Los Santos Memories es una historia creada por el usuario GalileoDaVici para la GTE creada el 21 de noviembre de 2016. Pertenece al Universo HD y a la saga Memories.
Primera Parte[]
"Un día normal en South Central"[]
2015, Los Santos. Esa mañana, Lamar Davis caminaba tranquilamente por Chamberlain Hills. Se cruzó con compañeros de la banda, a quienes saludó. Llegó hasta Forum Drive, dónde había más miembros. Llegó hasta su casa. Cuando estaba a punto de entrar, vió que su vecino, Drew Jonathan Ross, estaba fumando un cigarrillo sentado en el cordón. Aunque era de piel blanca, hacía tiempo que Lamar quería integrarlo en la banda. Drew lo miró y largó un insulto por lo bajo. Lamar se acercó hasta él.
LAMAR: Hey, Drew. ¿Cómo estás, bro?
DREW: Bien, Lamar. ¿Qué quieres?
LAMAR: Sólo hablar, hombre.
DREW: Estamos hablando.
En otra ocasión, Lamar hubiera golpeado al tipo que le diga eso. Pero cómo era Drew, a quién quería integrar en la pandilla del barrio, quería mostrarse de lo más amable con él.
LAMAR: Hey, Drew, ¿no te gustan esas películas dónde se reparten balazos por el barrio y se muestran grandes culos? Eso es posible en este barrio. Sólo si te integras a los Families. Cuando el otro negro se desvinculó totalmente de la banda, quedamos... ya sabes, maltrechos.
DREW: Lamar, ya te he dicho que no. No quiero involucrarme. Adiós.
Drew arrojó el cigarrillo lejos y se metió en su casa. Lamar lo miró entrar y luego volvió a su casa. Drew tenía en ese momento 24 años, y vivía en esa casa con su madre, Sandra. Drew entró a su habitación, se tiró en la cama y comenzó a leer una revista. En eso apareció Sandra. Se paró en la puerta con expresión furiosa.
SANDRA: Drew, ¿ni siquiera piensas levantarte a hacer algo? Buscarás trabajo, chico. Desde que dejaste la universidad no haces más que estar en la cama. Ve a hacer las compras. Te he dejado dinero en la mesa. Yo me voy a trabajar. Cosa que pronto harás.
DREW: Oh, vamos.
Sandra pegó un portazo. Drew se levantó y tomó el dinero que estaba en la mesa. Salió de su casa. Extrañamente, Sandra no se había llevado el Rhapsody familiar, que tenía el maletero apenas abierto por qué estaba dañado. Drew se subió e intento encenderlo. Tras varios intentos, no pudo.
DREW: Ya veo por qué no lo usó.
Drew intentó una vez, y finalmente encedió, con un traqueteo y una humareda. Fue hasta el 24/7 más cercano. Entró; había dos personas en la fila delante de él. Drew tomó las cosas rápidamente e hizo la fila. Mientras esperaba, estacionó fuera del supermercado un Manana descapotable, que traía la música de rap bastante fuerte. De los dos hombres que iban dentro, bajó el copiloto. El auto no se frenó. Ambos hombres llevaban gorras y anteojos negros. Además, el que bajó se pusó un pañuelo verde que le cubría la boca y la nariz. Ni bien entró al 24/7, empuñó un 9mm.
¿?: Vamos, inmigrante. Vacía la caja.
La gente se asustó y retrocedió, pero Drew reconoció la voz del ladrón: Lamar Davis. El dependiente de la tienda vació la caja registradora tranquilamente.
DEPENDIENTE: No se preocupen, es el cuarto esta semana.
Lamar tomó el dinero. Cuando estaba por salir, inexplicablemente estaba por llegar la policía. Buscó el auto de su amigo, pero no estaba. Había huído.
LAMAR: Hijo de puta.
En ese momento, buscando algún escape, Lamar reconoció el auto de Drew. Cómo sabia el defecto del baúl, se metió dentro, con su pistola y el dinero. Drew no tuvo otro remedio que pagar su compra y volvió a subirse a su auto. Sin saber quién estaba en su baúl, Drew volvió a su casa. Entró a ella y se sentó a mirar televisión. Luego, salió afuera y encendió un cigarrillo. Entonces vió que el baúl se intentaba abrir. Fue hasta él intigrado. En ese momento vió a Lamar intentando salir.
DREW: ¡¿Qué haces ahí?! ¡¿Te metiste ahí luego de robar la tienda?!
LAMAR: ¿Por qué diablos no le cuentas a todo el mundo que yo robé la tienda? Ayúdame a salir, mierda.
Drew le tendió una mano a Lamar y este salió del baúl, sacudiéndose el polvo que se le había pegado a las ropas.
LAMAR: Gracias, bro.
DREW: La próxima vez avísame que te metes en mi maletero.
LAMAR: Toma un poco del pastel.
Lamar sacó un poco de dinero de la bolsa y se lo entregó a Drew. Este gesto no era más que un intento de hacer más cercano a Drew.
DREW: Gracias. ¿Qué pasó con tu compañero?
LAMAR: Andre Barnes. El muy marica huyó. Debe estar escondido por aquí.
DREW: ¿Qué le harás?
LAMAR: ¿Piensas que lo voy a matar? Claro que no. Sólo... no le voy a dar el dinero. Adiós, Drew. CGF por siempre.
DREW: Sí, claro.
Lamar se fue haciendo una seña con la mano derecha. Drew se metió nuevamente en su casa. El día pasó lentamente. Drew ejercitó un poco corriendo por la playa y luego visitar a un amigo, David Christensen. Charlaron un rato, bebieron una cerveza y se despidieron. Drew volvió a su casa cerca del anochecer. Su madre no había vuelto todavía. Miró televisión un rato, fumando un cigarrillo. Entonces, vió la publicidad sobre el partido por el título nacional del basquet, entre Los Santos Panic y los Liberty City Penetrators, en el Maze Bank Arena. El partido sería en dos semanas. Drew tomó inmediatamente su celular y marcó el número de David.
DAVID: Drew, ¿qué pasa, amigo?
DREW: ¿Has oído que juegan Panic y los Penetrators por el título?
DAVID: ¿En serio? ¿Dónde y cuándo?
DREW: En dos semanas, en el Maze Bank Arena. ¿Vamos?
DAVID: Claro. ¡Claro! Compra las entradas, luego te doy mi parte. ¡Claro que iremos!
DREW: Ok, hombre. Las compraré ya mismo. Adiós.
DAVID: Hasta luego, bro.
Drew metió el celular en su jean, se colocó una camiseta, tomó un poco de dinero y salió fuera. Para no renegar nuevamente con el auto, decidió sacar la Scorcher del garaje y ir con ella hasta el Maze Bank Arena. Llegó rápidamente. Dejó la bicicleta atada con candado fuera del estadio y fue hasta una de las boleterías.
DREW: Buenas tardes. Dos entradas.
EMPLEADA: ¿Sector Panic o Penetrators?
DREW: Panic.
EMPLEADA: ¿Zona B, C o D?
DREW: ¿Cuál es la más cercana a la cancha?
EMPLEADA: B.
DREW: Ok. Dos zona B.
La empleada tocó unas teclas de la máquina que tenía enfrente de ella y la máquina emitió dos tickets. La empleada se los entregó a Drew.
EMPLEADA: 600 dólares.
Drew sacó su billetera y le entregó el metálico a la mujer.
EMPLEADA: Gracias.
DREW: Gracias a ti. Adiós.
Drew tomó nuevamente su bicicleta y volvió a su casa. Ahí, una Towtruck se estaba llevando el Rhapsody, mientras Lamar y Sandra miraban.
DREW: ¿Qué es esto?
SANDRA: Lamar se ofreció a pagarnos un arreglo completo del auto. Nuevamente, gracias, Lamar.
LAMAR: No es nada, señora Ross. Todo por un compañero del barrio.
Lamar tendió un brazo sobre el hombro de Drew.
SANDRA: ¿De dónde vienes, Drew?
DREW: Compré entradas para el partido entre Panic y Penetrators.
LAMAR: ¿Vas a ver a los Panic? ¡Ese es el equipo de los Ballas!
DREW: Yo no estoy involucrado con las pandillas.
LAMAR: Por ahora. Bueno, Drew, Sandra, hasta luego.
DREW: Adiós, Lamar.
SANDRA: Adiós. Y gracias.
Luego de que la grúa se llevara el auto, madre e hijo entraron a la casa. Cenaron y luego Sandra se fue a dormir. Drew se quedó mirando un poco de televisión hasta bien entrada la madrugada, cuando las luces policiales iluminaron la calle. Drew se asomó por la ventana discretamente; había tres o cuatro patrulleros, y las prostitutas y vagabundos se alejaban del lugar. Los policías se metían, armados con escopetas, en los apartamentos dónde tenía su hogar Gerald. Drew, curioso, salió sigilosamente de su casa y cruzó la calle velozmente, para esconderse detrás de un muro bajo. Se movió un poco más, para tener más visión del acontecimiento. Entonces se escuchó el primer disparo. No era de los policías, pero estos respondieron. Con ese disparo se inició la balacera. Seguramente, los rivales de la ley eran los Families. Se intercambiaron balas durante diez minutos aproximadamente. Finalmente, los policías avanzaron. Dos de estos salieron del apartamento con dos Families esposados. Luego aparecieron otros dos policías cargando a un pandillero que chillaba de dolor por un disparo en el vientre. Drew se acercó un poco más; estaba en la acera de la casa de Lamar. En ese momento se encendió una luz en la casa. Drew se sobresaltó. Luego, vió como Lamar salía de su casa armado con una 9mm. Este se sobresaltó por igual al ver a Drew ahí.
LAMAR (susurrando): ¿Qué haces aquí?
DREW: (susurrando): Estaba observando.
LAMAR: (susurrando): Deben buscar a G. Debo rescatarlo.
DREW (susurrando): ¿Estás loco? Te matarán.
LAMAR (susurrando): No me pueden matar a mí.
Lamar enfiló hacia los policías, pero Drew lo tomó de la camiseta y lo arrojó contra unos setos, dónde se escondieron.
LAMAR (susurrando): ¿Qué diablos haces?
DREW (susurrando): Te matarán. Quédate aquí.
Desde ahí vieron cómo la policía salía con Gerald esposado. Lo metieron a un patrullero y la policía se fue de ahí.
LAMAR: ¡Mierda! ¡G!
Lamar se levantó furioso, y se metió en su casa. Drew salió de su escondite, con una sensación rara en el estómago. Volvió a su casa y intentó dormir. No pudo durante toda la noche. A la mañana siguiente, un Drew ojeroso se levantó de la cama y fumó un cigarrillo en la calle. Oyó que todos los Families hablaban sobre el arresto de Gerald.
"Siempre está soleado en Los Santos"[]
Las dos semanas siguientes pasaron lenta y penosamente. Un día, llegó un mecánico, con el Rhapsody cómo nuevo. Drew encontraba solo una cosa para alimentar sus ganas de seguir en Los Santos: el partido de basquet. Finalmente, llegó el tan ansiado domingo. Todos los lugares cercanos al Maze Bank Arena estaban custodiados por policías. Drew se reunió con David unas horas antes del partido.
DREW: Vaya clima hay en LS.
DAVID: Ajá. Mira: la compré ayer.
David le mostró su gorra de los Panic a Drew.
DREW: Buena gorra. ¿Me acompañas a comprar una camiseta? Debo tener un recuerdo de este día.
DAVID: Claro. Las venden en SubUrban.
Ambos amigos se dirigieron a la tienda, compraron una casaca y volvieron al estadio.
DAVID: Entremos antes de que se abarroten las entradas.
DREW: Tienes razón. Vamos.
Ambos entraron y tomaron sus asientos, a dos filas de la cancha. Observaron cómo los jugadores de ambos equipos practicaban, mientras las mascotas respectivas a cada equipo hacían payasadas en el medio de la cancha.
DAVID: ¡Mira! Ahí está Kazinsky.
Mina Kazinsky, flamante, entró y lanzó algunos balones al aro. Todos estos entraron y la gente aulló de júbilo.
DREW: ¿Qué edad tiene Mina?
DAVID: 35. Ésta quizás sea su última oportunidad de jugar por el título.
DREW: ¿Y quién es la estrella de los Penetrators?
DAVID: Pat Dewing, el pívot.
DREW: ¿Aquel?
DAVID: Ajá.
DREW: Va a ser un partido duro.
DAVID: Y que lo digas. Los Penetrators están casi obligados a ganar el título. Hace más de diez años que no lo ganan.
En pocos minutos empezó el partido. Fue un juego movido, divertido, dónde se convirtieron muchos puntos. Al final, el resultado fue 118 a 93, a favor de los Panics. Cuando sonó el silbato del final, la gente se abalanzó sobre la cancha, con un estallido general de felicidad. Drew y David saltaron también. Todos los jugadores saltaban de alegría. En un momento, Drew encontró la lapicera del entrenador cerca de él. La tomó sin duda. Apartó gente hasta acercarse a Kazinsky, que se encontraba festejando junto a la gente su gran actuación. Cuando estuvo al lado de Mina, se le acercó al oído.
DREW: ¡Mina, firma mi camiseta! ¡Por favor!
Mina, con una sonrisa, tomó la birome y firmó la casaca. Drew lo abrazó y siguió festejando. Se encontró de nuevo con David, y este se asombró con la firma. Esa noche, bebieron hasta tarde en un bar y luego volvieron a sus casas. Drew dejó la camiseta colgada en su habitación, como un recuerdo que quería guardar para siempre. Pasaron varios días, ahora felices, en los que la vida siguió normal. Una tarde, Drew se encontraba ejercitando en el Muscle Sands cuando su teléfono sonó. Lo sacó de su mochila, que estaba a un lado de él.
DREW: ¿Hola?
DAVID: Soy yo, David.
DREW: Oh, hola, amigo.
DAVID: ¿Quieres irte este fin de semana de campamento a Chilliad? Con unos amigos.
DREW: Claro. ¿Cuando salimos?
DAVID: En dos horas. Te pasaré a buscar. Prepárate. No te preocupes por las bolsas de dormir, yo tengo de sobra. Sólo debes llevar algo de ropa, comida y algo para defenderte. Andan animales peligrosos por ahí.
DREW: Ok, ok. Nos vemos luego.
DAVID: Adiós.
Drew terminó de ejercitar, tomó su mochila y volvió a su casa en la Scorcher. Preparó sus cosas en una gran mochila y se sentó en la entrada de su casa a esperar a David. Su madre llegó del trabajo en el Rhapsody.
SANDRA: ¿A dónde vas, Drew?
DREW: David me invitó de campamento a Chilliad. Por este fin de semana.
SANDRA: Ok. Pásala bien.
Sandra entró a la casa. Drew esperó un rato más. Cuando ya se veía la luna en el cielo, llegó una Camper que se estacionó frente a la casa de Drew. Tocó bocina y Drew se acercó. Vió por la ventanilla que quién conducía no era David, si no otro joven. Este le hizo señas para entrar, señalándole la puerta. Drew entró. En la cabina de atrás había algunos asientos y un pequeño cuarto de baño. A un costado había un calentador portátil y una heladera pequeña. Sobre los asientos estaban David y tres mujere, bebiendo cervezas y riendo.
DAVID: ¡Hey, Drew! Ven. Te las presento: ellas son Lydia, Charlene y Abigail.
Drew saludó a todas.
DAVID: Y nuestro conductor es Ian.
IAN: ¡Hola, Drew!
DAVID: Toma una cerveza y siéntate. Están ahí, en la nevera.
Drew sacó una Pißwasser y la destapó. Luego se sentó en uno de almohadones que estaban en el suelo de la camioneta.
ABIGAIL: ¿Cómo es tu apellido, Drew?
DREW: Ross.
ABIGAIL: Drew Ross. Queda bien.
DREW: ¿Y el tuyo?
ABIGAIL: Russell. Tal vez conoces a mi padre, es oficial de LSPD, Jacob Russell.
DREW: El héroe en ese robo al banco. Que salvó a tres de sus compañeros.
ABIGAIL: Ajá. Y recibió una bala.
DREW: Salió toda la semana en Weazel News.
ABIGAIL: Sí. Todo un héroe mi padre, ¿no?
DREW: Ya lo creo. ¿Quieres otra cerveza?
ABIGAIL: Sí. Gracias, Drew.
Todos charlaron largo rato. Sin darse cuenta, habían llegado hasta Chilliad.
DAVID: Esta es la parte dura, damas y caballeros. Dejaremos la Camper aquí y subiremos a pie hasta encontrar un buen lugar para dormir.
Ian dejó la camioneta cerca de Paleto Forest y luego comenzaron la subida. No fue dura, aunque el peso de las mochilas, el calor y los mosquitos subieron la dificultad. Drew y David cargaban, además de sus mochilas, la heladera dónde llevaban, sin contar toda la cerveza, algunos alimentos. Finalmente, encontraron un lugar rodeado de árboles, con mucho césped y desde dónde tenían una excelente vista del Océano. Ya era casi de noche. Armaron las dos carpas en ese lugar.
DAVID: Drew, ¿vamos a buscar un poco de leña para encender un fuego?
DREW: ¿En serio no has traído algo?
DAVID: Este es el encanto de acampar. Todo naturaleza. Y la heladera con cervezas, claro.
DREW: Ajá. Vamos.
Recorrieron menos de media hora y hallaron suficiente madera para tener fuego hasta al menos la mañana siguiente. Encendieron el fuego y cocinaron sobre él algunos cortes de carne. Luego, se quedaron bebiendo cervezas hasta bien entrada la madrugada.
DAVID: Ian, ve a buscar nuestra sorpresa.
IAN: ¡Lo había olvidado! Ya estoy en eso.
Ian se retiró de la ronda alrededor de la fogata y se metió en una carpa. En instantes volvió con su mochila al hombro. De ella sacó una botella de vodka.
DAVID: Aquí viene la parte que me gusta.
IAN: ¿Todos conocen el juego?
Las muchachas y Drew negaron.
DAVID: Ponemos la botella en el medio de la ronda, la giramos y a quién le apunte la botella, beberá una tapa.
LYDIA: ¡Me encanta! ¡Juguemos!
Drew estaba sentado a un lado de Abigail. Comenzaron el juego. Eran las dos de la madrugada. Mientras tanto, en la casa de Drew, Sandra estaba en ocupada en un informe para el trabajo. La acompañaba la tercera taza de café. Los ojos se le caían cada tanto, pero ella lograba tenerlos abiertos mientras escribía. De repente, escuchó un ruido en la parte de atrás de la casa, cómo si hubieran forzado una puerta. Se alertó inmediatamente. Tomó un cuchillo y se acercó lentamente hacia dónde provino el ruido. Se alertó más al escuchar unos pasos. Parecían más de dos personas. Entonces, vió que la puerta que llevaba al patio estaba abierta. Se acercó hasta ella; antes de llegar, un golpe en la nuca con una pistola la derribó. Despertó un minuto después, atada a una silla en su cocina y con moretones en la cara. Dos hombres y una mujer, con pañuelos violetas cubríendoles las facciones, la observaban. Los tres estaban armados con 9mm. Seguramente eran miembros de los Ballas.
LADRONA: ¿Dónde está el dinero, puta?
SANDRA: No... no tengo mucho. Ahí... detrás de la heladera.
LADRONA: Corran la heladera. Vamos.
Los otros dos ladrones obedecieron. En unos pocos minutos, pudieron correrla.
LADRONA: ¿Hay algo ahí, Cameron?
CAMERON: Nada, Robyn.
ROBYN: Con qué me has mentido, maldita zorra.
Robyn le pegó un puñetazo a Sandra.
SANDRA: ¡Ah! Juro... que estaba ahí. No sé que ha pasado.
ROBYN: Yo no veo dinero ahí. Cameron, Dwayne, recorran la casa, a ver que encuentran.
Ambos obedecieron, y al cabo de unos minutos, volvieron.
CAMERON: Encontramos el dinero y un par de cosas valiosas.
Cameron le mostró a Robyn la carpeta dónde había bastante dinero. Unos quince mil. Además, tenían unos anillos, un collar y una camiseta de los Panics firmada por Kazinsky.
ROBYN: Con eso nos alcanza. Y no nos mientas jamás.
Robyn volvió a golpear a Sandra, y luego los tres ladrones se fueron junto con su botín. Mientras Sandra quedaba atada y amoratada en su casa, Drew hacía el amor con Abigail en Chilliad. La botella de vodka yacía vacía al lado de la fogata.
"Families 4 life"[]
Los días restantes pasaron espectacularmente. Nadaron en el oceáno, recorrieron la montaña, y ríeron mucho. Finalmente, llegó la hora de volver a casa. Ian dejó a Drew en su casa cerca del mediodía. Drew llegó con una sonrisa. Abrió la puerta y le extrañó no escuchar a su madre. Luego de dejar la mochila en su habitación, fue hasta la cocina a buscar algo para comer. En ese momento encontró a su madre. Atada y ensangrentada, había pasado dos días ahí.
DREW: Ma... mamá. ¿Qué te ha pasado? Dios. Mamá.
Sandra respondía con gemidos. Estaba hambrienta y sedienta, además de dolorida. Drew la desató y le dio un vaso de agua. Luego observó los golpes en la cara. Sandra bebió el vaso entero de un sorbo.
SANDRA: Ladrones. Se llevaron nuestro dinero. Y algunas cosas. Anillos, collares... tu camiseta firmada.
DREW: Oh, hijos de puta. ¿Puedes recordarlos?
SANDRA: Eran dos hombres y una mujer. Tenían la cara tapada. Llevaban ropas violetas. Robyn era la mujer... y... eh... Cameron. No recuerdo el nombre del otro.
DREW: ¿Ropas violetas? Mierda.
SANDRA: Llama a la policía. Para...
DREW: Esto no es asunto de ellos. Come algo. Ya vengo.
Drew salió de la casa furioso. Fue hasta la casa de Lamar. Golpeó la puerta. Por unos minutos, nadie atendió. Entonces, Drew golpeó más fuerte. Abrió la puerta Tonya Wiggins.
TONYA: Lamar no está, chico blanco.
Tony estaba por cerrar, pero Drew puso el pie y volvió a abrir la puerta.
DREW: ¿Y dónde está?
TONYA: No lo sé. Tal vez en la esquina.
Drew salió corriendo en dirección a la esquina. Efectivamente, ahí estaba Lamar, rodeado de algunos Families.
LAMAR: ¡Drew! ¿Qué pasa, amigo?
DREW: ¿Conoces a algún Balla llamado Cameron?
LAMAR: Cameron Moss. ¿Qué hizo ese hijo de puta?
DREW: Ven aquí.
LAMAR: Claro.
Drew y Lamar se alejaron del grupo. Ahí, Drew le relató lo sucedido.
LAMAR: Hijos de puta. ¡Hijos de puta! Oye, Drew, ¿quieres matarlos?
Lamar había encontrado el motivo perfecto para introducir a Drew en los Families.
DREW: Claro.
LAMAR: ¿Qué te parece esta noche, eh?
DREW: Claro. Cuanto antes, mejor. ¿Tú los puedes encontrar?
LAMAR: Por supuesto. A la perra también. Sólo falta el nombre del tercero.
DREW: Le diré a mi madre que trate de recordarlo. ¿También tienes las armas?
LAMAR: Lo haremos al viejo estilo. Con los puños.
Lamar se besó sus nudillos.
DREW: OK.
LAMAR: Esta noche, a la madrugada, me paso por tu casa.
DREW: Bien. Te espero, para acabar con esos Ballas.
LAMAR: ¡Esa es la actitud! ¡CGF por siempre, bro!
Drew no habló más, y se fue a su casa. Su madre estaba comiendo y bebiendo en gran medida, recuperando los dos días. Drew se sentó frente a ella en la mesa.
DREW: Ma, quiero que sepas que esto no va a quedar así.
Sandra asintió.
DREW: Limpiaré esto.
Drew limpió la silla ensangrentada y acomodó un poco toda la casa.
SANDRA: Drew, lo siento. Pero esta vez, de veras necesitas conseguir trabajo. Mi sueldo no nos alcanzará. Esos malditos ladrones nos quebraron.
DREW: No te preocupes. Lo conseguiré pronto. Por cierto, ¿no recuerdas el nombre del otro ladrón?
SANDRA: Creo que era Dwayne... o Wayne, no recuerdo muy bien.
DREW: Gracias.
SANDRA: ¿Por qué tienes tanto interés en los nombres de los ladrones? Drew, no hagas lo que estoy pensando.
DREW: Es para... darle los nombres a la policía. Tal vez los encuentren y arresten. ¿Qué crees, que voy a matarlos?
El día pasó de manera fúnebre. Sandra imprimió un currículum para conseguir un trabajo extra, y Drew se preparó para el suceso de la noche. Mientras su madre dormía, Drew esperaba a Lamar, impaciente sentado en el sofá. Por fin, escuchó un chistido en la ventana.
LAMAR (susurrando): Drew... ¿estás ahí?
Drew salió de la casa y cerró la puerta con llave.
DREW: Estoy listo. Vamos.
LAMAR: Sube a al auto.
Ambos se subieron a un Manana y emprendieron el viaje hacia Grove Street.
LAMAR: ¿Has conseguido el nombre del otro negro?
DREW: Wayne o Dwayne. Algo así.
LAMAR: Tal vez sea Dwayne Brown. Sí, tal vez sea ese. Tuvo varias estadías a la cárcel por robo, el muy hijo de puta. ¿Y hay una mujer en el grupo?
DREW: Ajá. Una tal Robyn.
LAMAR: No, no la conozco.
DREW: ¿La mataremos igual?
LAMAR: Se llama "igualdad de género".
Llegaron hasta la famosa calle. Estacionaron antes de la rotonda.
LAMAR: Esta calle tiene historia, sabes. Ha sido el hogar de los Families durante años. Hace unos años estas larvas púrpuras lo tomaron. Tal vez, pronto vuelva a ser nuestro. Bueno, empecemos con lo nuestro. Ahí hay un grupo de Ballas. Deben estar los putos ladrones. Sí, ese es Cameron. Y si no me falla la vista, ese que está ahí, el de la cerveza, es Dwayne. Vaya, sí que son muchos. Va a ser difícil con los puños. ¿Te parece si usamos las pipas?
DREW: Creo que será lo mejor.
Lamar le entregó una 9mm y se guardó otra en su pantalón. Drew amartilló hábilmente el arma.
LAMAR: Sabes manejarla, por lo que veo.
DREW: Mi tío me llevaba a disparar de pequeño.
LAMAR: Entonces será pan comido.
Ambos bajaron del auto y se dirigieron al grupo de pandilleros de violeta, que bebían cervezas y fumaban marihuana. Un Balla les echó un vistazo a ambos. Cuando notó que se dirigían a ellos, se volteó.
¿?: ¡Cuidado!
Todo el grupo, unos 6 o 7, se pararon. Algunos estaban por sacar armas cuando Lamar disparó. Abatió a dos en instantes. Drew vaciló antes de su primer disparo. Hirió a Cameron. Lamar y Drew mataron a los restantes; Dwayne y otro más largaron a correr. Drew le disparó al otro, que cayó muerto. Entre todas las personas, no estaba Robyn.
DREW: ¡Quédate con Cameron, iré tras Dwayne!
Corrieron a través de patios del barrio. En un momento, Drew lo tuvo a tiro. Cuando estaba por matarlo, su arma se trabó.
DREW: ¡Mierda! ¡Mierda!
Arrojó el arma y siguió corriendo. Pudo taclear a Dwayne y lo golpeó brutalmente. Luego, lo llevó con Lamar y Cameron.
CAMERON: ¿Son los maricas de Chamberlain?
DREW: No. Somos los de Forum Drive.
Drew le disparó en la cabeza a Dwayne, matándolo al instante.
LAMAR: Sí, los de Forum Drive.
Lamar asesinó al moribundo Cameron.
LAMAR: Ya es hora de irnos, Drew. Vamos.
Ambos subieron al auto y se marcharon del lugar. Minutos después llegó la policía. En el viaje, Drew se sintió raro al matar tan fríamente a una persona.
LAMAR: Es duro la primera vez, ¿no?
DREW: Me sentí mal con los otros. No con Dwayne. Ese hijo de puta golpeó a mi madre y me robó.
LAMAR: Es así, amigo.
Lamar paró enfrente de la casa de Drew. Le tendió el puño.
LAMAR: ¿CGF por siempre?
DREW: CGF por siempre. Families por siempre.
LAMAR: ¡Sí! Mañana nos vemos, Drew.
Drew durmió placidamente. En la mañana, mientras volvía de la peluquería, se encontró con Lamar.
LAMAR: Hey, amigo. Lo siento, pero a los muchachos todavía les cuesta confiar en un blanco. Debes ganarte su confianza. Viejos prejuicios.
DREW: Está bien, lo comprendo. ¿Qué puedo hacer?
LAMAR: No lo sé... Matar a algún camello de por ahí.
DREW: Claro. Pero necesito un arma.
LAMAR: Toma.
Lamar le entregó su 9mm a Drew.
LAMAR: Pero no de Grove Street. Ya hubo demasiado alboroto ahí. No, no debemos mostrarnos por ahí. Sabes, hay un camello de los Ballas en Strawberry. Seguramente debe estar cerca del hospital. Pégale unos cuantos tiros. Hazlo rápido.
DREW: Ajá.
Drew se dirigió en el Rhapsody a Strawberry. Enfrente del hospital, un tipo con ropas largas estaba sentado en un banquillo, tranquilamente. Drew estacionó frente a él y se bajó. Se dirigió hacia el hombre.
DREW: Oye, tú.
TRAFICANTE: ¿Qué quieres, blanquito?
DREW: Lo tuyo.
TRAFICANTE: ¿Tú tienes lo tuyo?
DREW: Claro.
TRAFICANTE: Ver para creer, hermano.
Drew metió la mano en su bolsillo y mostró la punta de unos cuantos billetes. El traficante lo observó un momento. Luego, se levantó de su asiento y comenzó a caminar.
TRAFICANTE: Sígueme.
El traficante cruzó la calle y se metió en un callejón. Drew lo siguió.
TRAFICANTE: Meta, ¿no? ¿Cuanto quieres?
DREW: 30 gramos.
TRAFICANTE: 300.
DREW: Bien. Toma.
Drew, en vez de sacar el dinero, sacó la pistola. Le disparó tres veces en el pecho al traficante. Este cayó con un gemido. Quedó en el suelo con los ojos abiertos. Drew salió del callejón como si nada hubiera pasado. Se subió a su auto y volvió a Forum Drive. Lamar lo esperaba fuera de su casa. Drew estacionó el auto frente al garaje y bajó. Lamar salió a recibirlo.
LAMAR: ¿Lo hiciste?
DREW: Claro. Está hecho. ¿No pasará nada con la policía?
LAMAR: Cuando se den cuenta de que fue un crimen de pandillas, abandonarán el caso. Siempre es así.
DREW: Genial. ¿Eso fue suficiente para los otros?
LAMAR: Se lo comentaré. Les debe ser suficiente. Vamos para allí, les contaré tus hazañas.
Se dirigieron hacia la esquina de la cuadra, dónde estaban reunidos unos seis o siete Families alrededor de una Cavalcade negra. Charlaban y bebían cervezas. Lamar se metió dentro del grupo. Drew esperó unos metros atrás.
LAMAR: Oigan, el blanquito es leal. Acaba de matar a Jimmy X.
Del asiento trasero de la camioneta salió alguien que Drew nunca había visto. Un hombre afroamericano que debía rondar los 50 o 55 años. Llevaba una camisa de franela a cuadros verdes. Su cara estaba atravesada por una cicatriz que iba desde una oreja a la otra, pasando por el puente de la nariz.
LAMAR: Supongo que tú lo evaluarás, ¿no, Vernon?
Vernon, el hombre de la cicatriz y la cabeza rapada, puso un brazo alrededor de los hombros de Lamar y lo llevó hasta una pared alejada del grupo de pandilleros. Drew miraba todo eso espectante.
VERNON: Bien, lo aceptaremos.
LAMAR: ¡Gracias, se lo...
VERNON: Pero... si nos delata o alguna otra cosa, el primero en morir serás tú. Y luego él.
LAMAR: Está bien. Es leal.
VERNON: Eso espero. Y otra cosa: esa mierda con G... parece que estará mucho tiempo tras las rejas.
LAMAR: Sí, ya lo creo.
Lamar quiso alejarse, pero Vernon lo volvió a su lugar duramente.
VERNON: Tú vives enfrente. ¿Por qué no lo ayudaste?
LAMAR: No estaba... no estaba en mi casa en ese momento.
Vernon volvió a su lugar en la camioneta. Lamar fue hasta Drew.
LAMAR: Aceptado, hermano. ¡Aceptado! Vamos con el grupo. Esta noche haremos tu fiesta de bienvenida. Con cerveza, zorras, lowriders y toda esa mierda.
DREW: Esto me gustará.
LAMAR: Ya lo creo. ¡Ya lo creo!
El grupo aceptó a Drew, y organizaron la fiesta. Horas antes de la fiesta, Lamar había pasado por el mercado a comprar unas cuantas cervezas. Estacionó el auto afuera de su casa y comenzó a bajar las cajas de cerveza. Mientras bajaba la segunda, un Familie conocido se acercó a él. Era Brian "Little B" Coleman, apodado así por su pequeña estatura.
LAMAR: ¡¿Qué cuentas, Brian?!
BRIAN: Hola, Lamar. Estoy bien, hermano. ¿Tú?
LAMAR: Perfecto. Esta noche integraremos a uno nuevo. Drew Ross.
BRIAN: Oh, el blanquito de aquí.
LAMAR: Ajá. ¿Vendrás a la fiesta esta noche? Es en casa de Leroy.
BRIAN: No creo que ni yo ni Marcus vayamos. Esta noche tenemos un trato jugoso con unos de la Marabunta. Oye, ¿quieres participar? Tiene un buen pago, y te lo mereces.
LAMAR: ¿Durará mucho tiempo?
BRIAN: Menos de diez minutos. Entregamos las drogas, entregan el dinero, listo.
LAMAR: Está bien. Dime la hora y el lugar.
BRIAN: En la cancha de básquet del barrio. A las 23. Pero no les digas a otros. No les caerá bien.
LAMAR: Bien. Nos vemos allá.
BRIAN: Adiós, hermano.
Brian siguió caminando y Lamar bajando cervezas. Esa misma noche, unos 10 o 12 Families estaban reunidos alrededor de una mesa en un garaje de Strawberry. Entre ellos, además de Drew y Lamar, estaban Vernon y otros con grandes cargos dentro de la pandilla. Compartían cervezas y habían cenado unas hamburguesas, cuyos restos yacían por toda la mesa. Drew estaba a la cabeza. Lamar, a su derecha. Este observó su reloj de muñeca y notó que eran las 22:50. Se levantó de su silla y fue hasta la puerta del garaje.
LAMAR: Me voy un momento hasta mi casa, muchachos. Vuelvo en segundos.
Lamar fue hasta la cancha de básquet. Todavía no habían llegado los otros dos. Nadie circulaba por la calle. Un Oracle negro, con las ventanillas altas y polarizadas, estaba estacionado a una cuadra de la cancha. Dentro, estaban Brian Coleman al volante y a su lado, Marcus Jackson, otro miembro de los Families.
BRIAN: ¿Estás listo?
MARCUS: Hace mucho tiempo. Vamos.
Ambos se cubrieron la cara con pañuelos violetas y Brian acercó el auto lentamente hasta la cancha. Lamar vió el coche y caminó hasta la vereda.
LAMAR: ¿Ustedes son los del trato? Los otros dos no han venido todavía, así que debemos esperarlos. Ellos tienen su mercancía. Oigan...
La ventanilla del copiloto se bajó apenas y se asomó una mano que portaba una Tec-9. Disparó. Lamar sintió cómo unas 10 balas le perforaban los tejidos y se alojaban en todos los órganos de su torso. Luego se desplomó. El auto subió las ventanillas y se alejó a toda velocidad. Lamar gimió un par de veces en el suelo, solitario. Dejo de respirar segundos después, alrededor de un charco de su sangre.
Segunda Parte[]
"Las cosas cambiaron"[]
DREW: ¿Así que lo encontró Vernon?
Drew y Leroy charlaban fuera del cementerio de la iglesia de Strawberry. Poco a poco, iban llegando Families para el funeral de quién había sido un gran hombre de la pandilla.
LEROY: Ajá. Estaba volviendo a su casa, eran cómo las doce, creo. Pasó por la cancha y lo vió.
DREW: Es una lástima.
LEROY: Ya lo creo.
DREW: ¿Tenemos algo? Sobre quién lo mató, aunque sea una filmación.
LEROY: Nada. No hay cámaras por ahí ni hay testigos. Sólo una mujer que vivía por ahí, admitió estar drogada en ese momento y sólo recordaba escuchar los disparos.
DREW: Mierda.
LEROY: Mira. Ahí llegan Marcus y Brian. Sabes, Marcus salió hace una semana de la cárcel. Robo a mano armada. Ahora será el jefe de los Families de Forum. Eso más que seguro.
DREW: Ajá. Bueno, entremos. Despidámonos y vayámonos. No me gustan estas mierdas.
LEROY: A nadie, hermano
Ambos entraron al fúnebre jardín. Al contrario de lo que suele ocurrir con los días tristes, estaba inmesamente soleado. El cura, un viejo hombre afroamericano, apareció con una pequeña biblia bajo el brazo. A un costado de la tumba todavía abierta de Lamar, estaban parados varios compañeros de la banda. Además, estaban Tonya Wiggins y Tanisha Jackson. Todos estaban cabizbajos y con las manos cruzadas atrás o adelante. El cura dijo lo habitual. Luego, Vernon tomó la palabra.
VERNON: He tenido mis diferencias con Lamar, no lo niego. Hemos discutido muchas veces. Pero jamás voy a negar que fue fiel a los Families. Hizo lo correcto siempre. Jamás nos falló. Todos saben que fue un gran compañero y nunca se negó a ayudar a un amigo. Gracias.
Vernon volvió a su lugar. Los pandilleros asintieron. Hicieron un minuto de silencio y luego Lamar fue enterrado. Drew y Leroy volvieron caminando juntos.
LEROY: Hay que informarle de esto a G. Creo que todavía nadie le dijo.
DREW: Yo puedo ir. Puedo entrar cuando quiera a Bolingbroke. No tengo historial.
LEROY: Eso estaría bien. Después de todo, si sirves, blanquito.
Drew rió. Se despidieron y esa misma tarde, Drew fue hasta la prisión. Lo cachearon los guardias, y luego pasó al sector de visitas. Luego de esperar unos minutos, apareció Gerald. Ahora tenía pelo en la cabeza y una barba recortada. Se sentó frente a Drew.
DREW: Seguramente no me conoces, G.
Gerald negó con la cabeza.
DREW: Bueno. Me llamo Drew Ross. Soy un... un Familie, digamos. Tengo algo que decirte: asesinaron a Lamar.
GERALD: Oh, mierda. Mierda.
Gerald parecía a punto de llorar.
DREW: No tenemos nada. Ni testigos, ni filmaciones... nada.
GERALD: Todo esto es una mierda. Prometo salirme de toda esa mierda cuando salga de este agujero. ¿Quién manda en Forum Drive ahora?
DREW: Creo que será Marcus Jackson.
GERALD: Ese bastardo. Seguramente matará a todo el que sea contrario a él. Mierda. No me gusta decir esto, pero, las calles serán sangrientas de ahora en más. Marcus es un asesino loco. Alguien así jamás podría estar al mando de Forum. Nos quebrará.
DREW: Lamentablemente, sí. Bueno, G. Debo irme. Adiós.
GERALD: Adiós, hermano.
Drew volvió al barrio. Bebió una cerveza junto a Leroy, sentado en un banquillo de las canchas de básquet dónde asesinaron a Lamar.
DREW: Me ha dicho G que Marcus es un asesino loco.
LEROY: Así es. Yo, con mis propios ojos, lo vi asesinar a un inocente. Por tocarle bocina. Y no estaba drogado ni borracho. Mierda. Temo por lo que le pueda hacer al barrio.
DREW: Vamos a tener que encargarnos de mantenerlo a raya.
LEROY: Ajá.
Luego de las cervezas, se despidieron. Mientras volvía a su casa, Drew recibió una llamada de un número desconocido. La atendió.
DREW: ¿Hola?
¿?: ¿Eres Drew Ross?
DREW: Ajá. ¿Quién habla?
¿?: ¡Drew! Es Abigail Russell, la chica con la qué fuiste a Chilliad.
DREW: ¡Abigail! ¿Cómo estás?
ABIGAIL: Bien. ¿Quieres ir a algún bar? Hace demasiado que no te veo.
DREW: Claro. Decide tú.
ABIGAIL: ¿Te gustaría ir al Bean Machine?
DREW: ¿Cuál de todos?
ABIGAIL: Me gusta el de Rockford Hills.
DREW: Bien. Allí iremos. Estoy allí en media hora.
ABIGAIL: ¡Nos vemos!
Drew colgó. Caminó hasta su casa, se subió al Rhapsody y fue hasta el bar seleccionado. Ahí, bebió junto a Abigail un café y charlaron largo rato. A la hora de despedirla, la besó en la boca.
ABIGAIL: No me puedes dejar así. Vamos a mi casa.
Luego de consumar el amor en la casa de la familia de Abigail en Pacific Bluffs, Abigail decidió que podía llamar a Drew "novio". Miraban televisión el sofá abrazados cuando entró el padre de la familia, Jacob Russell, el policía. Abigail se paró con un instinto.
ABIGAIL: Hola, papá. Él es Drew, mi... novio.
Drew se paró y le estrechó la mano a Jacob.
DREW: ¿Jacob Russell, no? Drew Ross. Un gusto. Oí hablar de usted en las noticias. Admiro su actuación en el robo al Union Depository.
JACOB: Voy por la escopeta.
El señor Russell hizo una pausa. Luego largó una risa estruendosa.
JACOB: Mentira, amigo. Un gusto. Eso en el robo, fue por los amigos. Ya sabes. Cuando hay amigos en peligro...
DREW: Así es.
JACOB: Sería irrespetuoso si esta noche no te invito una cena. ¿Tienes parientes a quienes invitar?
DREW: Tengo a mi madre, sí.
JACOB: Bien, dile que esta noche está invitada a una comida aquí. Hija, ¿le puedes decir a mamá?
ABIGAIL: Claro. Me encanta la idea, pa.
JACOB: Drew, ¿quieres ir a vestirte a tu casa?
DREW: Claro.
JACOB: Vuelve rápido, ¿eh? Me agradas, chico.
Drew asintió con una sonrisa. Acto seguido, salió de la casa y se dirigió a la propia. Su madre estaba regando unas plantas en el jardín delantero.
SANDRA: Drew.
DREW: Ma, tengo buenas noticias. Esta noche estamos invitados a una cena en casa de mis suegros.
SANDRA: ¿Desde cuando tienes novia?
DREW: Hace un par de horas.
SANDRA: Oh, diablos.
DREW: ¿Qué?
SANDRA: No podré asistir. Esta noche debo trabajar en el correo.
DREW: Vamos, mamá. ¿No puedes hacerte la enferma?
SANDRA: Debo conseguir el dinero, Drew.
DREW: Sólo es una noche sin trabajo. ¿O acaso no puedes vivir sin sacrificar cosas bonitas por trabajo?
SANDRA: ¿Piensas que lo hago por gusto, granuja? Trabajo doble porque tú estás acostado todo el día mirando revistas porno.
DREW: Haz cómo quieras. Yo te invité.
Drew se metió adentro, se puso ropa más o menos decente y volvió en el Rhapsody a la casa Russell.
JACOB: ¿Tu madre? ¿Acaso le caigo mal?
Jacob rió. Era un hombre imposible de imaginárselo de mal humor.
DREW: Esta noche... estaba ocupada.
Inesperadamente, Jacob se puso serio.
JACOB: Entiendo. Pasa.
La mesa estaba servida excelentemente. El aroma a pollo con especias se sentía por toda la casa. La mujer de Jacob y madre de Abigail estaba cortando algunas verduras en la cocina.
JACOB: Ella es Rhonda, mi mujer.
RHONDA: Hola, Drew.
DREW: Un gusto conocerla, señora.
RHONDA: ¿Señora? ¡Tengo 45 años!
Todos rieron. Esa familia era perfecta.
JACOB: Toma una copa. Es Borgoña.
Jacob tenía una copa en su mano derecha, mientras con la izquierda le ofrecía una a Drew. Este la aceptó y le dió un pequeño trago. Degustó el espectacular vino.
DREW: Tenía entendido que había un hermano mayor.
JACOB: Así es. Peter no va a estar hoy, ni estos días. Quiere seguir la carrera de policía, así que está tomando unas clases en Liberty City.
DREW: Ajá. Excelente vino, por cierto.
JACOB: Tengo esta botella hace más de un año. Francesa.
DREW: Perdón por la pregunta, pero: ¿gana tanto un oficial para permitirse estos... lujos?
Rhonda pareció asombrarse por la pregunta.
JACOB: Verás... no me molesta, por cierto... hace varios años, el Departamento está ofreciendo grandes recompensas monetarias a los policías que hacen acciones heroicas. Además, es muy bueno el salario de oficial. Y Rhonda tiene su firma de abogados.
DREW: Genial. Es una buena fuente de ingresos.
RHONDA: ¿Vamos a la mesa? Ya casi está el pollo.
Comieron una exquisitez acompañada del Borgoña. Se quedaron alrededor de la mesa charlando un largo rato, hasta que Drew determinó que debía volver a casa.
JACOB: Puedes pasar la noche, si quieres.
ABIGAIL: Claro, Drew. Quédate.
DREW: Está bien. Me encantaría.
Entonces, siguieron hablando una hora más. Cuando Rhonda dijo que tenía sueño, subió las escaleras hacia la cama. Jacob la siguió.
ABIGAIL: ¿Nos acostamos, mi amor?
DREW: Claro.
Subieron las escaleras. Abigail se tendió en la cama y bostezó.
DREW: Voy al baño y vuelvo, linda.
ABIGAIL: Sigue el pasilo y la primera puerta a la izquierda.
Drew estaba orinando cuando sonó ruidosamente su teléfono. Lo atendió rápidamente y sin mirar quien llamaba, para no molestar.
DREW (susurrando): ¿Hola?
LEROY: ¡Drew! Ven rápido a Textile City. Estamos en un rollo con los Ballas. Estamor rodeados en la fábrica de Maibatsu.
DREW (susurrando): Mierda.
LEROY: ¿Acaso te escuché decir "mierda"? Siempre debes estar para la pandilla, hermano.
DREW (susurrando): De acuerdo, de acuerdo. Estoy ahí en menos de una hora.
LEROY: ¿Una hora? No sé si podremos resistir tanto. ¿Dónde estás, en la otra punta de la ciudad?
DREW (susurrando): De hecho, sí.
LEROY: Bueno, pero apúrate.
Drew guardó su teléfono en el bolsillo. Fue hasta la habitación de Abigail y abrió la puerta. Ella estaba acostada.
DREW: Hermosa, verás... debo irme. Hay un problema en mi casa. Nada grave.
ABIGAIL: Bueno, ¿volverás?
DREW: Tal vez.
Drew salió de la casa. Fue hacia Textile City en el Rhapsody a todo lo que va. Cruzó semáforos en rojo, esquivó autos y personas por un pelo y tumbó un cartel de STOP. Finalmente, llegó a la fábrica de Maibatsu. Pudo ver a Leroy, Marcus y Brian detrás de una Cavalcade contra tres de estas mismas camionetas y unos cuantos Ballas. Estaban severamente en aprietos. Tenía el arma que le había dado Lamar en la guantera de auto. La tomó y se fijó si tenía balas. Tenía el cargador lleno y otros dos en la guantera. Así atacó por la espalda al grupo de pandilleros vestidos de violeta. Cuando los Ballas se vieron rodeados, se desesperaron. Entonces, los otros tres aprovecharon la oportunidad y vaciaron sus cargadores sobre los rivales. En menos de dos minutos, habían perecido todos los Ballas. Drew se reunió enfrente de los cadáveres con los demás.
LEROY: Gracias, Drew. En serio.
MARCUS: ¡Wow! Eso fue hermoso, hermano. ¿Quién eres tú?
DREW: Drew. Soy un Familie.
MARCUS: Bueno... hemos caído bajo. Un blanco en CGF.
DREW: Vamos... estarías muerto sin mí.
LEROY: Bueno, suficiente.
BRIAN: ¿Quién te crees que eres, blanquito?
LEROY: ¡Suficiente, dije! Li'l Rhino está herido ahí.
MARCUS: Ah, yo me ocupo de eso. Ustedes esperenme afuera.
DREW: Vamos, yo los puedo dejar en el barrio con el Rhapsody.
Drew, Leroy y Brian subieron al Rhapsody y esperaron a Marcus afuera de la fábrica. Mientras, Marcus se acercó a Li'l Rhino, que gemía en el piso herido. Tenía un disparo en el hombro que sangraba a chorros. Marcus se agachó y con sus dos fuertes manos, le tapó la boca y los orificios de la nariz. El herido comenzó a intentar de sacar los brazos de Marcus que lo asesinaban. Luego de unos minutos, Li'l Rhino pereció. Marcus se paró y fue hasta el auto de Drew.
LEROY: ¿Y Rhino?
MARCUS: No lo logró. Intenté salvarlo, pero no pude hacer nada.
LEROY: Mierda...
MARCUS: Lo dejé para que lo encuentre la policía.
LEROY: De acuerdo. Volvamos al barrio.
Drew arrancó el vehículo y enfiló hacia Forum Drive.
DREW: ¿Cómo los encontraron los Ballas ahí?
MARCUS: Sabes, desde la muerte de Lamar, las cosas cambiaron. Creo que se está gestando una guerra, Drew.
LEROY: Sólo habíamos ido por un auto al Santos Customs. Y aparecieron ellos. No tuvimos otro lugar para huir.
BRIAN: Vamos a tener que conseguir un buen proveedor de armas. Antes de que los Ballas lo hagan. Debemos ganar esta guerra.
LEROY: Ajá.
"Sin lugar para los débiles"[]
Marcus Jackson caminaba por las calles de Chamberlain con su típica expresión pedante. Llegó hasta la casa de Brian y golpeó la puerta. Brian apareció. A juzgar por su cara, debía estar sufriendo una resaca épica.
BRIAN: Hombre... ¿qué pasa?
MARCUS: ¿Has estado con putas toda la noche?
BRIAN: ¿Qué quieres?
MARCUS: Déjame pasar, negro.
Brian abrió la puerta. Su pequeña casa estaba sucia; en el suelo había varias botellas vacías y en el sofá destartalado dormía una mujer semidesnuda. Brian la despertó bruscamente.
BRIAN: ¡Fuera de aquí!
La mujer salió espantada. Brian se recostó en el sofá. Marcus se sentó en una silla alrededor de la mesa.
BRIAN: ¿Qué quieres?
MARCUS: Ese Drew. No me gusta para nada, hermano.
BRIAN: A mí tampoco. ¿Sabes quién lo metió en la banda, no?
MARCUS: Sí. El idiota de Lamar. Hicimos bien en acabarlo.
BRIAN: Deberíamos hacer lo mismo con Drew.
MARCUS: Sí. Pero será difícil. Leroy y Vernon confían en él.
BRIAN: Haremos lo que hicimos con Lamar.
MARCUS: No. Matésmolo sin más. Decimos que nos traicionó
BRIAN: Bien. Avísame. Adiós.
MARCUS: Nos vemos, Brian.
Marcus se fue de la casa. Al mismo tiempo, a unas cuadras de allí, Leroy golpeaba la puerta de la casa de Drew. Este abrió.
LEROY: Hey, hermano.
DREW: Leroy.
LEROY: Ven afuera. Tengo que decirte algo.
Drew salió y con Leroy se sentaron en el cordón.
DREW: ¿Qué pasa?
LEROY: Vengo de la funeraria. Fui a pagar el sepelio de Li'l Rhino. Ahí me dijeron que las pericias indicaron muerte por ahogamiento.
DREW: ¿Ahogamiento?
LEROY: Hasta dónde yo vi, le habían disparado.
DREW: ¿Cómo diablos murió ahogado?
LEROY: ¿No recuerdas? Marcus dijo que fue ayudarlo, pero que ya había muerto.
DREW: ¿Insinúas que Marcus lo mató?
LEROY: No. Lo sé. Marcus cree en toda esa mierda de que... los heridos no sirven.
DREW: Ajá. ¿Que haremos con eso?
LEROY: Hombre, debemos deshacernos de Marcus. Matarlo.
DREW: Esta bien. Hagámoslo antes de que nos reduzca.
LEROY: Sí. Debe ser en estos días.
DREW: Una trampa.
LEROY: En el camino pensé en algo. No me gusta, pero a veces es necesario hacer estas cosas.
DREW: Dime.
LEROY: Hablaremos con Chester Kray.
DREW: El líder de los Ballas.
LEROY: Ajá. Le decimos que junte a algunos de sus muchachos y luego llevamos a Marcus a algún lugar oscuro. Que los Ballas hagan lo suyo.
DREW: Bueno, está bien. Hay que eliminar a Marcus, sin importar cómo.
LEROY: Ajá. Esta tarde ven a buscarme. Iremos para Grove y hablaremos con Chester.
DREW: OK.
Leroy se fue y Drew entró a su casa. Horas después, Drew se pasó por la casa de Leroy para llevar a cabo el plan. El primero llevaba ropas de colores neutrales.
DREW: ¿Te parece bien que no me vista de verde?
Leroy llevaba ropa en su mayoría oscura.
LEROY: Sí. Chester vive en Grove Street. Vamos, debe estar en su casa.
Ambos caminaron hasta dicha calle. En la rotonda estaba un reducido grupo de Ballas, que miraron mal a ambos. Leroy les devolvió la cortesía. Drew siguió a este hasta una casa que tenía el jardín delantero muy descuidado. Leroy golpeó la puerta con violencia.
CHESTER: ¿Quién diablos es ahora?
LEROY: Leroy Evers.
CHESTER: ¿Leroy? ¿Quieres que mis hermanos te maten?
Chester miraba a Leroy y Drew a través de su puerta con mosquitera.
LEROY: ¿Nos vas a hacer pasar o qué?
CHESTER: Sólo a ti. Ese blanquito tiene cara de policía.
LEROY: Es de confianza.
CHESTER: ¿Quieres pasar o no?
LEROY: Está bien. ¡Drew, espera ahí!
DREW: ¡OK!
Leroy siguió a Chester adentro de la casa. El segundo se sentó en una silla y el otro lo imitó. Sobre la mesa había un cigarrillo de marihuana.
CHESTER: ¿Quieres un poco?
LEROY: Gracias.
Leroy tomó el cigarrillo y le dió una pitada. Luego de unas más, le devolvió el cigarrillo a Chester.
CHESTER: ¿Qué quieres que vienes así a mi barrio? Te faltaban las ropas verdes y una Tec en la mano.
Chester fumó de su cigarrillo.
LEROY: ¿Cómo iba a venir así? No quiero matar a tus muchachos.
CHESTER: Por favor.
LEROY: En serio. Te vengo a ofrecer a un Familie. A Marcus Jackson.
CHESTER: ¿Qué? ¿Te afectó la mota?
LEROY: En serio. Para que hagas lo que quieras.
CHESTER: Ese hijo de puta mató a varios de mis hermanos y a mi novia.
LEROY: Veo que es un peligro para ambas bandas.
CHESTER: Y supongo que esto no es gratis.
LEROY: Bueno... pensaba que con esto podemos firmar la paz por un tiempo.
Chester meditó por un rato.
CHESTER: Sí. Va ser lo mejor.
Mientras tanto, Drew encendía un cigarrillo. Los Ballas seguían mirándolo mal. Drew ni se dignaba a mirarlos. Lentamente, un reluciente Tornado verde se acercaba a la rotonda. Conducía Little B y en el asiento del copiloto iba Marcus. Los Ballas reaccionaron inmediatamente. Sacaron sus armas, pero Marcus, armado con una AK-47, fue más rápido. Una ráfaga barrió con el grupo de Ballas. Drew no fue visto por Marcus y se arrojó a tiempo detrás de un contenedor de basura. Aunque había acabado a todos los pandilleros, Marcus recargó y disparó a las casas mientras Brian daba una vuelta más alrededor de la calle. Luego se esfumaron. Leroy y Chester aparecieron asustados.
CHESTER: ¿Qué diablos?
LEROY: ¿Qué ha pasado, Drew?
Drew se paró, tomó su cigarrillo del suelo y le dio una pitada larga.
DREW: Marcus, hombre.
LEROY: Chester, mata a ese bastardo y tengamos paz.
CHESTER: Claro, hombre.
LEROY: Mira, esta noche enviaremos a Marcus a la fábrica de Pißwasser, en Cypress Hill. Espéralo ahí con algunos de tus muchachos. A las 12.
CHESTER: Bien. Te llamaré cuando esté hecho.
LEROY: OK, nos vemos, Chester.
CHESTER: Adiós.
Cuando volvieron a Forum Drive, Drew y Leroy encontraron a Marcus sentado en un banquillo, fumando un cigarrillo.
LEROY: Hey, hermano. ¿Quieres acabar con algunos Vagos?
MARCUS: Claro. Hoy eliminé a unos Ballas.
DREW: Quieren hacer un... saqueo a la fábrica de Pißwasser. Vamos a darles una sorpresa.
MARCUS: Genial. ¿Saben la hora?
DREW: Las 12.
MARCUS: ¿Cómo supieron eso?
LEROY: Los muy idiotas lo publican en Life Invader.
Marcus rió burlonamente.
MARCUS: Bien. Allí nos vemos.
La noche estaba bastante calurosa. Marcus aguardaba a los otros dos afuera de la fábrica fumando. Tenía dentro del pantalón una Uzi. Estaba impaciente. De repente escuchó pasos dentro de la fábrica. Curioso, se metió, no sin su arma en la mano y cargada. Sin esperárselo, un puñetazo lo derribó.
MARCUS: ¿Qué diablos?
Pudo ver que Chester Kray salía de las tinieblas con una 9mm en la mano. Detrás de él aparecieron dos Ballas.
MARCUS: Chester... mierda.
CHESTER: Este es Martin, Marcus.
Chester puso un brazo alrededor del Balla que estaba a su derecha.
CHESTER: Tú asesinaste a su madre y a uno de sus hermanos. Y este, es Tyler.
Chester hizo lo mismo con el Balla a su izquierda.
CHESTER: Mataste a su novia, su hijo de tres años y a su padre. Ambos tienen razones para apalearte hasta la muerte. Pueden empezar muchachos.
Los tres Ballas comenzaron a golpear a Marcus brutalmente. Quince minutos después, Marcus sangraba por la mayoría de las partes de su cuerpo. Había perdido varios dientes y la audición en un oído a causa de una patada.
CHESTER: Ya terminamos, Marcus.
Chester amartilló su pistola y apuntó a la cabeza. Marcus intentó correrse a un costado al momento del disparo, pero la bala entró detrás de la oreja y Marcus quedó inerte en el suelo.
CHESTER: Vamos, hermanos.
Los tres se fueron del lugar. Por la mañana, apenas salido el sol, llegó el primer trabajador de la fábrica. Luego de un grito de espanto al descubrir a Marcus, llamó a la policía. Estos llegaron en diez minutos. Un policía puso dos dedos sobre el cuello del cuerpo.
POLICÍA: ¡Mierda, sigue vivo! ¡Llama a una ambulancia!
Acto seguido, Marcus viajaba, inconsciente, en la parte de atrás de una ambulancia. Le habían aplicado un respirador artificial y suero. Luego, lo internaron en el hospital de Strawberry. Estaba en coma. Drew despertó tarde. Ni bien se sentó a desayunar, alguien tocó la puerta. Era Vernon.
DREW: Hola, Vernon.
VERNON: Buen día, Drew. ¿Has oído lo de Marcus?
DREW: No, ¿qué pasó?
VERNON: Le dieron una brutal paliza y le dispararon en la cabeza.
DREW: ¿Murió?
VERNON: Está en coma. Bastante grave.
DREW: ¿Qué? Quiero decir, ¿cómo sobrevivió?
VERNON: Los médicos dijeron que la bala no pasó del cráneo, porque no perforó de lleno. Aún así, tiene varias hemorragias internas por los golpes y varios huesos fracturados.
DREW: Vamos a ver a Leroy. Debemos ponerlo al tanto de esto.
Hablaron con Leroy del asunto y este se sorprendió al igual que Drew.
VERNON: Bueno, iré al hospital. ¿Me acompañan?
DREW: No ahora, Vernon. Más tarde pasaremos.
VERNON: Bien, allá nos vemos.
LEROY: Adiós.
Cuando Vernon se alejó, Leroy habló con Drew.
LEROY: ¿Qué dices tú?
DREW: Debemos hablar con Chester. Para saber qué carajos ocurrió.
LEROY: Sí. Lo llamaré.
Luego de hablar por teléfono con el Balla, Leroy se subió a su auto.
LEROY: Me dijo que vayamos a su casa.
DREW: Vamos entonces.
En el camino, Drew vió un bate en el asiento trasero del vehículo.
DREW: Leroy, deberíamos acabar con Kray.
LEROY: ¿Qué? ¿Por qué?
DREW: Debemos enseñarle que no nos puede fallar. Ni ningún Balla.
LEROY: Pero... desataríamos una guerra.
DREW: No. Que asesinemos a su líder los asustará. No se meterán con nosotros.
LEROY: Está bien. Si tú crees.
Leroy estacionó frente a la casa de Chester. Este estaba sentado delante de la puerta. Leroy tocó bocina y le hizo una seña para que suba. Chester obedeció y se metió en el asiento trasero.
CHESTER: Hola, hermanos.
Leroy arrancó y salió de Grove St.
CHESTER: ¿A dónde vamos?
DREW: ¿Qué pasó con Marcus?
CHESTER: ¿Por qué? Está muerto.
LEROY: No.
DREW: Está en coma.
CHESTER: ¡No es posible! Yo mismo lo vi con mis propios ojos. En el suelo. Con una bala en la cabeza- ¿A dónde vamos?
Leroy llegó a su destino. El estacionamiento del Maze Bank Arena.
LEROY: Vamos. Baja.
CHESTER: Leroy, no me gusta esto. ¿Qué quieres hacer?
LEROY: ¡Hablar, señor Nervios!
Leroy y Chester se pararon alejados del auto. El primero le hizo una seña discreta con la cabeza a Drew, que esperaba en el auto. Drew se fue acercando a Chester por la espalda de este, con el bate en la mano. De repente, golpeó con toda su fuerza en la nuca. Chester cayó y Drew comenzó a apalearlo en el cuerpo.
LEROY: No les fallas a los Families.
Luego, Drew comenzó a golpear la cara lentamente hasta que esta se convirtió en una masa desfigurada de piel y sangre. Luego del acto de violencia, ambos Families se alejaron. Antes de volver a Forum, dejaron el bate ensangrentado en el medio de la rotonda de Grove Street.
"El éxtasis del oro"[]
Pasaron tres meses. Drew y Leroy hicieron mucho dinero con distintos negocios. Drew seguía en su relación con Abigail. Un mediodía, se encontraban Drew, Leroy y un par más de Families bebiendo unas cervezas afuera de la casa de Drew. De repente, una voz conocida les llegó a los oídos.
MARCUS: ¡Estoy de vuelta, hermanos!
Marcus Jackson venía caminando con una sonrisa. En la mano derecha, traía una correa que llevaba un Rottweiler. Detrás de Marcus venía su fiel secuaz, Brian Coleman. Marcus no sospechaba que casi muere por Drew y Leroy. Saludó a todos con un abrazo y le dieron una cerveza. Se sentó junto a sus compañeros. Brian hizo lo mismo.
MARCUS: Little B me puso al tanto de cómo están las cosas. Así que estamos en guerra con los Ballas.
LEROY: Ajá.
MARCUS: Matamos a Kray y ellos nos devolvieron el golpe, ¿eh?
DREW: Sí.
MARCUS: Saben, casi muero ese día. Y estos tres meses.
LEROY: Por suerte estás aquí.
MARCUS: Sí. Ni una bala en la cabeza me mata, ¿eh? Eso prueba que fui nacido para esto. ¿Cuando hacemos un Drive-By en Grove Street? Tengo mucha abstinencia de eso. Me olvidé lo que se sentía.
DREW: Dime, Marcus. ¿Qué pasó la noche que te dispararon? Nosotros fuimos a las once y no había nadie. Entonces nos fuimos.
MARCUS: Llegué a las doce allí. Esperé unos minutos antes de que unos Ballas me arrojaran al suelo. Y bueno, lo demás es conocido.
DREW: Hijos de puta.
Siguieron charlando una hora más, cuando se empezaron a despedir.
LEROY: Adiós, Marcus. Avísanos cuando quieras andar por Grove, ¿eh?
MARCUS: Claro. Adiós, hermano.
Marcus y Brian siguieron caminando con el perro.
MARCUS: Brian, te voy a pedir un favor.
BRIAN: Claro, hermano. Lo que quieras.
MARCUS: Sigo sin fíarme de Drew. Hazme el favor de seguirlo.
BRIAN: Claro.
MARCUS: Tal vez hable con el FIB, o algo así.
BRIAN: Sí, lo haré. Ahora mismo. Déjame ir a buscar mi moto.
MARCUS: Claro. Gracias, hermano. Te lo compensaré.
BRIAN: Lo que sea por un Familie de verdad.
Más tarde, Brian, con un casco completamente negro puesto, esperaba subido a su PCJ 600 en un callejón cerca de la casa de Drew. Cuando lo viera moverse, lo seguiría. Luego de esperar algunos minutos, vió cómo Drew salía del barrio en el Rhapsody. Brian no llevaba ropas verdes ni nada que lo vendiera. Siguió a Drew cómo si fuera un espía de la Guerra Fría. Drew jamás le prestó atención. Llegó hasta Pacific Bluffs, a la casa de su novia. Brian esperó enfrente de la Great Ocean. Entonces, sorprendido, vió que Drew salía con Jacob Russell, el famoso oficial de policía. Reían ambos. Brian inmediatamente tomó su celular y tomó varias fotografías de ellos juntos. Luego, llamó a Marcus y se fue de allí en la moto.
MARCUS: Brian. ¿Viste algo de Drew?
BRIAN: Diablos que sí, amigo.
MARCUS: ¿Qué pasó?
BRIAN: ¿Recuerdas el robo al UD?
MARCUS: Claro.
BRIAN: ¿Y recuerdas al heroico policía ese, que salvó a unos compañeros?
MARCUS: Sí, eso creo. Russell, algo así.
BRIAN: Ajá. Jacob Russell. Acabo de fotografiar a Drew junto con él. Reían. Parecían muy cercanos.
MARCUS: ¡Lo sabía! ¡Hijo de puta! Se lo voy a decir a Vernon. Lo mataremos y haremos bien en eso.
BRIAN: Sí, debemos matarlo. Estoy yendo a tu casa. Espérame ahí.
Minutos después, Marcus y Brian iban caminando juntos a la casa de Vernon. Golpearon la puerta.
VERNON: Hola, hermanos. ¿Qué pasa?
MARCUS: ¡Drew es un traidor!
VERNON: ¿Qué? ¿Cómo lo saben?
MARCUS: Muéstrale, Brian.
Brian sacó su teléfono y le mostró las fotografías a Vernon.
VERNON: Hijo de puta. Reúnan a los OG's. Decidiremos que hacer.
Una hora después, OG's como Leroy, Marcus, Brian, Vernon y demás estaban reunidos en la plaza de Strawberry.
VERNON: Drew Ross nos traicionó, hermanos. Little B les mostrará fotos que lo comprueban.
Brian obedeció y les enseñó las instantáneas a los pandilleros. Todos insultaron a Drew, incluido Leroy.
BRIAN: Te dije que no había que confiar en él, Leroy.
LEROY: Lo hacía muy bien.
MARCUS: Él no sabe que lo sabemos. Le diremos que hay una reunión y lo mataremos.
LEROY: Sí. Va a ser lo mejor. Hoy. Matémoslo hoy.
VERNON: Leroy, tú eres su mejor amigo. Llámalo y dile que venga. Dile que es urgente.
LEROY: Claro. Qué hijo de puta.
Leroy llamó a Drew. Este estaba en la playa junto a Abigail.
DREW: Un momento, linda. ¿Hola? Leroy.
LEROY: Ven a la plaza del barrio. Estamos todos reunidos. Es urgente, hoy damos el golpe contra los Ballas.
DREW: ¡Genial! Ahora estoy allá.
Drew colgó.
DREW: Mira, Abigail, debo irme. Sólo un par de horas. Esta noche cenamos, ¿quieres?
ABIGAIL: Bueno.. está bien. Cuídate.
DREW: Claro. Adiós.
Drew fue en el Rhapsody hasta su casa. Para una ocasión así, debía vestirse con algo verde. Brian, que estaba parado en la esquina de su cuadra, volvió corriendo a la plaza.
BRIAN: Entró a su casa.
LEROY: Déjenme hacerlo a mí. Me meteré en su casa y lo mataré.
VERNON: Hazlo bien, Leroy.
LEROY: Claro.
Leroy amartilló su arma y fue hasta la casa del supuesto traidor. Se coló en el patio trasero. Pudo ver por la ventana a Drew vistiéndose. La ventana del otro lado estaba abierta. Leroy se metió sigilosamente por ahí. Drew se vistió y salió de su habitación al pasillo. De repente, Leroy lo empujó con fuerza y cayó al suelo.
LEROY: ¡Maldito traidor!
DREW: ¿Qué? ¿Traidor?
Leroy le apuntaba a la cabeza con su pistola.
LEROY: Sí, traidor. Little B te vio con el policía ese.
DREW: ¿Policía? ¿Qué...? Oh, mierda. Puedo explicarlo, espera.
LEROY: Basta de mentiras. Eres un traidor. Y morirás cómo uno.
DREW: Russell es mi...
LEROY: ¡Basta! ¡Hijo de puta!
Drew le arrojó a Leroy un florero en la cara. El florero estalló en los ojos de Leroy.
LEROY: ¡Mierda!
Leroy no podía ver, e intentaba sacarse los fragmentos de vidrios de la cara cuando Drew se le arrojó arriba. El blanco le quitó el arma y le apuntó a la cara.
DREW: No te mataré. Pero les explicarás a los OG's todo esto.
LEROY: Traidor, pedazo de mierda.
DREW: ¡Cállate!
Drew le ató las manos a Leroy y le comenzó a explicar todo. Pero era tarde. A unos metros de la casa, Marcus, Brian, Vernon y otro original más se acercaban. El más viejo, Vernon, venía a la cabeza de la fila.
MARCUS: El muy hijo de puta debe haber matado a Leroy.
Llegaron hasta la casa de Drew. Vernon pateó la puerta y entró. Drew estaba a la vista. Los originales vieron la escena con Drew armado y Leroy amordazado y no dudaron. Drew se paró y disparó a quemarropa a la fila. La bala impactó en pleno pecho de Vernon, que se desplomó.
VERNON: ¡Oh!
Drew echó a correr y salió por la puerta de atrás de la casa.
MARCUS: ¡Mató a Vernon! ¡Mató a Vernon! ¡Matémoslo! Hijo de puta.
Los tres siguieron a Drew. Este saltó el muro detrás de su casa y cayó en el lavadero de autos. Lo flanqueó, seguido por los originales. Marcus disparó una vez y le erró colosalmente. Drew atravesó la avenida y se metió detrás de un callejón. Los originales imitaban cada movimiento. No lo perdían de vista nunca. El perseguido, mientras cruzaba otra avenida más, derribó a un ciclista y escapó en el vehículo de este. Marcus aumentó su velocidad, pero no llegó a un desesperado Drew que pedaleaba a toda velocidad. Por fin, el blanco pudo huir de los tres que querían matarlo. Sabía exactamente adónde ir. Jacob Russell acomodaba sus botellas de whisky cuando escuchó el timbre de su casa. Observó por la mirilla que era Drew. Este ya no tenía su bicileta. Parecía agitado. Jacob le abrió con una sonrisa.
JACOB: Drew, pareces agitado. ¿Cómo estás?
DREW: No muy bien. Déjeme pasar, por favor.
JACOB: Claro. ¿Qué sucede?
DREW: Debes saber que vivo en un barrio... peligroso. Insulté a quién no debía.
JACOB: Vaya. Te quieren matar, ¿eh?
DREW: Sí. ¿Puedes ofrecerme un refugio en algún lado?
JACOB: Bueno... tengo un viejo depósito.
DREW: Cualquier cosa está bien. Gracias. ¿Dónde está ese depósito?
JACOB: Al norte de Vinewood Este. Lo reconocerás por la inscripción "Russell Repairs". Era el taller de mi padre. Tuviste suerte de que no lo vendiera todavía. Espérame un segundo, voy a buscar la llave.
Drew esperó unos minutos que parecieron eternos. Pensaba que en cualquier momento aparecería Marcus y le enterraría una navaja en la espalda, o sentiría el cañón de una pistola en la sien. Pero nada. Jacob apareció con una llave que parecía que se iba a quebrar en cualquier momento.
JACOB: Toma.
DREW: Gracias. Muchas gracias.
Drew se fue apurado. Pasaron algunos días. Una lluviosa tarde, Marcus, Leroy y Brian salían de la funeraria de Strawberry, luego de incinerar el cadáver de Vernon.
BRIAN: ¿Dónde diablos se metió Drew?
LEROY: Si lo sabría ya lo hubiera matado.
BRIAN: Sé dónde vive el policía ese, Russell. Tal vez sabe algo.
MARCUS: Sí. Hagámoslo.
BRIAN: Yo conduzco.
Los tres se subieron a un Manana verde y fueron hasta Pacific Bluffs.
BRIAN: Esa es la casa. ¡Mira! Parece que nuestro oficial sale para su trabajo.
Jacob salía, vestido con el uniforme de la policía, y cerraba su puerta con llave.
MARCUS: Vamos. Metámoslo en el baúl.
Brian estacionó delante de Jacob. Este se sobresaltó. Marcus bajó la ventanilla y le apuntó con una 9mm.
MARCUS: Suba, oficial.
Jacob levantó las manos y obedeció.
JACOB: ¿Qué quieren?
LEROY: Ya verás.
Minutos después, Jacob estaba atado a una silla en un sucio garaje, que estaba en Davis, propiedad de Leroy. Este y los otros dos lo miraban vilmente.
MARCUS: Oye, creo que empiezo a recordarte. Tú me arrestaste una vez. Sí, eras tú. En ese entonces eras un pobre diablo al que el uniforme le quedaba grande.
JACOB: ¿Qué diablos quieren?
MARCUS: Varias cosas. Primero, saber sobre Drew Ross. Luego, torturarte y matarte.
JACOB: ¿Qué? ¿Drew Ross? No tengo idea de quién es.
BRIAN: Vamos, hijo de puta. Te he visto con él.
Leroy observaba la escena sentado en una silla.
JACOB: Se los juro. No sé quién es.
BRIAN: ¿Quieres ver unas fotos?
MARCUS: Veo que debemos empezar antes con la tortura.
Marcus sacó una navaja de su pantalón. La apoyó contra el dedo meñique de Jacob.
BRIAN: Empezemos de nuevo. ¿Drew Ross?
JACOB: Miren... Drew sólo es...
Marcus bajó la navaja con fuerza y el dedo meñique de Jacob rodó por el suelo, seguido por un chorro de sangre.
JACOB: ¡Ah! ¡Dios! ¡Ah! Drew... está en un depósito en Vinewood Este. Russell Repairs. ¡Basta, por favor!
MARCUS: Gracias, oficial. Bueno, ya completé uno de mis deseos. Brian, ¿hace mucho que no tienes sexo?
BRIAN: Sí, extrañaba un poco eso. Desde la cárcel.
Marcus arrojó a Jacob sobre una mesa. Leroy adivinó las intenciones de ambos y salió del garaje a fumar un cigarrillo. Volvió media hora después. Habían hecho cosas horribles y humillantes a Jacob. Este yacía en el piso. Ahora, le faltaban seis dedos y Marcus estaba ocupado extrayendo algunas muelas.
LEROY: Dios, no era necesario hacer todo eso.
MARCUS: ¿Por qué no? Es un policía. ¿O tú también chupabas de su rabo?
LEROY: No. Si ya sabemos dónde está Drew, ¿por qué no vamos y lo matamos de una vez?
MARCUS: OK, vamos.
Marcus se paró y asesinó a Jacob de un disparo de pistola en la sien.
BRIAN: Sí, vamos.
Russell Repairs era un viejo taller de chapa, en su mayoría oxidada. El cartel parecía que iba a caer en cualquier momento.
MARCUS: Rompamos ese candado.
Brian disparó al candado que cerraba las grandes puertas. Drew, que estaba dentro afeitándose, escuchó el disparo y se alarmó. Dejó inmediatamente lo que estaba haciendo y tomó una pistola. Escuchó a los otros hablar mientras se escondía detrás de una carcaza de auto oxidada.
MARCUS: Dispárale de nuevo. No cedió.
Con el disparo siguiente, las puertas se abrieron violentamente. Drew, desde su escondite vió a los tres.
BRIAN: ¿Dónde diablos está?
LEROY: Mira aquí. Se estaba afeitando.
Leroy tomó la afeitadora mojada. De repente, Drew se asomó y disparó tres veces contra el grupo. Dos balas fueron erradas y golpearon las chapas de las paredes. La tercera impactó en el vientre de Leroy. Este cayó, y su arma se alejó un metro de él.
LEROY: ¡Ah! ¡Mierda!
BRIAN: ¡Ahí está! ¡Hijo de puta!
Marcus disparó a la velocidad de la luz. El disparo dió en el brazo izquierdo de Drew.
DREW: ¡Ah!
Drew vació lo que quedaba del cargador y se volvió a esconder. Marcus y Brian hicieron lo mismo, detrás de unas cajas. Intercambiaron balas durante unos breve momento. En un momento, cuando Drew se asomó para disparar, Leroy, desde el suelo, llegó hasta su arma y le disparó a Drew. La bala se infiltró en la yugular del blanco. Este cayó. La sangre manaba a chorros de ahí. Marcus y Brian, riendo, se acercaron al cuerpo moribundo de Drew. Este estaba arrojado en el suelo; su arma cayó muy lejos. A tres metros arriba suyo, estaba sostenido un pesado auto por un imán gigante. La palanca que activaba el imán estaba al lado de su brazo derecho. Marcus y Brian se pararon casi arriba de Drew.
MARCUS: Esto pasa cuando eres un traidor. ¡Buen tiro, Leroy!
BRIAN: Sí. Además, matamos a tu amigo el...
Antes de que termine la frase, Drew accionó la palanca y el imán perdió su magnetismo. Gracias al efecto de la gravedad, el auto cayó en milésimas y aplastó a los tres, matándolos. Leroy, herido en el suelo, obervó toda la escena.