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Jail4Life


Bien, pues aquí estamos, Prisión Estatal de San Andreas ¿Qué como llegue aquí? Pues ahora os lo cuento, pero os advierto, aquí no hay suspense, acción ni finales felices, esto es una historia de como acabé en la cárcel y como fueron mis primeros meses aquí. Por cierto, me llamo Jeremy Carlson, más conocido como Nines, pero voy a contaros.

Remontémonos al verano de 2001, y ubiquémonos en Los Santos, sí, yo creo que es más o menos cuando todo empezó, pues bien, yo tenía 15 años, vivía en Grove Street y era miembro de la banda del barrio, los Grove Street Families, nuestro territorio se extendía por todo el sudeste de la ciudad, también nos movíamos por algunas otras zonas, había en total tres grupos de jefes, uno para Ganton e Idlewood, otro para Seville y Willowfield y otro para los territorios del oeste, con el tiempo todo el mundo reclamó lo suyo y los tres grupos se convirtieron en tres bandas, los de Seville Boulevard, los de Temple Drive y los de Grove Street, decían que estos nombres venían de antiguo, pero no sé muy bien porque. La separación obviamente no fue pacífica, hubo algunas luchas pequeñas entre nosotros y las otras dos bandas, pero al final Sweet insistió en que era mejor no luchar entre nosotros, así que la cosa no fue a más y nos quedamos en tres bandas, Sweet era, junto con Big Bear, uno de nuestros jefes, Sweet vivía en el barrio a pesar de que sus hermanos vivían fuera y estaban forrados, su hermana vivía con su marido en Bayside y tenían un garaje de modificación de Low-Riders, su hermano CJ era el manager de Madd Doog, solía ir por el barrio de vez en cuando, si no estaba de gira claro, y me traía camisetas y gorras, era un tío guay, sin embargo Sweet siempre estaba discutiendo con él, cada vez que venía al barrio, dejó de venir cuando encerraron a Sweet, unos tres años antes que a mí, también condenaron a Big Bear un año antes que a Sweet, le cayó cadena perpetua, Sweet iba a salir pronto, pero no le iba a gustar lo que iba a ver, cuando encerraron a Sweet, lo intentó dejar todo atado y bien atado, era como si tuviese miedo de que la banda desapareciera, menuda tontería, pero bueno, de todas formas los OGs se habían pasado por el forro todo aquello, traficaban con crack, cosa que Sweet nunca hubiese permitido, algunos incluso lo fumaban, como por ejemplo B-Dear, pero él era el único OG que lo hacía, el resto se mantenía limpio, Sweet era un buen líder, pero hay que reconocer que desde que habíamos empezado a traficar, estábamos mucho mejor organizados, teníamos más dinero y ya no estábamos tambaleándonos. Espero no haberos aburrido, es solo para que entendáis como era mi barrio y mi banda.

Pero vamos a empezar, yo estaba frente a la licorería de Ganton, fumándome un canuto y gritando a las chicas que pasaban, eran las diez de la mañana, era muy temprano y nadie de la banda andaba por allí, sí, yo era un chico madrugador, pero había algunos de alguna banda que también madrugaban, vi acercarse un Tahoma lentamente, en un principio no le presté mucha atención, pero es que iba tan lento, vi al conductor, era un Ballas, seguí mirando y vi una Tec-9 saliendo por ventanilla de atrás, acto seguido eché a correr y me cubrí tras una esquina, sentí los disparos muy cerca de mí, cuando el coche se puso a mi lado no logró darme, pero una bala paso a un par de centímetros de mí, el coche aceleró, me levanté, saqué mi pistola y empecé a dispararle, pero subió por el puente, corrí unos metros tras él y me paré, no por mucho tiempo porque sabía que tenía que salir de allí antes de que llegara la pasma, salí corriendo dirección Willowfield, allí me encontré a mi colega Fly-K, de los Families de Seville, había buen rollo entre nosotros, al fin y al cabo, el color verde nos unía, necesitaba deshacerme del arma, así que le dije –Eh, tío, te vendo esta pipa, está como nueva, solo la habré disparado unas seis veces-, el la miró, olío el cañón y me dijo –Huele a que está caliente, no soy tonto, no te voy a comprar esta cacharra, man-, le pregunte si no había nadie al que se la pudiera colar, el me dijo que fuera a ver a Emmet, Emmet era un tipo de unos sesenta años, estaba loco y solía vender material defectuoso, sí, era el hombre perfecto, estaba tan senil que hasta se la podía vender por el precio de un AK y así fue.

Una vez terminé con Emmet me fui al barrio, tenía que hablar con JD y contarle lo que me había pasado, pero primero pasé por mi casa, yo vivía en una casa al final de Grove Street, justo enfrente de la de CJ, vivía con mi tía, una maldita borracha, vivía con ella porque mis padres habían muerto en Liberty City cuando yo tenía tres años, entonces me trajeron con mis tíos a Los Santos, ya que era la única familia que tenía viva, al principio todo iba muy bien dentro de lo que cabe, no teníamos mucho dinero pero no estábamos tan mal, pero esto tan solo duró unos años, después de que mi tío muriera durante los disturbios, mi tía empezó a beber y bueno todo cayó en picado, en fin, volvamos a la historia, llegué a mi casa, allí estaba mi tía durmiendo la borrachera, como no. Llamaron a la puerta, era el señor Williams, el dueño de la casa, venía a por el alquiler, le abrí la puerta y le dije que ahora le traía el dinero, mi tía se lo habría gastado todo en bebida obviamente, así que le tuve que pagar con lo que Emmet me había dado por la pipa, apenas me sobró, el señor Williams me preguntó si me seguía sin meter en líos, yo le contesté que sí ¿Qué le iba a decir? Y se despidió, me caía bien aquel tío, nunca metía sus narices en lo que no le importaba y no ponía muchos problemas cuando nos retrasábamos con el alquiler.

Salí de casa y fui a la de Sweet, estaba prácticamente junto a la mía, fui allí a buscar a JD, cuando encerraron a Sweet les dejó las llaves a JD y los demás OGs para que usaran su casa para reuniones de la banda y demás, bastante imprudente por su parte, si alguna vez hacían una redada y encontraban algo le podían caer un par de años más, pero así era Sweet, bueno el caso es que llegué y llamé a la puerta, salió B-Dear, aquello olía a crack que tiraba p’atrás, le pregunte si estaba JD, él me dijo –No está aquí, no se donde está. Y pírate que estoy con unas amigas-, yo le contesté –Tío como Sweet se entere de que fumas esa mierda en su casa te va a despellejar-, B-Dear replicó –Sí, pero él no está aquí ¿Verdad? Pues entonces lárgate-, me empujó hacia fuera y cerró la puerta.

Me fui de allí al Ten Green Bottles a ver si estaba JD, y sí, estaba, le conté lo que me había pasado:

-Mierda tío, viste quienes eran- me preguntó JD.

-Sí, vi al conductor, era Silver- le respondí.

-Tiene sentido, los de Front Yard llevan un tiempo tocándonos los cojones, creo que es por algo que pasó con B-Dear en el Este- me explicó.

Luego le pregunté si tenía una pipa para mí, me dijo que si le llevaba una caja de donde Dubbie, al almacén de Idlewood, me podía quedar con una de las de la caja, Dubbie era un chulo que tenía un club de striptease en Ganton, tenía contactos con los rusos y demás traficantes de armas, así que siempre nos proveía de munición, JD me dio la pasta y me dejó su coche para que llevara las cajas hasta el almacén, así que fui hasta el club de Dubbie, que no estaba lejos del bar, cuando llegué, pique a la puerta trasera, me abrió el propio Dubbie, metí las cajas en el maletero y me dirigí al almacén, deje allí las cajas, las abrí y cogí una nueve de una y un peine de otra, ya tenía arma y munición, miré todo aquello, lleno de fardos de coca y pensé en Sweet, si lo viera se pondría enfermo, la verdad no entendía esa obsesión de Sweet, desde que nos dedicábamos a la droga estábamos mucho mejor organizados y teníamos mejores armas, si lo que quería era que los de la banda no consumieran, podíamos hacer como los Aztecas, que vendían pero no dejaban a sus miembros consumir, era una de sus reglas principales, los Aztecas eran una banda de chicanos del sur de la ciudad, no solíamos tener problemas con ellos, los que si tenían algún problema con ellos era los de Seville, pero nada importante, en fin, volvamos a la historia, yo seguía en el almacén, me hice un canuto y salí de allí, le devolví el coche a JD sano y salvo, dios me librara de haberle hecho algo o de que me pillara la poli, fui a buscar a mi colega Lil' Bump, vivía en un apartamento de Ganton, donde siempre solíamos pasar el rato, bueno, no en su apartamento sino en el patio de su bloque me refiero, Bump estaba asomado a la ventana, le grité para que bajara y así fue, pasamos la tarde en el patio de su casa, hasta las siete o así que llegó Hater, otro de mis antiguos colegas del barrio, con un balón, y nos preguntó si echábamos unas canastas, nos fuimos a las canchas del barrio, que estaban justo detrás de la licorería, en un parque que habían construido hace unos años, yo estuve allí hasta las nueve más o menos, hasta que me fui para casa, y luego nada digno de mención hasta las once, había discutido con mi tía, así que salí de casa, necesitaba algo de dinero, así que decidí buscarme algo por mi cuenta, robé un Cadrona que encontré por el centro, sabía de alguien que me haría un buen precio por aquel coche, Bran Mitchell, un tío que tenía un garaje en Verona Beach, me dirigí hacia allí, de noche siempre había alguien desmontando los coches, así que no había ningún problema, llamé a la puerta y Mitchell me reconoció:

-Eh, Nines que pasa- me dijo.

–Nada, aparte de ese cadrona de fuera ¿Te vale?- le pregunté.

-Bueno algo se podrá hacer- me respondió.

Metió el coche para el garaje y me dio un sobre con 1500$, había hecho buen negocio, pero ahora venía lo peor, tenía que volver al barrio de noche desde Verona, que no era precisamente el mejor sitio del mundo para mí, con las calles vacías, desarmado y en aquella playa donde podría encontrar a gente que me quisiera matar por el color de mi piel o por el color de mi ropa ¿Qué a que me refiero? Me refiero a la banda de Skinheads de Verona Beach y a los Temple Drive Ballas, como veis, aquella playa era todo hostilidad para mí, debía cuidarme, sobretodo a esas horas, cuando solo te podías encontrar a lo mejor de cada casa, y con las calles vacías, sin gente entre la que perderme y sin testigos estaba a su disposición en caso de encontrarme con alguno de esos tarados, el caso es que no debí tener suficiente cuidado, en cuanto doble la esquina tuve un encontronazo con un mastodonte, debía medir más de dos metros y era puro músculo, no llevaba camiseta así que pude apreciar los tatuajes con la esvástica y los que decían White Power, vamos, tatuajes que me decían, aquí no eres bienvenido, me quedé mirándole, intentando no demostrar mi miedo, el me empujó y me dijo –Aparta maldito mono-, y siguió su camino, debía tener prisa, sino no me lo explico, pensé en contestarle, pero afortunadamente mi sensatez me detuvo y proseguí mi camino de regreso a casa.

Al día siguiente me levanté sobre las once de la mañana o así, abrí la nevera y no había más que una naranja podrida, busque comida por casa pero no encontré más que una caja de cereales con literalmente dos cereales dentro, así que me fui a comprar, porque si no iba yo, la comida seguro que no venía sola.

Según salí vi Grove Street llena de coches de la pasma, todo el callejón estaba acordonado, me acerqué un poco a curiosear, se habían cargado a un chaval, -Buenos días Grove Street-, yo conocía al muerto, era Jackson un chaval de Willowfield, yo conocía bastante gente de Willowfield porque cuando yo era pequeño mi tío trabajaba allí, así que muchas veces mi tía y yo pasábamos por allí y yo me quedaba jugando con los niños del barrio, Jackson no estaba en ninguna banda así que probablemente le mataron para robarle o cualquier cosa, no debió meterse en ese callejón tan de madrugada, pero bueno, Payne estaba allí, así que me fui antes de que me viera, Payne era un madero que me tenía bastante manía.

Llegué al supermercado en Idlewood, compré cereales, alitas de pollo y una bolsa de patatas, volví a casa y desayuné, entonces mi tía se levantó y se puso echa una fiera porque había ido a comprar y no le había traído nada para beber, estúpida borracha, me cansé de discutir con ella y salí a la calle.

Me fui a casa de Bump, había mercadillo en Idlewood y se me ocurrió ir a mangar carteras, no me gustaba hacerlo solo por eso fui a por Bump.

Nos sacamos unos doscientos, la verdad es que la gente no aprendía, cada semana se mangaban la de dios de carteras en el mercadillo, pero la mayoría de la gente seguía sin tener cuidado, seguía siendo igual de fácil quitarles la cartera, aquel mercadillo era el paraíso para los carteristas, y aquel día, lo fue para nosotros.

Por la tarde JD nos dio algo de mierda y fuimos a distribuirla por los fumaderos de la zona, a mi me tocó el peor de todos, quedaba por donde Idlewood, bajo un puente que pasaba por encima del canal, aquello estaba lleno de colgados, les vendí la mercancía a los camellos que había por allí y me largué, no quería estar ni un minuto más allí, Bump y yo habíamos quedado en casa de Sweet una vez que hubiéramos terminado, para darle el dinero a JD y que nos diera nuestra parte, y así luego ir al centro.

De noche nos fuimos al Ten Green Bottles a tomar algo, a esas horas casi todos los de la banda estaban allí, al llegar nos encontramos a B-Dear, y muy exaltado nos cogió y me dijo:

-¡Eh Nines! Me he enterado lo que te paso ayer con los Ballas, que pasa es que no piensas vengarte-

-Si bueno yo estaba esperando a...- le respondí.

-Pero que dices tío ¿No tienes sangre en las venas? Los Ballas quieren mi culo, porque según ellos he estado bangeando en su territorio, yo estaba en las canchas de East Los Santos tío, vino un yonki y me preguntó si tenía algo, le vendí algo de crack tío. Pues vienen el Silver y Mac-T con la pipa vacilándome, diciéndome que no venda en su zona ¿Por vender una papelina, se piensan que ahora quiero distribuir en el Este o algo? Me escapé como pude tío, y luego vienen y te intentan matar ¿Eso no está bien verdad? Pues coge esto y enséñales-

Luego me enteré de que lo que había pasado en realidad era que B-Dear había hecho un vídeo porno amateur donde se tiraba a una novia de un Ballas importante ¿Creéis que se puede ser más gilipollas? Así que los Ballas entregaron al novio, ya que había empezado la guerra sin el consentimiento de su jefe y por razones personales y JD entregó a B-Dear a los Ballas, así paró la guerra y demostró quien era el jefe, pero bueno eso ya sucedió cuando yo estaba aquí dentro, prosigamos con la historia después de éste paréntesis, B-Dear le dio una Tec-9 a Bump y otra a mí, quería que tiroteáramos a los Ballas desde un coche, así que llamó a Banger, que andaba por allí, Banger era uno de la banda. Bueno el caso es que robamos un coche y nos dirigimos a E-H’, un bar de East Los Santos, si queríamos encontrar a unos Ballas de noche en el Este, aquel era el lugar, Banger conducía mientras que Bump y yo dispararíamos, estábamos llegando, así que Banger apagó las luces del coche y nos preguntó si estábamos preparados, -Sí- respondimos al tiempo que sonaban los pestillos de nuestras Tec-9, yo iba en el asiento de atrás y Bump en del copiloto, frente al bar había un grupo de Ballas y de Vagos, en cuanto nos vieron todos empezaron a correr para cubrirse, algunos con éxito, pero otros cayeron alcanzados por nuestras balas, al tiempo que gritábamos Grove 4 Life y todo eso, después de unos segundos Banger piso a fondo y salimos pitando dirección Grove Street, pero los que quedaban vivos salieron por el otro lado del callejón y empezaron a dispararnos, pero solo consiguieron romper la luna trasera, dejamos el coche por donde Seville y nos separamos, tiré la Tec-9 en un contenedor y me guardé las dos balas que le quedaban, hubiera sido mejor venderla pero tendría que haber esperado al día siguiente y no me convenía.

A la mañana siguiente llamaron a la puerta de casa, pero antes de que pudiera levantarme a abrir ya la habían echado abajo, y sin que me diera cuenta tenía a cuatro SWAT en mi habitación apuntándome con subfusiles, tirándome al suelo y esposándome en calzoncillos, pero lo que más trabajo les costó fue sacar a mi tía de casa, ya que si no la despertó ni el terremoto del 94, aquello no era nada, tuvieron que sacarla a cuestas y tampoco se despertó, el efecto de beberse dos botellas de Vodka antes de dormir supongo.

Me llevaron a la comisaría y me pase prácticamente el día allí, nos habían arrestado a casi todos los soldados de la banda, siempre iban a por nosotros porque era más fácil hacernos hablar, no es que les importara que hubiéramos matado a unos Ballas, pero sabían como iba la cosa y que tenía que haber sido ordenado por alguien, entonces si conseguían hacernos hablar trincarían a los importantes y sumarian puntos, pero no tenían nada contra mí, así que se dieron por vencidos y me soltaron, me encontré a Bump fuera, le salude -¡Hey Bump! ¿Qué pasa tío?-, el me contestó –Nada, no han conseguido nada-, -Conmigo tampoco, suerte que escondí la pipa en el jardín, sino no hubiese salido de allí, por posesión y tal, pero seguro que esos cabrones intentarían hacerme hablar, pero bueno mañana el caso ya estará cerrado y a seguir con la vida ¿Vamos a comer algo y a echar un basket?-, Bump me contestó que sí, así que fuimos a la Pizzería de Idlewood y luego nos fuimos a las canchas del barrio, allí nos encontramos con Hater, Fists y SB, a ellos también los habían detenido, y bueno estuvimos contándonos la batalla y tal, SB tenía un coche nuevo y lo había llevado, así que estuvimos probando el equipo de música, escuchando lo nuevo de Madd Dogg, mientras Hater y Bump jugaban en la cancha, eran como las doce de la noche y seguíamos allí, entonces llegó un Majestic con los faros apagados, en cuanto lo vi grité –Los Ballas- y me agaché detrás del coche, SB hizo lo mismo pero Fists estaba sentado en el lado del conductor y no le dio tiempo a cubrirse, una ráfaga de Tec-9 le impacto en el pecho, los Ballas siguieron disparando a lo largo del parque, SB salió tras ellos y les disparó, sin éxito claro, yo iba a disparar también, pero me di cuenta de que no tenía con que, vi a Hater y a Bump tirados en la cancha, así que corrí hacia ellos, cogí a Bump, bueno más bien su cadáver, tenía tres balas en el pecho, una en la boca y otra en la cabeza,-¡Mierda, no, Bump!- repetí una y otra vez, hasta que hoy la voz de Hater pidiendo ayuda, me fui con él, le habían dado en la pierna, tenía una bala en la rodilla y otra algo más arriba, no tenía muy buena pinta, entonces le hice la típica pregunta estúpida -¿Estás bien Hater?-, y obviamente me respondió -Como quieres que esté bien, me acaban de disparar cabronazo-, SB me cogió por el hombro, tiro de mí y me dijo, -Venga tío hay que largarse-, -Pero vamos a dejarlo así- le pregunté, pero entonces se empezaron a oír sirenas, -Venga ya a avisado alguien, larguémonos-, y ambos salimos corriendo de allí, cada uno por su lado.

A la mañana siguiente la poli vino a preguntarme por el tiroteo, no les dije nada, me enteré de que hubo un nuevo tiroteo en Jefferson, al parecer después de lo de ayer SB se vengó y disparó desde el coche a unos Ballas que iban dentro de un Landstalker cuando estaban parados en un semáforo. Me fui a buscar a SB, que vivía en frente mía, en la casa de CJ, me abrió su madre, tenía los brazos llenos de arañazos y magulladuras, y un ojo morado, le pregunté por SB, ella me dijo que no lo había visto en dos semanas, entonces bajó el asqueroso del padre de SB, oliendo a vinagre, la cogió y la tiró para dentro de la casa, me empezó a gritar que no volviera por allí a buscar al marica de su hijo y que si lo veía le dijera que ni se le ocurriera volver por casa, me cerró la puerta en las narices, dios que ganas me quedaron de ahorcar a ese hijo de puta, según me iba oí golpes y a la madre de SB gritar de dolor, iba a ir a buscar a Hater a ver si ya había vuelto a casa, ya que no sabía nada de él, la casa de Hater estaba justo al lado, separada por el callejón, CJ me había dicho que antes allí vivía un colega suyo, un drogata según sus palabras, que se la había jugado y que tuvo que matarlo, no sé, me sonaba a batallita, pero volviendo a la historia, buscar a Hater allí sería una perdida de tiempo, él nunca estaba en su casa, no se llevaba muy bien con el novio de su madre hasta tal punto que prefería dormir en la calle, fui a la cancha y allí encontré por fin a SB, le dije que le había ido a buscar a su casa, no le dije nada de lo de sus padres porque no era asunto mío, le pregunté por lo de Jefferson, -Pues no me iba a quedar de brazos cruzados, esos mataron a dos de los nuestros y me jodieron mi coche nuevo, y encima lo ha confiscado la poli y no puedo ir a por él-, me contestó, entonces llegó Hater cojeando, -Hater, que pronto te han dado el alta ¿No?- le dije, -Sí, cuando la poli acabó de interrogarme, los del hospital me dijeron que o pagaba o que ya me estaba largando, así que me pire, de todas formas no aguantaba estar allí-, me respondió. Pasó el día, de noche fuimos los tres al Ten Green Bottles.

Al día siguiente estuve echando unas canastas con SB y Banger, en la cancha de casa de Sweet, Banger nos preguntó si íbamos al Alhambra con él por la tarde, el Alhambra era un club de Idlewood, todas las bandas del lado este de Los Santos coincidíamos allí, ya que era la única discoteca de la zona, cada banda teníamos nuestra zona y se liaba gorda si alguna de las otras la traspasaba, no era muy buena idea ir, ya que había tensión entre los Ballas y nosotros e iba a haberla fijo, pero el caso es que dije que sí, decisión que ahora estoy pagando, quedamos a las cuatro en su casa.

Fui hasta casa de Banger, que vivía en Idlewood, allí ya estaban esperándome él y sus colegas junto con SB, estuvimos por ahí hasta las seis que era cuando abría el Alhambra, nos fuimos a nuestra zona, no tardaron en llegar Ballas, Vagos y Aztecas, también vinieron Families de Seville y de Temple, que se ponían en la misma zona que nosotros, pasaron las horas, no parecía que fuese a pasar nada, hasta que SB se fue a la barra, tres Ballas salieron por la puerta, mientras SB esperaba por su copa un Ballas se acercó a la barra, sin mediar palabra cogió a SB y le estampó la cabeza contra la barra, acto seguido todos los de Grove Street que estábamos allí corrimos para allí y los de Front Yard hicieron lo mismo, la gente empezó a correr hacia fuera del local, sacamos las pipas y entonces fue cuando los porteros echaron gas lacrimógeno, salí de allí antes de que el gas me dejara los ojos hechos mierda, en cuanto salí, corrí hacia la izquierda y doblé la esquina, allí me esperaban dos Ballas con Tec-9s, me cubrí tras la esquina, entonces más gente salió de dentro, otro apareció por el otro lado con otra Tec-9, comenzó un buen tiroteo, aquello era una locura, nadie sabía quien disparaba a quien, yo seguí con los dos Ballas que me disparaban, hasta que llegaron más colegas y me ayudaron, uno de los Ballas cayó, el otro echo a correr y yo fui tras él, tropezó y se le cayó la Tec-9, la recogí, el Ballas se quedó en el suelo mirándome, entonces empecé a oír sirenas, inmediatamente cesaron los disparos y todo el mundo se largó de allí, yo también debería haberlo hecho, pero me quedé, aquel cabrón había intentado matarme y solo pensaba en venganza por la muerte de mi mejor amigo, le dije -¿Qué tal ahora Ballas? ¿Sabes qué? Te voy a blastear-, él no dijo nada, oí un coche pararse a unos metros detrás de mi y a alguien bajarse, -Di buenas noches rata- dije, y disparé, acto seguido oí –Policía deja el arma y ponte de rodillas-, no lo hice, me dí la vuelta y apunte con decisión, pero no llegué a disparar, sentí un golpe en el pecho y como perdía la respiración, la vista se me nublaba en un tono rojizo, lo último que oí fue

–Joder, este marica iba a matarme-

-Bueno, habrá que llamar a una ambulancia-

-No, déjalo que se desangre, el muy cabrón me iba a disparar a matar-

-Nah, se están acercando muchos curiosos, además así nos ahorramos papeleo e investigaciones-

Eso fue lo último que oí antes de perder el sentido.

Cuando me desperté estaba en el County General, había un madero custodiándome y yo estaba esposado a la camilla, una vez el poli aviso a la enfermera, ésta me dio el alta y me llevaron a los calabozos de la comisaría, pasé allí un día y medio, hasta que me llevaron al juzgado, allí la juez decidió que, debido a mi pertenencia a banda armada y mis antecedentes, y teniendo en cuenta la gravedad de mi delito con el agravante de haber intentado disparar a un agente de la ley, sería juzgado como un adulto por los cargos de homicidio en intento de homicidio de un agente de la ley, decretó prisión preventiva sin fianza. Nadie del barrio testificó por la cuenta que le traía, pero el testimonio de los maderos fue suficiente para convencer a la juez, la cagué pero bien, mi tía ni siquiera se presentó en el juicio, en su lugar fue una asistenta social.

A primera hora de la mañana del día siguiente me sacaron del calabozo, me esposaron pies y manos y me metieron en el autobús de la prisión, aquel autobús cubría todo San Andreas, así que disfruté de un hermoso paseo, por fin llegué a mi paradisiaco destino, la Prisión Estatal de San Andreas, bueno por lo menos no me habían sacado fuera del estado, bajamos del autobús, una vez dentro teníamos que vaciar los bolsillos y dejar todo en una caja, luego nos registraban, por si nos había quedado algo, luego tocaba desnudarse y dejar la ropa en una bolsa, luego una ducha y el uniforme, encadenamiento de pies y manos de nuevo y luego ya nos llevaron a nuestra celda, es una celda individual de cuatro metros cuadrados, no había lavabo, solo un retrete que olía a cuadra, y un grifo mal puesto en la pared con una alcantarilla debajo para que se fuera el agua, y también un camastro para dormir obviamente, el cuál ocupaba prácticamente toda la celda. Dieron las once, las celdas se abrieron, era hora de salir al patio, mire a un lado y vi a un blanco con un la bandera de la confederación tatuada, miré a mi derecha y vi a un chicano que me miraba con cara de pocos amigos, sentí que no iba a durar mucho allí, una vez el guardia se hizo el macho con nosotros salimos en fila hacia el patio, el patio es bastante amplio, tiene una zona de pesas, una cancha, unas gradas y algunos bancos, mire a mi alrededor, vi unos blancos que venían hacia mí, seguí caminando como si nada pasara, estaban cada vez más cerca y sentí que iban a saltar sobre mí, pero entonces vi a mi salvador, Big Bear estaba en frente de mí, en un banco con otros, me acerqué a él y le dije -¡Ey! Bear ¿Qué paisha?-, unos de los que estaban allí se rió y le pregunto a Bear -¿Quién es éste, tu hijo?-, Bear dijo –No, es un colega de mi barrio ¿Qué haces aquí Nines? Como pasa el tiempo ¿Ya tienes dieciocho?-, los blancos que venían hacia mí se pararon y volvieron por donde habían venido, le dije a Bear que no tenía dieciocho pero que me iban a juzgar como un adulto y podía estar en la cárcel, le pregunté -Quienes son esos Bear-, Bear me dijo –Nada, son los arios, siempre están buscando a un hermano a quien joder-, entonces Bear me explicó como iba todo en la cárcel, había cuatro bandas, la Confederación Aria, La Patria, Sus Carnales y la Guerrilla Oscura, todo era distinto de la calle, ya no había Ballas ni Families, Vagos o Aztecas, había gente de Los Santos, San Fierro, Las Venturas, el campo, el desierto e incluso de fuera del estado, las bandas se basaban en segregación, la Confederación Aria eran los blancos supremacistas, La Patria era una banda de mexicanos sureños y demás latinos, Sus Carnales era una banda de chicanos norteños y la Guerrilla Oscura eramos nosotros. Miré a todos los que estaban con Bear, vi que algunos eran Ballas, bueno, más bien habían sido Ballas, pero hablaban con Bear y con algunos Families de Seville que estaban allí como si fueran colegas de toda la vida, en la calle esos tíos se hubiesen matado al verse, pero aquí dentro todo parecía distinto, y era lógico, en la calle luchábamos por dinero, el barrio, territorio... Pero aquí no había territorios, esto ya no era el barrio, aquí los Arios estaban deseosos por matar negros y ambos estábamos encerrados aquí, no había sitio para escapar, por eso debíamos estar todos juntos, como veis las cosas cambian bastante de la calle a la cárcel, le pregunté a Bear por Sweet, ya que tenía entendido que el también estaba en la estatal, -Él no quiere estar con nosotros, ya sabes como es-, me señaló a un banco y allí vi a Sweet, sentado solo, me acerqué a él y le pregunté –Eh, Sweet ¿Qué tal?-, el me miró sorprendido, -Coño Nines ¿Qué haces aquí?-, -Me trincaron por cargarme a uno. Pero ¿Qué haces aquí solo? Vamos con Bear y los demás- le dije, pero todo exaltado me respondió, -No pienso ir con el traidor de Bear, se ha olvidado del barrio ¡Por dios muchos de esos tíos eran Ballas maldita sea!-, -Bueno, como quieras yo me vuelvo con ellos- le dije, -Haz lo que quieras- me respondió enfadado.

Seguí en el patio hablando con Bear y conociendo a los demás hasta las doce, cuando sonó la bocina para volver a entrar, nos juntaron a los novatos y nos encomendaron nuestro trabajo, me tocó la lavandería, tocando calzoncillos sucios de otros presos, limpiando uniformes, ordenando sabanas, tenía que hacerlo todos los días de doce a dos de la tarde, los trabajos van rotando, ahora me toca limpieza en el módulo A, pero volvamos a la historia, una vez dadas las dos se va al comedor, me senté con Bear y los demás, le conté a Bear lo que había pasado, me dijo que probablemente iba a pasar una buena temporada dentro, que si quería me podía unir a la banda, yo le dije que lo pensaría, Sweet estaba sentado solo en una mesa, no fui a hablar con él, halla él si quería que los arios lo despellejaran, una vez acabamos de comer de nuevo al tajo, ahora tocaba coger la ropa limpia, ordenarla y guardarla, una vez terminado te daban cinco dólares y ya podías salir al patio, era la hora de visita así que si no te venía a visitar nadie tenías libre, estuve en el patio con Big Bear y los demás, hacía un calor matador, casi todos nos desabrochábamos el mono porque aquello era insoportable, yo creo que aquel verano fue el más caluroso de la historia de San Andreas, estuvimos en el patio pasando el rato y tal hasta las nueve, hora de cenar, de nuevo lo mismo, una vez terminas te puedes ir a la zona de celdas hasta las diez que cierran el comedor, a los que les toca la peor parte es a los que trabajan en la cocina, ya que se tienen que quedar fregando, una vez se cierra el comedor, tenemos que estar todos en nuestra celda, una vez se aseguran que no hay nadie fuera de su lugar cierran las celdas, así fue mi primer día en la cárcel, y bueno mi primera noche.

Al día siguiente más de lo mismo, a las nueve se abren las celdas, salimos, veo a los mismos afables vecinos de celda, nos ponemos firmes, el guardia intenta intimidarnos, una ducha, el desayuno y el patio, luego a trabajar, a comer a trabajar y al patio otra vez, entonces fue cuando pasó algo, uno de los arios se acercó a uno de Sus Carnales, se sacó algo del mono y se lo clavó al mexicano, todo los guardias fueron a por él y todo el mundo hecho a correr y se amontonó, no corrían huyendo sino buscando bronca, yo estaba entre una multitud cuando sentí un corte en el costado, me toqué, estaba sangrando, algún cabrón me había cortado, entraron más guardias con equipo antidisturbios y entonces me tiré al suelo, estaba acojonado, en ese momento pensé que nunca había estado entre tantos chiflados juntos, toda la multitud se dispersó, unos entraron y otros quedaron arrodillados con las manos en la cabeza, el mexicano y yo no fuimos los únicos mal parados, pude contar como otros cinco tíos tirados en el suelo a quienes habían apaleado, me llevaron a la enfermería, allí me curaron el corte, pase la noche en la enfermería.

Pasó el tiempo y todo seguía igual, tabaco malo, trabajo duro y calor. Al final asumí que probablemente pasara un a buena temporada aquí dentro y decidí unirme a la guerrilla, un día me encargaron lo que sería la primera cosa que debía de hacer por la guerrilla, había uno de la Confederación Aria al que alguien quería muerto, no me explicaron quien lo quería muerto, solo quien era él y que yo me encargaría de eliminarlo. Se me ocurrió que podía hacerlo durante la hora de la ducha, para ello debía conseguir colar algo con lo que lo pudiera apuñalar, me hice con un bolígrafo, conseguí colarlo en las duchas metiéndomelo... Bueno en un sitio, lo saqué durante la ducha, os puede parecer un chiste lo del bolígrafo, pero yo creía que si se lo hundía en el ojo lo iba a joder bien. Sabía que aquel tío siempre entraba después de mí en la ducha, así que lo esperé, alguien se había ocupado de que nos quedáramos él y yo solos, entonces alguien empezó una bronca en los vestuarios que distrajo la atención del guardia, el tipo seguía duchándose, me acerqué le agarré los párpados con los dedos, le eché la cabeza para atrás, le iba a meter una pastilla de jabón en la boca, pero claro aquel tipo era como veinte veces más fuerte que yo, así que se safó de mí y entonces si que me las vi putas, vino hacia mí y me dijo -Te voy a despellejar vivo puto simio de mierda-, yo ya veía mi vida en imágenes, el tío echo a correr hacia a mí, pero antes de llegar cayó al suelo de espalda y se golpeó la cabeza, toda el agua se empezó a teñir de rojo, mire hacia el suelo, la pastilla de jabón que le iba a meter en la boca se me había caído al suelo y aquel tipo había resbalado con ella, había caído bastante mal y se había desnucado, en ese momento creí por primera vez en mi vida que tenía un ángel de la guarda ¡Madre mía! Había cumplido y sin ensuciarme las manos, oí que la bronca seguía, así que salí de allí, los míos habían empezado una pelea con los arios, lo que distrajo a estos últimos y a los guardias, y de paso también a todos los que estaban allí, me mezcle entre la gente, cuando la bronca cesó, no dejaron a ninguno ducharse, los llevaron directamente a aislamiento, me vestí y fui a desayunar, allí les comenté a los de la banda como había ido, les dije que le había tirado la pastilla de jabón para que resbalara y clavarle el bolígrafo en el ojo cuando lo inmovilizara en el suelo, pero que se había dado en la cabeza y que decidí dejarlo así para que pareciera un accidente, Bear me dijo que muy bien, pero Louise le cortó y me dijo -¿Un boli? ¿Qué pensabas ahogarlo en tinta? La próxima vez usa cuchilla de afeitar, es más rápido y no tendrás ningún problema-, él tenía razón, fue muy estúpida la idea del bolígrafo, sobretodo sabiendo que el tipo era más fuerte que yo y que no podría sujetarlo el tiempo suficiente, aquel día empecé a hacer pesas en el patio, la rutina seguía siendo la misma, levantarse, ducharse, desayuno, patio, trabajo, comida, más trabajo, hora de visitas, cena y a la celda, así pasaron dos semanas.

Al día siguiente ocurrió algo, Jenkins, un yonki pirómano, supuestamente rehabilitado y reinsertado con los presos comunes, le prendió fuego a uno de La Patria, solo a los guardas de ésta prisión se les ocurre dejar a un pirómano al lado de un bidón de gasolina, le roció y le prendió fuego, así como os lo cuento, la reacción de los de La Patria no se hizo esperar y en cuanto tuvieron oportunidad lo desollaron vivo, le tiraron una olla de aceite por encima y lo mataron a golpes. El alcaide no permitió que nadie externo a la cárcel investigara, archivo el caso como un accidente.

Al día siguiente mientras estábamos en el patio unos arios empezaron a meterse con Sweet, la verdad es que ya tardaban, los guardias miraban sin hacer nada, era típico que los arios y los de La Patria pudieran hacer lo que les diera la gana hasta cierto punto, claro, tiraron a Sweet al suelo y lo empezaron a machacar, yo lo estaba viendo y cansado tan solo de verlo me fui a ayudar a Sweet, Louise y Wayne intentaron detenerme, pero no lo consiguieron así que también ayudaron, ahora sí todo aquello se lleno de guardias, nos redujeron y nos llevaron a aislamiento, pasé un día en aquella celda oscura, de apenas tres metros cuadrados, dormí allí, al día siguiente me dejaron salir y fui a ver a Sweet a la enfermería, daba pena verlo, estaba todo vendado y magullado, tirado en la camilla sin poder moverse

-Eh, Sweet ¿Estás mejor?- le pregunté.

-Si bueno algo mejor- me contestó.

–Oye Sweet mira deberías juntarte con nosotros, así te dejaran en paz...- le dije.

-No pienso hacerlo sucios traidores ¿Qué pasa tú también te has olvidado del barrio igual que Bear?- dijo él interrumpiendome.

Entonces me harté y le dije:

–Mira Sweet el barrio es una mierda ¿Piensas que alguien te ha hecho caso? La banda trafica con droga Sweet, es inevitable, llevaban tiempo diciéndote que los Ballas nos sacaban ventaja, que necesitábamos una forma de ganar dinero, de verdad creías que en cuanto tú desaparecieras no iban a hacerlo-

–Eso no es verdad- dijo mirándome sorprendido.

-Si que lo es Sweet, y olvídate del barrio, ahora estás aquí dentro y los hermanos tenemos que ayudarnos, mira Louise y Wayne eran Ballas y te han ayudado- le repliqué.

-No necesito ayuda de sucios Ballas- dijo Sweet.

-Mira Sweet, olvídate de toda esa mierda ¿Vale? Por dios tienes el doble de años que yo y la mitad de luces, mira aquí dentro todos llevamos el mismo color-, dije mientras me agarraba el mono, -Solo nos distingue el de la piel y algunos quieren matarnos por ello- añadí.

–El barrio es donde empezaron nuestras vidas y seguramente donde terminaran- replicó Sweet.

-Tú vida terminará aquí dentro como sigas con esa actitud- le repliqué, y me fui entre los gritos de Sweet diciéndome que ningún niñato le iba a decir lo que era la vida y bla, bla, bla...

Pasaron tres días, estábamos en el patio, Sweet salió por la puerta, estaba todavía bastante perjudicado, los arios se levantaron a por él, pero Sweet vino con nosotros, me dijo que yo tenía razón, que nos debía el haberle ayudado y que iba a estar con nosotros, que nos ayudaría en lo que fuera pero que no iba a entrar en la banda.

Pero Sweet le convencían las palabras de la gente de la Guerrilla, empezó a leer libros y poco a poco empezó a querer luchar por los derechos de los presos y contra el sistema, al igual que daba los discursos en la calle, los empezó a dar aquí, pero más acorde a nuestros ideales, al final entró en la banda, y empezó a quejarse por los salarios de la prisión, exigía la subida del sueldo y mejoras en las instalaciones, encabezó varios intentos de revuelta y pasó bastantes días en aislamiento, Sweet "Grove 4 Life" Johnson se había convertido en todo un guerrero por los derechos de los presos, ya ni siquiera hablaba del barrio.

Casi sin darme cuenta ya llevaba dos meses aquí dentro, estaba trabajando cuando vi mucho revuelo, toda la gente estaba yendo hacia el almacén, así que yo me acerqué también, al llegar vi a Louise tirado en el suelo, le habían rajado el cuello, al parecer habían sido los arios, los guardias no habían hecho nada para impedirlo. Como es obvio el alcaide no permitió investigación externa y dejó el crimen como no resuelto, yo ya estaba hasta los cojones, los arios y los de La Patria controlaban el tráfico de drogas dentro de la cárcel, extorsionaban, prostituían, con lo que hacían bastante dinero, por lo que podían hacer lo que les diera la gana porque tenían al alcide en el bolsillo, nosotros también movíamos algo, pero nuestros fines eran más bien políticos que otra cosa, Sus Carnales también traficaban y tal, pero como tenían en contra a los de La Patria y estos trabajaban con la Confederación Aria, pues los Carnales no tenían el mismo poder.

Salimos al patio y Sweet comenzó a quejarse de la corrupción en la prisión, recuerdo su discurso perfectamente, no se me olvidará en la vida, se subió a las gradas y dijo:

-Hoy a muerto un hermano, Louise ha sido asesinado y el maldito alcaide no tiene respuesta, preguntémosle al señor alcaide por que no accede a una investigación externa, preguntémosle cuanto ha engordado su bolsillo, que nos diga cuanto valía la vida de Louise, y si de verdad no tiene nada que esconder que baje aquí y de la cara-

Todos estábamos muy agitados, entonces llegaron los guardias con la intención de apalearnos, pero Sweet llamó a la calma y todos entramos en fila, en ese momento me pregunté –Quien coño ha nombrado a Sweet jefe-, en fin, nos tuvimos que ir a las celdas, al rato llegó Wayne y me pasó un cuchillo que había cogido de la cocina, no me dijo para que, pero aquello no olía bien, pude ver como le pasaba cuchillos a las celdas de los demás miembros de la banda que estaban en mi módulo, luego volvió y me dijo, estaremos todos aquí, no lo entendí, pero él no se molesto en explicármelo.

A las cuatro abrieron las celdas, el guardia se hizo el machito con nosotros, pero mi vecino de celda, sí el de la bandera de la confederación tatuada, le metió tal puñetazo que lo tumbo, yo me quede anonadado, entonces vi venir a Sweet, a Bear, a Wayne y a los demás en grupo con tuberías, barras y demás, me fui corriendo con ellos, les pregunté -Qué pasa-, Sweet me dijo –Es hora de derrocar al poder-, me giré y vi a un grupo de arios también con tuberías y demás parafernalia, todo el que no estaba en la gresca se metió para su celda, al ver la situación, los guardias cerraron las celdas y prepararon los equipos antidisturbios, llegaron y nos dieron un aviso, entonces todos los de mi grupo soltaron las armas y levantaron las manos, yo hice los mismo, los arios se quedaron boquiabiertos, pero no era lo que parecía, en cuanto los guardas se distrajeron, todos los compañeros sacaron sus cuchillos y los apuñalaron, ahí fue cuando empezó todo, los guardas aislaron el módulo, quedando atrapados dentro los presos y los guardias, les quitamos los equipos antidisturbios a los guardias, uno de los arios me cogió por detrás ahogándome con una cadena, los presos que estaban en sus celdas comenzaron a lanzar rollos de papel higiénico ardiendo, me saque mi cuchillo y se lo clavé al tipo en la pierna, me soltó y entonces se lo clave en el estómago, cogí un equipo antidisturbios y empecé a rebelarme contra los arios, aquello era insostenible, así que los guardias abrieron el módulo y entraron con escopetas, pero no contaron con nuestra astucia ya que había compañeros esperándoles escondido para lanzarles una carga, dejarlos K.O y hacernos con las escopetas, ya teníamos tres escopetas, ya podíamos defendernos de las armas de los guardias, era el motín, de todas formas la cabina de control estaba cerrada y no podíamos salir de allí, pero de momento teníamos el control, habíamos casi reducido a los arios, y digo casi, porque tampoco contamos con su perspicacia, iban perdiendo, y no iban a salir vivos, entonces corrieron hacia la sala de control, algunos murieron en el intento, pero claro eran solo tres escopetas y no queríamos gastar munición, entonces uno llegó y abrió la celdas, ahí fue cuando el motín dejo de ser nuestro motín y pasó a ser un motín cualquiera, todos salieron de sus celdas y empezaron a liarla, empezó a sonar la alarma, todos empezaron a cargar contra la puerta de la sala de control, para así salir al pasillo y liberar al resto de los presos, nos reagrupamos, no podíamos con todos, así que era lo mejor, los arios se habían olvidado de nosotros, estaban demasiado ocupados formando el motín, entonces se me ocurrió un idea, le dije a Bear -Bear, tenemos que llegar a la sala de guardias antes que nadie-, Bear cogió una escopeta y apartó a la multitud de la puerta, disparó tres veces al cerrojo y le pegó una patada, aquí comenzó el motín, todos intentaban quitarle la escopeta a Bear, le dije –Bear déjalo, vamos a hacer lo que te he dicho-, Bear soltó la escopeta y todos salieron corriendo despavoridos, se empezaron a oír disparos, pude sentir como algunos perdigones impactaban en lo fluorescentes del techo, haciendo caer chispas, Bear y yo llegamos a la sala de guardias, debíamos darnos prisa antes de que nadie más se diera cuenta del detalle, en la sala de guardias no había nadie, se habían ido todos a intentar controlar a los presos, el armario estaba abierto, se había llevado las escopetas, pero allí estaba lo que a mí me interesaba ¿Os lo podéis creer? Hay presos a su libre albedrío y los idiotas de los guardias se dejan un armario lleno de M4s y munición abierto, cogimos tantas como pudimos llevar y corrimos con los compañeros para repartirlas, pero según salíamos un idiota nos vio y gritó -Tienen fusiles, tienen fusiles, aquí hay M4s-, pero no podíamos perder más tiempo, no podíamos impedir que la gente entrara en la sala de guardias y debíamos repartir los fusiles entre los nuestros, lo hicimos, seguimos en grupo, ya habían sido liberados todos los presos y habían hecho rehenes a los guardias, Sweet dijo que teníamos que ir por él alcaide, debíamos subir tres pisos hacia arriba para llegar a su despacho, nos abrimos paso entre tiroteos, todas las bandas se habían hecho con M4s o escopetas, debía haber más M4s en el edificio porque las habíamos cogido casi todas y aún así casi todos tenían una, llegamos al despacho del alcaide, estaba protegido por tres guardias y por miembros de La Patria, por el otro lado del pasillo llegaron los de Sus Carnales, empezó un tiroteo a tres bandas, me seguí cubriendo tras una esquina mientras sentía las balas impactar a apenas dos centímetros de mí, varios compañeros estaban muertos, los guardias habían sido abatidos y los Carnales se rindieron, Sweet entró y cogió al alcaide, le dijo – Vas a lamentar todo lo que has hecho cabrón-, -No vas a matarme, me necesitas vivo- dijo el alcaide, Sweet contestó –No estés tan seguro-, y disparó, el alcaide se cagó de miedo, obviamente Sweet no lo mató, lo necesitábamos vivo para negociar y que se descubriera que era un corrupto, por eso debíamos protegerlo bien, ahora que lo teníamos, los de la Confederación Aria y los de La Patria lo querrían muerto, si el alcaide se asustaba y hablaba, podía incriminarlos, Sweet lo sacó de allí, entonces uno de Sus Carnales se acercó, Sweet le dijo –Apártate, no te acerques-, -Tranquilo güey, los arios y los de La Patria están juntos, van a querer muerto al alcaide, podemos ayudarnos entre nosotros, nos hemos hecho con mucha munición y comida, si nos ayudáis a traerla luchamos juntos, así seremos dos contra dos- le contestó el tipo, pero como no Sweet replicó –No necesitamos nada de vosotros-, Wayne le dijo que se callase y acepto el trato del chicano, las dos bandas cubrimos todo el segundo piso y el tercero, subimos las municiones a la tercera planta y luego nos desplegamos por el tejado para tener observadores, eran la seis de la tarde y la prisión había sido rodeada por la policía y el SWAT.

Sonó el teléfono, lo cogió Sweet, -Nuestras condiciones son, primero la subida de salario, segundo mejora de las instalaciones, tercero finiquitar las vejaciones y maltratos que han sufrido los reclusos por parte de los guardias o por parte de otros reclusos con el consentimiento de los guardias, y cuarto que se investigue al alcaide por corrupción, encubrimiento de asesinato y abuso de poder-, dejó hablar al alcaide para que comprobaran que efectivamente lo teníamos.

Al rato subí al tejado a inspeccionar, llegó un helicóptero y los SWAT empezaron a disparar, yo también empecé a disparar, aquello se convirtió en un infierno, el que estaba a mi lado fue alcanzado en el pecho, seguí disparando, sentía balas impactar en el suelo muy cerca de mí, sentía algunas pasar, hasta que una me araño la oreja, me quedé tirado en el suelo, y así según estaba empecé a disparar con mucha rabia, logré darle a un SWAT que se desplomó sobre la azotea, el helicóptero voló hacía fuera de la prisión, había sido tan solo un pequeño arañazo, nada de importancia, bajé, ya estaba todo tomado, la prisión se había dividido en tres, los arios los de La Patria y los que estaban con ellos, nosotros los de Sus Carnales y los que estaban con nosotros, y los que esperaban en su celda a que todo acabara, todos los guardias estaban muertos, retenidos o simplemente habían dejado la prisión, derepente empecé a oír disparos, nos atacaban, querían acabar con el alcaide, bajé, y disparé agachado desde las escalera, me cargué como a cinco, mientras tanto Sweet seguía negociando, todo siguió igual hasta las doce de la noche, nos atacaron a la desesperada, nos alineamos cerrándoles el paso, disparando a cuerpo descubierto, aquellos era totalmente al azar, caíamos unos y otros, no nos cubríamos ni para recargar el arma, notaba como caían mis compañeros pero debía seguir mirando al frente, rezando por que ninguna bala me alcanzara, debíamos impedir a toda costa que llegaran hasta el alcaide, o todo habría sido en vano, al final se retiraron, siguieron las escaramuzas toda la noche, yo ya no podía más, si venía otro grupo yo no resistiría, eran las siete de la mañana y Sweet seguía negociando, fue justo a las 7:02 AM cuando se oyeron los motores de varios helicópteros de la guardia nacional, lanzaron gas lacrimógeno en los tejados, y unos doscientos soldados seguidos de varios batallones del SWAT irrumpieron en la prisión, todos los puntos de entrada estaban cubiertos, pero como habíamos estado luchando entre nosotros ya no nos quedaban fuerzas, recuerdo tirarme al suelo y hacerme el muerto rezando para que no me mataran, a las 8:05 AM la situación dentro de la prisión estaba controlada, y yo, yo había sobrevivido a uno de los motines más sangrientos de la historia, no había sido un motín cualquiera, además de haber sido tomada la prisión, había dos bandos, cada uno con un objetivo distinto, cada uno con rehenes que no soltarían hasta ver cumplido su objetivo, en el motín murieron, cuatrocientos presos, cincuenta guardias, tres enfermeros, hubo setenta heridos entre guardias y presos, y hubo diez muertos entre soldados y policías, hubo destrozos por un total de diez mil dólares. Sé que parezco una enciclopedia, pero es para que os hagáis una idea, la verdad que yo no recuerdo aquel día en simples números os lo aseguro.

Una vez la situación estuvo bajo control nos metieron a todos en las celdas, en la que fuese, nos tuvieron el día entero allí metidos, sin comida, sin ducha, con la ropa sucia, recuerdo que mi mono estaba sudado y ensangrentado, aparte de que me picaba el arañazo de la oreja y tampoco teníamos atención médica, al segundo día nos dieron de comer, no gran cosa pero comimos, y así una vez al día durante una semana, aún sin poder ducharnos, con la ropa sucia, y yo con mi herida infectada. A la semana ya todo volvió a la normalidad, lo primero que hice fue ir a la enfermería a que me miraran el arañazo, lo tenía muy infectado, después fui a ver quienes de la banda seguían vivos, Sweet, Bear, Wayne y algunos otros seguían vivos, nos dejaron tan solo una hora para hacer lo que tuviéramos que hacer, había algunos guardias y varios soldados para controlarnos, después de la masacre tenían que venir nuevos guardias.

Hubo varios traslados, uno de ellos fue Bear, lo trasladaron fuera de San Andreas, una vez terminaron los traslados, todo volvió definitivamente a la normalidad, llegaron nuevos guardias y nuevos presos de fuera del estado.

Pensábamos que el motín no había servido para nada, pero hubo una investigación para aclarar lo ocurrido donde se destapó al alcaide, se le destituyó, la Confederación Aria y La Patria siguen teniendo mucho poder aquí dentro, pero ya no tienen tanta impunidad como antes.

Nos han instalado lavabos decentes y estamos algo mejor que antes. También han reforzado la seguridad en las salas de guardias para evitar que vuelva a pasar lo mismo.

Pasaron tres meses, a Sweet lo habían recolocado en el mismo módulo que a mí, así que pasó por delante de mi celda a despedirse

-¿Qué Sweet hoy es el día?- le dije

-Si chico, hoy por fin voy a volver a disfrutar de la libertad de nuevo- me contestó

-¿Qué vas a hacer ahora Sweet? ¿Vas a seguir con la banda?-, cuando los de la guerrilla salen suelen hacer dos cosas, representan a la banda en la calle, o vuelven con su antigua banda y la utilizan para ayudar a la guerrilla, Sweet me contestó, -¿Sabes? Voy a volver al barrio-, -Aquello ha cambiado mucho, debes saber que ya no es lo que era- le dije, me contesto -Ya lo sé, y me da igual, en este mundo no quedan principios. Mira, Wayne me ayudo mucho aquí dentro, y el era un Ballas, ahora salimos a la calle ¿Y se supone que debemos matarnos? No voy a volver con los Families, todo lo que tú me dijiste en la enfermería era verdad, los Ballas y los Families estamos matándonos entre nosotros y a nadie le importa, lo que deberíamos hacer es unirnos para luchar contra el gobierno, que es el verdadero enemigo, nos dan acceso fácil a las armas para que nos matemos entre nosotros, eso es lo que nos destruyamos entre nosotros. A partir de ahora voy a luchar por el barrio a mi manera, y voy a cuidar de mi familia, lo primero que voy a hacer cuando llegue a Los Santos es ir a ver a CJ, y luego iré a ver a Kendl, dios no recuerdo el tiempo que hace que no la veo. Bueno compañero, espero verte por el barrio pronto-, -Si yo también lo espero-, me parecía bastante improbable que saliera de aquí pronto, y no me equivocaba, entre en la prisión con quince años, y siete años después sigo aquí.

Seis meses después de que Sweet saliera se celebró mi juicio, al igual que en la vista preliminar alegué defensa propia, pero el jurado me declaró culpable tanto de homicidio, como de intento de homicidio de un agente de la ley, el juez dictaminó cadena perpétua con efecto inmediato y sin posibilidad de libertad condicional hasta haber cumplido un mínimo de treinta años.

Últimamente mi tía ha venido a verme, se está rehabilitando, cosa de la que me alegro, aunque lo haya hecho un poco tarde, he vuelto a ver a SB y algunos viejos colegas del barrio, han ido pasando por aquí, algunos todavía están dentro. En cuanto a mí, sigo con la guerrilla, una vez dentro ya no se sale, así que dudo que consiga la libertad condicional dentro de treinta años o dentro de cuarenta estando en la banda, quizá cuando sea viejo, si es que llego y no me mata antes éste tabaco de mierda que nos dan aquí, de todas formas ya me he hecho a la idea de "vivir" aquí para siempre, he recurrido la sentencia dos veces pero sin resultados, pero bueno, si salgo seré el que más joven entró y más viejo salió de la Prisión de San Andreas, y nada, en el barrio tengo entendido que todo sigue igual, creo que Sweet ha montado un centro social o algo así, nah, debe de ser un cuento.

Y bien, como he dicho, en esta historia no había acción, suspense ni finales felices, aún así espero que os haya gustado, en éste sitio hay cientos de historias sin finales felices, en la calle muchas veces tome como himno Grove 4 Life, bueno pues ahora si puedo decir Jail 4 Life con razón, porque la banda ya quedó atrás para mí, pero la cárcel si que me ha marcado de por vida.

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