente. Mi nombre es Nicholas Ballard. Ellos son Sam, Benjamin y (señala al Prisionero 2, quien se encontraba aislado del grupo) ese fortachón de Dutch.
  • Michael: Por lo visto tú también eres el líder de esta gente.
  • Nicholas: No, somos un grupo sin líder. Estamos juntos en esto.
  • Tyler: Eso es bueno... Supongo.

El sitio se encuentra en profundo silencio por unos instantes, nadie habla y solo se miran a las caras, hasta que finalmente Sam decide hablar.

  • Sam: Pues... ¿Han venido aquí con un grupo de salvamento?
  • Michael: ¿Grupo de salvamento?
  • Benjamin: Eh, sí... Nos dijeron que llamarían a un grupo de salvamento para sacarnos de aquí y ponernos a salvo...
  • Luis: Pues si están esperando eso, ya olvídenlo.
  • Zoey: Nadie vendrá.
  • Sam: Diablos...
  • Nicholas: ¿Y cuantos son aquí?
  • Michael: Bastantes...
  • Nicholas: Viendo que hay civiles en la prisión, puedo ver que tampoco la hemos pasado tan mal encerrados aquí.
  • Michael: ¿Qué pasó que se quedaron encerrados?
  • Dutch: Hace casi un año hubo un motín, nunca hubo uno de tal magnitud. Los presos se comían a los guardias.
  • Sam: No tardamos mucho en descubrir que esas personas se volvían caníbales que volvían de la muerte.
  • Benjamin: Era algo de locos.
  • Nicholas: Un guardia nos encerró aquí en la cafetería y nos dijo que nos liberaría en cuanto llegue la ayuda... Hasta el día de hoy... No hemos tenido suerte.
  • Michael: Pues lamento darles malas noticias, pero ya nada de eso existe. El ejercito, los gobiernos... Todo ha caído.
  • Sam: Mierda, ¿en serio?
  • Michael: Estamos solos en esto.
  • Nicholas: Carajos...
  • Dutch: Mi esposa... Y mis hijos...
  • Benjamin: Espero que hayan encontrado refugio, hermano.
  • Dutch: Oigan, tiene que haber algo... ¿Tienen algún teléfono?
  • Tyler: Entiéndanlo, muchachos... Ya no queda nada.
  • Michael: Y ustedes son los únicos sobrevivientes aquí...

Ya sin más que decir, y con la moral aplastada, los prisioneros fruncen el ceño y agachan la mirada, en señal de duelo. La escena ahora cambia al patio de la prisión, el cual los sobrevivientes habían liberado el día anterior. Allí, las puertas se abren y el grupo de Michael lleva a los prisioneros a que vean el exterior después de mucho tiempo. El frío se hace notar allí, y todos allí se encogen con sus brazos para darse calor.

  • Michael: En el pabellón tenemos abrigos de sobra. Les daremos uno para que no tengan frío.
  • Nicholas: Gracias.
  • Benjamin: Todo esto... Dios... Aquí debe de haber como cien fiambres... ¿Cómo es que un puñado de civiles hicieron esto?
  • Dutch: ¿Hace cuanto tiempo que están afuera?
  • Michael: Bastante tiempo...
  • Nicholas: ¿Tienen un sitio concreto al que ir?
  • Michael: Por ahora, a ningún lado.
  • Nicholas: Bien... Serán bien recibidos por nosotros.
  • Michael: Gracias.
  • Nicholas: Pero hay una duda, ¿hay sitio en el pabellón en el que están ustedes?
  • Michael: No, ya estamos bastante ocupados.
  • Luis: Tendrán que limpiar su propio bloque de celdas.
  • Nicholas: De acuerdo, no habrá problema, ¿nos ayudarían?
  • Michael: ¿Qué tienes para ofrecernos?

Con la pregunta de Michael, Nicholas sonríe amistosamente y la escena finaliza así. Ahora nos encontramos nuevamente en la cafetería, los prisioneros, liderados por Nicholas, guía al grupo de Michael hasta el interior de la cocina, donde ven un gran abastecimiento de comida, que sirve para alimentar a cientos de personas por meses.

  • Ron: Veo que la pasaron bien estos diez meses.
  • Nicholas: Gracias a Dios que nos dejaron en la cocina y no en la lavandería.
  • Michael: Es un gran abastecimiento.
  • Nicholas: Ayúdennos a liberar un pabellón, y a cambio, le daremos la mitad de nuestro alimento. ¿Tenemos un trato, amigo?
  • Michael: Espero que sean de fiar.
  • Nicholas: Soy un sujeto honesto, Michael. Estoy aquí por vender drogas, al igual que Sam.
  • Michael: Bien... Trato.

Michael extiende su brazo para darse un apretón de manos con Nicholas, quien hace el mismo gesto y finalmente cierran el trato. La escena ahora cambia a varios minutos después. Michael pone en una mesa de la cafetería un arsenal de armas blancas para que los prisioneros tomen una cada uno.

  • Sam: Se cuidan bastante...
  • Nicholas: Yo puedo usar mi pistola, digo... Si me la devuelves.
  • Michael: Nos es que no confíe en ustedes, pero no nos conviene usarla.
  • Dutch: ¿Por qué no?
  • Tyler: El ruido llama su atención. Es como un llamado para la cena.
  • Nicholas: Ya veo. Entonces, bien, tomaré este. (Toma un machete)

Los prisioneros toman un arma blanca cada uno para luego ingresar a un pasillo, que se encuentra bastante tranquilo. Los sobrevivientes exploran el lugar, mientras siguen a Nicholas, quien los guía para llegar a otro pabellón.

  • Nicholas: Por aquí estamos yendo bastante directo.
  • Michael: ¿Iremos directo al pabellón o nos llevas por otro sitio?
  • Nicholas: Necesariamente tendremos que atravesar la lavandería.
  • Michael: De acuerdo.

Los sobrevivientes llegan a una esquina, la cual les hacía girar a la derecha para continuar su camino. No obstante, al avanzar un poco, Nicholas ve a los caminantes y se aterra, echándose bruscamente hacia atrás y chocando con Benjamin.

  • Nicholas: Ahí están, los caníbales.
  • Michael: Sí... Tenemos que ir con cuidado, una mordida...

Sin dejarle hablar, los prisioneros se arrojan en contra de los muertos vivientes, atacándoles sin piedad al cuerpo. Michael y los demás observan incrédulos como Dutch sujeta a un caminante por los brazos y Benjamin le apuñala repetidas veces en el pecho. Ninguno de los prisioneros consigue eliminar a algún caminante, ya que no le dan a la cabeza, por lo que Tyler decide disparar una flecha a la cabeza de un caminante que estaba a punto de morder a Sam. Tras esto, el grupo de Michael entra en acción, eliminando a los zombis con facilidad. Tras acabar con todos, Michael mira a los prisioneros y procede a explicarles como eliminar a los caminantes.

  • Michael: Miren, el plan es hacerlo con cuidado. Una mordida de ellos, y se acabó.
  • Benjamin: ¿Cómo que se acabó?
  • Michael: Es una enfermedad, todos la tenemos, pero... Una mordida significa que te puedes convertir en uno de ellos.
  • Nicholas: Un momento, vaquero... Espera... Espera... ¿Cómo que todos lo tenemos?
  • Michael: No sé como es el tema, pero todos estamos infectados.
  • Sam: ¿Infectados? ¿Como el SIDA o algo así?
  • Michael: No sé que será, pero todos tenemos eso. Cuando morimos... Volveremos como ellos, y es por eso que debemos atacar al cerebro, para que ya no se vuelvan a levantar.
  • Nicholas: Por Dios...

Otros dos caminantes comienzan a por el pasillo, atraídos por las voces de los sobrevivientes. Ante la presencia de los caminantes, Nicholas toma iniciativa y decide volver a cargar contra ellos.

  • Nicholas: Bien, ya entendí. A la cabeza, ahí vamos.

Nicholas se lanza contra los caminantes, utilizando un machete. Con este objeto, golpea a uno de los caminantes en el cráneo, causando que caiga, pero no consigue acabar con él. Caso contrario es con el segundo, ya que a este lo empuja contra la pared y le atraviesa el cráneo con la palanca. El primer caminante vuelve a la carga, y Nicholas lo ve a tiempo, utilizando el mango del machete para golpearlo en la cabeza una vez, provocando que vuelva a caerse. Al momento de rematar al caminante, Nicholas, viéndose completamente alterado, ataca a la cabeza del caminante varias veces, desparramando sus sesos por todo el suelo y salpicándose de sangre.

  • Ron: Oh, por Dios...
  • Nicholas: (Se calma) Carajo... ¿Qué demonios acabo de hacer?
  • Tyler: ¿Estás bien?
  • Nicholas: Sí, solo... Yo no soy así, amigo...
  • Sam: Descuida, no eres el único que necesita descargarse...
  • Michael: Creo que son todos. Sigamos.

El grupo sigue por los pasillos hasta dar con el siguiente bloque de celdas, el cual se encontraba detrás de una puerta doble de metal, que se encuentra bloqueada con dos mesas apiladas. Dentro del pabellón se escuchan muchos gruñidos, por lo que el grupo deduce que allí dentro se encuentran demasiados caminantes.

  • Benjamin: Mierda, esto es un inconveniente muy grande...
  • Michael: Para nada. Retiren las mesas, y uno abrirá una sola puerta. Eso hará que salgan en menor cantidad.
  • Nicholas: Entendido, jefe.
  • Tyler: Que el fortachón de su grupo me ayude con las mesas.
  • Dutch: Ya te doy una mano.

Tyler y Dutch corren las mesas del lugar, revelando que la puerta se encuentra encadenada y con candado. No obstante, Nicholas no demora y usa el machete para romperlo y desencadenar la puerta. Tras esto, Nicholas se dispone a abrir una sola de las dos puertas. No obstante, al presionar la manija y tirar hacia atrás para abrir, ambas puertas se abren en el proceso y provoca que toda la oleada de caminantes vaya a por los sobrevivientes. Nicholas se hecha rápidamente hacia atrás, evitando a los muertos que se encontraban cerca de él.

  • Michael: ¡He dicho una sola!
  • Nicholas: ¡Se abrió sola, lo siento!

La batalla por sobrevivir inicia, y el grupo de Michael y los prisioneros se colocan uno al lado del otro, luchando contra los caminantes que amenazan sus vidas. Nicholas acaba fácilmente con dos de ellos. Los otros tres prisioneros, ya entendiendo lo necesario para eliminar a los zombis, logran deshacerse de unos cuantos. Uno de los caminantes se acerca demasiado rápido a Michael, por lo que este no consigue prevenirse y es arrojado al suelo por el zombi, quien se posiciona encima de él para devorarlo.

  • Tyler: ¡Mierda, Mike!

Tyler intenta ayudar a Michael, pero su paso es cortado por otro caminante. Michael se encuentra en un grave apuro, pero es Nicholas quien le salva la vida tras disparar al caminante en la cabeza con su revólver. Michael mira a su salvador y asiente con la cabeza en señal de gratitud, por lo que Nicholas sonríe y dispara contra uno de los pocos caminantes que quedaban de pie. Finalmente, tras unos instantes de lucha, los sobrevivientes se alzan victoriosos, habiendo acabado con todos los caminantes sueltos en el pabellón, y caminan por el desértico bloque de celdas que ahora pertenece a Nicholas y los demás.

  • Michael: Bueno, hemos cumplido.
  • Nicholas: Gracias por su cooperación. Ahora volvamos a la cocina y les dejaremos la mitad del abastecimiento.
  • Michael: Gracias.

La escena cambia a la cocina, donde Lamar y Franklin llevan unas cajas cargadas de alimento hacia su pabellón, mientras que Dutch y Benjamin llevan otras dos cajas hacia el suyo. Michael limpia su machete, mientras que Nicholas se acerca a él y le regresa el machete.

  • Nicholas: Ten, te lo regreso.
  • Michael: Descuida, quédatelo. Tengo otro por ahí.
  • Nicholas: Gracias, amigo. Entonces... ¿Crees que podríamos vivir todos juntos sin que se escandalicen?
  • Michael: Siempre y cuando se respeten las normas, sí.
  • Nicholas: Bien, así me quedaré más tranquilo.

Nicholas posa su mano en el hombro de Michael y le brinda unas cuantas palmadas, para luego marcharse de regreso a su pabellón. La escena vuelve a cambiar tras esto, enfocándose a Karen saliendo del bloque de celdas al exterior, viendo fijamente a los caminantes que se encuentran del otro lado de la verja y que se esfuerzan por salir de allí inútilmente. Karen siente el viento soplando con cierta intensidad, sin percatarse de que alguien se encuentra vigilándola desde la distancia. Esta persona se encuentra dentro de la prisión, ya que comienza acercarse lenta y silenciosamente a la mujer sin que esta se de cuenta. La escena finaliza al momento en el que el sujeto desconocido se encuentra a pocos metros de distancia de Karen, quien comienza a sentirse algo incómoda. Mientras tanto, en el bloque de celdas, Luis se reúne con Joni en la celda de esta última. La mujer se encuentra sentada en su litera, ocupando la de abajo, y Luis ingresa y se le queda mirando. Joni, lejos de sentirse incómoda, se alivia al notar que su amado vuelve a ponerle atención.

  • Joni: Me alegra verte.
  • Luis: Solo quería ver como estabas.
  • Joni: Bien, ahora más tranquila ya que tenemos recursos para subsistir aquí. Y también por ver que la gente de la prisión no es tan mala.
  • Luis: No lo sé... Me dan mala espina. En especial ese Nicholas, parece ser demasiado bueno para estar encerrado en esta prisión.
  • Joni: No todos los criminales tienen mal corazón.
  • Luis: Ya... Supongo que lo dices por mi, ¿eh?
  • Joni: ¿Por quién más lo diría, tontito?

Al escuchar esta respuesta, Luis esboza una sonrisa, la cual genera un gran alivio en Joni, quien también le sonríe. El capitulo finaliza de esta manera, enfocando a unos alegres Luis y Joni, quienes no habían estado en ese estado en mucho tiempo.

Capitulo 3: Bienvenidos a Paleto Bay

El cielo se encuentra nublado, y la niebla se hace presente en el panorama del Alamo Sea. En la fría noche, dos mujeres caminan por un sendero de Raton Canyon. Estas dos mujeres son Rachel y Molly. Retomando la última escena donde estas dos fueron vistas en el primer capitulo, ambas caminan sin detenerse, esperando encontrar un lugar para estar a salvo.

  • Rachel: Encontraremos una isla. Allí podremos vivir tranquilas.
  • Molly: Si tú lo dices...
  • Rachel: ¿Qué pasa? ¿No que confiabas en mi?
  • Molly: Las primeras semanas sí... Pero ya hemos estado buscando un bote por demasiado tiempo.
  • Rachel: Descuida, ten por seguro que encontraremos uno grande. Solo tenemos que llegar a la costa, y nos encontraremos con el bote más grande.
  • Molly: Sí, claro. De acuerdo, te seguiré... Tú me salvaste de todos modos...

Las dos chicas continúan su camino, hasta adentrarse en Paleto Forest. Ambas llegan hasta el aserradero, donde los Ballas solían utilizar como base para la producción de marihuana. Allí, las mujeres se detienen bruscamente al escuchar vehículos acercándose a la zona.

  • Rachel: Oh, mierda, escóndete.

Rachel empuja a Molly y ambas se ocultan detrás de una roca gigante. Rachel observa una Baller negra, seguida de un Sultan azul oscuro. Los vehículos arriban en las puertas del aserradero, habiendo llegado por Paleto Bay. Las mujeres observan a un par de hombres bajarse de los coches, específicamente tres de la Baller y dos del Sultan. Por sobre los demás, destaca un hombre, vestido con una elegante chaqueta de piel, jeans ajustados azules y zapatos marrones claros. Este hombre se baja del asiento trasero de la Baller y entra dentro del aserradero, seguido por todos los demás.

  • Rachel: Parece que vinieron con su cabecilla...
  • Molly: ¿Te parecen buenos o malos?
  • Rachel: No lo sé, pero no me dan buena espina.

Los sujetos permanecen dentro del aserradero por varios minutos, mientras que dos permanecen fuera vigilando que nadie se acerque. Las mujeres, más por miedo que por otra cosa, deciden retirarse del lugar, pero por detrás de ellas aparece un sujeto, apuntándoles con una pistola. Las mujeres se muestran aterradas, y Rachel quiere tomar su katana, pero el sujeto rápidamente le golpea en la cabeza con el mango de la pistola, dejándola inconsciente. Tras ver esto, Molly se pone de pie y se arroja contra el sujeto, pero este, la frena con su otro brazo, el cual posee una prótesis metálica que reemplaza su mano, y la empuja hacia el suelo.

  • Sujeto desconocido: Vaya, vaya... Las gatitas tienen garras.
  • Molly: Vete a la mierda...
  • Sujeto desconocido: Wow, calma, lindura. No soy lo que crees. Mi nombre es George. ¿Y tú eres?
  • Molly: Déjanos en paz.

La cámara enfoca el rostro del sujeto, mostrando que se trata de George Jackson, el hermano de Tyler, quien había desaparecido hace varios meses en la comisaría de Mission Row. George sonríe abiertamente mientras mira a Molly, quien no se mueve del suelo.

  • George: Por lo que veo... Llevan tiempo en el exterior, pero llegó su día de suerte. ¡Marco! ¡Robert! ¡Tenemos dos chiquillas que necesitan de nuestra hospitalidad!

La escena finaliza con un enfoque al rostro asustado de Molly, cambiando al punto de vista de esta última. Molly se encuentra dentro de la Baller, teniendo a su lado a una aún inconsciente Rachel y luego a un moreno fornido. En el asiento de copiloto se encuentra el sujeto de la chaqueta de piel, quien habla por un transmisor con otro hombre de voz aguda.

  • Sujeto de la chaqueta: Byron, dile a la doctora Wilson que se prepare para atender a dos mujeres. Las encontramos a los alrededores del aserradero.
  • Byron: Bien, jefe. Pero también le informo que hay tres individuos en la entrada. Dos hombres y una mujer. Hernández los está reteniendo, pero la muchacha parece muy enferma.
  • Sujeto de la chaqueta: Déjenlos pasar y que la atiendan, esa chica puede estar muriendo, Byron. En cinco minutos llegaremos, que pasen y estén al tanto a nosotros.
  • Byron: Sí, señor. Corto.

La escena vuelve a cambiar, esta vez Molly se encuentra en una habitación de hospital, sentada en una silla del consultorio, mientras una mujer morena, vestida con las ropas de doctora, coloca un vendaje alrededor de la cabeza de una ya consciente Rachel.

  • Doctora: Lamento la rudeza de nuestros exploradores, hemos tenido muchos problemas con gente mala.
  • Rachel: Ese cabrón me las pagará.
  • Doctora: Háblenlo con el Presidente y verá como compensarlo.
  • Molly: ¿Dónde están nuestras armas? ¿Por qué nos la quitan?
  • Doctora: Es una medida de seguridad. De hecho, ningún civil puede portar armas dentro de nuestros muros.
  • Rachel: ¿Quién es el Presidente?
  • Doctora: Nuestro líder, es quien lleva las cosas aquí.
  • Rachel: ¿Y dónde está?
  • ???: Aquí mismo.

El mismo hombre visto anteriormente por las mujeres, ahora sin su chaqueta de piel y vistiendo únicamente una camiseta blanca, jeans y sus zapatos. El hombre, ya revelado que es el líder de la comunidad de Paleto Bay, esboza una sonrisa amigable y habla con las mujeres.

  • Líder: Siento que nos hayamos conocido en esas malas condiciones, pero las primeras impresiones no siempre son importantes. Hola, soy el líder de este pueblo, me conocen como el Presidente.
  • Molly: ¿El Presidente? Que nombre tan...
  • Presidente: ¿Raro? Lo sé.
  • Rachel: ¡Queremos nuestras armas!
  • Presidente: ¡Wow! Cálmese, señorita. Les daremos sus armas en cuanto se marchen, no tenemos problemas con ello.
  • Rachel: Pues queremos irnos ahora.
  • Presidente: Es un poco peligroso, hermosa dama. No me sentiría bien si dejara a dos personas irse a estas horas de la noche.
  • Rachel: Nos arriesgaremos.
  • Presidente: Miren, mañana si quieren pueden marcharse. Aún no conocen el pueblo, ni a las amables personas que residen aquí. Me gustaría que hoy pasen la noche en el hospital, mañana no pondré objeciones. Ahora, con su permiso, iré a ver a los otros recién llegados.
  • Molly: De acuerdo, gracias.
  • Presidente: De nada. Por cierto, bienvenidas a Paleto Bay.

El Presidente abandona la habitación. Por otro lado, en la sala de espera, Trevor y Jimmy miran el reloj, cuyas agujas marcan las 23:39. Ambos se encuentran en silencio, hasta que una puerta de consultorio se abre y de allí sale Tracey, quien se ve un poco mejor que antes, y, detrás de ella, sale un doctor alto, afroamericano y con apariencia de estar entrando en los cincuenta años.

  • Jimmy: ¡Tracey! ¿Estás bien?
  • Tracey: Sí, sí... Estoy mejor.
  • Doctor: Le hemos dado una inyección y unos medicamentos para que se mejore. La fiebre ya comienza a bajar, y a lo mejor para mañana ya estará bien.
  • Jimmy: Gracias.
  • Doctor: Les recomendaría que la chica no salga del hospital esta noche, por si algo puede pasarle. Estamos entrando en una época donde la gripe y otras enfermedades son más propensas que nunca.
  • Trevor: ¿Tenemos que pasar la noche aquí?
  • Doctor: Si no les es mucha molestia.

Mientras Trevor y Jimmy hablan con el doctor, desde el pasillo, el Presidente se acerca a ellos, presentándose detrás de ellos, esbozando una sonrisa amigable, la cual causa desconfianza en Trevor.

  • Presidente: Bienvenidos a Paleto Bay.
  • Trevor: ¿Y tú quien eres?
  • Presidente: Aquí se me conoce como el Presidente, y pueden intuir que soy quien lleva las cosas en este pueblo.
  • Jimmy: Hola, soy Jimmy.
  • Presidente: Mucho gusto, Jim. (A Trevor) ¿Y tú, amigo?
  • Trevor: Soy Trevor, y no soy tu amigo.
  • Presidente: Sí, puede que no. Pero a lo mejor con el paso del tiempo terminamos llevándonos bien, ¿eh? ¿Cómo está la paciente, doctor?
  • Doctor: Está bien, señor Presidente.
  • Presidente: Me alegro.
  • Doctor: Les estaba diciendo que sería bueno que pasen la noche aquí.
  • Presidente: Es una buena idea, considerando que debemos hacerles espacio en alguno de los departamentos. A ellos y a las mujeres.
  • Trevor: No queremos quedarnos aquí.
  • Presidente: Bueno, pero de todas formas, sería bueno que no se vayan hasta mañana. ¿Por qué no quisieran quedarse? Tenemos luz, agua potable, eventos festivos, gente buena... Considerando como está el mundo actualmente, Paleto Bay es un paraíso.
  • Tracey: Estamos buscando a mis padres y nuestro grupo.
  • Presidente: ¿Tienen un grupo?
  • Jimmy: Sí, pero nos perdimos hace unos meses, cuando los muertos invadieron nuestra granja.
  • Presidente: Siento oírlo, y les daré mi palabra de que les ayudaremos a buscar a su grupo. Si quieren también pueden formar parte de nuestra comunidad.

El Presidente se retira del lugar sin decir otra palabra. Tracey y Jimmy lo miran satisfechos por su atención, contrario a Trevor, quien se muestra desconfiado por el sujeto.

  • Tracey: Es un hombre muy amable.
  • Doctor: El Presidente es un hombre muy generoso. Deberían pensarse si formar parte del pueblo. El Presidente les hará el favor de buscar a su gente.
  • Trevor: ¿Cómo consiguieron hacer progresar todo un pueblo con las cosas como están?
  • Doctor: No sabría decirle, señor, pero sí se que fue un trabajo muy duro.

El Doctor procede a volver al consultorio, mientras que Trevor y los jovenes De Santa permanecen en el pasillo. Al poco tiempo, una figura se hace ver en el corredor. Los tres visitantes alcanzan a ver al individuo antes de que se les acerque. Tracey y Jimmy se muestran sorprendidos, y Trevor lo mira amenazante. La cámara se posiciona enfrente de la persona misteriosa, revelando una vez más a George.

  • George: Cuando los vi en la puerta no pensé que podrían ser ustedes... Pero me tomé el tiempo de comprobarlo. Sé que no soy la persona que estaban esperando ver, pero bueno. Aquí estamos.
  • Trevor: ¿Quién demonios eres tú?
  • George: Soy George, y anteriormente compartía campamento con estos dos chiquillos.
  • Trevor: Tu nombre me suena de algún lado...
  • Jimmy: Él es el hermano perdido de Tyler.
  • George: ¡Y no tan perdido! ¡Je, je! ¿Se dieron cuenta? El mundo cada vez parece más pequeño. Ya no queda mucha gente con la que compartir el aire, ¿eh?
  • Tracey: Siento lo que te ha pasado...
  • George: (Muestra su suplemento metálico en la mano) ¿Esto? Ya es historia pasada... Verás, cuando me encontraron, ya había perdido la mano, y estaba hambriento. Comenzaba a pensar que el suicidio era lo mejor. Ya saben, echarme una larga siesta y esperar a mi hermanito. ¿Lo han visto?
  • Tracey: No lo vemos hace un buen tiempo...
  • George: Ya... Supongo que somos tres.
  • Trevor: Tu hermano, Mickey y yo habíamos vuelto por ti a la ciudad. Cuando llegamos ya te habías ido.
  • George: Jm... Michael... El tipo que me dejó atrapado en esa azotea.
  • Doctor: (Interrumpe la conversación) Eh, George. El Presidente quiere que los recién llegados descansen. Mañana podrás hablar con ellos.
  • George: Bien, no pienso contradecir a nuestro amado líder. Hablaremos mañana, chicos. Buenas noches.

George se retira del lugar. Tracey y Jimmy lucen confundidos con este inesperado reencuentro, mientras que Trevor se mantiene indiferente. La noche transcurre, y el día se hace presente en Paleto Bay. Molly y Rachel, en compañía de un joven hombre asiático y otro de aspecto latino, salen del hospital, viendo con sus propios ojos el pueblo. No están muy lejos de las murallas, puesto que una parte de Paleto Bay ha sido "clausurada". En ese momento aparece una mujer de cabello castaño hasta los hombros, de estatura promedio y delgada, vestida con una chaqueta de lana blanca, jeans y botas negras. La misteriosa mujer, esbozando una sonrisa parecida a la del Presidente, se presenta con las mujeres.

  • Mujer: Hola, me llamo Kathleen, pero normalmente soy conocida como Kat. Bienvenidas a Paleto Bay.
  • Molly: Hola.
  • Kathleen: El Presidente me pidió el favor de darles un recorrido por nuestra comunidad, ya que él ha salido a una expedición. Hiro, Hernández, pueden volver a sus puestos. Yo me encargaré a partir de ahora.
  • Hernández: De acuerdo, jefa.

Los dos custodios, ahora conocidos como Hiro y Hernández, abandonan el lugar y regresan a su trabajo. Mientras estos dos se van, Kathleen guía a las mujeres para que conozcan el pueblo.

  • Kathleen: Síganme. ¿Alguna vez han estado en este pueblo?
  • Rachel: No.
  • Molly: No, soy una chica más de ciudad.
  • Kathleen: Igual que mis hermanos y yo. Mi hermano mayor solía ser arquitecto, solo iba al campo cuando se saturaba. Si yo te contara de mi experiencia propia, nunca me ha gustado el "aire puro". Prefiero mil veces los molestos ruidos de las ciudades.
  • Rachel: Debe ser feo saber que todo eso se acabó...
  • Kathleen: Al principio sí, pero una se acostumbra a la paz.
  • Molly: Esos tipos... Y los que están en las murallas, ¿son militares?
  • Kathleen: No, pero han tenido entrenamiento especial. Por protección.
  • Molly: Tienen artillería pesada y todo, por eso lo supuse...
  • Kathleen: Algunos hombres vienen armados, eso o las encontramos por ahí. Algunos dirán que es suerte, pero hemos trabajado mucho por esto.
  • Rachel: No conozco el pueblo, pero sí se que es bastante grande. ¿Cómo hacen para controlarlo todo?
  • Kathleen: Tenemos un sistema bastante regularizado. Cerramos una parte del pueblo, principalmente donde están las fábricas y todo eso. Básicamente nos quedamos con la zona comercial y la residencial. Además, la gente tiene trabajos por hacer aquí, y los jóvenes disponen de horarios de clases. Y por la noche implementamos un toque de queda a partir de las nueve de la noche.
  • Molly: Son bastante rigurosos.
  • Kathleen: Es por la seguridad de la gente. Ellos...
  • Molly: No puede ser...

Pasando completamente de las palabras de la amable Kathleen, Molly ve a pocos metros de distancia a Tracey, Jimmy y Trevor, quienes son guiados por un joven de cabello castaño un poco largo, delgado y de estatura promedio.

  • Molly: ¡Muchachos!

Al escuchar el grito de Molly, Trevor, Tracey y Jimmy la miran y, al instante, la reconocen, corriendo hacia ella después de mucho tiempo sin verla.

  • Trevor: No puedo creer que sigas viva.
  • Molly: Yo no puedo creer que tú sigas con vida, viejo.
  • Kathleen: ¿Ustedes se conocen?
  • Molly: Pues sí, estuvimos juntos anteriormente. Digo... En un mismo grupo, no es que estuviéramos juntos o algo as...
  • Trevor: Se entendió bastante, tranquila.
  • Molly: ¿Cómo han estado, chicos?
  • Tracey: Pues bien, y ahora supongo que no somos los únicos que se perdieron...
  • Kathleen: Imagino que tienen historias para contarse. Si quieren podemos hablar en el camino, ¿de acuerdo? Vamos, irán con nosotras, chicos.

Kathleen decide adherir a Trevor y los chicos a su grupo y continúa con el recorrido. Mientras tanto, nuevamente en el aserradero, El Presidente sale del lugar, limpiándose sangre de sus nudillos con un pañuelo blanco. El líder de Paleto Bay sube a una Bison blanca, pero no avanza hasta decirle algo a George, quien se encontraba junto al vehículo.

  • Presidente: Reúne a mis tropas, diles que nos veremos en Señora Road. Por fin tenemos la ubicación.
  • George: Sí, señor Presidente.

El Presidente se pone en marcha rumbo al sitio propiamente dicho, mientras George, acompañado por un hombre moreno, de aspecto serio, peinado afro, barba poblada, físico musculoso y alta estatura, sube a un Gresley y toma rumbo a Paleto Bay.

  • George: Así que tenemos el lugar de esos hijos de puta, ¿eh, Robert?
  • Robert: Eso parece.
  • George: Tú no hablas mucho, ¿verdad?
  • Robert: No.
  • George: Ya... Que aburrido es andar contigo, amigo.
  • Robert: No necesito hablar.

Unas pocas horas después, en Paleto Bay, Molly y Rachel son alojadas en una pequeña casa en la bahía. Las mujeres observan el interior de su hogar, el cual lucía reluciente y bien amueblado. Por otro lado, Trevor, Jimmy y Tracey son alojados en el Dream View Motel, el cual también se veía bastante bien, causando que Tracey y Jimmy se sientan cómodos, pero Trevor no se muestra conforme con la gente del pueblo.

  • Jimmy: Es muy acogedor. No es grande, pero... Sirve, me gusta.
  • Trevor: No me gusta este lugar.
  • Jimmy: ¿Por qué no?
  • Trevor: No confío en ese tipo... "El Presidente", ¿qué mierda de nombre es ese? ¿Y esta gente? Dios, el peor chiste jamás contado. Es obvio que solo son caretas.
  • Tracey: ¿Alguna vez has confiado en alguien, T?
  • Trevor: Sí.
  • Tracey: Entonces quedémonos unos días, para descansar. Luego seguiremos adelante.
  • Jimmy: Sí, necesitamos aclarar nuestras ideas y ver donde...
  • Trevor: Mis ideas nunca han sido tan claras, chicos.
  • Tracey: Llevarnos con nuestros padres, sí... ¿Y luego? ¿Qué sigue para ti?
  • Trevor: Me comprometí a llevarlos con Michael, no que me quedaría con ustedes.
  • Jimmy: ¿Por qué no?
  • Trevor: No pertenezco al mismo sitio que ustedes, no me siento cómodo, lo siento...
  • Jimmy: Entonces quédate aquí, ¿eh? El Presidente parece ser buena persona.
  • Trevor: Quizás es por eso que me cae tan mal...

Tracey y Jimmy miran extrañados a Trevor por su desconfianza. Trevor, sin embargo, simplemente se limita a mirar por la ventana, alcanzando a ver al mismo sujeto que los estaba guiando antes de que Molly aparezca, viéndolo desde abajo. Sintiéndose incómodo, Trevor cierra las persianas de la ventana y va a recostarse un rato. Mientras tanto, en una zona desierta de Señora Road, un grupo de militares montan un refugio al costado de la carretera, justo en el mismo lugar donde Michael y Trevor se habían reunido tras realizar un trabajo para Martín Madrazo. Los militares parecen recién salidos de Fort Zancudo, ya que poseen una basta cantidad de provisiones y armas. En eso, los militares ven la Bison del Presidente acercándose al lugar. Los militares toman sus carabinas y se preparan para una posible confrontación, pero el Presidente baja del vehículo levantando una bandera blanca en señal de paz.

  • Presidente: ¡Ey, ey, ey! ¡No disparen! ¡No disparen! ¡Soy amigable!
  • Soldado líder: ¡Identifíquese, civil!
  • Presidente: ¡Ey, ey! Encontramos a su compañero, Coleman. ¿El Sargento Coleman? Su grupo fue aniquilado por los caníbales, no pudimos hacer nada por ellos, pero conseguimos rescatarle. Está con nosotros, en nuestro refugio. Él nos dijo que los encontraría aquí.
  • Soldado líder: No lo puedo creer, ¿está bien?
  • Presidente: Sí, y los llevaremos con él.

Inmediatamente y tras decir estas palabras, el Presidente saca su pistola Beretta 92 platinada y dispara al soldado líder, quien cae abatido con un disparo al corazón. La faceta sonriente del Presidente cambia a un rostro completamente serio, mientras los otros soldados, sorprendidos, se preparan para disparar, pero terminan siendo atacados por el resto de guerrilleros del Presidente, entre los cuales se encuentran George, Hernández, Chang, Robert, y otros cuatro hombres. Los soldados no pueden hacer nada ante los guerrilleros, quienes los rodean y disparan desde varias direcciones, acabando con ellos poco a poco. El Presidente se limita a mirar este atroz acto, sin demostrar expresión alguna. Los soldados son eliminados en su totalidad, sin que el grupo de guerrilleros sufra alguna baja. Una vez con el sádico acto finalizado, el Presidente y sus hombres inspeccionan el área, acabando con los soldados muertos apuñalándoles en la cabeza y robándoles sus carabinas. Una escena sangrienta se produce, luego de que el Presidente mate violentamente a uno de los soldados malheridos golpeándolo con la culata de una carabina ante los ojos de los demás. Ya con la masacre realizada y con las provisiones adquiridas, el Presidente y su grupo llevan todo lo obtenido, inclusive los vehículos militares, hasta Paleto Bay. El grupo es recibido por una multitud de residentes, los cuales lucen extrañados por lo que sucede. El Presidente baja de un Mesa y se para encima de un Barracks OL, teniendo enfrente suyo a casi toda la población, iniciando un triste y emotivo discurso.

  • Presidente: En nuestra exploración, he visto que un grupo de militares tuvieron un desafortunado encuentro con los caníbales. Por eso varios de nuestros mejores hombres se marcharon sin previo aviso, para que me ayudaran a controlar la situación y salvar a quién pudiéramos... Pero no tuvieron la suerte de tener nuestros muros y perecieron. No los conocía, a ninguno de ellos, pero honraremos su sacrificio y no daremos por sentado lo que tenemos. Disfruten lo que queda del día, porque pronto oscurecerá y tendrán que ir a sus casas. Agradezcan lo que tienen y cuídense los unos a los otros. Gracias por su atención.

El Presidente se baja del Barracks, mientras que el resto de la población circula a realizar sus cosas antes de que el día se acabe. Mientras camina sin rumbo, el Presidente se encuentra con Molly, la cual había escuchado su discurso y logró conmoverse ante las palabras del mandatario de la comunidad.

  • Presidente: Oh... Sigues aquí.
  • Molly: ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?
  • Presidente: No, por esta noche no.
  • Molly: ¿Un largo día?
  • Presidente: Curiosamente, los días cortos son cosa del pasado para mi. Mi amigo y mano derecha, Byron, hace el mejor café del pueblo. Si quieres puedo invitarte uno luego.
  • Molly: Me gustaría eso.
  • Presidente: Excelente. Te veré luego, entonces.
  • Molly: De acuerdo, nos veremos pronto, señor Presidente. A todo esto... ¿Cuál es su nombre?
  • Presidente: Jeje... Eso nunca lo digo.
  • Molly: Bueno, nunca diga nunca, "señor nunca lo digo".

El Presidente echa una sonrisa a Molly, pero sigue su camino hasta su hogar, mientras que la mujer lo observa marcharse. Posteriormente, en el Dream View Motel, Trevor duerme una siesta en la habitación principal, por lo que George aprovecha y se reúne con Tracey y Jimmy en la sala, preguntándoles por el paradero de Tyler.

  • George: Entonces... Tenemos una charla pendiente, chiquillos. ¿Tienen idea de dónde puede estar?
  • Tracey: La verdad no, George. No sabría decirte... Estuvimos moviéndonos todo el otoño.
  • George: Rayos... Contaba conque ustedes me podrían ayudar. Pero bueno... Creo que no volveré a ver a mi hermanito.
  • Jimmy: Espera, nosotros también estamos buscando a nuestros padres... Supongo que Tyler seguirá con ellos.
  • Tracey: Sí, podríamos ayudarnos mutuamente.
  • Jimmy: Sí, quizás Molly sepa algo.
  • Jimmy: ¿La chica rubia que está con la negra?
  • Tracey: Primero, eso fue muy racista. Segundo, sí es ella.
  • George: Bien, supongo que todos ganaremos con esto. Yo tendré a mi hermano, y ustedes al tonto de Michael y su madre. Hablaré con esta chica Molly, les avisaré si sé algo, ¿de acuerdo?
  • Tracey: Sí.
  • Jimmy: Gracias, George.

Sin decir más, George decide marcharse de la habitación y se dirige a las calles de Paleto Bay, donde Kathleen lo espera al bajar las escaleras del motel.

  • Kathleen: ¿Les has sacado algo importante?
  • George: No, aún no. Pero ya haré que me canten algo
  • Kathleen: Muy bien, George. Recuerda que esto es muy importante para la causa. Tenemos que encontrar a ese grupo.
  • George: En tanto mi hermanito esté bien, no me importa otra cosa.
  • Kathleen: Sí, tranquilo. Hoy te toca descansar, así que ve a casa.
  • George: Sí, jefa.

Dicho esto, George se marcha hasta a su casa, mientras que Kathleen comienza a deambular por las calles, mostrando una mirada fría y sin expresión, a la vez que el Presidente aparece al lado suyo y comienza a caminar a su par.

  • Presidente: ¿Jackson sabe algo?
  • Kathleen: Creo que no, pero algo oculta.
  • Presidente: Bien, ponle el ojo encima a esos tres, yo me ocuparé de George y de las otras dos.
  • Kathleen: Descuida, sé hacer mi trabajo.
  • Presidente: Lo sé, por eso sé que no me decepcionarías, hermana.

El Presidente y Kathleen terminan separándose, marchando cada uno en direcciones opuestas. La escena se vuelve negra al momento en que estos dos se separan, por lo que el capitulo da por finalizado.

Capitulo 4: Resentimientos

Es una tranquila y fría mañana, se ve un sujeto misterioso que se mueve por los alrededores de la prisión. En la parte trasera del complejo penitenciario se observa al mismo sujeto, que ahora se le ve vestido con un overol presidiario, cortando las rejas con una cizalla. Acto seguido, se observa que el sujeto ha hecho entrar a una gran cantidad de caminantes y los encierra en uno de los complejos, para luego salir a buscar más. Eventualmente, el sujeto desmembra un cadáver con un machete y va haciendo un rastro de carne y sangre, para luego abrir la puerta que contiene a los muertos vivientes y estos salen lentamente tras su alimento. Mientras esto sucedía, en el patio principal de la prisión, Michael sale a ver el tranquilo entorno, notándose que los caminantes del otro lado han sido exterminados y Sam, Dutch y Benjamin cargan los cadáveres en carretillas y los sacan al exterior. Michael mira a los prisioneros haciendo su labor, saludando amablemente a Sam cuando este lo ve. En eso, Luis llega con Michael viendo lo mismo que él.

  • Luis: Parece que hay buenas personas aquí también.
  • Michael: Eso creo.
  • Luis: No veo al otro.
  • Michael: Creo que le vi irse a la cafetería hace un rato.
  • Luis: Ya veo... Bueno, tenemos trabajos que hacer hoy, ¿no?
  • Michael: Sí. Ya casi queda poco para quedarnos tranquilos.

Michael y Luis se aproximan a la entrada principal para realizar sus labores, encontrándose con Tyler y Ron en el camino.

  • Ron: Buenos días, chicos.
  • Luis: Buenas.
  • Tyler: ¿Empezamos ya?
  • Luis: ¿No faltan Franklin y Lamar?
  • Michael: Sí, ¿dónde están?
  • Tyler: Pasaron la noche allá. (Señala una torre de vigilancia)
  • Michael: ¿Los dos?
  • Tyler: ¡Oigan, Frank, Lamar, Zoey! ¡Vengan aquí, bobos!

Ante el grito de Tyler, Franklin abre la puerta de la torre, saliendo al exterior y viendo a sus amigos mirándolo. Detrás de Franklin sale Lamar, y segundos después sale Zoey.

  • Tyler: ¿Se divirtieron, chicos?
  • Franklin: ¿Qué...?
  • Tyler: ¡¿Se divirtieron?!
  • Franklin: Oh... Nada de eso, amigos. ¡Ya vamos!
  • Luis: ¡Apúrense, amigos!
  • Lamar: ¡Sí, ya vamos! (Susurrando) Idiotas...
  • Zoey: Sí, totalmente.

Los residentes de la prisión se ponen manos a la obra e inician sus labores. Mientras tanto, en Paleto Bay, Tracey pasea tranquilamente por los alrededores del pueblo, viendo como varios residentes decoran los lugares con motivo festivo. En la caminata, Tracey se cruza con un muchacho castaño, muy parecido al Presidente, pero con el rostro más joven y delgado, además de vestir con ropas ajustadas. El muchacho le sonríe a Tracey, y esta le devuelve el gesto con timidez.

  • Muchacho desconocido: Hola, ¿te acuerdas de mi? Soy Shane, el del otro día.
  • Tracey: Oh, sí... El del recorrido. Hola, ¿cómo estás?
  • Shane: Bien, bien. ¿Aún conociendo el pueblo?
  • Tracey: Pues, quería algo para desayunar. En el motel no hay nada. A propósito, ¿a qué se debe todo esto?
  • Shane: ¿Las decoraciones? Pues, cada mes, el Presidente organiza una fiesta en honor a los caídos en la formación de nuestra comunidad. Hoy se cumplen siete meses de que Paleto Bay es una comunidad.
  • Tracey: Ya veo. (Observa fijamente a Shane) No puedo evitar ver que tienes un gran parecido a él.
  • Shane: Sí, bueno... No es un secreto, pero tampoco lo decimos. El gran jefazo es mi hermano... Soy el menor de los tres.
  • Tracey: ¿Y quién es el otro?
  • Shane: Dejaré que lo diga él después. Mira, tengo que seguir con algunas cosas. Si quieres puedo llevarte comida al motel en un rato, ¿qué te parece?
  • Tracey: Me agrada la idea. ¿Sabes qué habitación es?
  • Shane: Una de mis actividades es saber donde está alojado cada habitante. Luego te veo, ¿vale?
  • Tracey: Sí.

Shane y Tracey se despiden y cada quien sigue su rumbo. Por otro lado, la casa donde Rachel y Molly se alojan se encuentra a la vuelta de la esquina. Allí, las dos mujeres observan un mapa puesto sobre la mesa y ven un nuevo destino al cual ir.

  • Rachel: Bien... Viendo que el cretino se niega a darnos un bote...
  • Molly: Porque no tiene ninguno en la costa.
  • Rachel: Como sea...
  • Molly: ¿Y por qué lo llamas cretino en todo caso? Es un hombre muy amable.
  • Rachel: Ese es justamente el problema. Esa cortesía... Me huele muy mal, Molly.
  • Molly: Mira, yo sé que no confías en él, pero podrías darle una oportunidad... Tú confiaste en mi y era una desconocida.
  • Rachel: No confundas las cosas. Tú estabas sola y necesitada de ayuda. Este tipo tiene toda una comunidad que, aislada y todo eso, no carece de nada que necesiten.
  • Molly: La gente que llega aporta su granito de arena...
  • Rachel: ¿Y los camiones y las armas? No me creo eso de que se encontraron con material militar abandonado.
  • Molly: A lo mejor sí fue una gran casualidad, o se toparon con militares hostiles. Ya sabes como son estos tiempos.
  • Rachel: Estás siendo ingenua, Molly. Creí que eras diferente.
  • Molly: ¿Diferente cómo? ¿Cómo tú? Lamento no ser una tipa dura que desconfía de todo el mundo todo el tiempo.
  • Rachel: (Lanza una mirada enojada a Molly) Voy a hacer de cuenta que no dijiste eso.

Ante esta tensa situación, Rachel opta por salir de la casa, comenzando a deambular por el pueblo, dudando de todas las personas que se encuentran allí. Mientras tanto, Molly se queda pensante unos minutos mientras observa fijamente el mapa de Rachel.

  • Molly: Este sitio es acogedor... ¿Por qué he de irnos?

Molly toma una chaqueta y sale también de la casa. La escena se corta en cuanto Molly cierra la puerta, cambiando nuevamente a la prisión. Allí, Michael, Luis, Tyler, Franklin y Lamar se encuentran afuera, con Tyler, Franklin y Lamar eliminando a varios caminantes que se acercan a la penitenciaría, mientras que Michael conduce la Bison de Tyler, llevando una carga de caminantes muertos en la parte trasera. Cuando llega a un sitio para dejar los cadáveres, Luis los empuja para arrojarlos de la camioneta. Michael decide volver para buscar la última tanda de cadáveres. Mientras tanto, todos los demás salen del interior de la prisión, viendo como esta se había vuelto un lugar seguro. Todos se encuentran allí, con una poca notable excepción de Karen, algo que sí nota Stacy y se muestra preocupada por esto.

  • Stacy: ¿Alguien vio a mi mamá?
  • Tony: ¿No durmió contigo anoche?
  • Stacy: Recuerdo que me llevó a la cama y me dormí, pero hoy desperté y ella no estaba... Ni tampoco sus sábanas.
  • Louise: Anoche la vi que fue a acostarte y nunca más salió, al menos hasta que nos fuimos a dormir.
  • Charlie: Seguramente haya ido a la cocina para prepararnos algo. No te preocupes, ahora iremos con ella.

Los hombres regresan a la entrada del complejo, viendo como todos los demás se encontraban esperándolos. Luis mira fijamente a Joni, y esta le sonríe, por lo que el dominicano le regresa el gesto con cariño, indicando que se han reconciliado. Todos se muestran alegres por su tranquilo presente. Sin embargo, la alegría se esfuma en cuanto Michael y los demás ven una gigantesca cantidad de caminantes aproximándose a su lado del patio. Ellie es la primera de los demás en escuchar a los caminantes, por lo que se voltea y observa aterrada a los muertos vivientes yendo hacia ellos.

  • Ellie: ¡Caminantes! ¡Cuidado!

Michael, Luis, Tyler, Lamar y Franklin se apresuran para ir en rescate de sus amigos, mientras que estos se dispersan rápidamente para huir de la oleada de muertos vivos. Amanda, Joni, Ellie, Stacy, Charlie y Tony escapan por un lado, dirigiéndose al interior de su pabellón, mientras que Louise, Zoey y Ron inician un tiroteo para mantener a raya a los caminantes.

  • Ron: ¡Hay que cerrar la reja!
  • Louise: Vamos, yo te cubro.

Ron y Louise se abren paso entre los caminantes a disparos, eliminando a una buena cantidad hasta llegar a la reja. Mientras esto ocurría, Joni, Ellie, Charlie, Stacy y Tony llegan a la puerta del pabellón. Joni abre y deja pasar a Charlie, Stacy, Amanda y Tony. Ellie se propone a entrar, pero justo es sorprendida por un caminante.

  • Ellie: ¡NO! ¡Ayuda!
  • Tony: ¡Aguanta!

Tony sale heroicamente del pabellón en rescate de Ellie, quitándole el caminante de encima de una patada. No obstante, en cuanto se da la vuelta para volver, es sorprendido por otro caminante que le muerde el cuello sin darle tiempo a reaccionar. Joni ve esta aterrada como el caminante tira al suelo a su moribundo ex-jefe y amigo, devorándolo vivo junto al caminante que previamente había atacado.

  • Joni: ¡Tony! ¡No! ¡Lo siento!

Joni, ya con todos los demás dentro, cierra la puerta para ponerlos a todos a salvo. Por otro lado, ya con Michael y los demás luchando contra los muertos vivientes, Ron llega a la reja, logrando despejarla de caminantes para posteriormente intentar cerrarla con una cadena y el candado que aún seguía allí.

  • Ron: Ya casi estamos.

Louise se distrae con un par de caminantes que se acercaban por su derecha, teniendo que eliminarlos con su cuchillo ya que se quedó sin balas. La mujer no consigue ver que, por la izquierda, un caminante se acerca sigilosamente a Ron y, cuando este consigue cerrar la reja, lo muerte en el hombro.

  • Ron: ¡Agghhh! ¡Mierda!
  • Louise: ¡No!

Ron reacciona y golpea al caminante, apartándolo de él, y Louise lo remata con su cuchillo. Ron comienza a desangrarse violentamente, por lo que Louise decide llevárselo por un pabellón no explorado para ponerlo a salvo. Dutch y Sam, al ver esta situación, se unen a la acción, eliminando a algunos caminantes con un bate de béisbol y un machete, respectivamente. Al cabo de unos cuantos minutos de lucha, los sobrevivientes se alzan con la victoria.

  • Michael: ¿Qué mierda pasó?
  • Lamar: (Apunta a Sam y Dutch) ¡Ustedes! ¡¿Qué hicieron?!
  • Sam: ¡Calma, calma! No hemos hecho nada. No sé que ocurrió.
  • Dutch: No por ser prisioneros somos canallas como para hacer esto, amigo. Apártate de nosotros.
  • Luis: ¿Dónde están los otros dos?
  • Sam: No lo sé... Creí que estarían aquí afuera, no están dentro.
  • Franklin: ¿Creen que hayan tenido algo que ver?
  • Michael: No lo sé. Luis, tú, Franklin y Lamar vayan a buscar a esos dos... Los demás...

De la nada, una estruendosa alarma interna de la penitenciaría comienza a escucharse. Esto alarma a todos los sobrevivientes, puesto que el ruido atraería una gigantesca horda de caminantes.

  • Michael: ¡¿Qué es eso?!
  • Tyler: ¡Es la alarma de fuga! Tal parece que se ha activado.
  • Franklin: Ya... No me digas, negro.
  • Michael: ¿Y cómo mierda se pudieron encender?
  • Sam: Tal parece que aún queda energía en los generadores para hacer funcionar la electricidad en el complejo.
  • Tyler: Con esa energía pueden abrir las puertas de la prisión electrónicamente.
  • Michael: ¡Sam, ¿sabes dónde queda la sala del generador?!
  • Sam: Sí, puedo apagarla.
  • Michael: Ty, ven conmigo. (A Sam y Dutch) Ustedes dos, vengan también.

Michael, Tyler, Dutch y Sam se adentran en la prisión para dirigirse a los generadores, mientras que Luis, Franklin, Lamar y Zoey van en busca de los dos prisioneros desaparecidos. Por otro lado, la celebración en honor a los caídos de Paleto Bay se lleva a cabo, con algunos puestos de comida y bebida. La gente pasea feliz por el pueblo, bajo la mirada seria de Rachel, quien se encuentra apoyada en el ventanal de la tienda de descuentos. Por otro lado, cerca de The Hen House, Molly se encuentra con George, señalándole una ubicación en un mapa.

  • Molly: Supongo que es por ahí...
  • George: Así que solo tengo que tomar la ruta 69 y unos veinte kilómetros más...
  • Molly: Síp, ahí estará la granja.
  • George: Oh, genial. Gracias. ¿Quieres venir conmigo?
  • Molly Nah, paso...
  • George: Oh... ¿Qué pasó? ¿No quieres ver a tus viejos amigos? ¿Guardas algún "resentimiento" con ellos?
  • Molly: No es eso, solo que... Tengo ganas de estar aquí...
  • George: Es curioso, ¿no? Fuimos abandonados por la misma gente, y nos rescataron otros... Y nos dieron esta posibilidad.
  • Molly: No creo que "abandonar" sea el término adecuado.
  • George: Ya, si tú lo dices, linda. Gracias por lo del mapa.
  • Molly: Espera, antes de que te vayas... ¿Te puedo hacer una pregunta?
  • George: Sí, dime.
  • Molly: ¿El Presidente es una buena persona?
  • George: Pues, si vieras en las condiciones en las que me encontró, básicamente muerto... Él pudo dejarme morir allí tirado, pero no lo hizo. Me salvó la vida y me dio una gran comodidad. Y eso hace con muchas personas, así que sí... Es una buena persona.

George se marcha del lugar y Molly quedan pensativa sobre la decisión que tomará. Mientras tanto, en la penitenciaría, Louise y un herido Ron caminan rápidamente por unos pasillos oscuros, los cuales no estaban explorados pues no veían las flechas indicadoras que el grupo iba marcando para guiarse.

  • Louise: Estamos yendo muy deprisa y no sabemos a dónde vamos. Deberíamos parar.
  • Ron: ¿Para qué? ¿Para sentarme y morir? No, voy a acompañarte con los demás y ponerte a salvo, luego... Ya veremos.
  • Louise: Ron, estás sangrando mucho...
  • Ron: Lo sé, lo sé... No me siento muy bien... Pero supongo que éste era mi destino después de todo.
  • Louise: No tenía que ser así, es mi culpa...

Ron y Louise llegan hasta el final del pasillo, donde ven una puerta que los conduciría a otra zona. No obstante, dos caminantes se interponen en el camino de estos dos, por lo que frenan.

  • Louise: Mierda, yo perdí mi cuchillo. ¿Tú tienes uno?
  • Ron: No.
  • Louise: Carajos... Bien, vamos por otro lado.
  • Ron: No, ya estamos muy cerca.

Dicho esto, Ron se arroja contra los dos caminantes, abriéndole el paso a Louise para que corra. La mujer se acerca a la puerta esperando a Ron, pero este había sido atrapado por los caminantes y estos comienzan a morderlo.

  • Ron: ¡Vete! ¡Sigue! ¡Tú vete! ¡Yo ya estoy muerto!

Louise ve por última vez a Ron siendo comido vivo por los caminantes, viendo además una tétrica escena donde uno de ellos le arranca la yugular con los dientes. Louise pasar la puerta que lo lleva a un nuevo pasillo, pero este es más ancho y corto. Sin embargo, al llegar a la mitad del camino, cinco caminantes le cierran el paso.

  • Louise: No puede ser...

Louise ve un cuarto oscuro a su izquierda, por lo que ni se lo piensa y se mete en él, cerrando la puerta para evitar el acceso de los caminantes. Louise, sintiéndose segura, recorre la habitación, encontrando un rincón iluminado por una linterna sobre una mesa.

  • Louise: ¿Una linterna encendida? ¿Hola? ¿Hay alguien aquí?

Louise toma la linterna, pero cuando acercó su mano a la mesa no evitó escuchar un débil gruñido de caminante. La mujer se aterra por completo y utiliza la linterna para iluminar la mesa, viendo aterrada la cabeza cercenada y zombificada de Karen, quien había desaparecido toda la mañana.

  • Louise: ¡No puede ser!

Louise entra en un estado de pánico, se hiperventila y suelta la linterna. La mujer se encuentra quieta sin moverse y llora sin cesar. No obstante, Nicholas aparece por detrás de la mujer y la golpea con el mango del machete en la cabeza, dejándola inconsciente. Mientras tanto, Luis, Franklin, Lamar y Zoey recorren los pasillos no explorados en busca de los prisioneros desaparecidos.

  • Luis: Esos hijos de puta... Estoy seguro de que fueron ellos.
  • Lamar: Tal vez solo Nicholas y Benjamin. Los otros dos no me dan mala espina.
  • Zoey: Es verdad, Sam y Dutch parecen ser agradables.
  • Franklin: Chicos, silencio, escucho a los zombis.

Los cuatro oyen el sonido de los caminantes cerca de ellos, por lo que sacan sus cuchillos y se preparan para defenderse. No obstante, al avanzar un poco más, los sobrevivientes doblan a la izquierda, viendo a los dos caminantes comiendo el cuerpo de Ron.

  • Zoey: Santo Dios... Es Ron...

Franklin y Lamar eliminan a los dos caminantes, verificando luego que el cuerpo efectivamente era Ron. Los cuatro se entristecen por la muerte de uno de los suyos.

  • Lamar: Espero que no haya sufrido mucho...
  • Franklin: Traigamos una lona y enterremos sus restos...

Mientras esto sucedía, Michael, Tyler, Sam y Dutch llegan corriendo a la sala del generador. Tyler intenta cerrar la puerta, pero una manada de caminantes se le adelanta y le impide cerrar, por lo que Sam y Dutch le ayudan a sostener la puerta. Michael, por su parte, consigue apagar el interruptor callando las alarmas. Todo parece ir bien, hasta que Michael es tomado por sorpresa por Benjamin. Este le ataca con un hacha, pero afortunadamente Michael reacciona a tiempo y lo esquiva. Benjamin sigue atacando ferozmente al líder del grupo, pero en un descuido Michael toma el hacha y forcejea para que la suelte. En pleno forcejeo, el revólver pesado de Michael cae al suelo. Michael y Benjamin siguen forcejeando, algo que es visto por Tyler y los otros prisioneros.

  • Tyler: Mierda. Sam, ve, nosotros podemos.
  • Sam: De acuerdo.

El forcejeo entre Michael y Benjamin finaliza cuando el prisionero pisa el pie de Michael, pero este le da un cabezazo y ambos sueltan el hacha. Benjamin no se da por vencido y se arroja contra Michael, pero este lo esquiva, provocando que el prisionero se golpee con una máquina. Mientras esto sucedía, Sam toma el revólver de Michael y apunta a este último ante los ojos de Benjamin.

  • Benjamin: Eso es, amigo... Ahora, dispara...
  • Sam: Cállate, Benjamin.
  • Benjamin: ¿Qué dices, tonto? ¡Esta prisión es nuestra! Mátalo, ahora.
  • Sam: Sí, es verdad. Es nuestra.

Dicho esto, Sam dispara y la bala impacta en el cráneo de Benjamin, matándolo en el acto. Michael sigue sorprendido al ver que Sam sigue apuntándole con la pistola, pero luego, en un acto de lealtad, toma el arma por el cañón y apunta con el mango a Michael, devolviéndosela. Michael toma el arma bajo la sonrisa amistosa de Sam.

  • Michael: Gracias.
  • Sam: Ya comprobamos que estamos con ustedes, ¿verdad?
  • Michael: Sí, ha quedado claro.

La escena cambia a Paleto Bay, donde el Presidente bebe un vaso de whisky en su casa, hasta que escucha que alguien llama a la puerta.

  • Presidente: Ya voy, ya voy. Sea paciente, por favor.

El Presidente abre la puerta y observa con una faceta sonriente a George parado frente a él.

  • Presidente: George, ¿se te ofrece algo? ¿Quieres pasar?
  • George: No, seré breve, Presidente.
  • Presidente: Bien, dime.
  • George: He hablado con esa rubia... Molly. Me dijo donde estaba la granja donde estuvo con mi hermano. Quería pedirle permiso para ir en su busca.
  • Presidente: Eh... Bueno, George... Sabes que te apoyo, pero es un movimiento arriesgado. No deberías salir, perderíamos mucha fuerza si tú te vas.
  • George: Se trata de mi hermano, señor. Nada es más importante que él.
  • Presidente: Lo sé, y por eso te digo... Mira, si quieres ir a buscar a tu hermano, sácale más información a esa chica, y también tienes a los otros tres que quizás sepan más. Haremos una cosa, saca una ubicación en concreto y yo personalmente iré contigo. ¿Eh?
  • George: (Desconfiando del Presidente) Mmm... De acuerdo.
  • Presidente: Bien dicho. Ahora ve si puedes ayudar a algún habitante o con la seguridad, luego de la fiesta nos pondremos a trabajar.
  • George: De acuerdo.

George, con un notable gesto de decepción, se marcha y el Presidente cierra la puerta, cambiando la sonrisa por un rostro serio. La escena cambia nuevamente, ahora con el Presidente tocando la puerta de una casa, siendo recibido al poco tiempo por un hombre de mediana edad, de cabello claro y de ojos verdes.

  • Presidente: Byron, amigo, ¿qué tal?
  • Byron: Hola, Presidente.
  • Presidente: Byron, ¿hace cuanto que nos conocemos? Solo llámame Gerry.
  • Byron: Sí, lo siento. Sucede que estamos en público.
  • Presidente: ¿Y no me invitarás a pasar, amigo?
  • Byron: Sí, claro. Pase... Pasa.

El Presidente ingresa a la casa y Byron luego cierra la puerta. La escena salta a unos minutos después, con Byron sirviendo una taza de té al Presidente que se encuentra sentado en el sofá de la sala.

  • Byron: Gracias por venir, Gerry. Últimamente el trabajo me tiene agobiado.
  • Presidente: Lo siento. ¿Y cómo va eso?
  • Byron: De momento detenido. La condición del señor Gabriel aún está estable. Ya le tendré noticias sobre eso.
  • Presidente: ¿No has podido progresar con los podridos?
  • Byron: No, lo siento. Es casi imposible si aún no puedo descifrar el comportamiento de uno reciente.
  • Presidente: Mmm... Bueno. Gracias por hacer todo lo posible. Eres un buen hombre, Byron. Y tu té es exquisito.
  • Byron: Gracias, señor.

El Presidente bebe un sorbo de la taza y la escena termina repentinamente. De regreso a la penitenciaría, el grupo se reúne ya con la situación completamente controlada. Michael, Tyler, Sam y Dutch son los últimos en salir al patio, encontrándose allí con los demás sobrevivientes.

  • Michael: Encontramos a Benjamin, ya nos encargamos de él.
  • Zoey: El otro sigue desaparecido, no lo hemos encontrado...
  • Franklin: Solo encontramos los restos de Ron, lo hicieron pedazos.
  • Tyler: Yo vi que fue con Louise, ¿la han visto?
  • Franklin: No...
  • Amanda: También mataron a Tony...
  • Luis: Mierda... Tony, amigo... (Se lleva las manos a la cabeza)
  • Charlie: Karen también anda desaparecida, no la hemos visto desde anoche. Dice Stacy que despertó y ya no estaba.
  • Michael: Hijos de puta... De acuerdo, iré a buscarlas... Podrían estar en peligro. Tyler, establece un perímetro y pon a los demás seguros hasta que encontremos a Nicholas. Ese psicópata no va a salirse con la suya.

Michael entra en solitario al interior de un pabellón, mientras los demás lamentan la muerte de sus miembros. El capitulo finaliza con una vista a los sobrevivientes, con Luis y Joni llorando abrazados y a Zoey sosteniendo la mano de una preocupada Stacy. La escena termina súbitamente y así acaba el capitulo.

Capitulo 5: La cruda realidad

El capitulo inicia con un Flashback de una escena ya conocida, con un sujeto extraño acercándose a Karen, quien se encuentra de espaldas a él fumando un cigarrillo. Cuando el extraño se acerca lo suficiente a la mujer, este apoya su mano en el hombro de la mujer, quien hecha un pequeño salto al asustarse. Karen se voltea rápidamente y ve a un amigable Nicholas frente a ella.

  • Nicholas: Oh, lo siento. No fue mi intención asustarte.
  • Karen: No, está bien. Supongo que estar mucho tiempo afuera me hicieron asustadiza.
  • Nicholas: Je, te entiendo. A mi estar encerrado tanto tiempo me hizo asustadizo. No estaba en el exterior hace muchísimo tiempo. Que bueno que tu gente llegó para sacarnos.
  • Karen: Es un placer encontrarnos con gente buena después de todo.
  • Nicholas: ¿Han lidiado con gente mala?
  • Karen: Michael sí... Han intentado matarlo hace un tiempo y nos amenazaron a todos.
  • Nicholas: ¿Has tenido que matar a alguno?
  • Karen: No, realmente las armas no son lo mío... Gracias a Dios no he tenido que enfrentarme a nadie que sea un verdadero peligro para mi.
  • Nicholas: ¿Y para qué eres buena?
  • Karen: Te parecerá absurdo por las cosas que vivimos... Yo soy buena para cocinar.
  • Nicholas: Eso es estupendo, considerando que aquí éramos cuatro idiotas que no podían prender el horno... Tus habilidades nos vendrían bien a todos.
  • Karen: ¿Tú crees?
  • Nicholas: Sí. No queremos que este sea el fin del mundo. Tenemos que seguir siendo humanos civilizados. ¿Quieres que te muestre la cocina?
  • Karen: Sí, claro. Vamos.

Karen apaga su cigarrillo y sigue a Nicholas hasta el interior de la penitenciaría en dirección a la cafetería. La escena finaliza con ambos entrando al complejo penitenciario.