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Torre de Control Destruida[]

Sam despertó adolorido de la espalda por que durmió en una posición nada recomendable, pero su sueño se había disipado en gran medida. Miró su reloj de muñeca, un reloj metálico cubierto de plata que le había regalado Megan en Navidad, y se fijo que eran las 5:39 AM. Se levantó casi de un salto, agarró la sudadera que John le prestó y se la puso, camino hacía la cabina de piloto, y al abrir la puerta se fijo como un cielo oscurecido, sin estrellas, iba dando pasó en el horizonte a los primeros rayos de sol, y debajo de estos una gran isla se extendía: San Andreas.

-¿Qué tal dormiste? – le preguntó Siun sin girarse. – Espero que bien, porque tendrás que ir a prepararnos unos cafés. Están en la pequeña cocina, hazlo en el microondas, no importa, solo que me estoy durmiendo.

-De acuerdo. – Sam salió corriendo y bajo a la cocina dando zancadas en las escaleras. Se le hizo impresionante ver todo el avión solo, y estaba bien equipado, seguramente era de la nueva línea de los AT-400. Después de unos 5 minutos regreso a la cabina, con 2 vasos desechables llenos de café, ambos estaban cargados. Siun lo recibió y le dio pequeños sorbos para no quemarse la garganta.

La luz del sol estaba “a sus espaldas” por lo que no le calaba en la vista a Siun.

-Siéntate, voy a descender.

El avión enorme comenzó a descender poco a poco, acercándose hacía Las Venturas, solo que por el norte para alcanzar a girar y aterrizar en la pista de aterrizaje. Todo iba bien para ellos, pero ellos no sabían que la Milicia tenía preparada un ataque contra el primer intruso que llevara un avión así. Por lo general, a los grandes aviones no se les atacaba por la tripulación, pero en esta ocasión no sería así por el hecho de no llevar tripulación.

Uno de los soldados especializados en la aeronáutica registró el avión que venía, imprimió los datos y corrió hacia el general de las Fuerzas Aéreas de San Andreas, no sin antes decirle a su compañero Avísales a los de Liberty City.

El soldado corrió con todas sus fuerzas atravesando varias oficinas evitando romper la hoja. Llegó a una puerta con la insignia de las Fuerzas Aéreas y alrededor de esta un marcó color dorado, lo que significaba la Oficina del Alto Mando. Tocó unas 5 veces rápidas, y enseguida le atendió el Comandante.

-Soldado, espero que tenga una buena excusa, interrumpió una plática… - El soldado lo interrumpió.

-Si, es algo importante. – giró a ver al General. – Señor, un AT-400 entró a los alrededores del Estado, hace unas horas avisaron que en Liberty City secuestraron uno de ese mismo, y la seña era el #1827747, el avión que entro es dicho avión ¿Qué se debe hacer?

El general se quedó pensativo, agarró la hoja que el soldado joven le tendía y leyó rápido los datos. También se encontraban 2 fotos, una del avión en el Francis International, y otra tomada por satélite del avión en vuelo. El General sabía que tenía listo a varios de sus hombres listos para atacar el avión.

-Tiene un secuestrado señor. Un capitán de la policía joven. – complemento el soldado.

El General se paró, remordiéndose la cabeza buscando la mejor manera de parar un posible ataque a causa del Terrorista. El soldado esperaba la orden para comunicarla.

-Soldado, dígales a los Hydra Money y al Hydra Optimus que sobrevuelen alrededor del avión. Mande a unos 4 o 5 Hunters a que hagan barrera para evitar que se salga del camino trazado. Mándele un mensaje, de que lo escoltarán, y que si se sale de la ruta lo derribaremos. – ordeno el General.

El soldado salió corriendo, y en cuestión de 2 minutos todo estaba listo. Los 2 caza salieron volando del Aeropuerto de Verdant Meadows, un aeropuerto que CJ hace 3 años vendió a la Milicia de San Andreas al no necesitar para nada este y haber perdido la habilidad para volar a causa de un accidente en el cual casi pierde la vida.

Los Hunter se elevaron y se dirigieron también hacía el avión, pero estos se quedaron haciendo un “camino” aéreo para que el avión no se saliera de la ruta. Los aviones caza alcanzaron al AT-400 y se pusieron uno a cada lado. Un mensaje mandado por las Fuerzas Aéreas llegó al avión, que Siun recibió.

-AT-400 con matrícula #1827747, le escoltaremos a la Base Verdant Meadow para ser arrestado. Si se niega a lo que le ordenamos, será derribado, aunque lleve al capitán de la policía.

Sam se quedó boquiabierto, y Siun asustado. A los malditos Aéreos no solo no les importaba derribar ese avión tan costoso, sino que tampoco derribarlo con Sam a bordo. También pudo ver el camino trazado por los Hunters a su izquierda, evitando que volarán hacía Las Venturas o Los Santos.

-Sam ¿Te molestaría ir por los paracaídas?

-¡¿QUÉ?! – Sam le contestó a pesar del nudo en la garganta, y con un miedo irracional al ver tantas “armas” alrededor de ellos.

-¿Dejaras que nos arresten? ¡Y a ti te será peor! Te degradarán al saber que fuiste un cómplice.

-Pero… ¡Es ilógico1 ¡Nos derribaran! ¡En el aire nos pueden llenar de plomo!

-Sam ¿todavía tienes el rappel?

-Si. ¿Y tú?

-Claro que si. Ahora, no te preocupes, nos derribarán, no nos harán explotar. Podré maniobrar el AT antes de que se precipite. – Siun no esperó a que Sam estuviera de acuerdo, simplemente giró a la izquierda, el Hydra Money fue golpeado, pero alcanzo a escapar del golpe total. El Hunter que estaba a su izquierda recibió un impacto, haciendo girar como loco y precipitarse hacia The Strip.

El avión estaba girado casi por completo en posición horizontal, Sam estaba agarrado con mucha fuerza de su asiento, empuñando el rappel sin saber en que lo iba usar. Siun volvió a poner en posición normal el enorme avión, y los cazas lo siguieron, se le adelantarón pero no hicieron nada.

-¿Sabes porque hacen eso Sam?

-¡No! – Sam estaba casi a punto de llorar por el miedo.

-Están esperando a que lleguemos al mar, o a cualquier parte desabitada, para dispararnos.

Los Hunters lo seguían a una velocidad lenta comparada con los cazas. Uno de ellos, el Money, se fue a la Base ya que estaba dañado de un ala, y el otro estaba siguiendo al AT todavía. Siun tenía una sonrisa en su cara, en contraste con Sam, que la tenía de aterrado.

Comenzaba a salir de Las Venturas y empezaron por el mar. Lo que dijo Siun era verdad, esperaban a eso para atacarlos. Un par de Hunters disparó los misiles, que fueron a directamente al avión, solo que Siun descendió un poco, escapando de esos. El caza Optimus giró a la derecha y se dirigió hacia los Hunters, probablemente para ordenar que derribaran el AT-400.

-¡PUTOS CERDOS! – gritó Sam. Siun en cambió perdió un poco su sonrisa y volvió a sonreír.

-¿Qué te pasa? ¡Ellos lo están haciendo divertido! Se creen que por tener esas armas no podemos defendernos… ¡Están mal!

Un nuevo mensaje de las Fuerzas Aéreas llegó.

-¡Se lo advertimos! ¡Serán derribados! – está voz se escuchaba más vieja. Siun agarró la radió y solo dijo 3 palabras, en cambió Sam intentaba arrebatárselo para decirles algo.

-¡Hijos de Perra! – Siun arrancó de un jalón la radio. Sam la agarró con una expresión en la cara de “¿Por qué lo hiciste?” y lanzó la radio.

La sonrisa de Siun se elimino de su cara al escuchar un trueno tremendamente fuerte y un temblor que recorrió todo el avión en cuestión de 2 segundos. Sam e lanzó al piso de forma automática, sin siquiera haberlo planeado. Sam comenzaba a pararse cuando otro sonido y movimiento igual recorrio el avión de nuevo. Un Hydra pasó por delante y se fue hacía abajo en picada para salir de ese lugar.

Era evidente, 2 misiles habían chocado contra el AT-400. Un sonido que provocaban los agujeros en el avión, algo como abrir una ventanilla en un carro que se conduce a gran velocidad, podía ser escuchado. Sam abrió la puerta y miró como un agujero de unos 2 metros de diámetro envuelto en fuego se llevaba todas las cosas livianas, inclusive lo comenzó arrastrar, pero Sam alcanzó a cerrar la puerta, y se giró con la cara pálida a Siun.

-¡Es un agujero enorme! ¡No tenemos paracaídas!

-¡Tratare de aterrizar en esa pista! – Siun señalo la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional de Los Santos. Aunque en cuanto estuvo casi en posición alineada con la pista, una nueva explosión recorrió la parte izquierda, haciendo una rajada en el techo del avión, obligándolo a girar a la izquierda, directamente a la Torre de Control.

Siun se apalancó tratando de hacer que el avión girara a la derecha, cosa que no se estaba logrando y el avión además de precipitarse al suelo, se precipitaba a la Torre de Control.

Dentro de dicha torre, todos los trabajadores intentaban escapar, haciendo un completo caos. Los guardias de seguridad trataban de ayudar todo lo que podían, pero el terror en los trabajadores era tanto que inclusive una persona se había lanzado desde una altura considerable, matándose al caer. Los guardias estaban tratando de evitar aglomeraciones en las puertas, pero uno de ellos murió a causa del aplastamiento, de una forma brutal, nadie se daba cuenta de que aplastaba el maltrecho cuerpo de un joven obeso que trabajaba allí desde hace un año.

-¡Abre la puerta Sam! – gritó Siun haciendo palanca para girar el avión. Sam abrió la puerta y el agujero lo atrajo, Sam salió casi disparado a dicho agujero. Sam, sin reaccionar, disparó el rappel, enterrándolo en el piso y este se abrió abajo del piso, salvando a Sam de que saliera volando. La porción de piso en la que el gancho se había enterrado comenzó a levantarse, y pronto se desprendería y se llevaría a Sam.

En la cabina, Siun trataba de hacer todo lo posible para evitar que se estrellaran, pero la fuerza del AT-400 y del aire era mucho mayor a la de las turbinas, así que se estrellarían. El avión comenzó a pasar al lado de la Torre de Control, raspando la parte izquierda…pero lo peor estaba por venir. El ala izquierda choco con todas sus fuerzas en la Torre de Control. La parte golpeada comenzó a ladearse, y el ala seguía partiendo en 2 a la Torre, hasta que el ala se desprendió por completo, y el avión se precipito a la pista de aterrizaje.

Siun se soltó y corrió alejándose de la cabina. La trompa del avión choco con fuerza en la pista, deteniendo la inercia y Sam se precipito al suelo del avión, junto a Siun. Sam y Siun se levantaron pero en ese momento la fuerza del arrastre del avión los tumbo de espaldas. Sam se levantó y levantó a Siun, y ambos corrieron con todas sus fuerzas por el pasillo que cada segundo se giraba más a la izquierda, y se caían en la gran grieta del techo (que a causa del giro, ahora la grieta estaba en lugar de la pared) serían despedazados.

Sam iba delante, y Siun detrás de este, pero ambos les costaba trabajo correr, ya que los agujeros de las ventanas habían tronado, y al tocar el suelo de la pista la fuerza los arrastraría, aplastándolos. Siun agarró a Sam del hombro izquierdo para hacerlo girar hacía él. Sam giró y miró como Siun agarraba un asiento con todas sus fuerzas.

-¡AGARRATE! – le grito Siun al momento que abrazaba el asiento. Sam hizo lo mismo y se salvó de haber caído en la grieta, que ahora estaba en el suelo. En unos segundos, la grieta quedó a un lado y Sam se soltó, corriendo por el techo, cosa que era más fácil por el hecho de que nada los estorbaba. Siun alcanzó a Sam y lo arrebaso.

Afuera, en la pista, el AT-400 iba a chocar contra un Shamal que recién había aterrizado y no lo habían acomodado bien. Al estrellarse, el Shamal se enterró en la parte delantera del avión, abriendo con toda su fuerza la cabina y causando una explosión. La primera explosión tumbo a Siun, y Sam lo levantó mientras corrían hacía atrás del avión. El Shamal explotó por completo, deformando alrededor de su explosión al avión ya maltrecho, lanzando una onda de choque que doblo los tubos y tumbo algunos asientos. Lo peligroso era el Fuego Relámpago, que si alcanzaba a Sam o a Siun los quemaría con un calor tan alto que morirían al contacto, además de que sus pulmones se quemarían.

El Fuego Relámpago comenzó a quemar toda la circunferencia del avión, y Sam y Siun estaban casi llegando a la cola del avión, cuando esta se partió y se quedaron en la parte de la cola, librándose del Fuego Relámpago, que al alcanzar la parte donde se partió, lanzó una bola de fuego oscuro al cielo. La parte de la cola se paró en seco, tumbando a Sam y Siun de espaldas. Sam se levantó, con las piernas de “gelatina” al igual que Siun.

Sam comenzó a soltar una risa histérica, casi de loco, al igual que Siun. El problema del derribamiento se acabo, ellos seguían en una pieza, en cambio el avión estaba incendiándose y explotaría en cualquier momento. Pero los problemas no se terminaron allí. Sam miró con algo de miedo como varios NOOSE Patriot y un Police Maverick se acercaba al enorme AT-400. Si calculaba bien, se les aproximaban 12 personas por el suelo y 5 por el aire.

El Escape[]

-¡Mierda! – dijo Sam, con sus expectativas de escapar muy nulas.

-Y que lo digas ¿Qué haremos? – preguntó Siun, cosa que sorprendió a Sam por el hecho de que Siun siempre tenía una solución a cada problema, por grande y pequeño que fuera.

Sam se giró y miró que algunos escombros se aglomeraron en el fondo, y Sam jalo de la manga a Siun para indicarle que se escondieran. Sam levantó con ayuda de las mangas de la sudadera un metal caliente e hizo una especia de “casita” para cubrirse de la vista de los demás. Siun se agarró de una cornisa de arriba y se escondió en un espacio que se formo en el techo a causa de los golpes.

Los Patriot se detuvieron a unos 5 metros del avión que lanzaba llamas de hasta 6 metros de alto, con un humo oscurecido de gran cantidad de químicos con propiedades del petróleo que se extendía formando una nube oscura y con apariencia macabra. Tal como Sam lo predijo, 12 hombres se bajaron de los autos, mientras que el helicóptero sobrevolaba, cubriéndoles las espaldas a sus agentes.

El jefe de ese grupo de la NOOSE era un hombre de unos 47 años, con grandes “entradas” en la cabeza con el cabello cortito y de color negro con algunas canas, el hombre se llamaba Nelson Clayson. Esté se puse el casco y las gafas de la NOOSE para evitar un disparo certero a su cabeza de cualquier persona que hubiera allí. Sus hombres, 11 sin contarlo, se juntaron en una fila para esperar sus órdenes, Sam ya estaba ideando como escapar de ese ataque.

-Escuchen bien, agentes, y esperó que lo hagan. – comenzó a decir Nelson. – Este avión fue robado de Liberty City alrededor e la media noche, el propósito no lo conocemos, pero el terrorista que lo hizo secuestró a un capitán de la policía. Nuestra misión es tratar de encontrar a las 2 personas, vivas o muertas. Quiero 2 equipos, 10 y 2, los primeros entraremos y los segundos se quedan de respaldo aquí afuera.

Sam miró algo de lo que no se había percatado: Que llevaban un tanque de oxigeno a causa de que entrarían en ese infierno que quedó del AT-400. Una decena de ellos se puso la máscara y los otros 2 se quedaron afuera. Los primeros entraron, evitando los objetos que ardían. Sam miró hacía donde estaba Siun, quien solo escucho pero no vio nada de lo que sucedió, y le hizo una seña con la mano. Siun bajo de su escondite y se metió junto a Sam, quemándose un poco en el codo al chocar con el pedazo de metal en el que se escondían.

-¿Qué pasa? – Siun susurró.

-Esas NOOSE Patriot están listas para que escapemos. – Siun se asomó y las miro. – Las llaves están pegadas, solo necesitamos neutralizar a los tipos que están allí, son solo 2.

-Y ¿Cómo lo haremos? – Siun se quitó los lentes, que se empañaban a causa del calor del lugar.

-Tienen tanques de oxigeno. Podemos hacer una nube que les cubra la vista a esos tipos si abrimos uno de sus tanques.

-¿Tienes un arma? ¡No podemos abrírselo sin algo que llegue hasta ellos y sin exponernos demasiado!

-No tengo un arma, pero tengo esto. – Sam sacó el rappel. – Tú tienes mejor tiro que yo para estas cosas ¿Por qué no lo haces tú?

Siun sacó su propio rappel. Sam guardó el suyo y Siun se asomo un poco y apunto al tanque de oxigeno de uno de ellos que estaba distraído. Siun disparó el rappel, y este se agarró en el tanque, y al hacer presión, lo reventó. La fuerza que estaba oprimida allí lanzó al agente contra el otro, sin levantarlo, pero moviéndolo. Siun salió corriendo y después de el, Sam. Siun llegó junto a los agentes, y a uno le dio un rodillazo en la panza, y cuando se agacho lo noqueo, y al otro, que no podía ver nada, lo tumbo de espaldas y lo noqueo también.

Sam subió a la Patriot más cercana. Siun se subió en el asiento de pasajero. Sam arrancó, pero la velocidad no era buena, iba lenta la camioneta, como máximo a 20 km por hora.

-¡¿Qué mierdas pasa aquí?! – preguntó Sam nervioso y mirando que era lo que lo detenía.

-Sam, creo que es esto. – Siun le señalo el freno de mano, que estaba levantado. Sam lo bajo, y la Patriot arrancó con una fuerza rapidísima, haciendo colearse un momento y después Sam pudo recuperar el movimiento normal. Siun se había asustado, por que casi se volteaba.

El Police Maverick comenzó a seguir a la camioneta que escapaba. Sam iba directo hacía la salida, la reja estaba cerrada. Sam aceleró, llegando a los 120 km por hora. Siun puso la mitad de su cuerpo en posición fetal preparándose para lo fuerte que se iban a estrellar. La camioneta chocó contra la reja, lanzándola hacía atrás. Sam llegó a la calle, y evito estrellarse con un Greenwood que se salió del camino para evitar estrellarse con la Patriot.

Siun se relajo un poco, y miró a Sam, quien tenía una sonrisa en la cara. Y ahora Siun era el histérico y Sam el feliz.

-¿De que te ríes? – preguntó Siun. - ¿La adrenalina?

-No…sino que la última vez que salimos de ese lugar a toda prisa no conducía yo…era CJ quien conducía, y escapábamos de la SWAT.

-¿CJ? Tu no hablas del manager de Madd Dogg ¿o si?

-La verdad si. ¿Qué tienes de malo? Éramos buenos amigos, y sobretodo por el hecho de que el me rescato una vez antes de morir.

El Police Maverick se les adelantó, y 2 tripulantes les apuntaron con sus M4. Siun se agachó, pero Sam solo giró de forma cerrada a la derecha, pues el camino se acababa. El helicóptero se elevó, ya que se terminaba en un edificio bajito, pero los patines del helicóptero chocaron, haciéndolo perder el control y girarse en horizontal, cayendo en Unity Station. Por suerte, ninguno de los tripulantes murió ya que la caída no era tan alta.

Siun miró a sus espaldas, y se fijo horrorizado en el accidente, y se le calmó el miedo al ver que no hubo un accidente tan fuerte, se giró y encaró a Sam. Este todavía tenía una sonrisa en la cara, y se giró con Siun y le dijo algo que terminará con todas esas emociones fuertes que habían pasado desde hace horas:

-Creo de debemos ir a comer. – Sam se estaciono en un local cercano – Podemos ir a comer pizza.

Ambos comieron mucho, sobre todo Siun. Sam había comida una Doble D-Lujo y una Reventadora, mientras que Siun comió una Grandiosa y un Menú de ensalada. Sam dio unos últimos sorbos a su eCola y Siun se termino 2 Sprunk, una en cada uno de sus platos. Además de comer necesitaban hacer otra cosa importante: Cambiarse de ropa, ya que la de Siun estaba dañada y sudada, igual que la de Sam, solo que esta había tenido más suerte que la de su compañero.

Sam pagó el total: $28 dólares. El trabajo de Capitán de policía le dejaba bastante ganancia como para quejarse del sueldo. Salieron, pero sabían que no podían ir en la NOOSE Patriot ya que lo habían dejado lejos, por el hecho de que era un vehículo robado. De todos modos, desde la noche anterior habían cometido varios delitos ¿Qué diferencia tenía otro? Así que Sam decidió robar un carro que estaba en el estacionamiento que quedaba hacía en norte (al lado del local de pizza). El único carro que estaba allí era un Previon color blanco, sucio y algo viejo.

Sam llegó junto a la puerta del conductor, golpeo el vidrio con una patada y lo quebró. Levanto el seguro y abrió la puerta, y la de Siun. Sacó los cables y en menos de 10 segundos hizo contacto, y arrancó en reversa. Sam condujo cerca de allí, hasta el Binco de Ganton y se estaciono en un estacionamiento de una casa que pertenecía a un pandillero de Grove Street cuando Sam se fue, pero ahora se veía descuidada, probablemente la habían abandonado.

-¿Vas a comprar en Binco? – le preguntó Siun. – Si quieres te puedo comprar yo la ropa, pero vayamos aunque sea a un Perseus.

-No, será aquí. Y en San Andreas no hay Perseus, hay Didier Sachs. – Sam comenzaba a recordar cando era más joven, era un pandillero calmado, pero pandillero en el sentido de la palabra. – Tal vez ya existan los Perseus, pero ya estamos aquí. – Sam abrió la puerta.

Dentro los recibió un aire acondicionado que los calmó del calor de Los Santos. Todavía había adornos de Navidad y colgantes de Santa Claus. Sam llevaba sudadera, pero Siun enseguida se agarró los brazos, haciendo una señal de que tenía frió. Sam agarró un suéter color naranja con líneas grises y se lo dio a Siun.

-Agarralo, te lo comprare como regalo. – dijo Sam. – Pero de todos modos, deberías ver la ropa que hay por aquí.

Siun lo agarró e hizo una señal con los labios de gracias. Sam se dio la vuelta y comenzó a ver la ropa. No llevaban ni 10 minutos cuando Siun ya tenía 2 camisas y 3 pantalones en sus manos, además del suéter que Sam le iba regalar. Sam tenía una camisa de vestir color carmesí (como la que acostumbraba usar a veces) y 2 camisas de manga corta, una color blanco totalmente y otra negra con un dibujo de SA, además de 2 pantalones vaqueros.

Dejaron la ropa juntó a la cajera, y Sam agarró 2 pares de tenis color negro. La cajera les cobro un total de $ 214.00 dólares. Sam se le adelantó a Siun y pagó con su tarjeta de crédito y pagó su ropa y la de Siun. Salieron de la tienda y Siun se sintió más relajado al sentir el calor no tan abrasivo de la ciudad.

-Gracias Sam…fue mucho dinero, si supiera que iba a ser tanto, mejor no hubiera agarrado tanta ropa. – Siun abrió la puerta del pasajero y entró. Sam entró al del conductor y hecho las bolsas de ropa al asiento trasero, y comenzaba hacer contacto el auto.

-Ya te lo dije Siun, ser capitán deja mucho dinero. – Sam dio en reversa, cuidando de no chocar. – Hay un barrio llamado Las Colinas, yo tenía una casa en ese lugar. Vamos a ver que tal esta.

El Previon giró a la izquierda, luego a la izquierda, por la calle donde estaba la casa de Big Smoke, después giró y subió por el puente y condujo hasta donde topaba la calle, doblo a la derecha y fue directo hasta pasar las vías del Tren, luego doblo a la izquierda y llegó a la subida, la calle donde estaba su casa. La reconoció enseguida, pero afuera se encontraba un Club que estaba calentando el motor. Allí vivía alguien ahora, y esa casa era de su padre, después de él y ahora de un desconocido…esto no se iba quedar así.

-Espera aquí. – dijo Sam y se bajo del automóvil. Fue y miró que en el auto no había nadie, y tenía los seguros puestos. Toco la puerta con la mano, ya que el timbre había desaparecido y en su lugar se encontraba un agujero tapado con yeso.

La puerta se abrió y una mujer guapa, con rasgos italianos y con un pantalón oscuro, y pantalón de piel, apretados a su hermosa figura. La mujer cerró la puerta a sus espaldas, mientras encaraba a Sam.

-¿Si? – dijo la mujer, pero en español. Enseguida se percató de eso y dijo ahora en ingles la misma palabra - ¿Si?

-Esto…quería ver quien vivía aquí. – dijo Sam, mirando con lujuria a la mujer.

-¿Era suya la casa, señor? – le preguntó la mujer mientras se movía de lugar y ahora se recargaba en su automóvil. Dicen que era de un pandillero.

A Sam se le ocurrió rápidamente lo que debía decir:

-Si, era de un pandillero. ¿Le contaron que desapareció? – la mujer asintió. – Pues quería ver si el había vuelto, pero por lo que veo, no es así. Y… ¿Cómo se llama usted?

Siun miraba como Sam comenzaba a cortejar con la mujer. Se bajo del auto y le llamó a Sam desde allí.

-¡Vamonos Sam! ¡Tenemos que ir a cambiarnos!

Sam se despidió y subió al automóvil junto con Siun, y ahora se dirigieron a Idlewood, a donde vivía un viejo amigo de Sam, que se conocía como Gil, o también se referían a él como Gilo. Sam condujo y fue a una gasolinera, pues el tanque estaba casi terminado, casi sin gasolina. Y después fue a la casa de ese antiguo compañero, una de las casas que estaban al Oeste de Idlewood, cerca de la que perteneció a Big Smoke.

Se bajaron del auto, terminando la platica que Sam y Siun tenían sobre el lugar, que esos lugares parecían de barrios bajos y pobres, y a lo que Sam respondía “Y eso que no has visto Willowfield”. Sam toco la puerta con el puño, una puerta de madera con un cancel de metal que estaba abierto. La puerta se abrió un poco, y un hombre moreno, de pelo negro y largo, con atuendo Families asomo su parte izquierda de la cara.

-¿Quiénes son? – pregunto este.

-¿Se encuentra Gil? – pregunto Sam.

El hombre cerró la puerta, la abrió y salió apuntándole con una Colt .45 en el pecho a Sam. Siun ni se inmutó, pues Sam le hizo una señal de que se calmara.

-¡Ya les dije que lo dejen! – Le quitó la pistola del pecho y apunto a Siun. - ¡Esta casa esta pagada! Puede que nos hayan quitado la de Big Daddi, pero esta no, no señor.

Sam le dio un golpe en el codo, y le arrebato la pistola, que se guardó en su bolsillo.

-No somos ese tipo de personas. – Sam lo agarró del cuello, obligándole a mirarlo. – Espera un momento…¿Eres Schutz?

-Sggiii – dijo con una voz rasposa Schutz, ya que le apretaba la traquea. Sam aflojo su mano y Schutz tosió. - ¿Tu quien eres?

-Obvio, sabía que no me iban a recordar... ¡Ni siquiera CJ me reconoció! – Miró a Siun y le dio la pistola, luego se giró a Schutz. – Soy Big Daddy.

Schutz lo miró estupefacto, barriéndolo de pies a cabeza, al igual que a Siun, quien en su mano tenía la pistola. Schutz se le arrimó más a Sam y luego se volteó a la casa y abrió la puerta.

-¡Como no te reconocí! ¡Pasen, pasen! Gil esta en el patio trasero, estamos haciendo una parrillada, y estamos esperando a los colegas… ¡Que sorpresa se llevarán al verte, Big!

La Sicario y Megan[]

Sam entró a la casa, con un ambiente frió a causa de que la única entrada de sol eran las ventanas. Schutz entró al final, cuando Siun pasó delante de él. Sam sabía como llegar a la parte de atrás, de antaño ese lugar era de los más frecuentados, cuando querían ver un partido, una película o simplemente embriagarse y como decía Blas, un antiguo colega que murió en el Golpe de Estado de 1995, “Embriagarse hasta hablar mandarín”.

El lugar no había cambiado mucho esos 10 años. Los sillones de la sala ya dejaban ver con claridad figuras de que por un tiempo prolongado se habían sentado las personas, deteriorando poco a poco el sillón, hasta dejarlo en ese estado deplorable. El televisor ya no era una caja de unas 20 pulgadas en la pantalla, sino una pantalla plana en una mesa de cristal, de unas 30 pulgadas de pantalla. La puerta de fondo estaba abierta, y un humo blanquecino entraba por la puerta.

-¿Observando la casa? – preguntó Schutz. – Casi no ha cambiado, pero deberías ir a visitar la mía, vivo donde mismo.

-Si, claro. – Sam se giró y le hizo un comentario en burla. – Ahorita mismo, a ver quien me abre, si estas aquí.

-Bueno, digo, cuando puedas. – dijo Schutz y salió por la puerta hacía el patio.

Sam salió, y Gil estaba allí, de espaldas a él, con una cerveza en una mano y con la otra haciendole aire al naciente fuego, que consumía el carbón. Gil llevaba puesta una playera blanca, que se le apretaba a su musculosa forma, más musculosa que la de Sam, pero no que la de Siun. Schutz llegó a su lado, le dijo algo bajito y Gil se giró, y se quedo observando a Sam. Sam lo vio bien, estaba más moreno, tenía el cabello estilo militar y unos lentes militares color oscuro. Gil dejo en una mesa su cerveza, se acercó a Sam sonriendo más con cada paso, y al llega con este, lo levanto de un abrazo.

-¡Big! ¡Que bueno volver a verte! ¿Dónde te habías metido?

-En una ciudad lejana a esta. – dijo, mientas Gil lo bajaba, y Sam se enderezaba a causa del fuerte abrazo. – Precisamente, en Liberty City.

Gil se le quedo mirando a Siun, que era un poquito más alto que él, y su camisa se le apretaba a su figura, dejando ver lo musculoso que era, más marcado que Gil. Este le estiro la mano, y Siun se la apretó como saludo.

-Hola, bienvenido… ¿Cuál es tu nombre? – preguntó Gil.

-Hola, me llamo Lance Romero, mucho gusto. – Siun lo dijo tan convencidamente, que le saco una sonrisa a Gil. – Tiene una bonita casa, y el lugar en el que se ubica esta bien.

-Gracias gracias. – Gil se giró hacia Sam y le soltaba la mano a Siun. – Tu y tu amigo pasen, a confianza, van a venir algunos amigos a una comida que estamos haciendo por ser este día.

Sam y Siun se sentaron en unas sillas que estaban allí, acomodadas alrededor de una mesa llena de botana y refresco. Toda la mañana se pasó rápido, y en la tarde comieron mucho a causa de que sus energías se habían agotado a causa de toda la noche agitada que tuvieron. En total, estaban 7 personas allí: Sam, Siun, Schutz, Gil, Ox, Alf y Hazard. Los últimos 3 eran los supervivientes de las guerras de pandillas del 92. Alf estaba dormido en el pasto, se quedo ebrio en un tiempo corto.

-¿Y alguien sabe algo de mi madre? – preguntó Sam, acabando con la charla sobre las propiedades, que esa charla ya no tenia nada novedoso. – Digo…llevo 10 años sin hablarle, lo único que le comunique fue hace unos meses que Viridiana murió.

Al mencionar esto, todo no mencionaron ni una palabra, hasta que Siun rompió el silencio hecho por el comentario.

-¿Quién era Viridiana? – aunque era una pregunta abierta, estaba mirando a Sam.

-Era mi hermana. Fue un daño colateral en un tiroteo en el hospital, ella estaba de visita con una amiga suya y sucedió lo peor. – lo dijo Sam y dio un trago a su cerveza y se esculcaba en su nueva chaqueta, que había comprado y se había cambiado de ropa, al igual que Siun, hace un rato. – Olvide comprar un celular…Lance ¿me prestas el tuyo?

Siun se sacó su celular y se lo dio a Sam. Este marcó un número mientras los demás charlaban de Viridiana, a lo que Sam no les prestaba atención. Sam espero en la línea, los ruidos de que esperara se hicieron audibles, y cuando Sam iba a colgar, le contestó la voz de una mujer, de la mujer que amaba, Megan Lenee.

-¿Quién habla? – dijo Megan.

-Megan ¡Soy yo! Sam ¿Estás bien? Suenas como si no tuvieras aire.

-¿Sam? ¡Sam, ayúdame! No tengo aire porque llevo un rato corriendo de alguien, no se quien sea, pero me están siguiendo. ¿Puedes contactar con la policia de San Andreas?

A Sam se le heló la sangre, y miró a Siun, este reconocía esa mirada de susto.

-Espera en la línea. – Sam tapó la bocina y le dijo a Siun en bajo. – Mi novia esta en problemas…Espera aquí.

-No. – dijo Siun que lo agarraba, evitando que se parara. – Voy a ir yo, se donde es Unity Station. – Siun se paró y salió por la puerta, dando zancadas.

Sam hablo de nuevo con Megan:

-Megan, te voy a enviar a un amigo. Para que lo reconozcas, usa lentes de contacto, tiene una barba pequeña y es moreno, además es alto y musculoso. Llegara en cuestión de unos momentos.

-De acuerdo, de acuerdo, yo en cuanto lo vea ire con él, espero no equivocarme. – Megan colgó.

Sam colgó y se fijo que sus amigos lo observaban.

-¿Qué? ¿Tengo algo en la cabeza?

-No. – dijeron al unísono. - ¿A dónde se fue Lance?

-No me lo dijo, pero ahora va volver. Y les vuelvo a preguntar ¿Qué saben de mi madre?

-El otro día fue a mi trabajo. – comenzó a decirle Schutz. – Junto con su nuevo esposo, quería comprar un automóvil nuevo.

-¡¿Nuevo esposo?! – refunfuño Sam.

-Si. – Ahora fue Gil quien habló. – Se casarón en el 2008, es un tipo adinerado de unos 60 años o más, canoso. Creo que tiene un hijo de unos 15 años que estudia en la academia de Bullworth.

-¿Ahora donde vive mi madre? – pregunto algo celoso Sam.

-En un departamento de Rodeo, aunque creo que tienen una casa en Las Venturas. Es un hombre adinerado como dijeron ellos, quería comprarme un Bullet de colección. – dijo Schutz.

Sam y los demás hablaban mientras Siun estacionaba el Previon en el estacionamiento de Unity Station, donde se celebraban las reuniones Low-Rider. Siun bajo del automóvil y sacó su celular y entro a Menú, y después a GPS. Su celular, al igual que el rappel, fue despojado de un enemigo de Siun que era un terrorista y podía localizar a sus víctimas a través de su celular especial. Siun escogió la última llamada que hizo, la de Sam hacía Megan, y un GPS apareció en toda la pantalla, marcándole un punto rojo al otro lado de la estación.

-Te encontré. – dijo para sus adentros Siun. Nadie prestaba atención a Siun, quien estaba corriendo en esos momentos por la estación, con gran velocidad. El punto estaba cerca de él, al lado de una pared. Siun dobló la pared y se encontró con un patio lleno de bancas, 2 parejas estaban en una banca cada una, una de ellas besándose y la otra mirando a Siun, quien estaba a su lado en ese momento. El lugar donde el GPS le indicaba que estaba Megan era un banco solo, y detrás de él una pared de arbusto que recorría por toda la pared.

Siun se dio la vuelta, cuando una mano salió del arbusto y lo jalo, pero Siun era más rapido y agarró la delicada mano femenina y la neutralizo, y de un estirón sacó a la “propietaria” de la misma: Una mujer morena, de pelo negro con las puntas teñidas de azul, una mujer guapa.

-¡Maldito! – dijo Megan. - ¿Eres el amigo de Sam?

-Si, ese soy yo. – le soltó la mano. – Me ofrecí a venir y llevarte con él, y perdona lo de la mano, pero yo venía preparado para encontrar a la persona que intentaba hacerte algo.

Megan lo miró, y entonces miró de forma sospechosa hacía los lados y le dijo con voz baja a Siun, y este se agacho para escuchar algo mejor.

-Me están siguiendo, hoy en la mañana un hombre cercano a mi, que estaba en Clucki’n Bell murió. Creímos que fue un infarto, pero en la sien derecha tenía un agujero del que comenzó a manar sangre…

-¿Un tiro? – pregunto Siun, sabiendo que eso sería.

-Si…muchos, entre ellos yo, salimos del lugar lo más natural posible, pero el automóvil de mi hermana, en el que yo fui a ese lugar de comida rápida, tenía los vidrios rotos. Yo tome un taxi que pasaba en ese momento por el lugar, era en Willowfield, pero un carro nos seguía, un carro Club con vidrios polarizados. Pedí que me trajeran aquí y tomaría un tren y me bajaría en una estación más adelante, pero hace unos momentos vi estacionado el Club, el mismo…no se quien sea.

Laura Messina estaba vigilando a su víctima, Megan, y al hombre que hace unas horas estaba con el otro tipo que fue a mirar quien vivía en la casa que rentó. Laura estaba dentro de la estación, mirándolos a través de un gran panel de vidrio. Ella era una profesional, no muy buena con las mujeres, pues al trabajar con hombres siempre los excitaba, los conquistaba y los eliminaba ahorcándolos o degollándolos. Pocas veces uso una pistola.

Salió de la estación, giro al terminar la pared y estaba casi enfrente de ellos, ninguno de los 2 reparo en ella. Lo más fácil y lo único que podía hacer era llegar, dispararle a la mujer en la cara (ya que ella vería su Pistola con silenciador en cuanto lo sacara) y al hombre un tiro en la nuca o la cara. Agarró el mango de la pistola, que estaba dentro de su chaqueta, y fue cuando Siun se giró y con una rapidez casi sobre-humana la pateo al lado de una rodilla, haciendo que se arrodillara un poco, y sacó el arma, aunque Siun se la quitó con la otra manó, y le apunto a ella justo en la cara.

La muchedumbre no dudo en correr, las 2 parejas corrieron del otro lado del parquecito, a la calle, y la gente dentro de la estación se alejo de las ventanas y los que estaban en el anden corrieron fuera del alcance de Siun. Megan se quedó asombrada por como Siun neutralizo a esa mujer sicario, la que mató al hombre en el Clucki’n Bell y que destrozo el carro de su hermana. Siun, sin dejar de apuntarle, la levantó agarrándola de un hombro.

-¿Quién eres? ¡¿Por qué la atacaste?! - Pregunto Siun.

-¿Por qué lo haces? – preguntó Megan.

Laura miró a Siun con miedo, por el hecho de que la redujo tan rápido y sin dejarle lugar a defenderse, El cañón del silenciador, el mejor del mercado, le apuntaba a la cara, justo arriba del ojo izquierdo.

-¿No vas a matarme? – fue lo único que pudo decir.

-¿Por qué lo debería de hacer? – pregunto Siun.

-¡Por que me quería matar! – le respondió Megan.

-Pero…hay algo que no encaja ¿La conoces Megan? – pregunto Siun. Megan negó con la cabeza, Siun se volteó y le pregunto a la mujer. - ¿Es una asesina contratada?

-Si…lo soy. – Laura miró que Siun le quito el cañón de la cara, tal vez era muy estúpido, o muy confiado para hacer eso. – Odio cuando me contratan por problemas personales, más aún cando la persona que me contrató quiere vengarse de algo que hicieron bien.

-¿Qué cosa? – pregunto Megan. Laura intento soltarse, pero Siun le detuvo su puño con el que intentaba golpearlo, se lo doblo un poco para atrás sin lastimarla y dijo Ni lo intentes. - ¿Quién te contrato?

-Oye idiota ¡Soy una profesional! No puedo decir nada.

-Eso no te lo discuto. – dijo Siun, y le dio el arma a Megan. – Haz lo que quieras.

Megan le apunto en la cara. Laura sabía que esas 2 personas erán diferentes: El hombre sabía jugar sus cartas y convencer, la mujer actuaría por el coraje y la frustración. Si no hablaba ahora, la mataban, si habla ahora, la mataría algún sicario.

-¡Espera! ¡Espera! – dijo Laura tratando de moverse, pero Siun la tenía bien agarrada de los brazos. – Fue un hombre al que recientemente le hiciste algo malo…no me dijo su nombre.

-¿Enrique Hole? – preguntó Megan.

-No lo se, no me dijo su nombre, pero estaba divorciado….

En cuanto escucho eso, Megan lo supo.

-¡Enrique Hole! ¡Ese hijo de su reputisima madre! – Siun no comprendía eso, escuchar hablar así a una mujer de la altura policial…pero el coraje podía llegar a casos extremos. – Ya lo verá, un oficial lo hará una visita.

-Pero, ustedes no comprenderán. – dijo Laura. - ¡Mi agencia me matara! Si yo no te mató a ti, ellos me matan a mi.

-¿Hay alguien más de esa agencia aquí? – preguntó Siun.

-No, lo más cercano es Nueva Orleáns, donde debía ir. Debo dejar este lugar rápido.

-¿Cómo sabemos que no nos atacaras? – inquirió Siun. – No has completado tu trabajo.

-Por que me dieron un adelanto. – Laura además se calmó un poco y miró a los ojos a Siun. – Y por si fuera poco, ya les dije que no me gusta hacer venganzas personales.

Siun le creyó, asintiendo, y le dio un culatazo, desmayándola, y la agarró antes de que cayera al suelo con todo su peso. Megan lo miró con cara de incredulidad, y ambos llevaron en cuerpo al Previon.

El Hombre que lo dio todo[]

Paúl Slises y Cris Langdon iban en el Shamal especial de la STOP. Tenían planes de aterrizar, pero les avisaron de un accidente que tenía conmocionado a todo el estado así que para evitar el tráfico y no aterrizar lejos de su objetivo, decidieron que se lanzarían en Paracaídas. Paúl y Cris estaban entrenados en eso, pues en su preparación de 6 meses para la STOP, les enseñaban lanzarse en paracaídas, robar paracaídas de otras personas y salvar civiles (claro que se practicaba con un maniquí)

-¿Quién es el encargado de la operación? – preguntó Warren Lester, un agente de la STOP quien estaba encargado de esperar a Paúl y Cris en el Aeropuerto de San Fierro.

-Yo. – respondió Paúl gritando para alcanzarse a escuchar encima del sonido que provocaba la puerta abierta para que saltarán. – Te mandare un mensaje para que estés en el jet cuando acabemos lo que vinimos hacer, mientras tanto no nos esperen.

Paúl y Cris se lanzaron, y cayeron cerca de El Corona, entre las casas rodantes. Ambos se quitaron el paracaídas y encima de la insignia de la STOP, pusieron una con el logo del LSPD para evitar que se supiera más sobre la STOP. Su misión era simple: Ir a Rodeo a la casa de Mary Knight, la madre del capitán de policía secuestrado, y protegerla de un posible ataque.

Un Auto de policía les esperaba enfrente de la Iglesia de Pentecostés, un auto dejado allí por encargo de la STOP. Dentro, en la guantera cerrada con candado, se encontraban 2 Pistola 44 con el cargador lleno, y otras 24 balas para cada una, juntando unas 32 balas para cada agente. Condujeron con las sirenas prendidas y a toda velocidad, porque era un objetivo con prioridad. En media hora llegaron a la casa de Mary. Paúl se bajo y fue al gran edificio donde se suponía que vivía. Uno de los botones de la entrada indicaba “Piso 12: Mary Knight”,

Paúl presiono el botón para llamarla, mientras Cris amartillaba las 2 pistolas y después haría lo mismo con las 2 Colt .45 de repuesto. La voz de un hombre, una voz gruesa, le respondió por la bocina que estaba junto a los botones de timbre,

-¿Quién es? – pregunto el hombre.

-Soy el agente Paúl Slises del Departamento de Policía de Los Santos, me encargaron venir a casa de la señora Mary Knight a tratar un asunto importante.

-Espere un momento, por favor. – la voz parecía más de un mayordomo que del esposo de la señora, el que según eso, fue policía y murió hace mucho tiempo.

Cris se bajo del carro, con sus 2 pistolas en las pistoleras correspondientes, y extendiendo la otra pistolera a Paúl. Este la agarró y simplemente se giró, haciendo la seña de que prestará atención. Después de unos 2 minutos, la misma voz le respondió.

-La señora Mary dice que pasen. Activare por 5 minutos el botón del ascensor que viene a este piso, si se demoran más de ese tiempo no podrán entrar. – la línea se corto.

Paúl y Cris entraron rápido al recinto, después al elevador y presionaron el número 12 para ir directamente a ese piso. Afuera, un vigilante allegado al capitán Svent llamó a este último, indicándole que sus señuelos estaban en la casa de la señora, y colgó, esperando a que llegarán sus compañeros.

Gustave Svent estaba en una lujosa casa enfrente de Verona Beach, junto a Bruce Goldsmith, James Arscell y Luís West. Bruce hablaba con el jefe de la Civilization Comitee mientras que los otros 2 jugaban una partida de poker.

-Acabo de recibir una llamada. – dijo Svent, atrayendo las miradas de James y Luís. – La carnada esta en su lugar, ahora simplemente necesitó hacer una llamada y podremos irnos de aquí. James, espera 10 minutos para que llames a la NOOSE y en cuanto acaben, parecerá que todo fue un accidente.

Gustave Svent marcó el número del pandillero que hace 2 meses le pidió ayuda para localizar a Sam Knight. Lo llamaban el Jefe Tribal.

Mientras tanto, en el apartamento de Mary Knight, Slises trataba de calmar al mayordomo, que tenía una Colt .45 apuntando directamente a su compañero Cristian Langdon.

-¡Calmese idiota! – le ordeno Slises. – ¡Nosotros no somos los sospechosos! ¡El hombre que rapto al hijo de la señora es un criminal de alto grado al parecer!

-¿No tienen idea de donde esta Sam? – pregunto Mary entre sollozos, la madre de Sam, una mujer de 52 años que todavía tenía un poco del buen cuerpo que tuvo de joven, de cabello negro que mostraba un poco de canas. - ¡Secuestrado en su cumpleaños!

-¿Hoy es su cumpleaños? – pregunto Cris. – Paúl ¿no crees que eso tenga algo que ver con el secuestro?

-Puede, Cris, pero también puede que sea una casualidad. – Slises miró que el mayordomo, un hombre de unos 40 años con ropa a lo detective privado, se descuidaba y ya no le estaba apuntando a Cris. Slises con la mano izquierdo agarro la pistola, la giró al piso y con el codo derecho le golpeaba la cara. El mayordomo se inclino un poco, pero de una patada Cris lo tumbaba sobre un sillón que todavía olía a nuevo.

-¡Cálmense! ¡Todos cálmense! – grito Mary, como pudo, alterada por la noticia sobre su hijo y por la violencia que presenciaba.

-Señora, comprenda, no queremos hacerles daño, nos enviaron a protegerle a usted, y ahora también a su mayordomo, de un posible ataque. – Al terminar la frase, afuera en la calle una Rancher se estacionaba abruptamente delante del auto que los 2 oficiales de la STOP conducían en ese momento. De la camioneta bajaron 5 hombres y otro se acercó corriendo, un aliado. Un par de ellos llevaban AK-47 y los otros 3 con Subfusil de asalto. La gente de los alrededores, al ver a estos tipos, corrieron a todas partes.

Todos entraron corriendo al edificio, y abrieron el elevador. No podían ir a ninguna parte así, por lo tanto uno de ellos uso un modulo de hackeo para acceder al piso 12. El elevador se puso en marcha, mientras todos metían sus municiones en sus respectivas armas.

-Señora… - intentaba decir algo el mayordomo. – Mire el marcador encima del elevador. – el mayordomo se puso en pie, sabiendo que lo que estaba viendo no era nada bueno.

No solo Mary se giró para ver lo que el mayordomo intentaba mostrarles, también Slises y Cris. Un letrero pequeño estaba iluminado, con la palabra de SUBIENDO. Eso significa que alguien estaba subiendo allí a ese piso. Slises se puso en acción enseguida, agarro a Mary y la jalo, llevándola con el mayordomo.

-¡Métanse a un cuarto y encierrense! – el mayordomo agarró de un brazo a Mary y Slises le entrego la Colt .45 que le había arrebatado.

-¿Qué va a pasar? – pregunto Mary.

-Alguien viene para acá. – El mayordomo jalo a Mary, llevándola a su dormitorio. Cris se poso detrás de una pilastra, y Slises detrás de la barra de piedra donde se encontraban muchas bebidas alcohólicas. El elevador se detuvo, y el sonido de este abriéndose se hizo audible. Slises asomo un poco la vista y miró a 5 tipos vestidos con un mono color gris, con la cara tapada por un pañuelo amarillo y con tatuajes por los brazos y la calva.

Los de adelante llevaban las más potentes armas: AK’s, los de atrás llevaban los Subfusiles de Asalto de fabricación francesa, unos fusiles que nunca le gustaron en diseño a Cris. Slises agarró una botella y la tumbó, llamando la atención de los asaltantes. Cris de dio cuenta de esto, y se asomo, disparando 2 veces, la segunda bala le dio justo en la frente a uno de los que estaba hasta atrás.

Los atacantes comenzaron a disparar contra Cris, quien estaba a cubierto, y Slises disparó todo un cargador de su Pistola 44 a los enemigos, 3 de esas balas impactaron contra el mismo asaltante, quien cayó de bruces en el elevador que se cerraba. Uno de los disparos de Slises pegó justo en un tanque de gas LP que estaba detrás de una puerta de madera, y estalló, lanzando pedazos de material, de adornos y del refrigerador. La explosión alcanzo el gas comprimido en la estufa, haciendo una segunda explosión, que despedazo la barra donde Slises se cubría, tumbándolo de espaldas y haciéndolo girar hasta la sala, un metro.

Cris notó que su compañero estaba en problemas, por lo que se arriesgo y se asomo, disparando contra el asaltante que intentaba disparar contra Slises. El disparó llego a sus manos, tumbándole el Subfusil, pero se alcanzo a esconder del segundo tiro. Otro de los atacantes se asomo y disparó contra Cris, hiriéndolo en el hombro derecho y tumbándole la pistola. Slises se trató de levantar en ese momento, cuando miró que las vigas de madera, para darle un toque más rustico, estaban roseadas con Diesel, por lo que las llamas se extendieron por el techo.

Los 3 asaltantes se cubrieron detrás de los sillones de la sala de TV, mientras el fuego lamía todo el techo, extendiéndose, creando un horno gigante. La presión con la que recorrió el techo era tal, que al llegar a las grandes ventanas, estas colapsaron, lanzando grandes pedazos a la calle, donde la gente intentaba escapar. Las 2 NOOSE Patriot que en ese momento estaban a punto de llegar al lugar donde les dijeron que estaba sucediendo un tiroteo, no lo dudaron: Se estaba saliendo de control. Curiosamente, el encargado de esa operación, esa misma mañana tuvo que investigar el derrumbe de la Torre de Control y el AT-400 derribado.

-¡Aquí el teniente Clayson de la 11ª Fuerza de la NOOSE! – Dijo Nelson Clayson - ¡Pidó apoyo de un Annihilator! ¡Rápido, en el Edificio de Trabajadores de SWIB en Rodeo!

-Teniente Clayson, aquí piloto de Annihilator Manson, recibí su mensaje y estaré en Rodeo en 5 minutos. Corto,

Dentro del apartamento, los 3 asaltantes se resguardaban lo más cercano a una de las ventanas que habían tronado. Slises estaba debajo de una mesa para evitar el horrible calor, y Cris tenía un pedazo grande de yeso que se desprendió de la pared usándolo para taparse del calor. Slises sabía que perdería la cordura, pero antes de eso la perdería Cris por estar más expuesto. Si debían morir, lo haría con honor. Recargó su Pistola 44 con las 8 municiones, y su Colt .45 de respaldo con las 17. Agarro la primera con la derecha, la segunda con la izquierda y se levanto, lanzando la mesa de poco peso a sus espaldas y avanzando contra sus enemigos, disparando.

Casi todos los disparos suyos estaban impactando contra sus enemigos. Pero sus 3 enemigos, como podían, disparaban contra Slises, quien parecía inquebrantable, corriendo y disparando, en unos segundos que parecían eternos. Un tiro en el hombro izquierdo, otro en la cadera, 2 seguidos en la pierna derecha y uno final en el pecho derecho. Slises estaba tan salido de la realidad que todavía seguía jalando el gatillo de la Pistola 44, que ya no tenía balas. Mató a 2 de los 3 sobrevivientes, y llegó corriendo contra el tercero de ellos, a quien empujo por la ventana, cayendo junto con él a una altura de 12 pisos.

La gente, los oficiales de la NOOSE y hasta Slises tenían horror al ver caer a este último y al último de los asaltantes. En cuestión de segundos, el cuerpo del asaltante trono en el piso, y el de Slises sufrió un dolor insoportable, un daño irreparable. Los ojos sin vida estaban abiertos, pegados a su cuerpo que no se destrozo, y que estaba encima del cuerpo del asaltante, que le trono la cabeza y la pierna derecha se le separó, dejando solo un tendón como conexión. La gente no aguantaba la espeluznante escena.

Búsqueda Desesperada[]

-¡Un cadáver! – Grito Gil al ver que Siun y Sam metían lo que Siun había llamado “Un paquete grande” - ¡No quiero otro cadáver en mi casa!

-¡No es un cadáver! ¿Quieres calmarte? – le inquirió Siun. – Es una sicario, no nos podemos permitir que despierte, y tampoco que muera, ella sabe perdonar.

-¡No lo puedo creer Sam! – le comenzó a regañar Gil. – Primero llegas a mi casa con este desconocido, y este desconocido llega con un par de desconocidas.

-¡Más cuidado imbecil! – le gritó Sam. – Una de ellas es mi novia, y la vas a respetar. Y la otra es una persona que no la podemos dejar sola ¿No es así Siun?

-Si, así lo es. – dijo este último.

Megan estaba mirando la TV para distraerse de la pelea entre su novio y un pandillero. El canal era el San News. La programación del Clima fue interrumpido por una reportera que todavía se estaba alistando, y detrás de ellas el Edificio de Residentes del SWIB, y se notaba el fuego que salía por un piso, uno de los últimos.

-Hola, buenas tardes. – dijo la reportera. – Soy Ella Fortright, y aquí en Rodeo acaba de suceder algo que nos ha confirmado que San Andreas esta bajo un ataque de terroristas piromaniacos.

Eso llamo la atención de los otros 3 presentes, que se giraron para ver la TV.


-Hoy en la mañana, un AT-400 derribó la Torre de Control del Aeropuerto de Los Santos, las víctimas todavía no se acaban de calcular, pero se cree que son alrededor de un centenar. Y ahora, hace unos 20 minutos, fue llamada la NOOSE con la advertencia de que el grupo de terroristas se encontraba en el piso 12 de este edificio que tengo a mis espaldas.

El camarógrafo enfoco el edificio, especialmente el Piso 12, donde las ventanas estaban rotas, y un gran incendio se extendía dentro del lugar. Después el camarógrafo enfoco a la reportera.

-Una explosión de gas LP provoco el incendio, y provoco un efecto en cadena que acabo por incendiar el lugar. Los bomberos llevan 5 minutos adentró, entraron a rescatar a una posible sobreviviente, la dueña del piso, Mary Knight, esposa de…

Sam al escuchar eso tardo 2 segundos en reaccionar: ¡Su madre!

-¡ES MI MADRE! – grito asustado, y asustando a sus compañeros.

-¡¿Qué?! – dijeron los otros 3, disparejos, pero lo dijeron.

-Mary Knight, si, es ella ¡No puede morir! ¡No! ¡No! – las lagrimas le comenzaron a recorrer la cara por la frustración.

-…quien es un ejecutivo del Skaarsen and Wolfhart International Bank, uno de los bancos más influyentes a nivel internacional, quien compro al poderoso National Credit Bank y desbanco al Bank of San Andreas como el primer banco de San Andreas. ¡Un momento! Me avisan que los bomberos están saliendo del edificio.

Los nervios entre todos los que miraban TV incrementaban. Los reporteros llegaban corriendo junto a unos bomberos llenos de tizne con máscaras de oxigeno, quienes ayudaban a caminar a un agente de la LSPD y a un hombre vestido de investigador y depositaban a una señora mayor en una camilla de una Ambulancia que se habría paso entre los curiosos.

-¿Son los únicos sobrevivientes? – interrogaba Ella Forthright. - ¿Quién es este oficial?... ¿El apartamento esta incendiado completamente?... ¿Quién es este otro hombre?...

-¡Cállese señora! En primer lugar, son los únicos, en segundo lugar, no se quien sea, en tercer lugar, el apartamento será consumido irremediablemente, y en cuarto lugar, es su guardaespaldas. – Respondió el bombero encargado de todo.

-¡Tenemos que ir a ese lugar! – dijo Sam mientras salía corriendo por la puerta principal, agarrado de Megan y seguido de Siun. Gil se quedó allí, acabando de ver la noticia, mientras escuchaba que el motor del Previon encendía. La mujer sicario estaba recostada en el sillón, y estaba a punto de despertar.

Sam conducía con habilidad, rebasando a los otros conductores, dirigiéndose a Rodeo. Megan estaba en el asiento del acompañante y Siun iba detrás. En el camino se cruzaron con otro Camión de bomberos que iba al lugar.

-¡Vamos a chocar Sam! – lo regaño Megan. – Ten más paciencia.

-No me pidas eso… es mi madre… ¡Mi única familia viva!

-Deberías escucharla Sam. – agregó Siun. – He visto este tipo de accidentes en Liberty City y son asquerosos.

Sam redujo un poco la velocidad, y después de un momento llegó a Rodeo, lugar donde se estaba aglomerando gente. Sam estaciono bruscamente el Previon y bajo de este corriendo, Megan y Siun lo intentaban seguir de lejos, pero Sam esquivaba a la gente con mucha agilidad, ganando espacio entre sus amigos y él.

-¿Dónde va Sam? – le pregunto Megan a Siun,

-Esta a unos 6 metros, casi esta en el edificio.

Sam miraba la Ambulancia encima de la cabeza de todos los curiosos, y pasó junto a varios agentes de la NOOSE que daban su testimonio, al igual que varias personas. Un Annihilator sobrevolaba la zona al igual que un Maverick de San News. Los habitantes del edificio era evacuados, y toda la gente estaba siendo alejada como mínimo 10 metros del edificio. Un cadáver (el de Paúl Slises) estaba en la calle cubierto con una manta blanca, y un grupo de médicos estaba levantando con una Pala el cuerpo destrozado de un asaltante, una imagen muy sangrienta hasta para los policías.

-¿Dónde esta Mary? – preguntó Sam a un bombero, que no dijo nada y solo levanto los hombros en señal de que no lo sabía.

-¡Sam! ¡Sam! – gritaban Siun y Megan, que le habían perdido la pista.

Sam corrió hacía la Ambulancia, pero su madre no estaba allí. En cambio, un agente del LSPD (Cris Langdon) y el guardaespaldas estaban recibiendo oxigeno con ayuda de mecanismos. Sam y Cris se dieron cuenta de algo al mismo tiempo: Sam se dio cuenta de que ese no era del LSPD sino del STOP y Cris se dio cuenta de que el capitán de policía secuestrado estaba delante de él.

-¡Sam Knight! – dijo Cris mientras se levantaba, dejaba a un lado la bomba de oxigeno y lo agarraba del cuello de su chaqueta. - ¡Tu! ¿Te lograste soltar de los terroristas?

-Este… si, lo hice, se descuidaron al atacarlos, gracias por darme tiempo.

-Deberías agradecérselo a Paúl, pero esta muerto, se sacrifico, lo dio todo. – le dijo Cris. - ¡Debo notificar al LCPD que te encontré!

-Hazlo, pero primero respóndeme esto ¿Dónde esta Mary?

-No lo se. – respondió Cris mientras sintonizaba su radio especial a la de LCPD y anunciaba que Sam estaba libre.

-Yo se donde esta. – dijo el guardaespaldas. – Soy su guardaespaldas, Tyler Clement. – le extendió la mano en señal de saludo, y Sam se la apretó fuerte pero rápido. – La llevarón al All Saints General Hospital hace unos minutos, tenía un ataque de nervios.

-¡Gracias! Debo ir aya entonces. – Sam se giro completamente, pero alguien lo agarró de la chaqueta: Cris y Tyler.

-¡Te debo llevar a Liberty City! – dijo el primero.

-¿Y tu quien eres? – pregunto Tyler.

-Oficial, yo puedo ir a Liberty City, y para usted señor guardaespaldas, soy Sam Knight, hijo de Mary. – Sam agarró su propia chaqueta y la estiro para soltarse de los tipos que lo retenían y salio corriendo, y a los 2 metros choco contra Siun de frente, y Megan chocó con la espalda de Siun.

-¿Y donde esta tu mamá? – pregunto Siun examinando desde lejos la Ambulancia.

-La llevaron a un hospital que si mal no recuerdo, esta en Market. Nos tenemos que dar prisa, ya me vio una persona que me reconoció, y es uno de la STOP. – dijo Sam mientas comenzaba a caminar hacía el Previon nuevamente.

Estaba por llegar, cuando otra Rancher estampo con todo el vehículo de la trompa, dañándolo completamente de adelante. Un Tornado se paró justo detrás de la Rancher. Sam reconoció ese automóvil, lo usaban Los Santos Vagos.

-¡Corran! – grito Sam en cuanto se ponía en posición inclinada y comenzaba a correr, perdiendose entre la geten. De la Rancher bajaron 4 pandilleros con Subfusil de asalto y del Tornado bajo El Jefe Tribal y otro tipo, el subjefe de la banda al que llamaban Cóatl (Serpiente en Tolteca) y el primero llevaba una M4 y el segundo una MG Avanzada.

Sam, Megan y Siun corrían agachados, Sam no llevaba un arma, pero sabía que el agente de la STOP debía llevar una, era por reglamento. El tipo al ver a Sam corriendo hacía el le dijo algo que Sam no entendió bien por el hecho de que la gente estaba corriendo despavorida al ver a esos pandilleros con semejantes armas.

El Jefe Tribal era un psicópata desde que asesino a su familia a los 16 años, violo y asesino a una prima suya a los 17 y a los 18 torturo a 4 policías y los mutiló y despellejo vivos. Todas esas crueldades aumentaban de tono de violencia, y ahora estaba dispuesto hacer una masacre.

-¡Tienes camino libre, Cóatl! – dijo el Jefe y su subjefe, sin siquiera apuntar su arma, comenzó a disparar una ráfaga de Fusil de asalto, y entonces todos los demás comenzaron a disparar. La multitud iba sucumbiendo a las balas que llegaban a gran velocidad contra ellos. Las balas iban matando una fila de personas cada vez que la anterior caía malherida o muerta, y cada vez estaban corriendo, dispersándose, hasta que Cóatl miró a Sam.

-¡Allí esta! – ahora si apunto y disparó, pero Sam se alcanzó a ocultar detrás de la ambulancia, Megan igual y Siun y Cris detrás del Coche de Policía de Cris.

Los 6 pandilleros, fuertemente armados, caminaban haciendo una línea, uno al lado de otro, y casi a la misma velocidad, apuntando, esperando a que alguno se asomara para matarlo. Estaban a 10 metros como mínimo.

-¡Oye tu! – grito Sam refiriéndose a Cris. - ¡Necesitamos armas!

-Solo tengo 2 ¡Y que comparas con esas que traen ellos! ¡Necesitamos refuerzos!

-¡Tu carro tiene radio! ¿No es así? – pregunto Megan a Cris.

-Si, pero la policía no acudirá tan rápido. – puntualizo Cris.

Siun estaba ensimismado de nuevo. Hace años estaba rodeado de enemigos armados, el herido y logro escapar de eso en un estado crítico, pero logro hacerlo. Era un guerrero. “Siun, el ángel, un guerrero que acabo con una civilización entera antes de que esta acabara con todas las demás” Esa era la cita de un libro que leyó a los 10 años y que de ahí tomo el nombre. Las balas de la MG Avanzada resonaban al chocar contra el Police Car y la Ambulancia, y entones cesaron. Momento de recargar. Momento de que Siun se luciera y los salvara de esas peligrosas personas que estaban a punto de matarlos.

Siun agarró su rappel, lo sacó de su bolsillo y sin mirarlo, le dijo a Cris lo siguiente:

-¡Dispara al de la MG!

Cris obedeció, y las balas le dieron a su alrededor, pero no lo dañaron, en cambio el logro matar uno de Subfusil, ya que el de la MG estaba a cubierto en un automóvil. Siun se levanto y disparó el rappel de forma que agarro al que estaba más a la derecha de él, y corrió evitando las balas, y los enemigos ni se inmutaban en moverse, por lo que cuando estuvo en la misma dirección que ellos, los tumbo a causa de que la cuerda de titanio del rappel, al estar estirada, los movió a sus espaldas. El único que no cayó en la trampa fue Cóatl, porque estaba a cubierto.

Siun saltó, presionando el botón de Autoregreso, y el rappel se soltó y Siun quedó a cubierto detrás de otro automóvil. Cris se asomo y con gran velocidad mató a 2 de los pandilleros e hirio a otros, El Jefe Tribal y Cóatl eran los únicos ilesos por eso.

-¡Sam! – gritó Cris en el momento que le lanzaba una llave. - ¡Abre la cajuela! Allí hay una M4.

El Jefe Tribal no iba permitir eso, pero ahora ellos 3 estaban en medio del lugar. Si no los atacaban de frente lo harían por la espalda. Cóatl tenía en la mira a Sam, pero la MG Avanzada tenía un gran margen de error, por lo que disparó unas 10 balas como advertencia, y el automóvil ya comenzaba a echar humo oscuro a causa de los daños.

Cris se asomo y disparó una vez contra Cóatl, y le impacto en la mano izquierda, la mano que sostenía la parte delantera de su aparatosa arma. La solto, y el peso que se produjo en su mano derecha se la doblo, obligando a soltar el arma. Sam aprovecho eso para meter la llave en el maletero y abrirlo, y sacar un maletín negro con el logo de la STOP. Sam bajo la cajuela y se puso de nuevo a cubierto, abria el maletín y sacaba de él una M4 totalmente oscura, nueva y agarraba un cargador que llevaba al lado, 30 balas, además de otras 30 que había en otro cargador.

Sam se levanto y disparó una larga ráfaga a Cóatl, abriendo agujeros que chaspeaban sangre hacia delante, y las balas le atravesaban por completo el musculoso cuerpo. Siun se levanto y disparó el rappel al Subfusil de asalto que llevaba El Jefe Trbal, lo estiro haciendo que se girara en el momento que disparaba contra Sam, y las balas impactaron contra la cabeza de su otro compañero. Sam se levanto por completo, afinó la puntería y con un disparó le dio en la mano izquierda, haciendo que gritara y Siun, con un último jalón, le quito por completo el arma.

-¡No lo mates!- grito Sam a Cris, quien estaba apuntando con su arma de repuesto Colt .45 a El Jefe Tribal. - ¡Lo necesitamos vivo!

El Jefe Tribal intentaba escapar, corriendo, con un agujero sangrante en su mano izquierda, cuando el gancho del rappel de Siun le impacto en la pierna derecha, estirándolo y tumbándolo con un sordo golpe en el suelo. La nariz comenzó a sangrar, pero El Jefe todavía intentaba correr, estirándose con todas sus fuerzas y gritando majadería, pero Siun lo retenía con una gran fuerza, mayor a la del Jefe. Sam llegó corriendo, con la M4 en mano y apuntándole a la cabeza.

-¿Dónde esta John? – Esperó 5 segundos, en los que El Jefe le dijo majaderías y le propino un puntapié en la panza. - ¡¿Dónde?!

-¡Suéltame hijo de puta! – El Jefe Tribal intentaba soltarse por sus propios medios. - ¡Si no me sueltas mandare matar a tu amigo!

-¿Ah, si? – lo reto Sam, histérico y le quitaba el celular y se lo pasaba a Megan, quien acababa de llegar. - ¿Con que?

-¡¡No te lo diré!! – la voz del Jefe parecía la de un hombre enloquecido, y la furia en sus ojos podría asustar a cualquiera, excepto al histérico Sam. - ¡Nunca, nunca, nunca!

-Lo averiguare. – le respondió Sam con más calma, y jalo el gatillo de la M4 disparando las ultimas 2… que no impactaron contra la cabeza del Jefe, sino en el suelo.

El Jefe Tribal se desmayó del susto, pensando que había muerto. Siun y Megan cerraron los ojos y poco a poco fueron abriéndolos, impactados por la imagen de las 2 balas a unos centímetros de la cabeza del Jefe. Sam lo estaba levantando y poniéndoselo sobre los hombres, al momento que dejaba la M4 en el suelo y Cris la recogía, luego les aclaro a los demás porque no lo había matado.

-Soy filántropo ¿nunca lo había mencionado? Odio quitar una vida, por eso no lo hago cuando tengo oportunidad. – les aclaró Sam.

El Hospital[]

Sam y Siun estaban en la parte trasera del Police Car a los lados, en el medio iba el desmayado Jefe Tribal, adelante conducía Cris Langdon y en el asiento de acompañante se encontraba Megan. En la cajuela habían guardado 5 armas: subfusiles de asalto y la M4 que Sam uso en la pequeña batalla de atrás.

Cris conducía a gran velocidad por las calurosas calles de Los Santos, siguiendo las indicaciones del GPS para llegar al All Saints General Hospital, donde habían internado a Mary Knight, la madre de Sam.En el camino, pudierón mirar a 2 APC que se dirigían a Rodeo donde sucedió el atentado, y alrededor de 20 coches de policía y motos. Detrás de todo iban las ambulancias y los camiones de bomberos, un Police Maverick volaba, seguido de un News Chopper y detrás un par de Newsvan acababan el “convoy”

-¡Todo un ejército se dirige a ese lugar! – señalo Cris cuando el sonido de las sirenas se disipo y podía volver hablar con normalidad.

La calle por la que conducía llegaba directamente al hospital, pero lo que los detuvo fue el pasar de ese “ejército” hacia el lugar de los hechos. Sam contó unas 5 ambulancias, sabiendo que la bestia que tenía al lado (el Jefe Tribal) y los otros mataron a unas 80 personas, contando mujeres, hombres y ancianos. Cris giró bruscamente a la izquierda, y se detuvo fuera del hospital, donde 2 ambulancias esperaban apagadas, y otra iba en camino a Rodeo.

Cris y Megan se bajaron primero, y después le abrieron la puerta a Sam y Siun. Sam ni se inmutó en dar las gracias, entró corriendo al hospital, seguido de Siun y Megan. Cris se quedó fuera, vigilando al Jefe Tribal. Sam en la entrada casi se estrellaba con un doctor, que llevaba unos guantes nuevos y detrás de el 2 paramédicos. Sam lo agarró de los hombros aprisionándolo.

-¿Dónde esta Mary Knight? – el doctor iba hablar, cuando Sam lo zarandeo un poco. - ¿Dónde?

-La subieron a la segunda planta. Cuarto B5. – el doctor se quito las manos de sus hombros y salió corriendo, subiéndose atrás de una ambulancia, y los paramédicos delante. Megan ya lo iba alcanzar, en cuanto Sam se hecho a correr de nuevo, buscando las escaleras. Cuando era pandillero, casi nunca fue a ese hospital, por lo que no lo conocía muy bien. Llego hasta el final, donde se encontraban las escaleras de emergencia, empujo la puerta y entro al cubículo, donde subió las escaleras. Cuando estaba abriendo la puerta del segundo piso (B) escucho que Megan le gritaba al abrir la puerta de abajo.

-¡Estoy en el segundo piso! – le grito. – Cuarto B5.

El segundo piso estaba prácticamente solo, a excepción de objetos como sueros, bolsas de sangre y camillas que estorbaban la corrediza de Sam, quien en un santiamén llego al cuarto B5, afuera una enfermera acababa de llegar con una jeringa sin sustancia. Sam la agarro de los hombros, como al doctor.

-Señorita ¿este es el cuarto de Mary Knight? – preguntó Sam, más calmado que antes.

-En efecto, pero esta en estado de crisis, se tiene que abstener de… - Sam no le hizo caso, abrio la puerta y entro calmado.

Dentro había otra enfermera y un doctor. El segundo se voltió y sorprendido miro a Sam, a quien estaba a punto de regañar, en cuanto Sam miró a su madre, que estaba acostada en un estado parecido al shock. El estado empeoro en cuanto vio a Sam, quien tenía manchas de sangre en la ropa.

-¿Quién es usted? – pregunto Mary. La apariencia de Sam no hacía más que intimidar, por eso todos se espantaban al mirarlo: Manchas de sangre y una respiración agitada.

En ese momento, Megan entraba, su apariencia no era tan intimidante ya que no tenía manchas de sangre.

-¿Quién demonios son ustedes? – volvió a preguntar Mary.

-¡Mamá! ¡Soy Sam! – dijo Sam mientras se le acercaba. Mary se levanto de golpe.

-¿Sam? ¡Me dijeron que tu habías muertos ese día! ¡Todo salio en las noticias, tu cuerpo estaba completamente despedazado por la explosión!

-¡Madre! ¡Escucha, no era yo! Era otro tipo, fui el único sobreviviente. – Sam la agarro y la abrazo. Mary sentía a Sam diferente: Estaba más musculoso que el demacrado Sam drogadicto que conoció. A causa de una potente droga la voz de Sam era extraña, y ahora era de nuevo normal, al haber dejado las drogas.

Sam todavía la tenía en brazos cuando Mary se desmayó. El shock del tiroteo, y de ver a su hijo fue suficiente para desmayarla. El doctor se la quito de los brazos a Sam, mientras le ponía una inyección de adrenalina y un respirador. El pulso volvió a Mary, pero no abrió los ojos.

-¡Eso fue demasiado para ella! – dijo sorprendido el doctor. – Necesita descansar, te debo pedir que te vayas por un momento.

-De acuerdo, esperare afuera. – accedió Sam y salió del cuarto B5. Afuera estaba Siun, quien agarró a Sam de un hombro para que lo mirara, y entonces con cara de preocupación le dijo una mala noticia:

-Sam, me hablo el policía ese que nos acompaña, el Jefe despertó y esta colérico. Creo que debemos ir aya abajo rápido. – le anuncio Siun, en el momento que agarraba el elevador, al que había llamado hace unos momentos. Sam, Siun y Megan lo tomaron y salieron a paso veloz del hospital.

Afuera estaba Cris, con el Jefe esposado y apuntándole con un Subfusil directamente a su espalda. La gente, que pasaba a toda velocidad por el lugar, miraba desconcertada la escena. Sam estaba a punto de atravezar la calle, cuando Siun y Megan lo detuvieron y lo jalaron para atrás, tumbándolo. Sam se levanto, enojado, cuando se fijo que una Ambulancia seguida de otras 2 se estacionaba justo donde un segundo antes había estado: Le salvaron la ida de ser atropellado.

-¡Madre santa! – dijo Sam, en cuanto se ponía de pie y caminaba hacía Cris.

-¡Creía que te atropellarían! – le dijo Cris. – Debes aprender a mirar a tus lados.

-Déjate de regaños ¿Qué ha pasado? – pregunto Sam.

-Le hable al tipo ese ¿Cómo se llama? El que esta detrás de ti.

-No se, no lo he escuchado bien… ¿Y que es lo que ha pasado?

-Ya te dije Sam. – comenzó a decir Siun. – El psicópata ese despertó.

Sam miro al Jefe, que lo miraba con una furia increíble. Sam recordó que fue a San Andreas solo por John, y el Jefe Tribal sabía donde estaba.

-¡¿Dónde esta John?! – le pregunto de nuevo Sam al momento que le daba un puñetazo en la panza, sofocándolo. El Jefe recordó que esa tortura no era nada comparada con la de Harry Cusack, quien llevaba horas pudriéndose en ese pestilente callejón en Liberty City - ¡Dímelo animal!

-Lo… lo tienen mis amigos. – el Jefe escupió un gargajo que Sam evito. – Te dejarán como coladera apenes asomes su asquerosa cara de Familia.

-¿Los Santos Vagos? – pregunto Sam.

-No, no, esos ya no existen. Yo digo otros, mucho más fuertes que esa pandilla de drogadictos. No importa que no sean numerosos, tienen todo lo necesario para arruinarte.

-¿Dónde están? – pregunto Megan.

-No lo se… solo les entregue a John. Ya solo se comunican atravez del celular… es todo lo que se. – El Jefe parecía rendido, y Cris le dejo de apuntar y lo metió al carro.

-Le di una nueva droga, los hace apacibles. – dijo Cris. – el efecto se le pasa en 24 horas.

-Sam, puedo triangular la posición de las llamadas. – dijo Siun. – Dame su celular.

Sam le dio el celular del Jefe a Siun y este lo acercó a su celular especial, y en un minuto dio con la ubicación de la última llamada: Verona Beach. En cuanto sucedió eso, se dirigierón al lugar, esperando que fuera el verdadero. En el camino Sam llamó a su colega Gil, diciendole que llevara refuerzos, y estuviera listo para una batalla “como las del 92


El largo camino a la playa[]

Sam ahora conducía el Police Car, siguiendo el nuevo GPS de la policía de San Andreas, algo más simple que el que el usaba en Liberty City. El día estaba llegando a su fin y el todavía no había descansado desde el día anterior, todo había sido una pesadilla para Sam y probablemente para Siun, y aún peor para John.

“¿Qué carajos le habrán hecho? ¿Seguirá vivo?” se preguntaba mentalmente Sam, en cuanto tomaba una curva y frenaba para dejar pasar a 2 policías en moto, en una moto Sanchez con logo de policía. Cris, que iba delante le grito algo al policía, una orden, y los 2 policías giraron y se detuvieron junto a él y otro junto a Sam.

-¡Escúchenme bien oficiales! – dijo Cris, enseñando su insignia de la LSPD. – Soy el encargado de una nueva situación que surgió. – los policías lo escucharon con más atención. – Tenemos información de un secuestro en Verona Beach, en una casa en esta ubicación. – les mostró el GPS. – Necesito que nos acompañen, estoy junto al capitán de policía Samuel Knight y otros 2 agentes encubiertos, pero los necesitamos.

-Oficial, nos han encargado que vayamos a Rodeo… - comenzó a decir uno, pero Cris lo agarró de la chaqueta y lo jalo a él.

-¡Escúcheme bien! Los asesinos de Rodeo no actúan solos. Los secuestradores son los demás ayudantes ¿Nos van ayudar? Puede actuar bajo las órdenes e ir aya a donde no hará nada, o puede seguirnos y desmantelar este problema por completo.

-¿No crees que deberíamos seguirlos, Wade? – dijo el otro oficial.

-¡Síguelos tú! – le respondió, quitándose la mano de Cris de su chaqueta. – Nos han encargado que vayamos a Rodeo, Frank, no podemos hacer otra cosa.

-Los seguiré yo. – Dijo Frank – Tu no sabes que es lo que harás.

Cris, al ver que Wade se distrajo, le agarró de nuevo de la chaqueta, pero con más fuerza y le rugió a unos centímetros de la cara.

-¡Escúchame infeliz! ¡Soy superior a ti, haré que te arruinen en la policía! ¡Haré que te trasladen a Carcer City y allí si que te ira bien! – le rugió Cris.

Cris lo soltó, y Wade se arreglo la chaqueta, después lo miró bien a Cris, y Sam arrancó de nuevo el carro, seguido de Frank. Wade dio una reversa y los comenzó a seguir, Cris lo había convencido a las malas, pero lo había hecho.

Todos se dirigían a una lujosa casa en Verona Beach, donde 4 enemigos suyos (James, Bruce, Svent y Luis West) estaban esperando la llamada del Jefe.


En la casa en Verona Beach, Svent abrió el refrigerador y destapo otra cerveza. Luís y James eran los únicos que quedaron jugando póquer, con un premio de $400 dólares al que ganara, y todo iba a favor de Luís.

-¿Ay algo para comer? – pregunto Luís mientras depositaba sus cartas en la mesa.

-Si, comida china, y cerveza. – dijo Svent y agarró una cerveza que destapó, y después miró su celular. – El mal parido no me marca.

-¿Cuál mal parido? – pregunto James.

-¡El maldito pandillero! – Svent se asomo al cuarto de televisión. - ¿Hay algo interesante Bruce?

-Si, muy interesante. Creo que encontré a los pandilleros.

Svent se metió por completo al cuarto, seguido de Luís y James, quien agarro una cerveza que Svent había sacado para algo que los demás ignoraban. Se metieron por completo y Bruce subió el volumen de la televisión plana de 42” para que escucharan mejor. La imagen era Rodeo cubierto por todo un ejército de policías, de agentes de la NOOSE, ambulancias y varios helicópteros sobrevolando.

-Buenas tardes, soy Itati Claudes, reportera de San News con una horrible noticia. Hace alrededor de media hora comenzó un tiroteo en el departamento del piso 12 de este edificio de ejecutivos del banco SWIB. Parece que no se contentaron solo con ese ataque y en solo una cuestión de minutos sucedió lo peor: Un ataque sin precedentes.

-Creo que están hablando de ese puto pandillero. – dijo Bruce.

-Se le advierte que las siguientes imágenes son realmente fuertes, y escúchenme bien, son perturbadoras, le rogamos que si usted piensa que pueden herir su sensibilidad, no vea las siguientes imágenes. – La cámara enfocaba todos los cuerpos que estaban tirados, además de que se volvía en blanco y negro para suavizar las impactantes imágenes. Muchos paramédicos levantaban a los malheridos, quienes apenas tenían pulso.

-No debimos darles esas armas. – añadió Bruce. – Son unos salvajes, en cuanto venga lo mataremos nosotros mismos.

-¡Espera! – grito de repente Luís. - ¡Congela la imagen!

Bruce lo hizo, y la imagen mostraba a otros cuerpos apartes. Estos se distinguían claramente por ser pandilleros, quienes estaban tumbados arriba de los cadáveres. Ningún cuerpo era del Jefe, ni de Sam.

-¡¿Dónde esta el cuerpo del entrometido?! ¡¿Y de la señora?! – pregunto James.

-¡Tampoco esta el del pandillero! – rugió Luís. – Debí haber ido yo a matarlos, capturaron a ese tipo. Mato a todas esas personas… ¿para nada?

-¡No debimos haber confiado en tu chivo expiatorio, Svent! – le grito James. – Queríamos que matara a solo 3, 4 personas, un daño colateral, para proteger el país ¡Pero fue un ataque terrorista!

-Esperen. – dijo Svent algo más calmado. – Si el no esta allí, ni el policía… ¿Creen que lo hayan torturado?

-¿Para que? – pregunto Luís.

-Para saber quien le dijo la ubicación. ¡Pueden llegar aquí si el cobarde canta! – respondió Svent. Y eso hizo que todos se pusieran en alerta, si ellos habían burlado a Zetray (Luís) en Liberty City, sobrevivir al derrumbe del avión y sobrevivir a esa masacre en Rodeo ¿Qué les harían a ellos?

Sam detuvo en Police Car al ver que una larguisima fila de carros que venían de Rodeo pasaba delante de ellos, ocupando toda la calle, y varios tránsitos daban indicaciones a los carros, como a Sam, de que siguieran ese convoy de civiles.

-¡No llegaremos a ese lugar así! – dijo frustrado Sam.

-¿No podemos irnos por una calle por atrás? – pregunto Megan.

-Es cierto, podemos hacer eso. – contesto Sam, y puso marcha atrás en cuanto una fila de carros se puso tras de él, tapándole momentáneamente la salida. - ¡Mil demonios!

-¡Frank, adelantémoslo! – grito Wade, quien apenas se ponía al lado del carro y de Frank. – Podemos llegar más rápido por las motos, vi las indicaciones, se cual casa es.

-Tiene razón, vayan, horita los alcanzamos. – dijo Cris. – Solo tenemos que esperar que los carros de atrás nos adelanten para tener marcha libre.

-¡De acuerdo! – grito Frank, quito la “patita” de la moto y se fue junto con Wade en medio de los vehículos.

La casa de Verona Beach a donde debían ir se podía ver a los lejos, resaltaba por su color carmesí relativamente nuevo y por que nunca había nadie allí. Hasta hoy. Por encima de sus cabezas paso un gran Annihilator que se dirigía a Rodeo. Por lo que parecía, el “ejército” ahora era de lo doble, y la situación se estaba poniendo difícil. Frank llevaba en Los Santos 5 años desde que lo trasladaron de San Fierro y nunca había visto nada así, ni siquiera cuando ayudo a controlar los disturbios de 1992.

En lugar de detenerse en la carretera, ambos policías entraron en la arena, pero ya que eran Sanchez sus motos no los detuvieron. Pusieron las sirenas y se bajaron de la moto, ambos desenfundado su Colt .45 y teniéndola lista para un ataque. Ambos eran policías, debían estar preparados para esperar lo inesperado. Wade toco el timbre, y hasta afuera se escucho el sonido del timbre, un “ding dong” por sobre el sonido de las sirenas.

-¿Por qué decidiste ayudarnos Wade? – pregunto Frank, que estaba detrás del mencionado.

-Tenían razón, era necesario. Y además creo que en Rodeo ya hay demasiados policías ¿Qué diferencia habrá con que vayamos nosotros 2?

-Mucha, probablemente haya otro ataque, todo el estado se prepara para un posible nuevo ataque.

La cerradura hizo un chasquido, y la puerta se abrió. Un hombre vestido de una armadura parecida a la NOOSE les abrió la puerta y ni se inmuto ante su presencia. Wade lo miro fijamente, se quito el casco y las gafas oscuras y trato de esconder la pistola.

-Buenas tardes, señor. Tenemos información de que aquí tienen alguna persona retenida contra su voluntad. – dijo Wade.

-¿En que se basan para decir eso? – dijo el tipo, soltando la perilla y saliendo hacía ellos. - ¿Qué les parecería que fuera a su casa a decir que tienen una niña destazada en su sótano?

-¡No nos hable así! – Wade le señalo con el guante en la cara. – No es una autoridad.

-¿Ah, no? – dijo el tipo y enseño su placa de la NOOSE. - ¿Y esto que es? ¿Miembro de Burguer Shot? Si va hablar de autoridad, primero sepa con quien esta hablando.

-Aún así, conseguiremos una orden de cateo. – dijo Frank. – Tenemos fuertes conclusiones de su culpabilidad.

Wade y Frank ya estaban subiéndose a su moto, cuando de atrás del tipo de la casa (Svent) un hombre les apunto con una Pistola con silenciador. Frank lo vio y trato de desenfundar su arma, pero el primer tiro atravesó el casco y lo mato. Wade se agacho, pero el siguiente tiro le dio en el pecho.

-Duraste más de lo que dijimos. – comento Svent.

-Perdona, la pistola se me había perdido. – dijo Bruce mientras miraba como Wade todo debilitado se lamentaba por el dolor. - ¿Ese todavía esta vivo no?

Bruce lo agarro y le puso el cañón en la boca y disparó, matándolo de una vez. Svent agarró el cadáver de Frank y lo metió a la casa, Bruce metió el de Wade.

-¿Y las motocicletas que? – pregunto Svent mientras cerraba la puerta.

-¡Ahorita las metemos al garage! – le respondió Bruce que ya se había alejado y gritaba para alcanzarse a escuchar encima del sonido de las sirenas, ya que la de Frank se puso frenética cuando se cayo al quedar muerto Frank.

James y Luís estaban sacando las municiones de un cajón que estaba en el cuarto principal, en el segundo piso. La Pistola con silenciador era el arma menos mortífera que tenían: había un PSG-1, 2 MG avanzada y una escopeta de asalto. Además de una sorpresa que les vendría de perlas a ellos y sería letal, completamente letal, a sus enemigos.

En el Police Car que de nuevo agarraba velocidad dirigiéndose por una ruta alternativa a la casa donde tendrían a John. El Jefe, que antes había estado en una especie de sueño despierto, volvió hablar con la voz apagada, como de alguien realmente cansado.

-No debieron haberlos dejado ir solos. – dijo, haciendo que Siun y Megan se prepararan para calmarlo de nuevo.

-¿Qué dijiste? – le pregunto Siun.

-Esos 2 patrulleros… los que venían en motos… ¿Cómo se llamaban? ¿Brad y Blake? – pregunto el Jefe.

-¡Frank y Wade! – dijo Cris, girándose sobre su asiento para mirar al Jefe. - ¿Qué quieres decir?

-Ni siquiera yo me animaría a enfrentármeles a ellos. – comenzó a decir el Jefe. – Ellos me usaron de chivo expiatorio, nadie puede ver su culpabilidad, son figuras oscuras que se llevaron a nuestros amigos…

-Esta delirando. – concluyó Megan. - ¿Figuras oscuras?

-Ten este celular, llama a Gil – le dijo Sam a Cris. – el que nos ayudara contra esas personas.

-¿Estas haciéndole caso a los delirios de un psicópata? – pregunto Cris mientas tomaba el celular.

-Piensen bien ¿Por qué 6 pandilleros no mataron a esas personas? ¿Quién les dio esas armas? ¿Por qué John no esta con este animal y esta con esos tipos? ¡Ay algo muy malo en esto! – les comentó Sam.

En ese momento, vieron que sobre ellos pasaba algo enorme: Cris se asomo y se estremeció al ver un Cargobob de la STOP pasar sobre ellos y en lugar de irse a Rodeo, se dirigia a un rumbo a la izquierda, a donde quedaba Verona Beach.

“¿La STOP ya sabe de esto?” – se cuestiono Cris, al ver como el Cargobob descendía, probablemente cerca de la casa a donde se dirigían.

-¿Ven eso? – dijo Sam. - ¡Cris! ¡Hazme el maldito favor de llamar a Gil!

Cris marcó a Gil, y luego le paso el celular a Sam, quien le dijo que se encontrarán una calle antes de llegar a Verona Beach, que la situación había cambiado mucho con respecto a lo que ellos creían.

Las Figuras Oscuras[]

Sam, Megan, Siun y Cris no esperaron más de 5 minutos a Gil y sus refuerzos: Llegaron rápido, eran 3 Savanna, con 5 personas cada uno, sumando 15 pandilleros, pero detrás de ellos venían 3 carros Voodoo con 4 pandilleros de los Varrios Los Aztecas en cada uno: 27

Sam se bajo y Gil se detuvo frente a él. Sam llevaba una sonrisa en su cara, al igual que Gil, que conducía su Savanna modelo 1992 color verde, con el que se había enseñado a conducir allá en 1992, cuando el carro relucía por nuevo y Sam apenas era un chaval de 15 años que fumaba un cigarrillo diario.

-¡Cuantos colegas! – dijo Sam. – Veo a varios conocidos, como Schutz, Punkman, Cryman, Brain, Diablo, Dr. Jekyll, y también hay varios jóvenes.

-¡En cuanto dijiste refuerzos, supe que debía llevar a tantos como pudiera! – bromeo Gil. – Si es necesario, pelearemos contra el ejército que esta allá en Rodeo.

-Espero que no sea necesario. – dijo Sam. – Tengo un plan, ahora que veo todos los automóviles que son.

Sam le contó el plan: Cercar a los enemigos. Ponían un semicírculo alrededor de la casa, y usaban los carros como barricada para evitar los disparos. Cuando Sam, que condujo el Police Car y lo puso en un pequeño callejón que quedaba al lado de la casa marcada, una casa color carmesí de 2 pisos y estilo elegante, pensó que la batalla sería fácil. Megan, Siun y Cris estaban caminando por la calle, cada uno con un arma, y los carros comenzaban a ponerse en posición. El jefe Tribal estaba en la maletera del carro de policía.

El Cargobob no estaba, y ni siquiera habían visto que se hubiera ido de allí. Probablemente iba a otro asunto y coincidió con el camino. Probablemente…

Sam supo que el Jefe tenía razón respecto a los 2 patrulleros que se adelantaron: Les había pasado algo, ya que sus 2 Sanchez tenían las sirenas prendidas (cosa que les ayudo a posicionarse sin hacer demasiado ruido) y no había nadie, además de lo que parecía unas gotitas de sangre y que una de las motos estaba tumbada.

Sam se brinco al asiento de pasajero ya que si se bajaba del lado del conductor estaría dentro del semicírculo, agarró la SPAS 12 que Gil le había llevado. Todos ya habían posicionado los vehículos, tan rápido que, de haber llevado uniforme todos ellos de un defensor de la ley, pensarían que eran de la NOOSE.

-¿Cómo les llamaremos la atención? – pregunto Siun, quien se estaba poniendo al lado de Sam.

-¡Tronaremos una ventana! – le grito Gil, y apuntando ligeramente al segundo piso, disparo la escopeta Remington que portaba, haciéndola tronar. Todos estaban listos, con la guardia alta. Ya no cabía duda: Esa casa era la de los secuestradores.

Las sirenas de las motos fueron apagadas por un pandillero que se animo a entrar al circulo y apagarlas, y enseguida salio del mismo.

-¿Crees que esten asustados? – le susurro Megan a Sam. – Con solo ver esta escena, cualquiera se podría asustar.

-¡Debemos entrar! – grito un pandillero.

-¡Todos los que están en Rodeo pensaran que este es el siguiente ataque!

-¿Crees que es conveniente que entremos? – pregunto Siun a Cris.

-Debemos entrar pocos, un ataque rápido y letal, Unas 4 personas como máximo, Samuel, Megan y yo somos oficiales, sabemos trabajar en equipo.

-Es un alivio. – dijo Siun. – Odio disparar.

Cris le dijo eso a Sam, quien miró que ya llevaban 2 minutos y nadie salía ni asomaba un mechón por la ventana. Sam, Megan, Cris y Schutz, quien en su tiempo fue al ejército, entrarían para hacer el rápido y letal ataque. Todos los demás (23) esperarían afuera, viendo si esto no era broma.

Schutz lanzó una Bomba lapa a la puerta y la detono. La explosión llamo la atención de la gente que estaba a los alrededores, quienes paranoicos comenzaron avisar a las autoridades que el próximo ataque era en Verona Beach. La explosión despedazo por completo la puerta de ébano y parte del marco de la puerta. Cris, quien llevaba una bomba de gas lacrimógeno y gafas térmicas, la lanzo y entro primero, visualizando a los alrededores: 3 tipos de espaldas a ellos, con un arma.

-Contacto visual. – grito Cris al momento que pateaba una puerta, rompiendo la chapa, y entrando para cubrirse de unos casi seguros disparos. Schutz le había dado una bomba lapa a Cris, quien la lanza a la pared junto al enemigo más cercano, y la hizo detonar, despedazando parte de la pared, del techo y matando al primer objetivo.

Sam, Megan y Schutz entraron, y al mismo cuarto donde estaba Cris: La Sala de estar. Afuera, los 22 pandilleros y Siun esperaban un indicio de hostilidad para atacar. Todos estaban tan concentrados, y cuando escucharon el zumbido del Cargobob, que se asomaba por encima de la casa carmesí, comenzaron a descender agentes corruptos de la NOOSE, con su habitual vestimenta oscura.

Figuras Oscuras.

-¡Derriben ese helicóptero! – grito Gil, y todos disparaban contra los agentes que ahora habían tomado posesión del techo de la casa. Las balas impactaban como si nada contra el Cargobob, y Siun recordó algo que Sam le menciono: Los de la STOP eran a prueba de balas.

-¡No se derriba el verguero! – grito uno de los Aztecas, y una bala de M4 le alcanzo en medio de ceja y ceja.

Siun dejo caer la Pistola 44 que le prestaron, y apunto su rappel directo a la parte delantera del Cargobob, disparó y el rappel se incrusto en el vidrio frontal, y como le había hecho la noche anterior, presiono el botón de Autoregreso y salió volando por los aires, y en el momento que paso en medio de 2 enemigos que estaban en el techo, los pateo para tumbarlos de la casa, matando a uno y quebrándole los pies a otro.

Siun sabía que tenía que hacer: Acabar por dentro al Cargobob.

Se quedo justo enfrente del piloto, con el rappel encajado en el vidrio, libre de cualquier tiro por sus enemigos (que estaban abajo) y entonces se dejo caer un poco y balancearse, quedándose en la puerta del piloto, la que abrió y se metió a la fuerza, sacando al piloto y dejándolo caer unos 3 metras, al techo de la casa, sin matarlo. Siun con la mano izquierda agarro la palanca y con la derecha agarro al copiloto, noqueándolo.

Dentro de la casa, Cris estaba herido por una perdigón que impacto contra su Chaleco antibalas y apenas lo daño, pero lo mejor era no arriesgarse, ya que el solo había eliminado 3 enemigos, 3 NOOSE corruptos. La sala de estar y el comedor habían sido tomados por Sam, Megan y Schutz, todavía quedaba la sala de televisión (donde había 4 enemigos) y la parte de arriba, pero Schutz se dio cuenta de algo: La parte de arriba era un piso estilo habitación del pánico, blindado.

Schutz lanzó una Bomba lapa (la última) a la pared prefabricada que distanciaba la sala de televisión y el comedor. La detono, tumbándola casi por completo, y el techo en esa parte no fue dañado. Todos estaban cubiertos con un sillón, costales de arena (que habían recogido de la playa) y una cama volteada.

-¡No tienen oportunidad ustedes! – grito alguien de los enemigos, y Sam reconoció la voz: Zetray. - ¡He avisado a todos, vienen para acá!

“¿Todos?” la duda se le aclaró a Sam enseguida: El “ejército” de Rodeo. Seguramente era más de un centenar y no podían hacer nada contra tantos. Sam se asomo rápido para disparar, y algo grande, del tamaño de una pelota de baseball, le golpeo el cuerpo y cayó al suelo. Sam la miró y se asusto: Granada! Estaba a punto de salir corriendo, cuando la pateo, y cayo delante de la barricada de arena, y exploto.

Uno de los enemigos salió volando de espaldas y choco contra la pared, hiriéndose gravemente. Zetray iba a lanzar otra granada, cuando Schutz se asomo de cuerpo completo y disparó el MG Avanzada que le quito al cadáver de un enemigo caído. Disparó toda la ráfaga que quedaba, destrozando el sillón y al tipo que había detrás. Sam, agachado, y Megan levantada, corrieron de su escondite al otro lado de la pared, Sam disparó contra el enemigo en la pared matándolo al despedazar su cabeza, y Megan disparó a discreción para evitar que sus enemigos atacaran.

Zetray había corrido despavorido arriba, por otra granada, y el otro compañero lo hizo también, pero Megan le dio un tiro justo en el corazón, haciendo que se lamentara unos 2 segundos y se desplomara, ya muerto, justo donde empezaba la escalera. Sam, Megan y Schutz dejaron de escuchar los disparos de afuera, pero no era tiempo de celebrar: Un centenar de enemigos se dirigía aquí.

Sam corrió soltando la SPAS 12 y amartillando una Pistola 44 lista para usarla, pero al llegar al pie de las escaleras miró que la escalera no terminaba en el segundo piso: Terminaba en una puerta de seguridad, imposible de abrir aunque llevaran una bomba lapa. Schutz llegó a su lado, mientras que Megan salía para ver la situación afuera y advertir a todos del peligro que corrían.

-¿Qué demonios es esto cabrón? – pregunto Schutz. - ¿No se puede abrir eso?

-No desde aquí. En Liberty City hay muchas de estas, y los malditos criminales pueden durar un día intentando abrir una habitación de pánico. La única vez que vi una abierta a la fuerza fue en un accidente de un Shamal que golpeo una casa de Westdyke.

-¡No tenemos un avión privado! ¡Y debemos salir echando leches de aquí! – le dijo Schutz cuando le agarraba la manga de la chaqueta. – Esto ya no es tan fácil Sam, ya no te pueden ver los policías aquí.

-¡Espera! ¿Tienes celular? – pregunto Sam estirándole la mano para que Schutz se diera prisa. Entonces escucharon el rugir de los motores al escapar, y como todos sus refuerzos escapaban del lugar, directo a Ganton.

-Si, aquí lo tienes. – Schutz se lo dio, y fue corriendo al comedor, asomándose por la ventana, esperando ver a todos los policías cerrarles el paso. - ¡Date prisa!

Sam marcó a Siun, preguntándole donde estaba, y Siun le respondió que había causado un nuevo escándalo para ahuyentar a los policías de Verona Beach: Lanzar al copiloto que había noqueado a Rodeo, el epicentro del escandalo. Pero había un problema: Un Buzzard lo había dañado y ahora estaba sobre él de nuevo, que su Cargobob se estrellaría y les dio una advertencia: ¡Salgan de la casa! Les grito.

Sam le dio el celular a Schutz, y entonces escucho un disparó sordo, más bien muchos disparos, y 2 helicópteros. El Cargobob y el Buzzard estaban cerca. Sam agarró de un brazo a Schutz y le hizo la seña de que salieran, que tenían que hacerlo de inmediato. En cuanto corrieron, Zetray bajo empuñando una Escopeta explosiva para atacarlos por detrás, y fue cuando ocurrió algo extraño: Escucho un fuerte trueno arriba, y como si la casa se doblara hacia delante, tronando todas las paredes y tumbando el cubículo de habitación del pánico, detrás de Zetray. Este escapaba corriendo, pero el cemento le caía encima, algunos trozos medianos lo golpeaban duro.

Sam y Schutz estaban a unos 20 metros de la casa pues vieron un horrible espectáculo: Un Cargobob de la STOP humeando se estrellaba en la parte trasera de una casa, mandando a volar algunos cadáveres del techo, y doblegando la casa. Justo cuando el Cargobob tocó el suelo, varios cadáveres de los refuerzos pandilleros fueron aplastados, y llego hasta el Police Car aplastándolo y explotando por fin. No había rastro de Siun, y dentro del maletero del Police Car se encontraba el Jefe Tribal…ahora estaba despedazado con total certeza.

El Buzzard venía directo hacia el lugar, apuntando a Sam y a Schutz, quienes habían llegado hasta el límite de la playa y ahora una ola les mojaba los zapatos.

-Tuvimos una mala vida ¿no Sam? – dijo Schutz, seguro de que el Buzzard estaba a punto de atacarlos.

-Fue mala, pero demonios, como nos divertimos. – dijo Sam, también resignado, pensando en que ni se despidió de Megan, pensaba que no serían cogidos. Siun había muertos, John estaba dentro de la casa, había muerto, en los cadáveres que estaban en la playa estaba Ox, y el único intacto fue Gil, su cadáver tenía unos 10 impactos.

El Buzzard comenzó a descender a unos 4 metros de ellos, y Sam miró que el piloto era Siun. ¿Cómo era eso posible? El Buzzard apagó los motores y Siun salió, guardándose el rappel.

-¡Si no abandonaba la nave yo moría! - dijo Siun.

-¡¡ALLI ESTABA JOHN! – grito Sam de coraje. - ¡Por el vinimos acá, por el peleamos allí!

-¿En la casa? No lo sabía, y además mi intención era dirigir el Cargobob al mar, pero el Buzzard daño severamente a mi helicóptero, no lo podía controlar, la hélice de atrás salió volando, el culpable de estrellarme fue el piloto del Buzzard, quien tumbe y cayó sobre el rotor del Cargobob.

Todo esto parecía una locura: Fueron a San Andreas, fueron atacados por Hydras, tumbaron la torre de control y pelearon por salvar a John y entonces…nada, perdieron a la persona que fueron a buscar a ese lugar. Sam miró bien el gran compartimiento que era como una habitación del pánico: Totalmente aplastada y despedazada, además de arder, no había nadie vivo.

Zetray[]

Zetray por muy poco se salvo. La cocina era una grada más baja que el resto de la primera planta, el saltó y se acostó allí y pudo sentir el horrible presentimiento de cómo algo pasaba por encima de él, y casi se detenía, pero quedo un espacio para que pudiera salir. Su arma había sido tumbada por un gran pedazo de cemento que por poco lo noquea, y muchos escombros estaban a su lado haciéndole compañía. Levanto un poco la cabeza y respiró todo el aire que pudo, y miró que una Sanchez de los patrulleros estaba volteada, pero servía, en contraste con la otra moto, que no se veía por ninguna parte, pero una llanta chueca era visible debajo del Cargobob.

Si salía, podría ser tiroteado, pero ninguno de ellos llevaba un arma, estaban totalmente desarmados, tal vez perdieron las armas al escapar de la casa. Ellos estaban a 7 metros, la moto a 2, tenía tiempo para escapar, además de que estaba prendida todavía. Lo decidió, y con un movimiento salió por completo de las ruinas de la casa y se puso a correr como loco tras la motocicleta.

Schutz y Sam miraron que un tipo vestido de negro y cubierto por polvo que corría directo a la Sanchez volcada. Sam lo señalo, advirtiéndoselo a Siun, y Schutz buscó su arma, dándose cuenta de que la había perdido al escapar del derrumbe. Siun se giró, sabiendo que no lo alcanzaría y además no tenía arma alguna para detenerlo a esa distancia de 5 metros. Zetray levantó la moto y le dio una patada a la patita, que por la caída se había aflojado, y la tumbo de la moto, y se subió y salió disparado fuera del lugar, pero a causa de la arena derrapo unos segundos, en los que Siun corría al Buzzard.

-¡Vengan, rápido! – les grito Siun, quien se subía al Buzzard y el rotor comenzaba agarrar fuerza para elevarse. El helicóptero se elevo, y Sam y Schutz comprendieron algo: Se tenían que agarrar de los patines de aterrizaje. Sam lo hizo, al igual que su amigo.

-Como los viejos tiempos. – le dijo Schutz. - ¿Cuánto tiempo crees que aguantemos agarrados aquí?

-La necesidad puede que nos obligue a durar buen rato. – le dijo Sam, y en efecto tenían mucha necesidad de escapar de allí a toda la velocidad que pudieran: En cuanto se elevo arriba de la nube de escombros y polvo, miro que un ejército de policías se dirigían al lugar. Eran los mismos que en Rodeo. Por suerte, pensó Sam, los demás habían escapado. El Buzzard comenzó a seguir a Zetray, quien escapaba por la calle dirigiéndose a Comerse justo cuando los últimos rayos de sol iluminaban a Sam, y se oscurecía.

El agente de la NOOSE Nelson Clayson miraba desde abajo, a bordo de una NOOSE Patriot como el helicóptero se dirigía al Este, pensando que ese día había sido un día atareado, todo el tiempo trabajando, y con los criminales por la delantera. Si su esfuerzo era exagerado, entonces el de Sam era una locura.

-¿Dónde esta el Annihilator? – pregunto Nelson a su ayudante de oficina, Mary Ross, quien estaba en enlace con el por medio de la radio de Nelson.

-Todavía esta en Rodeo, le diré que…

-Olvídalo, di que solicito un ataque rápido a un helicóptero, si es posible un Hydra, sino uno de los nuevos Buzzard, el enemigo tiene uno de estos.

-De acuerdo Nelson, enseguida me pondré en contacto con la Fuerza Aérea para el ataque.

-Esta bien, te lo agradezco linda. – Nelson cortó la comunicación, y miró a su conductor. - ¿Dónde esta el Buzzard?

-Ha ido rumbo a Verdant Bluffs, si llega al Aeropuerto será su peor error, allí tenemos otros agentes.

-¡No esta en el cielo! Ha descendido en Verdant Bluffs. – Nelson agarró su M4 y luego le dijo a sus 2 compañeros que estaban detrás de él. - ¡Prepárense!

La NOOSE Patriot agarró la entrada a Verdant Bluffs con gran rapidez, y todas las curvas lo hacían con la misma rapidez, por poco volcándose sobre un lado. Rebaso a los 2 Police Car que iban delante de ellos, y ahora se ponía a la cabeza. Las últimas 5 patrullas formaron una barricada a la entrada/salida del parque municipal, y un APC y 3 Police Car se fueron a la autopista que desembocaba en El Corona para evitar que los sospechosos escaparan por ese lugar.

El equipo de Nelson llegó hasta el máximo lugar donde podía llegar con un vehículo, y antes de que apagarán el vehículo ya estaba abajo, junto a 3 compañeros, y enseguida el conductor se les unió. Los vehículos Police Car iban amontonándose, y de ellos, de cada uno, se bajaban 5 agentes policiales, haciendo un centenar de personas sin contar a los que se quedaron en las salidas y a los 20 agentes de la FIB que acababan de llegar de apoyo.

Los civiles miraron con terror como todos se dispersaban, grupos de 10 personas corrían hacía el mirador, mientras que otros 10 corrían al lago que estaba junto a la carretera. Todos los policías, al toparse con un civil, le indicaban que fuera corriendo a la salida, que ese lugar era peligroso en ese momento. El quipo de Nelson Clayson iba a la cabeza, y cuando llegaron arriba del mirador, encontraron algo inusual: El Buzzard estaba abandonado.

Nelson miró eso aterrado y entonces agarró su radio policial.

-¡Nelson Clayson, encargado de la operación, a todas las unidades! ¡Los sospechosos no se encuentran en el Buzzard, detengan a todos los civiles hasta registrarlos!

Casi en su totalidad había sido tomada Verdant Bluffs. Un grupo de policías encontraron detrás del mirador la Sanchez con la matrícula SA 53954, la cual pertenecía a Frank. En los límites del parque se estaban colocando los policías, y aún más ayuda llegó cuando un par Police Maverick los iluminaban y un Annihilator buscaba algún indicio de tiroteo.

Sam, Schutz y Siun parecían civiles, y al lado de ellos 2 pasaron corriendo 2 grupos de policías de 10 personas cada uno, el primero llego corriendo, diciendo que escaparán, y siguieron corriendo abajo, listos para disparar a cualquier matón armado, y el segundo grupo corrió en la otra dirección, diciéndoles que no podían irse de allí, pero que se juntarán frente al mirador. Sam miró que Zetray había escapado normalmente, y también que estaba vestido como un tipo de la NOOSE, pero estaba sucio de polvo blanco y yeso, por lo que era fácilmente detectable, y no solo para ellos, sino para la policía.

-Sam, debemos encontrar a Zetray. – le dijo Siun. – Tenemos que detenerlo de una buena vez.

-¿Alguna idea de que podemos hacer? – le respondió Sam. – Ha desaparecido, pero no puede escapar por aquí.

-No lo sabemos, el hijo de perra es muy astuto ¿No se te hace a ti eso?

-Cierto, nos evadió en Liberty City y nos ha llevado la delantera desde entonces…hasta ahora.

Sam agarró a Siun y le saco su celular, Siun le pregunto “¿Qué haces?” y Sam solo le dijo “Ya lo veraz”. Sam estaba triangulando la posición del celular, esperando a que ese infeliz de Zetray haya pasado por alto el hecho de que lo podían encontrar de esa forma. Y eso paso, la localización ya no era la casa que en este momento estaba destruida, sino en la orilla de un mirador rustico, que miraba a Verona Beach y Santa Maria Beach principalmente.

-¡Lo tenemos! – dijo Sam entregándole el celular a Siun, y vio que este dejaba caer el rappel, que tanto lo había ayudado. - ¿Por qué haces eso?

-Si nos catean tendré problemas, puede que sea bueno haciendo esto de escapar Sam, pero todo un pequeño ejército nos tiene “rodeados”. – le respondió Siun, en el momento que corría a la posición, seguido de Schutz. Sam se agacho y agarró el rappel y lo puso en la pistolera que tenía escondida bajo su saco color café.

Siun corría con mayor rapidez que Schutz y Sam, y no trastabillaba ni nada, a diferencia de Schutz que se cayó en la tierra y se raspo el antebrazo en un momento dado, y Sam salió volando por los aires cuando estaban a punto de llegar, ya que una rama-trampa que zetray había puesto lo tumbo. Sam estaba levantándose, cuando miró a Zetray brincando encima de Schutz desde un árbol y dejándolo debilitado en extremo, y a Siun lo golpeo en un costado, que todavía estaba de espaldas a Zetray, y lo agarró, y con una gran fuerza lo estaba dirigiendo al barranco.

Siun estaba sofocado, no se podía mover con la suficiente fuerza para detener su inminente muerte. 1 metro y 27 centímetros, 97 centímetros al siguiente paso, 67 centímetros al borde del barranco. Desde allí lo podía aventar Zetray, y Schutz estaba todavía lastimado por la caída de su enemigo. Sam estaba a unos 6 metros, no alcanzaría a salvar a Siun. Sam palpó su cuerpo en busca del rappel, para agarrar a Zetray y estirarlo, tumbarlo de espaldas y alcanzarlo para arrestarlo.

El rappel se disparó, rodó la línea sobre si misma unas veces al tiempo que alcanzaba a Zetray por la espalda, pero había algo mal planeado: El gancho del rappel estaba duro ya que cuando lo uso por última vez Siun era para alcanzar el Buzzard, y entonces el gancho en forma dura se enterraba y se abría… se enterraba.

El gancho alcanzó a Zetray por la espalda y se enterró y salió arriba de su cadera, lanzando pedazos de entrañas y sangre a Siun, y este se libero, girándose y salvándose de la caída por el barranco. Pero la imagen era horrorosa: La cara estaba desfigurada por el dolor, un chorro de sangre bajaba por los pantalones de Zetray, manchando de sangre el suelo, y otro chorrito salía disparado adelante. Sam, Siun y Schutz miraban con horror la escena, y lo peor vino a continuación: El gancho se abrió.

Se abrió, y de la fuerza desgarró todos los tejidos de piel y separo los huevos de la cadera y la espina dorsal en 2 partes, y también el cuerpo. En un último segundo, la parte de arriba de la cadera de Zetray salió volando y giro hacia el barranco, cayendo en la carretera. Las piernas se doblaron en posición de arrodillarse y cayeron a la derecha, mientras las entrañas salían por la gravedad. Siun se fue a por Schutz, a quien levanto en hombros y llegó junto a Sam.

-¿Cómo ocultaremos esto Sam? – le pregunto Sam mientras le quitaba el rappel y lo lanzaba con todas sus fuerzas al mar, donde se hundió en sus calientes y espumosas aguas. Era de acero inoxidable, pero allí no sería encontrado de seguro.

Los 3 subieron y fueron enfrente del mirador. Allí había unas 60 personas y los rodeaban los 20 agentes de la FIB, quienes los interrogaban. Allí esperaron unos 10 minutos, y antes de que fueran entrevistados llegaron agentes policiales con la noticia de que encontraron el cadáver descuartizado, más bien solo las piernas, y que tenía marcas de haber sido partido por la fuerza. Los agentes concluyeron en que todos estaban limpios, pues todos tenían cara de aterrados, ninguno parecía capaz de controlar un Buzzard y además estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. Se podían ir.

Un agente de la FIB subió junto a Nelson Clayson, quien cuidaba el Buzzard. Llego junto a Nelson y le dio una hoja, con el nombre de cada persona entrevistada y anotaciones de su comportamiento. La lista eran 47 personas, y una anotación con pluma negra “31 sin entrevistas por órdenes”. Nelson le devolvió la hoja al agente sabiendo lo que acababa de pasar en esa redada: Una persona había muerto, brutalmente muerto. Y no solo eso, sus 5 compañeros de la NOOSE que les ordeno quedarse en la casa de Verona Beach le acababan de avisar que dentro de una gran habitación de pánico encontraron 4 cadáveres, los que correspondían a James Arscell, Bruce Goldsmith, Gustave Svent y John Wayne. Todos ellos aplastados por el Cargobob que se precipito.

-Recojan todo. – le dijo Nelson al agente federal. – Nos vamos en 5 minutos, dejen agentes policiales y que un Police Maverick ayude a los agentes que se quedarán, unos 30.

Siun, Sam y Schutz tomaron un taxi y le dieron la dirección de la casa del fallecido Gil. En el camino, nadie tenía ganas de hablar, Siun todavía se ponía a imaginar que ese día se había enfrentado a su Némesis y casi perecía en una trampa que le pusieron a él. Sam todavía estaba en “shock” por la fuerte imagen de Zetray despedazándose y como sus entrañas todavía palpitaban cuando dio vueltas en el aire para caer a la autopista. Schutz simplemente no aceptaba el hecho de que su antiguo colega, Gil, hubiera muerto.

Se bajaron del taxi y Schutz lanzó un billete de $50 dólares al conductor, y no se espero por la propina, e hizo caso omiso al “Wow ¡muchas gracias!” que dijo el taxista. El frió invernal volvía a invadir las calles, y la oscuridad era contraatacada con la luz de las lámparas públicas. La casa de Gil tenía las luces prendidas, la reja de la casa estaba abierta y la puerta cerrada. Siun tocó el timbre, y la puerta se abrió y los recibió Megan, quien estaba dentro, junto a 2 compañeros antiguos: Ox y Cryman.

-¡Que bueno que llegaste! – dijo Megan, abrazando a Sam con tanta fuerza y dándole varios besos en las mejillas. - ¡¡Sabía que vivirían!!

-¡Joder tíos! – les dijo Cryman a todos los que llegaron. – En las noticias se puede ver con total claridad como esta destruida la casa que atacamos.

-¿Cuántos murieron? – pregunto Schutz - ¿Y los demás?

-En primer lugar, murieron 4. – le respondió Ox. – Pero entre ellos murió Gil… - agarró una pared y miraba la casa. - ¿Qué le pasara a esta casa?

-CJ la compra, las compra todas desde que perdió la casa de él. – dijo Cryman y señalo a Sam. – Fue un problemon lo de tu casa, y la perdimos.

-No importa, Cry. – el apodo simplificado de Cryman. – E realidad, nunca volveré a vivir aquí, tengo que volver a Liberty City cuanto antes.

Sam miró entonces algo raro: Laura Messina ¿Dónde estaba? En cuanto iba a preguntar que pasó con ella, esta apareció por detrás de él, indicándole que había asesinado a Enrique Hole, el ex cuñado de Megan y la peor escoria que había conocido. Después de “David” añadió Laura, haciendo referencia a su compañero, a la persona más odiada por ella.

Sam y Megan se quedaron dormidos en el mismo cuarto, uno que tenía Gil y que Sam usó una vez que estaba intoxicado por el alcohol y las drogas, algo que recordó pero que no le platicó a Megan, quien todavía llevaba la ropa puesta, únicamente se había quitado los zapatos para no sentir presión allí. Siun se quedo a dormir en la sala, en una colchoneta en el piso, y Laura estaba en el sillón. Sam pensaba, que a la primera oportunidad de la mañana se escaparía de allí, de San Andreas. Sin más que hacer, y solo escuchando el sonido de los carros pasando por la autopista cercana al lugar.

-Feliz cumpleaños a mí. – susurró para no despertar a Megan, y le dio un beso en un cachete, antes de darse la vuelta y dormirse.

Terroristas con derecho[]

Sam despertó antes que todos, excepto que Cryman, quien estaba mirando las noticias matutinas del San News. Sam nomás mirar al agente de la NOOSE que daba una declaración levantó una mano, en señal de que Cryman no hablará. Era Nelson Clayson, su acechador. La imagen de fondo era Verdant Bluffs, y el “ejército” ya solo era de una NOOSE Patriot, una Ambulancia y un Police Car, y en total 5 agentes de la Seguridad Nacional, 6 policías y 2 paramédicos.

-Podemos decir, con certeza, que los ataques terroristas terminaron. – decía a los reporteros Nelson. – Tal vez una corazonada, pero hace solo medía hora pudimos determinar que los ataques fueron los primeros de la década, y talvez los peores. El saldo de muertos aún no esta calculado, pero es cerca de 12 decenas, lamentablemente. También nos pusimos en contacto con el Departamento de policía de Liberty City, ya que un agente especial de ellos, Paul Slises, murió en el segundo atentado. También se encontraron los cuerpos de James Arscell, el secretario de Civilization Comitee, Bruce Goldsmith, el creador del proyecto “Blackgate” que dejo de funcionar hace tiempo, el cuerpo de un agente especial y el de un civil.

>>También fue encontrado ayer el capitán de policía Samuel Knight, por el agente especial Cristian Langdon. Según declaraciones del agente, Samuel prefirió irse por sus propios pies a Liberty City, aunque esta claro que todavía se encuentra aquí. Además, otro hecho a destacar, es el horriblemente mutilado cuerpo que encontramos en el parque, y que un taxista encontró en la autopista. Fue asesinado a causa de una gran presión que todavía tenemos dudas de que lo hizo, pero fue partido en 2 por la fuerza. El cuerpo pertenece a Luís West, un antiguo soldado destinado en Afganistán al que declararon muerto hace 9 años. También hace unos momentos recibimos una llamada que no alcanzó a ser triangulada, de que dejáramos el cadáver en los muelles, pues nos estábamos metiendo en algo gordo.

-¿Y planean hacer algo al respecto? – preguntó un reportero fuera de la pantalla.

-Probablemente un equipo de asalto se dirige en este momento a la dirección a por la gente que todavía esta suelta. Pero se puede asegurar que… esperen, me llaman. ¿Quién habla?... ¿Me estas viendo en este momento?... ¿Quiénes son ustedes?... ¿Y todas esas muertes que provocaron?... ¡Lo atraparemos!

-¿Qué fue eso? – preguntó el mismo reportero.

-Otra llamada amenazante, están viendo las noticias, ya que me dijeron que me estaban mirando en este momento. Un momento ¡otra vez el mismo número! Permítanme. ¿Ahora que quieren?... ¿Oiga, esta en la línea? ¡Me colgó!

-¿Qué le dijeron esta vez? – pregunto el reportero.

-Que ellos no me están viendo por televisión. – concluyó Nelson, quien parecía un poco más pálido.

Y entonces, Sam y Cryman se sobresaltaron al escuchar un tiroteo en televisión. Parecía que lo que dijo Nelson era la señal para iniciar un tiroteo, pues una ráfaga, 3 balas, impactaron contra un paramédico que estaba afuera de la Ambulancia, mirando a las cámaras. Cayó de lado, y sin cuartel, los agentes de Seguridad Nacional fueron tiroteados por alguien que estaba en alguna parte de allí. Nelson le dijo al reportero y al camarógrafo que huyeran, en el momento que otra ráfaga lo alcanzaba y lo mataba. Los 6 policías buscaban con la mirada a los autores del ataque, pero una explosión los hizo volar en pedazos, junto a los Police Car.

La imagen se dañaba por la onda de choque de la explosión, que seguramente fue hecha por una Granada. Cryman cambió de canal enseguida, esperando que otro noticiero estuviera cubriendo el evento, pero el Los Santos Morning y el San Andreas Teen News eran la imagen del presentador de noticias lamentándose por los asesinatos recientes, y el segundo noticiero cubría la enorme Fiesta en Liberty City de hace 2 días, ahora solo los barrenderos y los corredores eran los únicos que quedaban. En cuanto miraron 5 segundos de eso, la noticia cambió por otra en la nombraban las canciones más usadas entre los fiesteros, donde lideraba “Bad Romance” de Lady Gaga.

-¡No hay ningún otro noticiero interesante! – dijo Cryman. - ¿Viste eso? Es decir, claro que lo hiciste, pero ¿no se había terminado todo? ¿Tendremos que pelear de nuevo? ¡¿Estarán matando a nuestros colegas en este momento?!

-Hey, hey ¡contrólate Cryman!

-Perdona, es que me pareció sorprendente que esos tipos todavía tengan psicópatas armados en las calles.

-Son la Civilization Comitee. – dedujo Sam. – Blackgate solo era su músculo, aunque su jefe Bruce este muerto, podrán seguir operando, ya que…

-¿Qué que? – preguntó Cryman.

-El jefe de la CC este vivo. ¡Necesito ir a Liberty City enseguida!

-¿Quieres que te acompañemos, Big? – le preguntó Cryman. – Una vez vi un documental, donde mostraban el edificio de la CC, esta bien protegido, no me importa dar la vida por ellos.

-¡No! Recuerda algo: Soy capitán de la policía, y ninguno de los guardias tiene un puesto superior al mió. Puedo entrar allí fácilmente, pero llegar a la oficina del jefe será todo un reto, supuestamente tiene los mejores guardias en su piso, guardias como Zetray.

-¿Quién es Zetray? – pregunto Cryman.

-El tipo que murió partido a la mitad. Es todo un reto vencer a uno de ellos, ahora imagínate esto ¿Cuántos tendrá el jefe de la CC postrados para defenderlo? Además de que algunos líderes mundiales se congregan allí. Es un suicidio, pero no hay nada más que hacer.

-¿Estas dispuesto a morir para detenerlos?

-¡Son unos malditos terroristas con poder! Podrán rastrear a la pandilla y hacerla añicos! Además, CJ y Sweet están en Liberty City, serán asesinados rápidamente. Debo irme, en serio. – Sam agarró el celular de alguien, estaba en la mesa, y marcó el número de taxis. – Cry, te pido un favorzote, cuando Megan y los demás despierten, diles que los espero en Liberty City.

Sam llamó a los taxis y esperó a que llegara el designado a recogerlo, mientras tanto degustó un plato de sopa de arroz con tocino, lo único que había preparado y que quedo de la comida del día anterior. Cryman, rendido por no encontrar de nuevo la noticia del ataque sorpresa en Verdant Bluffs, se dedico a ver la noticia de San Andreas Teen News, que ahora tenía una lista de las canciones más usadas en la Fiesta, liderada por Bad Romance, seguida de I Know You Want Me y otras canciones, la uníca que le sonó conocida a Sam era la número 4, Poker Face, la cual sonaba mientras hacía una redada en el Bahamas Mamas.

Cuando el taxi llegó, Sam iba a salir, en cuanto escucho al mascullar de Cryman y se volvió.

-¿Qué pasa? – preguntó Sam. - ¡Ah, es cierto! No me despedi. Nos vemos Cryman, ue un gusto volver a verte.

-No es eso Sam. – Cryman agarró algo del banco de la cocina y se lo lanzó: Su celular. – Así tendremos como localizarte, asegúrate de que en cuanto mates al hijo de perra nos llames ¿de acuerdo?

-No lo olvidare, y gracias por el celular. – dijo Sam, aunque sabía que el celular de Cryman era un Badger de “usar y tirar” de unos $20 dólares.

Sam salió y subió al taxi. Le dijo al taxista que lo llevara al Aeropuerto de Las Venturas, pues el de Los Santos estaba inutilizable a causa del horrible accidente de ayer. Duró alrededor de 3 cuartos de hora para llegar a su destino, Sam se bajo y le dio los $47 dólares que era por el viaje. Se bajo y corrió adentro del aeropuerto, pero cuando iba a llegar vio por un espejo que usaban como vidrio del aeropuerto a una persona que lo alcanzaba por detrás.

Sam pensó que era un asesino de Blackgate, pero cuando el tipo le hablo, supo que no era así.

-Sam. – lo llamo Siun. – Cryman me lo dijo todo ¿estas seguro de que te arriesgaras?

-Siun. – dijo Sam volviéndose. – Es lo único que podemos hacer ¿Cry te platicó lo que vimos en las noticias? ¡Son unos malditos terroristas!

-No me entendiste Sam, no te intentó parar, quería despedirme. – le dijo Siun, extendiéndole la mano. – Nunca nos volveremos a ver.

-¿No regresaras a Liberty? Debe de ser una broma. – Sam le bajo la mano.

-Ya lo dije, no. Mi cara es conocida por haberte secuestrado ¿lo recuerdas? No puedo arriesgarme. Creó que yo quería ser una persona digna, un “héroe”. Pero veo que incluso algunas personas, como el jefe de la CC, siempre estarán para contaminar a las mentes rebeldes que hacen lo mejor por los demás. Creo que pelear con Zetray fue la culminación de todo el empeño, todo lo anterior era diferente. Creo que todo fue una preparación.

-¿A dónde iras? – le pregunto Sam, al momento que giraba un poco la cabeza y alcanzaba a ver “Vuelo 186 con destino a Liberty City: 10:30 AM, Sábado 2 de Enero de 2010”.

-No lo he pensado Sam, pero nos será Liberty City. – alargo la mano y ahora Sam se la apretó con fuerzas, en señal de que lo extrañaría, que extrañaría su ayuda. – Tengo que decirte algo más.

-¿De que? – preguntó Sam mientras se la soltaba.

-Cuando te contacte el otro día, mis intenciones eran que murieras con Zetray, pero diste todo lo que pudiste y veo que la gente en serio te importa, todo lo que hiciste por John, es una lastima…

Sam se sintió con un nudo en la garganta. “…mis intenciones eran que murieras con Zetray…” esas palabras lo hicieron sentirse inseguro frente a Siun. ¿Acaso era un psicópata? ¿Un asesino también de Blackgate? Estaba a punto de girarse, cuando Siun completo la frase.

-Pensé que atropellaste a Linda López a propósito. Pero te has redimido, en serio eres uno de los pocos héroes que quedan, nos vemos Sam. – dijo Siun, antes de girarse y perderse entre la multitud que esperaba la llegada de algún vuelo.

Sam se giró y corrió a comprar el boleto del vuelo 186, pues ya eran las 10:16 AM.

-Buenos días. – le dijo Sam a una señorita que atendía. – Quiero un boleto para el vuelo 186.

-De acuerdo señor. Vuelo 186, destino Liberty City a las 10:30. Serían $500 dólares. – la señorita extrajo un boleto del boletero automático, pero no se lo dio a Sam. Esté le pagó con tarjeta de crédito, la señorita le dio el boleto y Sam corrió directo al pasillo de abordaje y espero unos momentos a que despegará, tranquilo al saber que ese avión no sería derribado y que ya no estaba en el mismo avión que el dizque terrorista más buscado de Liberty City.

La Cabeza de la Serpiente[]

Joan Wayne estaba sentado al pie de la cama, con la cabeza entre las manos y ahogando un grito, no sabía si era de tristeza, coraje o los dos combinados. Las noticias de San News habían dado una lista de 27 personas identificadas de las víctimas de los atentados. Una de ellas era su hermano, John. El reportero dijo que la causa de la muerte de este fue un envenenamiento, y de puro milagro no había sido aplastado, pero el veneno lo había asesinado minutos antes.

-¿Quieren café? – le pregunto Charlie desde afuera del cuarto. – Iré al Superstar Cafe ¿Quieren algo?

Joan levanto la cara, se aclaró la voz y aún con tristeza en la voz le respondió.

-2 cafés, capuchinos ambos, te lo agradecería. – le dijo, sabiendo que a Sara, su novia que todavía estaba dormida, amaba el café capuchino.

-De acuerdo, Sweet fue a comprar los boletos al aeropuerto y CJ esta abajo, comiéndose el consomé para que se la baje la cruda. Ahora vuelvo.

Charlie dejo la casa en unos segundos. Joan se miró: Ya estaba haciéndose viejo, su mejor amigo estaba muerto y su hermano también. Conocía a Sara desde 1983 y desde entonces fueron amigos, hasta 2003, cuando comenzaron su noviazgo. Su relación siempre fue buena, Joan planeaba proponerle matrimonio, pero no se animaba, perdió a su mejor amigo en 2004 y a su hermano el día de ayer. Joan, sin siquiera pensar en Sara, agarró las pastillas para s migraña, fue al balcón y se tomo las 32 pastillas que quedaban. Una sobredosis era inminente.

Se quedo mirando a Liberty City, ya eran las 12:00 del mediodía y Sara no despertaba, y Joan iba a dormirse sin volver a despertarse. Se sentó en una silla y observo toda la ciudad, mientras su organismo se daba por vencido contra los químicos de las pastillas. Joan cerró los ojos, y jamás los volvería abrir.

El día transcurrió como cualquier otro día, los negocios estaban de nuevo andando, los estudiantes descansaban de sus estudios y la programación era de películas además de los programas especiales.

Michael Socrogge, el jefe de la Civilization Comitee era un hombre de 52 años, pelo cano, tez morena y enfundado en un traje Perseus, subía por el elevador, acompañado de su guardaespaldas, Jericó Valbi, un hombre de 1.90, corte militar y complexión atlética que iba vestido de un sacó carmesí, camisa, pantalones y zapatos negros. El elevador se detuvo en el último piso, la puerta se abrió y el pasillo discurría hasta una puerta doble de saúco embarnizado, detrás de la cual se encontraba su oficina.

-¿Nota algo raro, señor? – le preguntó Jericó. Michael miró a todas partes, salió del elevador y no noto nada. – Falta el par de idiotas que custodian su oficina.

-¿Se te hace rao? – le preguntó Michael, mientras miraba su reloj de oro de pulsera y verificaba que eran las 16:53PM, a las 16:00 salían a comer y duraban alrededor de hora y media en volver si es que no comán en la cafetería del edificio. - ¡Es hora de comer! No han vuelto, simplemente ha pasado eso.

-Tómese más cuidado, Michael, recuerde que James nos dijo que alguien nos había descubierto. – le dijo Jericó mientras caminaban a paso veloz hacía la oficina.

-Corrección, los descubrieron a ellos, no ha nosotros. – le dijo Michael, mientras insertaba la llave a la cerradura. Pero esta no giro, la puerta estaba abierta. - ¿Estará dentro la de mantenimiento?

-¿Quién? ¿María Abarca? No, la vi cuando bajamos del automóvil. – Jericó sacó una Desert Eagle de su sacó y le quito el seguro, al momento que entraba a la oficina. En cuanto la abrió, entro de una zancada, con el brazo derecho rigido sosteniendo el arma, y apuntando al ventanal de fondo, que daba la vista a Dukes y Broker, luego giro a la izquierda, y en cuanto giraba a la derecha, Sam Knight le daba una patada en el codo, rompiéndoselo, y tumbándole el arma.

Sam se agacho, y le dio un culatazo con su Pistola 44, noqueándolo. Michael Socrogge se quedó paralizado, y estaba marcando un número de la policía, en cuanto vio que Sam le apuntaba con la pistola directo a la cara. Michael soltó el celular, sin marcar el número, y se adelanto hacía Sam, con las manos arriba y soltando su maletín.

-¿Qué quiere? – le pregunto Michael.

Sam tenía furia en la mirada, y se le acerco, le agarró por el cuello y le dio un puñetazo tan fuerte que le sacó sangre de la nariz. Sam le apunto directo en el corazón.

-¿Qué que quiero? Dime algo ¿Qué era Blackgate exactamente?

-¿Tú eres el que lo descubrió? James tenía razón, eras terco. – le dijo Michael, y Sam le escupió en la cara.

-¡Aquí yo soy el de las preguntas! Ahora, respóndeme esto ¿Por qué ese tipo, Zetray, asesinaba a sus antiguos colegas?

-¡Para que no testificaran! El antiguo capitán de Blackgate les prometió que mientras el viviera, nosotros no estábamos en su contra, pero fue asesinado. Se llama Xander Maximilian.

Entonces, a Sam esas palabras le dieron tan fuerte como el golpe que le dio a Michael: El hizo que todos se confundieran, que pensaran que la Civilization Comitee estaba asesinándolos, y antes de que testificarán, fueron asesinados por el mejor de ellos: Zetray.

-Escucha ¡Escuchas! Déjame vivir, te daré dinero, no diré nada de ti, disolveré Blackgate, pero por favor ¡Vete!

-Lo siento, tu aprobaste Blackgate, iniciaste este mecanismo.

-¡También lo puedo terminar! – rugió Michael.

-Supe que Blackgate se anulaba con tu muerte. – dijo Sam, en canto le quitaba el arma, y disparaba contra el ventanal. A los 6 disparos, uno de ellos, del tamaño suficiente para 3 adultos, trono, al igual que la alarma.

Sam, con todas sus fuerzas, lanzó a Michael hacía el agujero del ventanal. Este, se intentaba levantar, pero cuando se giró vio algo raro: Sam iba corriendo, poniéndose un pasamontañas, y agarrando del escritorio un Paracaídas. Lanzo el arma, que chocó contra la frente de Michael, y entonces Sam lo agarró, brincando junto con él, pero en cuanto estuvieron en el aire lo soltó. Sam abrió el paracaídas, y a una altura considerable, se soltó de él, cayendo en el agua, a diferencia de Michael Socrogge, quien cayó en el concreto detrás del edificio de la CC.

Epílogo: La nueva casa de Sam[]

Eran las 22:15 del 2 de Enero de 2010. Un taxi se detuvo afuera de la casa de Sam, la de Steinway, la cual estaba en reparación desde Junio. Del taxi se bajo Megan, corriendo y llegó con un abrazo junto a Sam, quien estaba sentado en la nueva terraza delantera, leyendo los últimos renglones de “El Símbolo Perdido” de Dan Brown.

-¡Sam! - llego corriendo Megan, saltando a los brazos de Sam y recibiendo un beso de este. – Me alegro de verte vivo, olvide cargar mi celuar.

-Lo se, no entro la llamada que te hice ¿no estabas junto a Cryman o alguien más?

-No, estaba en el avión. Le dije a mi madre que me enviara las maletas por paquetería, necesitaba ver que estuvieras bien. – Megan abrazo a Sam de nuevo, y miró la reconstruida casa de Sam.

-¿Vez? Ya no necesitare vivir en el departamento que rentábamos, y como te lo prometí, vivirás conmigo. ¿Quieres pasar a ver? El gobierno si hizo un buen trabajo esta vez.

-De acuerdo, mañana comenzare la mudanza.

Sam abrió la puerta, y entraron al recibidor, donde hace varios meses fue herida Megan. Iban agarrados de la mano, en ciando Megan recordó que Siun le había dado un recordatorio para Sam.

-¡Ahorita lo recuerdo! Siun te envió esto. – le dijo Megan, y enseguida le dio una foto, que era una pradera de África. - ¿Crees que vaya para ese lugar?

-Viéndolo bien, no creo que quiera que sepamos adonde fue ¿no lo crees?

-Si, eso mismo creo.

Sam se guardó la foto que Siun le dio y agarró de nuevo a Megan de la mano, mientras exploraban la renovada casa de Sam.

          FIN
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