Grand Theft Encyclopedia
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*'''Trevor''': Lleva el dinero, en efectivo, al [[aeródromo de Sandy Shores]]. El viernes al mediodía.
 
*'''Trevor''': Lleva el dinero, en efectivo, al [[aeródromo de Sandy Shores]]. El viernes al mediodía.
 
*'''Mori''': De acuerdo, allí estaré.
 
*'''Mori''': De acuerdo, allí estaré.
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''Mori se marcha de la oficina, dirigiéndose nuevamente a la pasarela para disfrutar de las bailarinas. Por otro lado, Trevor se queda sentado en su silla, mirando perdidamente el techo con una expresión de satisfacción, ya que está a paso de deshacerse de la droga que tantos problemas le habría causado. A los pocos minutos, se ve que Trevor no cambia de posición, y luego a Lamar ingresando a la oficina en compañía de Carl Johnson, el corredor visto en el capitulo anterior. Ambos se encuentran a las risas, pero Trevor no les pone atención.''
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*'''Lamar''': Y luego le dije: Negro, más te vale irte de aquí o el chalado del dueño te cogerá delante de toda esta gente.
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*'''Carl''': ¿Y qué hizo el tipo?
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*'''Lamar''': No lo sé, Trevor le dio un golpe, lo arrastró afuera y no volvimos a saber de él. Pudo habérselo comido... Quien sabe. (''Ve a Trevor'') Oh... Loco, ¿qué onda?
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*'''Trevor''': (''Reacciona'') ¿Eh? ¡Oh, ey! Hola, Lamar.
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*'''Lamar''': No sabía que habías vuelto a la ciudad.
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*'''Trevor''': Sí, pero solo estoy de paso. Mañana por la mañana me iré de nuevo.
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*'''Lamar''': Oh, okey. ¿Seguiré a cargo por mientras?
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*'''Trevor''': Sí, sí... Seguro, amigo. Quizás te lo deje a ti para siempre.
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*'''Lamar''': (''Mostrando emoción'') ¡¿De verdad, loquito?! Que gran obsequio de navidad por adelantado, hermano.
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*'''Trevor''': Todo depende del viernes... Oh, por cierto, necesito tu ayuda el viernes.
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*'''Lamar''': Dime, soy todo oídos.
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*'''Trevor''': Tengo un trato con un tipo... Bah... Un enanito intento fallido de hombre, pero paga bien.
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*'''Lamar''': Y supongo que quieres que te acompañe.
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*'''Trevor''': Sí.
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*'''Lamar''': ¿Dónde?
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*'''Trevor''': Sandy Shores.
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*'''Lamar''': Oh... Eh... ¿Viernes? Pues... Tengo algu...
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*'''Trevor''': No seas tan cabrón, amigo. Mira... Hagamos esto, acompáñame y te cederé el negocio.
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*'''Lamar''': Ahora que lo pienso... El viernes no tengo nada importante.
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*'''Trevor''': Genial. (''A Carl'') ¿Y tú, hermano? ¿Te apuntas?
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*'''Carl''': Pues...
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*'''Lamar''': Oh, cierto, estabas aquí... CJ, él es loco de las historias, Trevor. Trevor, él es CJ, líder de los [[Familias (V)|CGF]].
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*'''Carl''': Hola.
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*'''Trevor''': Un placer, colega. ¿Vienes con nosotros?
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*'''Carl''': Pues... Dado tu historial, supongo que no tengo otra opción más que aceptar.
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*'''Trevor''': Me ofendes, CJ... Lamar, ¿qué le contaste sobre mi?
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*'''Lamar''': La verdad, amigo.
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''Tras esta conversación, Trevor se lanza hacia Lamar y Carl, dándoles un abrazo al mismo tiempo, pero estos dos se miran las caras con obvio gesto de repulsión. La escena cambia a Las Venturas, donde un sonriente Rafael se encuentra en la lujosa suite de su hotel-casino.''
 
[[Categoría:Historias]]
 
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Revisión del 04:51 9 sep 2019

Obras
Esta historia todavía no está terminada. GhostRiley2000 está terminándola.
Por favor, antes de realizar correcciones mayores o algún otro cambio, avisa al autor de la historia o a quienes estén trabajando en ella, para poder coordinar la redacción. Si la historia no ha sido editada después de un tiempo considerable, se le dejará un aviso en el muro del autor sobre ello y si no responde en el plazo de una semana dicha historia será borrada.


Grand Theft Auto V: Unlimited es una historia creada por el usuario GhostRiley2000 y la primera parte de la trilogía de la saga Stories de Grand Theft Auto V. En cuanto a su trama, esta se desarrolla alrededor de un gran alijo de heroína, que llegó a Los Santos en el año 2013 y ha pasado varios años oculta hasta que varios traficantes y capos de la droga ponen sus ojos en ella. La historia nos trae como principal protagonista a Scott Hopkins, un policía que acaba de despertar de un coma de casi un año tras recibir un disparo en la cabeza.

En el año 2016, Scott regresa a su trabajo como oficial de policía de la ciudad de Los Santos. Siendo uno de los pocos policías "limpios" de la ciudad, Scott adquiere un caso de infiltrarse dentro de una banda de corredores callejeros, donde su líder Nathan está relacionado al asesinato de un comisario. Mientras tanto, Rafael y Trevor libran una guerra por un alijo de droga se llevará a cabo, quedando tarde o temprano los cuatro ligados a lo mismo. Sin más spoilers, les presento esta nueva historia que empleará la mayoría de los sucesos que quería ubicar en la ya cancelada saga Breaking Bad.

Capitulo 1: El origen de la discordia (Parte 1)

Los Santos, 2013

La historia inicia con toda la pantalla a oscuras, sin poderse ver nada, mientras se escuchan lluvias de disparos de fusiles automáticos. Los disparos comienzan a escucharse cada vez más lejanos, y es ahí cuando se ve, en primer plano, el rostro sudoroso de un hombre joven de cabello castaño, tez trigueña y ojos verdes. La cámara se va alejando poco a poco del rostro del hombre, descubriéndose así que se encuentra conduciendo un Barracks OL a toda velocidad por la carretera. Mientras conduce, aparentemente huyendo de algún lugar, el sujeto toma su teléfono celular y llama a uno de sus contactos.

  • Conductor: Alejandro, tengo el cargamento. Estoy a salvo, ¿qué hago con él?
  • Alejandro: Perfecto, Rafael. Esto será bien recompensado por el jefe. Debes llevar el cargamento al sitio acordado, nos vemos allí y no levantes sospechas.
  • Rafael: Sí, como digas. Nos vemos luego.

Rafael corta la llamada y decide continuar con su misión. La escena cambia repentinamente, y se ve que Rafael deja el Barracks oculto en un garaje de Textile City. Apenas sale del garaje, Rafael se encuentra cara a cara con un sujeto parecido a él, pero con el tono de piel caucásico y el cabello negro, además de poseer una barba de candado y un traje gris. Rafael no esperaba encontrarse con este sujeto, mirándolo sorprendido.

  • Rafael: ¿Alejandro? ¿Qué haces aquí?
  • Alejandro: Muy buen trabajo, Alejandro. Yuri estará muy contento con nuestro trabajo.
  • Rafael: Espera... ¿Yuri? ¿Yuri Soloviov? ¿Trabajamos para ese tonto?
  • Alejandro: Sí, pero eso no debe ser problema tuyo. Las cosas terminarán bien.
  • Rafael: Claro... ¿Para él o para nosotros?
  • Alejandro: Para él... Y para mí.
  • Rafael: ¿Qué carajos quieres decir con eso?

Pasan unos instantes, y Alejandro no da una respuesta a Rafael, por lo que este comienza a impacientarse, mirándolo fijamente con una evidente desesperación.

  • Rafael: ¡Responde, maldita sea!
  • ???: No grites tan fuerte, joven, atraerás a los indeseables.

En ese momento, se ve como un hombre con la cabeza rapada, de mediana estatura, ojos marrones y con un moderado tajo en la mejilla izquierda, sale de entre las sombras, presentándose frente a Rafael y Alejandro. Rafael se asusta de ver a este sujeto, quien está rodeado de dos guardias. Yuri se percata de esto y le lanza una mirada intimidante, asustando aún más a Rafael. Luego de esto, el sujeto, con su particular acento ruso, comienza a hablar.

  • Hombre ruso: ¿Acaso te doy miedo, pequeño?
  • Rafael: Eh... No...
  • Hombre ruso: Sabes quién soy, ¿verdad?
  • Rafael: Sí... Tú eres Yuri.
  • Yuri: Adivinaste muchacho. En fin, lo siento mucho, chico... Te has esforzado, pero lo hemos discutido con el señor Rojas, estás fuera del negocio.
  • Rafael: ¡Pero no es justo! ¡Mis amigos y yo robamos este cargamento! ¡Es mío por derecho!
  • Yuri: Comprensible... Pero no te pases conmigo, muchacho.

Yuri comienza a dar unos pasos hacia delante, intimidando aún más a Rafael, quien, sin saber qué hacer, se hecha levemente hacia atrás.

  • Yuri: No soy un simple traficante de drogas como tu jefe, ¿acaso no sabes quién soy?
  • Rafael: (Se arma de valor) Eres un...

Ante el posible insulto de Rafael, uno de los matones de Yuri saca una pistola, apuntándole para callarlo.

  • Matón de Yuri 1: Cuida tus palabras con el jefe.
  • Matón de Yuri 2: Yuri, ¿lo matamos?
  • Yuri: No será necesario, Sasha. Supongo que le daremos una oportunidad a Rafael para que regrese a la favela de donde viene.

Rafael, conteniéndose la rabia, simplemente mira a Alejandro con un gran gesto de rencor, mientras que Alejandro lo mira con una semblante indiferencia. Yuri se percata de esto, y hace un gesto a Sasha para que dispare, pero Rafael reacciona a tiempo.

  • Rafael: Descuida, me iré tranquilo.
  • Yuri: Eso me parece perfecto. De todas formas, gracias por tu ayuda, Rafael. Sin ti esto no sería posible.

Antes de marcharse, Rafael mira nuevamente a Alejandro, jurándole venganza con tan solo mirarlo a los ojos. Luego de esto, Rafael huye corriendo del lugar ante la atenta mirada de Yuri. La escena así finaliza y ahora cambia a una vista panorámica de una soleada ciudad de Los Santos. Rafael conduce un Stinger blanco por el centro de la ciudad, rumbo a un lugar desconocido. Al notar tanta luz en la cara, Rafael se coloca unos lentes para el sol, marchando ahora más tranquilo. Después de un rato conduciendo, Rafael aparca fuera de la fundición abandonada de la ciudad. Al ingresar al lugar, Rafael, vestido con un traje blanco, se quita las gafas de sol y ve a dos sujetos, vestidos con trajes negros, torturando a un desfigurado Alejandro. Uno de los hombres, caracterizado por su cabello erizado, conecta unas pinzas a una batería, mientras que el otro, de cabeza calva, golpea sin cesar con un puño americano al rostro de Alejandro. En cuanto ven a Rafael acercándose a ellos, los dos hombres se apartan, dejándolo frente a Alejandro. Rafael, sonriendo complacidamente, comienza a acercarse lentamente a Alejandro, quien lo mira y se sorprende de ver quien andaba detrás de su secuestro.

  • Rafael: ¿Te alegras de verme, Ale? ¿Me extrañaste? ¿Marcelo y Dani fueron amables contigo? ¡Cuanto hace que no te veía, ¿eh?! ¿3 años? (Mira al hombre calvo) Marcelo, ¿ya cantó?
  • Marcelo: No para de repetir que desde que Yuri murió, el cargamento desapareció.
  • Rafael: ¿Quién se lo llevó?
  • Marcelo: Dice que no lo sabe.
  • Rafael: (Mira nuevamente a Alejandro) Así que no lo sabes, ¿eh?

Rafael, sin más que decir, le propina un fuerte puñetazo en el rostro de Alejandro, rompiéndole la nariz en el proceso. De manera inmediata, Rafael le da una fuerte patada en el pecho del torturado, haciendo que caiga al suelo con la silla.

  • Rafael: ¡Habla ya, hijo de mil putas!
  • Alejandro: No... Sé nada... Más... Rafael... ¿Eres tú...?
  • Rafael: Así que te acuerdas de mi, ¿eh?
  • Alejandro: Pensé que habías muerto...
  • Rafael: El que va a morir si no me dice lo que quiero eres tú, hijo de puta. Volví a nuestro país, conocí personas importantes y me volví uno de ellos. ¿Sabes quienes eran? Burgos, Almeida, Ribeiro, Delgado, Basurto y Barros. Los mismos sujetos que tú traicionaste, ¿y sabes qué? Mientras tú decidiste ser la putita de Yuri, yo decidí hacer algo por mi cuenta. Esas personas que nombré antes, ahora trabajan para mi.
  • Alejandro: ¿Te convertiste en un mafioso...?
  • Rafael: ¡Me convertí en el jefe de mi propia organización! Y ahora mismo, he vuelto a la ciudad para conseguir lo que es mío.
  • Alejandro: El alijo...
  • Rafael: Exacto. Y me caería muy bien que tú me facilitaras el trabajo.
  • Alejandro: Púdrete, Rafael... Sé que cuando... Cuando te lo diga, me matarás.
  • Rafael: Claro que no, Alejandro, somos socios, ¿lo recuerdas?
  • Alejandro: ¿Prometes que no me matarás?

Rafael, con una sonrisa falsa, levanta la silla de Alejandro.

  • Rafael: Te lo prometo, Ale.
  • Alejandro: Cuando Yuri murió, su organización se vino abajo con él, y Kin... Lo robaron unos tipos de la Marabunta Grande. Intentamos recuperarlo, pero no pudimos.
  • Rafael: ¿Y dónde lo ocultan?
  • Alejandro: Supongo que en su territorio... El Burro Heights.
  • Rafael: ¡Espléndido!
  • Alejandro: Ya te he dicho todo lo que sé... Ahora cumple tu palabra y déjame ir.
  • Rafael: Sí... Sobre eso...
  • Alejandro: ¿Qué?
  • Rafael: Primero me juré a mi mismo que te mataría.
  • Alejandro: Filnho da pu...

Sin previo aviso, Rafael saca su pistola Beretta 92 dorada y dispara sin piedad alguna a Alejandro en la cabeza, acabando con su vida, y cumpliendo con su venganza después de tres largos años. La escena finaliza con una sonrisa sádica de Rafael. La siguiente escena se ubica en el centro médico Mount Zonah, donde, en una habitación del hospital, un hombre de aspecto caucásico, ojos marrones, cabello marrón claro un poco largo y una barba de varios días, despierta en una de las camas. El hombre abre los ojos lentamente, mientras una joven enfermera se percata y lo mira alegremente.

  • Enfermera: Alabado sea Dios, por fin despierta.
  • Paciente: ¿Eh? ¿Cuanto tiempo...? ¿Qué pasó?

En ese momento, un doctor, de cabello corto canoso, con lentes, de alta estatura y una mirada serena, ingresa a la habitación y le habla al paciente.

  • Doctor: Veo que por fin despierta, joven. ¿Recuerda algo de lo que ocurrió? ¿Sabe como se llama?
  • Paciente: Sí... Mi nombre es Scott... Scott James Hopkins. Y alguien me disparó.
  • Doctor: Vaya, que alivio, temíamos que esto fuera un caso de amnesia. ¿Se encuentra bien, oficial?
  • Scott: Sí, me duele un poco la cabeza.
  • Doctor: Es normal en estos casos, aunque no se presentan con tanta frecuencia. No todos sobreviven a un disparo de tal tipo.
  • Scott: ¿Cuanto tiempo llevo dormido? ¿Mi prometida sabe que estoy aquí?
  • Doctor: Sí, oficial, lo sabe y en ese lapso ha comenzado a trabajar aquí.
  • Scott: ¿Sí?
  • Doctor: Sí, la traeré para usted.
  • Scott: Gracias.

El doctor procede a abandonar la habitación en busca de la pareja de Scott. Sin embargo, apenas abre la puerta, el doctor voltea para ver nuevamente al oficial.

  • Doctor: Oh, por cierto, ha estado en coma por casi un año.
  • Doctor: (Esboza una sonrisa en su rostro) Feliz 2016, oficial Hopkins.

Luego de esta revelación, el doctor se marcha, dejando incrédulo a Scott.

  • Scott: ¿Qué...? ¿Un año? ¿Tan grave fue...?
  • Enfermera: Su compañero actuó de inmediato para traerlo aquí, oficial.
  • Scott: ¿Borowski? ¿Él está aquí?
  • Enfermera: Lo siento mucho, pero su compañero ha dicho que lo trasladarían a San Fierro hace ya unos meses. Quería que le avisáramos en cuanto despierte.


En ese momento, una mujer, de entre 25 y 30 años, de cabello rubio hasta los hombros, de ojos azules y vestida con el uniforme de enfermera ingresa a la habitación acompañada del doctor. La mujer se posiciona al lado de la cama donde se encuentra Scott y comienza a llorar a la vez que recibe leves caricias del policía.

  • Scott: Marie, que bueno verte...

Marie, sin dudarlo, besa los labios de su prometido, quien, con sus pocas fuerzas, le regresa el beso hasta que la rubia se hecha para atrás.

  • Marie: Estaba empezando a pensar que nunca despertarías.
  • Scott: Un año... Dios, no puedo ni imaginarme lo que me perdí en todo este tiempo.
  • Marie: Descuida, todo a su tiempo, ¿sí? (Mira al doctor) Doctor Jules, ¿puedo llevarlo a casa?
  • Doctor: No sería recomendable que se lo lleve hoy. Esta noche estará en observación, y a lo mejor mañana temprano podríamos darle el alta.
  • Marie: Bien. De acuerdo, cariño, debo terminar mi turno. Luego iré a casa a buscarte algo de ropa para mañana, ¿sí?
  • Scott: Claro, bebé.
  • Marie: Bien, ahora descansa, volveré al trabajo.

Marie besa la frente de su prometido y sale de la habitación para continuar con su labor. La escena ahora cambia al día siguiente, Scott se encuentra de pie en la entrada del hospital, vestido con una camiseta negra con el logotipo de Love Fist, una chamarra de mezclilla, jeans azules ajustados y tenis blancos. Mientras Scott pone la hora exacta en su reloj, llega Marie con él.

  • Marie: Me dieron el día libre para hacerte compañía.
  • Scott: Bien. ¿Dónde está el coche?
  • Marie: Es el rojo, el de allá.

Marie señala el un Asea rojo frente a ellos, el cual había comprado recientemente. Ambos se suben al vehículo y Marie se pone al volante, teniendo a Scott al lado suyo.

  • Scott: Me gusta el cambio que has hecho.
  • Marie: Es porque nunca te gustó el Issi que tenía.
  • Scott: Recuerdo que los chicos y yo le decíamos el "dildo rosa"
  • Marie: (En tono sarcástico) Jaja, que gracioso.

Marie enciende el coche y ambos parten hacia la casa donde viven. Mientras tanto, un hombre de mediana edad, calvo, moreno, algo relleno, de mediana estatura y con ojos verdes ingresa por la puerta de servicio a una mansión en Richman. Allí, el sujeto, escoltado por un guardia vestido con un conjunto deportivo y armado con una Ak-47, llega al living de la mansión, donde es recibido por Rafael, quien solamente trae puesta una bata blanca.

  • Rafael: ¿Tienes mi información, Castro?
  • Castro: Sí, señor. La información de Rojas es verídica, la Marabunta Grande tienen posesión del cargamento de heroína.
  • Rafael: ¿Ubicación?
  • Castro: Actualmente lo tienen oculto en El Burro Heights, pero ese no es su principal territorio, así que supongo que lo están moviendo debido a que levanta sospechas. Según parece, su jefe, Frederico Nathan, planea vender el alijo a un contacto conocido como "Kingpin".
  • Rafael: ¿Kingpin? ¿Dónde he oído ese nombre antes?
  • Castro: Pertenece a una leyenda urbana, señor.
  • Rafael: ¿Dónde se realizará el intercambio?
  • Castro: En Vespucci, en los canales. Esta misma noche.
  • Rafael: ¿Sabes si alguien más está detrás del cargamento?
  • Castro: Sí, señor... Están el cartel Mexicano y Trevor Philips.
  • Rafael: ¿Philips? Ese paleto asqueroso no tocará ni un solo poco de ese cargamento. Tenemos que dar el golpe y quedarnos con él. Ya tengo los compradores.

Rafael sonríe vigorosamente, y así finaliza la escena. Por otro lado, en Sandy Shores, Trevor sale del baño de su remolque luego de hacer sus necesidades y se encuentra con Ron, quien está limpiando los trastes de la cocina.

  • Trevor: ¡Ron! Pedazo de mierda, deja de hacer tus labores de sirviente y dime si sabes algo de los japoneses.
  • Ron: No tengo nada, jefe. Los japoneses comenzaron a impacientarse hace una semana. Se retirarán del negocio si no conseguimos la heroína pronto.
  • Trevor: ¡Diablos, necesito ese cargamento!
  • Ron: Oye, nunca te he preguntado...
  • Trevor: Lo sé, ¿cómo voy a vender el cargamento si Óscar ya planea llevarlo a México? Pues verás, querido Ronald Jakowski, Oscar no me dará una mierda a comparación de lo que podemos conseguir si se lo vendemos a la Yakuza.
  • Ron: ¿Y qué pasará con Óscar?
  • Trevor: En cuanto tenga la droga, me aseguraré de que él nunca lo sepa.
  • Ron: No creo que sea...
  • Trevor: ¿Acaso pedí tu opinión, Ron? ¡NO! Así que deja de fastidiarme y sigue limpiando mis putos platos.

Ron continúa lavando, mientras Trevor sale afuera y se sienta en el sofá que está junto a la entrada. Tras unos instantes mirando hacia la carretera, el teléfono de Trevor comienza a vibrar en su pantalón, y, al sacarlo, ve que se trata de una llamada de Óscar Guzmán.

  • Trevor: Hablando del rey de Roma...

Trevor responde al llamado de Óscar, quien, mientras aspiraba unas líneas de coca, le habla en un tono de alegría a Trevor.

  • Óscar: ¡Trevor, eh, carnal!
  • Trevor: Pero si es mi vecino del sur favorito... Jeje, parece que estás aspirando un par de ricas líneas, amigo.
  • Óscar: Jajajajaja, sí... Es porque tengo motivos para sentirme feliz.
  • Trevor: Vaya... Pues me alegro.
  • Óscar: Espera, dame un segundo que te contaré a ti también.
  • Trevor: Si tú lo dices...

Óscar aspira una última línea de coca, alcanzando un estado de euforia aún mayor, para después reanudar su charla con Trevor.

  • Óscar: ¡Aufff! Sé que te alegrará... ¡Aquí va, amigo! ¡Encontramos el cargamento de heroína!
  • Trevor: ¿Qué dices? ¿Es chiste?
  • Óscar: No, compadre, es real, tan real como las tetas de Poppy Mitchell.
  • Trevor: Estoy seguro de que no son rea...
  • Óscar: ¿A quién le importa? Eso da igual, cuando tenga la droga, Poppy Mitchell se arrodillará y me rogará para chuparme la polla. Ese cargamento es casi nuestro, Trevor, ya lo siento...
  • Trevor: ¿Dónde?
  • Óscar: Unos pandilleros se lo robaron cuando el ruso hijo de mil putas murió. Esos mismos tipos venderán el cargamento completo esta noche. Estarán en los canales, en Vespucci.
  • Trevor: Y supongo que quieres que vaya a arruinarles el trato, ¿verdad?
  • Óscar: ¡Me conoces tan bien, Trevor! Me harías un gran favor, amigo. Ahora mismo estoy fuera del país por negocios, pero tengo gente que puede cuidarte las espaldas.
  • Trevor: Sabes que eso no hace falta.
  • Óscar: Nah, nah, insisto, amigo. Debo cubrirte en esta, es muy importante para mi.

Trevor gruñe por unos momentos, pero no tarda en reponerse y contesta amablemente a Óscar.

  • Trevor: Bien, bien... Gracias, Óscar.
  • Óscar: No me agradezcas, amigo, solo lleva el cargamento a donde mis hombres te indiquen. ¿De acuerdo?
  • Trevor: Sí, claro, Óscar.

Trevor corta la llamada y continúa mirando la carretera perdidamente, hasta que decide ponerse de pie tras unos segundos y le grita a Ron.

  • Trevor: ¡Ron, puto bastardo!
  • Ron: ¡Dime, Trevor!
  • Trevor: ¡Dile a los japoneses que habrá heroína!
  • Ron: ¡De acuerdo!

La escena cambia luego de esto, y regresa a Los Santos. Allí, Scott ingresa a una casa en Mirror Park, siendo seguido por Marie. El policía ve su casa, con muebles nuevos y un televisor nuevo. También se observa que se hicieron cambios mayores, con nueva decoración y con un estilo más moderno con los colores blanco y negro.

  • Scott: Veo que hiciste remodelaciones.
  • Marie: Sí, Lance me ayudó bastante. Ha estado muy pendientes de mi y de tus padres todo este tiempo.
  • Scott: Y ahora se ha ido...
  • Marie: De vez en cuando se pasa por la ciudad.
  • Scott: ¿Y Helen?
  • Marie: Terminaron hace meses... Ella... Lo dejó por otro.
  • Scott: Uff... Que hija de perra.

Scott deja su mochila en el suelo y luego se sienta en el nuevo sofá, mientras que Marie va a la cocina y abre la nevera.

  • Marie: ¿Quieres algo de comer?
  • Scott: Me gustaría.
  • Marie: Bien, te haré un sandwich.

Marie se dispone a prepararle la comida a Scott, mientras que este enciende el televisor y comienza a hacer zapping en busca de algo interesante que ver.

  • Scott: Oye, ¿me he perdido de algo estos meses?
  • Marie: Pues... Solo una cosa importante, pero mejor que lo sepas en la oficina. Con respecto a lo demás, no hay mucho. Mi hermana, Morgan y Frank se mudaron a Liberty City, tu hermano juró que no dejaría rehabilitación si despiertas y ahora ahora no la ha dejado, y Logan llamó anoche, espera que regreses a la oficina pronto.
  • Scott: No puedo esperar a volver a las calles.

Marie lleva un plato con un sandwich de verduras a Scott, quien inmediatamente lo toma y comienza a comer, mientras su pareja lo observa con un rostro de enamorada, denotando la alegría que tiene de volver a hablar con él después de casi un año. Scott se percata de la mirada de su amada, sintiendo también alegría por volver a verla.

  • Scott: Eh... ¿Quieres ir a cenar esta noche?
  • Marie: Estaría bien, amor.
  • Scott: Perfecto, te llevaré al mejor sitio de la ciudad.

La escena finaliza con un tierno beso de la pareja. A continuación, se observa la noche caer con una vista panorámica de Del Perro Pier. En el canal de los Santos, casi donde desemboca en Vespucci, una Gang Burrito negra se detiene en un lugar específico, y detrás de ella llegan una Zombie Chopper, una Hexer, una Wolfsbane y una Nightblade. El sujeto de la Nightblade, caracterizándose por ser de tez caucásica y vestido con una chamarra de cuero negra con un logotipo similar al de los Lost aunque con el nombre de Avengers Lost, se baja de su motocicleta y se pone enfrente de la Burrito y comienza a hablar a los demás.

  • Nightblade: De acuerdo, muchachos, los pandilleros llegarán pronto. Seamos pacientes y hagamos esta mierda. Luego el jefe nos recompensará a lo grande.
  • Hexer: ¿Y qué nos impide quedarnos con el maletín y timar a ese cabrón, Lenny?
  • Lenny: No robamos a nuestros socios, Chester. Haremos este trato y nuestra recompensa será algo mejor que el maletín.
  • Chester: Bien, solo decía.

Los motociclistas comienzan a esperar a la llegada de la Marabunta Grande. Mientras tanto, a la distancia, Rafael se encuentra observando a la pandilla de motociclistas, a la espera de que el cargamento aparezca para robarlo.

  • Rafael: Eso es... En cualquier momento llegará.

Marcelo, quien se encontraba junto a Rafael, empuña una M4 y se la entrega a su jefe.

  • Marcelo: En cualquier momento llegan. Hay que estar listos.
  • Rafael: Sí, gracias, Marcelo. No puedo creer que esté tan cerca de esto... Después de tantos años.
  • Marcelo: El alijo será de usted, jefe.

La escena finaliza con Rafael tomando la M4 y se prepara a la llegada del cargamento para asaltarlo. Rafael se muestra muy contento de estar tan cerca de recuperar el alijo, pero lo que él no sabe es que Trevor Philips, el infierno sobre la tierra, se encuentra en su Bodhi, siguiendo una Rancher de los hombres de Guzmán, de camino hacia el lugar de reunión. Trevor se mira en el espejo retrovisor y esboza una leve sonrisa, al saber que la droga también está muy cerca de ser suya.

Capitulo 2: El origen de la discordia (Parte 2)

El capitulo inicia mostrando cuatro secuencias simultáneas. La primera es a Lenny y su banda de motociclistas esperando a la llegada de la Marabunta Grande. Lenny se apoya en su motocicleta, mientras saca su teléfono celular. La siguiente enfoca a Trevor bajando del Bodhi, pero antes saca una ametralladora de combate, modificada con una mira, una agarradera y estilizada con una pintura de camuflaje. La tercera escena, sin tener mucho que ver con lo que está sucediendo, muestra a Scott y Marie dando una caminata por Del Perro Pier, donde ambos se abrazan y continúan hasta llegar al final del muelle. La última escena muestra a Rafael, ya empuñando su M4, viendo al resto de sus hombres, teniendo una cantidad exacta de diez de sus hombres. Rafael le sonríe a Marcelo, su mano derecha, quien le regresa la sonrisa, confiando que se quedarán con la droga. A continuación, se ve que dos Sabre Turbo, una Slamvan y dos Emperor llegan al lugar del acuerdo. Se trata de la Marabunta Grande, ya que cuando los sujetos bajan de los vehículos se identifican como los pandilleros. En cuanto los gánsters ven que el sitio es seguro, uno de ellos, que iba vestido con una camiseta azul y un pañuelo blanco que rodea su boca, hace un gesto con la mano. Instantes después de esto, el Barracks entra en escena, llegando rápidamente con los pandilleros y aparcando justo detrás de ellos. El miembro de la Marabunta Grande, el mismo que había hecho el gesto, se acerca a Lenny, quien encabezaba a los Avengers Lost, y comienzan a negociar.

  • Líder MG: ¿Tienen el dinero?
  • Lenny: Sí. Pero antes quiero ver la mercancía.
  • Líder MG: Por supuesto. Acércate.

El líder de la Marabunta Grande guía a Lenny hacia el Barracks, donde, en la parte trasero, quita una lona junto a otros dos de los pandilleros, mostrándole la enorme cantidad de heroína a un sorprendido Lenny.

  • Lenny: Por Dios... Aquí debe de haber más de una tonelada...
  • Líder MG: Y conservada en un gran estado, luego de tantos años.
  • Lenny: Teníamos en cuenta que su calidad es indiscutible.
  • Líder MG: Por supuesto.

Lenny y el líder de la Marabunta Grande regresan a donde se encontraron en un principio. Chester le otorga el maletín a Lenny, quien luego lo abre para mostrarle el dinero al líder de la pandilla. El líder de la Marabunta Grande se queda sin palabras al ver la exagerada cantidad de dinero por la droga.

  • Lenny: Veo que te gusta lo que ves, ¿eh, amigo?
  • Líder MG: No me llames amigo, llámame Frederico.
  • Lenny: Bien... Frederico. Soy Lenny, líder de los Avengers Lost y socio de tu comprador, Kingpin. Estará encantado al ver que cumplieron con su parte.
  • Frederico: Me da igual tu socio, dame el dinero y les dejaremos el camión.
  • Lenny: Bien... Dejen del camión de nuestro lado, y te daré el dinero.

Frederico mira con los ojos entrecerrados a Lenny, como si desconfiara de él. No obstante, tras unos segundos, Frederico mira al conductor del Barracks y le hace un gesto con la cabeza, por lo que el conductor enciende el Barracks y se dispone a acercarlo a los motociclistas. No obstante, en ese preciso momento, una explosión sacude el lugar y todos ven como el Slamvan ardía en llamas. Los miembros de la Marabunta Grande se apuntan simultáneamente con los motociclistas, mientras que Lenny y Frederico se miran desafiantes.

  • Frederico: ¿Es esto una trampa, macarrita?
  • Lenny: No lo sé, Fredi, dime, ¿lo es?

Tras esto, Frederico saca una Glock 17, mientras que Lenny saca un revólver pesado y ambos se apuntan mutuamente. Sin embargo, una lluvia de disparos se escucha y todos ven como dos miembros de la Marabunta Grande son abatidos por los disparos. Es ahí cuando se percatan de que hay otros sujetos que llegaron para invadir el lugar y frustrar el trato. Rafael y sus hombres atacan sin piedad a los pandilleros y motociclistas. Una batalla campal se desata en el lugar. Marcelo dispara contra Frederico, pero este es rápido y se oculta detrás del Barracks, donde se percata que el conductor había sido asesinado. Lenny se esconde detrás del Gang Burrito, mientras que toma una escopeta de asalto de uno de sus compañeros y comienza a disparar contra los invasores. Frederico observa con impotencia como varios de sus hombres eran abatidos. Rafael arroja una granada que cae justo debajo de un Sabre Turbo, el cual explota, matando a uno de los pandilleros. Frederico no tiene otra opción, por lo que comienza a disparar su pistola, ejecutando rápidamente a uno de los brasileños de tres disparos en el pecho. Los demás miembros de la organización de Da Silva ven a Frederico y disparan contra él, pero Frederico se cubre detrás del Barracks.

  • Rafael: ¡Alto el fuego! ¡No le disparen al camión!

Los hombres se detienen de disparar a Frederico, y continúan disparando contra los demás. Frederico se percata de las intenciones de los invasores, por lo que intenta subirse al camión y sacarlo del tiroteo. Sin embargo, cuando la organización de Rafael parecía tener ganada el enfrentamiento, varios de sus hombres comienzan a ser abatidos por ráfagas de disparos. Pronto se revela que Trevor, junto a dos hombres de Guzmán, disparan contra los hombres de Rafael, asesinando a la mayoría, mientras que los demás retroceden. Rafael se esconde detrás de un Emperor, abatiendo con una lluvia de disparos a dos pandilleros que se encontraban también ocultos con él. Rafael carga su M4 mientras observa la situación. La mayoría de sus hombres eran abatidos por Trevor y los mexicanos, los miembros de la Marabunta Grande caían como moscas y los Lost comenzaban a retirarse. Solo Lenny, Chester y otros tres motociclistas, los que estaban en el Gang Burrito, permanecían disparando contra todos los demás. Frederico intenta subirse al camión, pero Trevor le dispara por en la espina dorsal, haciendo que caiga al suelo. Con la situación controlada, Trevor se sube al camión, sacando previamente el cadáver del conductor de la Marabunta, e intenta sacarlo del lugar.

  • Rafael: ¡No! ¡Mi droga!
  • Lenny: ¡Se lleva el camión!

Rafael intenta detener a Trevor, disparándole al camión e intentando matarlo tras tener la ventanilla en la mira. No obstante, uno de los mexicanos dispara a Rafael, hiriéndole en el hombro. Marcelo, en defensa de su líder, arremete contra los mexicanos, eliminando a uno con un certero disparo en la cabeza e hiriendo a otro de muerte tras darle cuatro disparos en la zona abdominal donde el chaleco antibalas no lo protegía. Así, Trevor consigue escapar de la zona con el camión, pero Lenny y Chester se suben a sus motocicletas, comenzando a perseguirlo.

  • Trevor: Estos idiotas no se rinden.

Trevor saca su cabeza por la ventanilla, para luego sacar su pistola y disparar contra los motociclistas. Uno de sus disparos a quemarropa termina dando en la rueda delantera de la Hexer de Chester, haciendo que pierda el equilibrio y caiga al suelo. Lenny no se detiene, confiando en que su amigo se encuentra bien, y continúa en persecución. Lenny se posiciona justo al lado del Barracks y comienza a disparar a Trevor, pero este, de un volantazo, choca la motocicleta del último motociclista, haciendo que caiga estrepitosamente al suelo.

  • Trevor: ¡Jajaja! ¡Estúpido motociclista!

Trevor suspira de alivio por haber salido de la zona de guerra. Sin embargo, en cuanto sale del canal y llega a Dutch London Street. En cuanto creía haberse salido con la suya, Trevor es sorprendido por el Gang Burrito, que se posiciona rápidamente delante del Barracks y un motociclista abre la puerta trasera, comenzando a disparar su Ak-47 en contra de Trevor. El campesino se agacha para evitar los disparos que atraviesan el parabrisas y acelera a todo lo que da el camión para embestir el Burrito, haciendo que el motociclista suelte la Ak hacia la calle. Trevor aprovecha esto para utilizar la ametralladora y acribillar violentamente al motociclista. Posteriormente, la Gang Burrito baja la velocidad y se pone al lado del Barracks. Trevor no pierde el tiempo y hace lo mismo que con Lenny, embistiendo el costado de la furgoneta con más fuerza, haciendo que el conductor pierda por completo el control y se estrelle contra la entrada de Hayes Autos, el garaje en el que una vez Devin Weston ocultaba los vehículos robados por Franklin. Ya con todo bajo control, Trevor se acomoda en su asiento y prosigue su camino, ya completamente seguro de que nadie más iría tras él.

  • Trevor: Ahora llevaré esto a casa, y me daré el final feliz... O se lo puedo pedir a Ron...

La escena finaliza con Trevor hechando un respiro de satisfacción, mientras su mirada cambia completamente, observándose ahora la alegría en su rostro. Mientras tanto, la batalla en los canales ha finalizado. Todo se encuentra en silencio, y Marcelo conduce el Coquette Clásico de Rafael hasta su jefe, el cual se encontraba sentado en el mismo lugar donde le habían disparado los mexicanos, sosteniéndose el brazo, mientras observa el suelo sin hacer ningún gesto. Marcelo baja del vehículo y se acerca a su jefe con el fin de llevarlo al coche para regresar.

  • Marcelo: Jefe, tenemos que irnos. La policía no tarda en llegar.
  • Rafael: Casi lo tenía, Marcelo... Casi era mío... Esa rata de Trevor Philips... Lo vi, fue él, lo vi...
  • Marcelo: Pues ahora debemos encontrar a Philips y hacer que pague por lo que hizo.
  • Rafael: Tenemos que actuar rápido, necesito tener la heroína en mi poder.
  • Marcelo: Y la tendrá, jefe. Pero ahora debemos salir de aquí.

Rafael recupera la compostura y se levanta para luego subirse al coche conducido por Marcelo. Por otro lado, en cuanto en el lugar no se encuentran más que cadáveres y puro silencio, Frederico hecha un suspiro de vida, revelando que sobrevivió al disparo de Trevor. El pandillero se pone de pie lentamente, para después levantarse la camisa, mostrando llevar un chaleco antibalas pesado que lo protegió de la bala de una ametralladora. Luego de esto, Frederico observa como su entorno se encontraba vacío y todos sus compañeros estaban muertos, por lo que decide subirse a un Sabre Turbo y abandona el lugar justo cuando las sirenas de policía se hacían escuchar. Mientras conduce hacia la salida del canal, Frederico comienza a pensar su venganza.

  • Frederico: Todos estos hijos de puta me la pagarán.

La escena finaliza con una vista al Sabre Turbo siguiendo su camino por el canal. La escena cambia ahora al viejo aeródromo de McKenzie, donde Trevor esconde el camión en el hangar, cuya entrada luego es cubierta por una gran lona por Ron. Mientras Trevor camina victorioso, Ron se acerca a él para felicitarlo por lo logrado.

  • Ron: ¡Eres extraordinario, jefe! ¡Nadie más que tú podía hacerlo!
  • Trevor: Lo sé, lo sé, no me adules tanto, Ronnie. ¡Fue fácil en realidad, ya había una guerra antes de que yo llegara, creo que alguien intentó timar al otro. A propósito, ¿hablaste con los japoneses? Tenemos que deshacernos de esta mierda antes de que sea tarde.
  • Ron: Sí, llamé, pero...
  • Trevor: ¿Pero qué, Ron?
  • Ron: No quieren saber nada con nosotros, los hemos hecho esperar por mucho tiempo. Dicen que si nos vuelven a ver será para matarnos.
  • Trevor: Mierda... Déjame a mi hablar con ellos, ¿de acuerdo?
  • Ron: Sí, jefe.
  • Trevor: De todas formas, tengo que volver a la ciudad, dejé a Betty allí.

Trevor y Ron se dirigen hacia una Bobcat negra, que se presume que sería de Ron, y luego emprenden viaje hacia el remolque de Trevor. Con esto, la escena finaliza y todo lo que se ve es un enunciado que reza: Tres meses después. La ciudad de Los Santos no se ve ya tan soleada como antes, el viento comienza a soplar y las peatones visten con abrigos, la ciudad está entrando en época otoñal. En la comisaría de Vinewood, Scott, ya recuperado e incorporado nuevamente al cuerpo policial realiza sus papeleos en su oficina, en cuanto otro policía, de tez caucásica, cabello rubio y de la misma estatura de Scott, ingresa y se planta en la puerta.

  • Policía: Me han dicho que un tal Scott Hopkins lleva una gran cuenta de arrestos en estos últimos tres meses.
  • Scott: ¿Qué?

Scott levanta la mirada y observa al policía en la puerta, quien empieza a acercarse a él con una faceta sonriente.

  • Scott: ¿Lance? ¿Lance Borowski?
  • Lance: ¿Cómo estás amigo?

Scott se levanta de su asiento y le da a Lance, su viejo compañero, un fuerte abrazo. Lance, lejos de sentirse incómodo, le regresa el abrazo a su amigo, contento de verlo nuevamente de pie.

  • Lance: Veo que me extrañaste, Scottie.
  • Scott: Pues estoy solo en la ciudad, sin compañero hace meses.
  • Lance: Lo siento, pero pedí que me trasladaran luego de que varias cosas sucedieran... Pero ahora he vuelto.
  • Scott: ¿Te quedarás, amigo?
  • Lance: Claro. Pero no te emociones... No es por ti, aunque también te extrañé. El comisario Carrington tenía un nuevo caso para mi.
  • Scott: ¿Ah, sí? ¿Cual es?
  • Lance: No te puedo decir ahora, pero ya está en proceso...
  • Scott: Oh, Dios, Lance, ¿en qué te metiste?
  • Lance: No te puedo decir mucho, hermano, pero estoy aquí hace dos semanas, y me he ganado la confianza de...
  • Voz desconocida: Veo que el policía favorito de todos ha vuelto.

En ese momento, en la puerta, se encuentra un policía de cabello castaño, tez caucásica y un poco más alto que Scott y Lance. El policía los observa con una sonrisa fingida, mientras que Scott y Lance simplemente lo observan normalmente.

  • Scott: ¿Todo bien, Henry?
  • Henry: Sí, sí. Solo quería darle la bienvenida a Borowski.
  • Lance: Pues gracias, Ramirez. Ya veo que tú sigues igual de cuando me fui.
  • Henry: Sí, pues no siempre las cosas cambian, ¿eh? ¿Ya sabe nuestro amigo Scott que te metiste en la organización de Da Silva?
  • Scott: ¿Da Silva? ¿Rafael Da Silva?
  • Lance: Maldita sea, Ramirez.
  • Henry: Lo siento, pensé que ya lo sabía.

Henry se marcha de la oficina. Scott y Lance se quedan, mientras Scott observa a Lance con una faceta de duda, por lo que este último decide explicarle a su viejo compañero su nuevo operativo.

  • Lance: Mira... Sé que suena peligroso, pero...
  • Scott: Es una locura, Lance. Meterse con Da Silva... ¿Cómo lo hiciste?
  • Lance: No fue fácil, tuve que ganarme su confianza. Con el comisario hicimos un operativo para poder meterme en su mafia. Digamos que soy como su... "Informante policial".
  • Scott: ¿Confía en ti?
  • Lance: Hasta ahora no he hecho nada que me juegue en contra.
  • Scott: Bueno... ¿Has conseguido algo?
  • Lance: Aún no me involucra mucho en su mundo, pero he escuchado algo acerca de un alijo. Está buscándolo hace meses.
  • Scott: Ese cargamento... Hace años que están en pie de guerra por un alijo. Según testigos, hace tres meses un sujeto se lo llevó en el Barracks en el que lo habían transportado en 2013. Unos motociclistas lo persiguieron, ellos también deben estar metidos en esto.
  • Lance: Sí, los Avengers Lost, supuestamente estaban compinchados con un comprador.
  • Scott: Bien, te ayudaré en todo lo que pueda desde aquí.
  • Lance: Gracias, amigo. Te necesito para esto.

Lance y Scott se dan la mano amistosamente, y la escena finaliza con la cámara enfocando las manos estrechadas de los dos amigos. Mientras tanto, en Sandy Shores, Trevor se encuentra dentro del remolque de Ron, Trevor Philips se encuentra a oscuras fumando metanfetamina, mientras ve un episodio de Impotent Rage en la televisión. Ron llega a su remolque, encontrándose con su jefe.

  • Trevor: ¿Sabes algo de los japoneses?
  • Ron: Imposible, jefe. La Yakuza no quiere saber nada con nosotros. Y ahora mucho menos que tenemos detrás de nosotros a los motociclistas, la Marabunta Grande y a los Brasileños... Además, me puso un cuchillo en la garganta y amenazó con matarme si volvía a verme.
  • Trevor: Estúpidos... Ahora no sé que hacer con la heroína... Si no encontramos otro comprador, ese golpe será en vano.
  • Ron: No lo creo, aún estamos a tiempo de entregarle la droga a Óscar.
  • Trevor: ¡No! Tenemos que encontrar un negocio para nosotros, Ronald. Somos independientes, no podemos estar atrás de un puto mexicano.
  • Ron: Puedes pedirle más dinero, Trevor.
  • Trevor: Ya tomé una decisión, Ron. Es imposible seguir aliado con Óscar.

Trevor se queda en silencio y continua fumando. Ron por su parte va a la cocina por algo de comer. Unos segundos después, el teléfono de Trevor comienza a escucharse, por lo que el campesino observa de quien se trata: Era Óscar.

  • Trevor: Oh... Este puto mexicano de nuevo...

Trevor decide atender la llamada.

  • Trevor: Industrias Trevor Philips...
  • Óscar: Trevor, oye... Tenemos que hablar.
  • Trevor: Dime, Óscar.
  • Óscar: Pues he vuelto a San Andreas hace unas semanas. No te he dicho porque no tuve tiempo... Pero, mira... Lo del alijo...
  • Trevor: Sí, sí, lo siento mucho Óscar... No lo he conseguido, ya sabes como puede ser esto, lo siento...
  • Óscar: No, espera, de hecho he averiguado alg...
  • Trevor: Lo siento, Óscar, tengo una llamada urgente en este momento. Lo siento. Chaito.

Trevor corta la llamada mientras pone una cara de desprecio. En el momento que iba a volver a fumar, el teléfono suena nuevamente. Sin ver de quien se trata, Trevor contesta.

  • Trevor: ¡Te he dicho, Óscar...!
  • Chef: ¡Trevor, soy yo, Chef!
  • Trevor: Oh, Chef, ¡¿qué sucede?! Más te vale que sea importante porque estaba en medio de algo...
  • Chef: Necesito que vengas.

Brevemente, la escena cambia al Liquor Ace, donde los Avengers Lost hacen acto de presencia y disparan contra Chef, quien está oculto detrás de una mesa volcada del primer piso. El cocinero de metanfetamina sostiene una carabina con una mano, mientras tiene el teléfono con la otra.

  • Chef: ¡Los Lost están aquí, jefe! ¡Me tienen arrinconado!
  • Trevor: ¡Ya mismo voy para allá!

Trevor cuelga la llamada y parte en rescate de Chef, mientras que este, viéndose superado por los Lost, sube las escaleras rápidamente para dirigirse al segundo piso. Trevor, por su parte, sube a una Bobcat negra y toma rumbo a su laboratorio.

  • Trevor: Esos putos motociclistas están acabados.

Trevor pisa el acelerador y se propone llegar lo más rápido posible al Liquor Ace. Allí, Chef es arrinconado por los Lost en el segundo piso. Oculto detrás de una pared, Chef dispara con dos Lost que ya se encuentran en el segundo piso, abatiendo a uno de un disparo en el pecho, pero el otro se oculta detrás de otra pared. Otros tres Lost llegan arriba, comenzando a disparar sus MP5 en contra de Chef, quien vuelve a cubrirse.

  • Chef: Puta madre...

Chef vuelve a la carga, disparando la carabina sin ver, logrando atinarle a uno de los motociclistas en la pierna, pero los otros continúan disparando. De forma casi inmediata, Trevor llega al Liquor Ace y, armado con su ametralladora, se carga a tres motociclistas que se encuentran en la puerta. Otros dos Lost salen de la esquina, disparando contra Trevor, quien se oculta detrás de una Gang Burrito. Los disparos de los Lost no cesan hasta que Trevor decide desatar toda su locura, disparando contra los Lost a quemarropa, eliminando a uno con un tres tiros en la cabeza e hiriendo a otro de muerte tras darle dos disparos en el pecho y tres en el estómago. Los disparos atraen la atención de cinco Lost que estaban dentro del local, por lo que salen y ven a Trevor, por lo que no dudan en disparar. Sin embargo, el campesino se cubre detrás del Burrito, el cual recibe una ráfaga de disparos. Trevor, viéndose acorralado, decide arrojar una granada contra los motociclistas, sosteniéndola por unos instantes y luego la arroja para no darles tiempo de escapar de la explosión, la cual mata a dos motociclistas y otros dos quedan heridos. Solo uno de ellos se salvó de la explosión y dispara desesperadamente su escopeta recortada contra la Burrito, para luego rodear el vehículo y sorprender a Trevor. Sin embargo, del otro lado, el motociclista se sorprende al no encontrar a nadie allí.

  • Motociclista: ¿Qué mierda?
  • Trevor: Creíste que sería tan fácil, puto motociclista.

El Lost alza su mirada al frente suyo, viendo a Trevor apuntándole con la ametralladora. El motociclista intenta dispararle rápidamente a Trevor, pero este es más rápido y lo acribilla con su arma, acabando con él de manera inmediata.

  • Trevor: Estúpido Lost.

Trevor se dispone a entrar al Liquor Ace, no sin antes eliminar a los Lost heridos por la explosión con un disparo a la cabeza a cada uno. Dentro del laboratorio de drogas, Chef utiliza una ventana rota para escapar, cubriéndose en la pared de afuera, por lo que los Lost avanzan mientras disparan contra un indefenso Chef, quien ya se ha quedado sin balas. Los motociclistas están a punto de matar al cocinero, pero, justo en ese momento, dos de ellos son asesinados por varios disparos por la espalda. El tercero voltea y ve a Trevor, por lo que tira una mesa y se oculta detrás de ella.

  • Trevor: ¡No te vas a salvar, puto macarra!
  • Motociclista 2: ¡Estás acabado, Philips! ¡Danos la droga y esto terminará!
  • Trevor: ¡Me parece que no estás en posición de negociar, puto motero!

Trevor comienza a disparar una lluvia de balas en contra de la mesa, por lo que algunas balas comienzan a traspasar la madera y el motociclista se altera por completo, por lo que sale de su cobertura e intenta matar a Trevor, pero una ráfaga de balas comienza a destrozar su zona abdominal, cayendo muerto luego de decenas de disparos. Así, con el último Lost muerto, Chef sale de su escondite y se encuentra con su jefe.

  • Trevor: ¿Esto te costó tanto, Chefsito?
  • Chef: Sabes que no soy un asesino consumado como tú, Trevor.
  • Trevor: Okey, okey... Pero esto se me hace extraño, el ataque de hace dos semanas fue con más hombres, los Lost están creciendo nuevamente, pero esta vez enviaron pocos.
  • Chef: Sí, es extraño, ¿qué estarán tramando?

Trevor y Chef escuchan un ruido de motocicleta afuera, por lo que se fijan por la ventana que da a la calle. Allí, ambos ven a Lenny montado en su Nightblade, trayendo en sus manos un lanzagranadas. Lenny apunta a la ventana donde se encuentran Trevor y Chef, disparando una granada hacia ellos.

  • Trevor: ¡Mierda, Chef, corre!

La granada impacta en la ventana, destruyendo el cristal y parte del concreto. Trevor y Chef consiguen ponerse a salvo, pero Lenny vuelve a disparar otra granada, la cual explota dentro del laboratorio, causando una fuerte explosión, la cual arroja a Trevor y Chef hacia abajo. Trevor queda inconsciente, pero Chef se levanta del suelo, aunque muestra haberse fracturado el brazo izquierdo. Chef toma el arma de Trevor con una mano y se dirige a la ubicación de Lenny, disparando e intentando mantener estable el arma con su brazo derecho. Los disparos terminan ahuyentando a Lenny, quien se pone en marcha y decide abandonar el lugar. Sin embargo, tras alejarse del lugar, Lenny frena y decide volver a la carga.

  • Lenny: Mierda, no puedo irme. Kingpin me matará...

Lenny se cuelga el lanzagranadas a la espalda y toma su Tec-9, acelerando su motocicleta y dirigiéndose nuevamente a la licorería destruida. Allí, sorprende a Chef, quien creía haber ganado, disparando varias veces contra él. Chef intenta disparar contra el motociclista, pero no logra subir el arma a tiempo y recibe dos disparos en el pecho, cayendo al suelo malherido. Lenny se baja de la motocicleta y se dirige a donde Chef se haya moribundo, vaciando el cargador de su arma en su cabeza. Habiendo eliminado a uno, y con el otro restante, Lenny se dirige a la parte trasera del lugar, cargando su Tec-9 en el proceso. En cuanto llega a donde Trevor y Chef habían caído anteriormente, Lenny descubre que Trevor ya no se encontraba allí. Lenny gira hacia todos lados en busca de Trevor, pero este lo sorprende por la espalda, tomandolo por la chaqueta y arrojándolo contra la pared. Lenny intenta disparar a Trevor, pero este lo sujeta por el brazo y lo tuerce, provocando que suelte el arma. Trevor, por su parte, luego le propina varios puñetazos al rostro del motociclista, rompiéndole la nariz en el proceso. Lenny intenta defenderse, pero Trevor lo patea en la rodilla, haciendo que caiga al suelo. Teniéndolo acostado, Trevor se coloca encima de Lenny, poniendo sus manos alrededor de su cuello y comenzando a asfixiarlo. Lenny intenta escapar a toda costa, desesperándose cada vez más, pero Trevor, con una mirada perturbada, no lo suelta. Finalmente, tras unos segundos forcejeando, Trevor termina asesinando a Lenny, poniéndose de pie y abandonando el cuerpo del motociclista allí.

  • Trevor: Y pensar que antes trabajamos juntos, pedazo de mierda...

Trevor se dirige a la entrada de la licorería, donde encuentra el cadáver de Chef con su ametralladora a un costado. Posteriormente, Trevor decide poner el cuerpo de Chef y la motocicleta de Lenny en la parte trasera de la Bobcat, para luego subirse en ella y partir rumbo a su caravana.

  • Trevor: Esos motociclistas de mierda pagarán por lo que hicieron.

La escena finaliza con Trevor, con una mirada puesta en la carretera rumbo a su hogar. Por otro lado, la noche cae en el departamento de policía de Vinewood. Scott termina su papeleo y se dispone a salir de su oficina, encontrándose con Henry Ramirez en la puerta.

  • Scott: Henry, ¿qué sucede?
  • Henry: El comisario Carrington quiere verte en su oficina. No sé para qué.
  • Scott: ¿Metiendo las narices en asuntos ajenos, Henry?
  • Henry: Fue curiosidad, jeje.

Scott pasa de Henry y se dirige a la oficina del comisario. Allí, en la puerta, Scott toca la puerta, recibiendo la contestación del comisario.

  • Carrington: Pase.

Scott abre la puerta y se encuentra con el comisario Carrington, sentado en su escritorio y fumando un habano.

  • Scott: ¿Quería verme, comisario Carrington?
  • Carrington: Llámame James, Scott, y sí, le he dicho a Ramirez que te ubique.
  • Scott: Dígame, ¿en qué le puedo ser útil?
  • Carrington: Viendo que te has reincorporado mejor que nunca al cuerpo, te he considerado para un caso nuevo. Pensé en Ramirez para esto, pero confío más en tu determinación para esto.
  • Scott: Lo escucho.
  • Carrington: He reabierto el caso de Hartman. Hemos dado con una banda de corredores, y sus líderes parecen estar implicados en la muerte de nuestro viejo amigo.
  • Scott: ¿Quienes son?
  • Carrington: La banda es llamada "The Crew", y fue formada por estos chicos.

Carrington coloca dos fotos, en las que en cada una se observa a dos jóvenes, uno de cabello rizado y otro con un peinado muy parecido al de Scott.

  • Carrington: Ellos son Nathaniel Woods y Dean Schmidt. Antes fueron miembros de los LS Racers, pero... Luego de la muerte de casi todos ellos y la desaparición de Claude Jones, fundaron esta nueva banda. Ambos están enredados al caso Hartman, ya que colaboraron con él antes de su muerte.
  • Scott: Ya veo...
  • Carrington: Tu misión será infiltrarte en la banda, que te vean como un amigo, un corredor muy bueno. Y por eso es que también pensé en ti, tienes un don para conducir.
  • Scott: Gracias, James.
  • Carrington: (Se pone de pie y se para frente a Scott) Necesito que investigues esto, Scott. Pero no porque los considero culpables, sino porque creo que hay algo más detrás de todo esto. Hartman no era precisamente una blanca palomita, quiero saber porqué trabajaron con él y qué hicieron cuando murió.
  • Scott: De acuerdo, comisario. Confíe en mi, conseguiré la información que requiere.
  • Carrington: Confío en ti, Scott. Tienes todo mi apoyo en lo que necesites. Necesitarás un auto, y de los rápidos.
  • Scott: Yo me haré cargo de eso, comisario.

La escena finaliza con el comisario Carrington colocando su mano en el hombro de Scott, brindándole todo su apoyo para el caso con este gesto, y así finaliza el capitulo.

Capitulo 3: Es personal

Es la ciudad de Los Santos por la noche. El fin de semana llegó, y los clubes nocturnos están a reventar. Sin embargo, nos orientamos por otro lado: Cinco vehículos marchan a toda velocidad por Pacific Bluffs, a la cabeza iban un Nero Custom blanco y un Itali GTB anaranjado. Detrás de estos iba un Seven-70 verde oscuro, y justo en los últimos puestos se encuentran un Coquette púrpura y un Specter Custom negro. El Nero se adelanta al Itali GTB al llegar a Del Perro, y la carrera finaliza en el puerto, con el Nero ganando la carrera. Instantes después, llegan el Itali GTB y el Seven-70, para luego llegar el Coquette y el Specter en el último lugar. El conductor del Nero, a través de un micrófono, habla con sus amigos.

  • Conductor del Nero: ¡En sus caras, chicos! ¡Una victoria más para papá! ¡Una victoria más para Nathan Woods! ¡¿Cuándo es que ustedes, perdedores, piensan ganarme?!
  • Conductor del Itali GTB: Ese ego va a ser tu perdición, hermano.
  • Conductor del Seven-70: Al menos no terminamos como Jack, siempre último.
  • Conductor del Specter: ¡Cállate, Aiden! Esta vez he estado cerca. Puso ser peor, amigo. Esta vez Asuka casi queda en último lugar.
  • Nate: Como sea, chicos, ¿vamos al club? Tengo ganas de beber.
  • Aiden: ¿Y Claire?
  • Nate: Le enviaré un texto, vamos

Nate acelera su Nero Custom hacia el club nocturno, por lo que los demás miembros del grupo lo siguen. Poco tiempo después, en el Bahama Mamas, Nate, el conductor del Itali GTB y Jack se encuentran en la barra, bebiendo unos cocteles, mientras que Aiden y Asuka bailan en la pista. Aiden baila pegado a una mujer rubia con un rostro conocido: Es Tracey. Mientras bebe y ríe con sus amigos, Nate recibe un mensaje de texto de Claire, el cual dice: Lo siento, no puedo ir. Nate pone mala cara ante la contestación de la mujer, algo que notan sus dos amigos.

  • Jack: ¿Estás bien, amigo?
  • Nate: Sí, sí... Solo que... Ah, no pasa nada.
  • Conductor del Itali GTB: ¿Quieres hablar afuera, hermano?
  • Nate: Eh...
  • Conductor del Itali GTB: Anda, ven, Nate.

El conductor del Itali GTB rodea la nuca de Nate con el brazo y lo lleva afuera, donde allí comienzan a hablar.

  • Nate: En serio, Dean, no hacía falta.
  • Dean: Hermano, estás mal, te veo. ¿Qué pasó? ¿Problemas con Claire?
  • Nate: Pues... No sé... Está rara últimamente, distante.
  • Dean: Amigo, después de lo mucho que hicieron para estar juntos, no compliquen más las cosas. ¿Sabes una cosa, hermano? En lugar de estar aquí, de fiesta con nosotros, deberías estar con ella. Hacemos esto cada fin de semana, normal que ella quiera estar con su pareja.
  • Nate: ¿Tú dices?
  • Dean: Llevan un año juntos, y hasta ahora... ¿Cuantas cosas han hecho como pareja?
  • Nate: No mucho, ha decir verdad.
  • Dean: Y encima te marchaste de la ciudad por dos meses para correr en los circuitos de San Fierro, y ella se quedó aquí. Es normal que pueda estar molesta.
  • Nate: ¿Y qué sugieres que haga?
  • Dean: Ve a su casa, aún es temprano.

Nate, después de mirar el suelo por unos cuantos segundos, decide hacerle caso a Dean, dándole un abrazo a su amigo y luego marchándose al departamento de Claire. Mientras tanto, el la mansión de Rafael, este bebe un vaso de Whisky importado en el bar de la casa, aún sintiéndose amargado por el asunto del alijo. Una mujer de cabello negro corto, con un cuerpo bien formado, con grandes senos y de mediana estatura, se acerca a Rafael, quitándole el vaso de alcohol, provocando que este último la vea con un gesto despectivo.

  • Rafael: ¿Qué mierdas haces?
  • Mujer: Estoy harta de pasar todas las noches sola porque tú te quedas aquí bebiendo hasta desmayarte.
  • Rafael: ¡Pues vete con otro, Rachel! ¡Ya sé que te estás viendo con un niño! ¡Sé muy bien que eres una zorra!
  • Rachel: ¡A mi no me hables así, hijo de puta!

Rachel abofetea a Rafael, provocando que este, lleno de furia, se ponga de pie y la encare en plan intimidante, cosa que no consigue, ya que Rachel también le hace frente sin inmutarse.

  • Rachel: ¿Piensas que me das miedo, puto payaso?
  • Rafael: ¿Te piensas que puedes hacer lo que quieres conmigo? No soy una puta tarjeta de crédito, hija de puta.
  • Rachel: ¡Tú eres el que me fue infiel con cuanta puta se te cruzó por el camino! Yo no me he metido con nadie, entiéndelo.
  • Rafael: Eso no es lo que me ha dicho Dani.
  • Rachel: ¿Enviaste a tus putitas para que me sigan?
  • Rafael: Le dije que te cuidara...
  • Rachel: Yo no me estoy viendo con nadie, idiota.
  • Rafael: Y yo nací ayer, seguro... Te recuerdo, que no soy cualquier tipo con el que te metiste.. ¡Cuando me entere de con quién me estás metiendo los cuernos, ten por seguro que haré que veas como lo mato!

Rachel deja el vaso nuevamente en donde estaba y se da la media vuelta, para luego abandona el lugar bajo la mirada de un furioso Rafael, quien luego vuelve a sentarse en la barra y continúa bebiendo. Pocos minutos después, Rafael, ya en pleno estado de ebriedad, se termina la botella de la bebida alcohólica. Marcelo, portando una Micro Uzi dorada, se acerca a su jefe, hablándole.

  • Marcelo: Jefe, ¿está bien?
  • Rafael: Sí, sí... ¿Sabes, Marcelito? Eres la única persona en la que confío...
  • Marcelo: Me halaga, jefe.
  • Rafael: Eres mi único amigo aquí, el único... No creo que nadie más en esta puta mansión sea de confianza.
  • Marcelo: Descuide, jefe. Su esposa entenderá que nadie como usted la querrá nunca.
  • Rafael: Me da igual mi esposa, ya tengo claro que la mayoría de mis hombres se la han tirado... Excepto tú.
  • Marcelo: Yo le hice una promesa, jefe.
  • Rafael: Lo sé, y lo respeto...

En ese momento, alguien habla a Marcelo por su micrófono corbatero. Se trata del guardia de las cámaras de seguridad de la mansión.

  • Guardia: Marcelo, ¿me copias? Marcelo.
  • Marcelo: Te copio, Juan.
  • Juan: Unos tipos entraron en la mansión. Recién revisé las cámaras de seguridad de la entrada, y veo unos bandidos con los rostros tapados.
  • Marcelo: ¿Y los guardias?
  • Juan: Abatidos, se trata de una misión sigilosa.
  • Marcelo: Mierda... ¿A qué mierda vienen?
  • Juan: No lo sé, pero están yendo a la puerta de servicio.
  • Marcelo: De acuerdo, reagrupa a los hombres allí, nos desharemos de ellos.
  • Juan: Sí, señor.

Marcelo dispone dirigirse a la puerta de servicio, donde varios hombres se dirigen para enfrentarse a los invasores. No obstante, Rafael lo frena sosteniéndolo del brazo.

  • Rafael: Tú no, no vayas. Tengo otra misión para ti.
  • Marcelo: Dígame.
  • Rafael: Cuida a Rachel. Sácala de aquí. Llévala con el policía ese y que le de refugio.
  • Marcelo: Pero...
  • Rafael: Ya me imagino qué vienen a buscar esos tipos, me estuvieron siguiendo estos meses... Voy a dar la cara.

Rafael bebe un último trago de whisky y le quita la Uzi a Marcelo, preparándose para un enfrentamiento.

  • Rafael: Tienes otra arma, ¿verdad?
  • Marcelo: Sí, señor.
  • Rafael: Perfecto, ve con Rachel, yo me haré cargo personalmente de esto.
  • Marcelo: De acuerdo, jefe. Tenga cuidado.

Marcelo sale del bar, mientras que Rafael sale por otra puerta que se encontraba en sentido contrario. Los disparos comienzan a escucharse, indicando que el enfrentamiento ya comenzó. Rafael camina derecho por un pasillo, escuchando los disparos cada vez más cercanos. En la zona de batalla, es decir, la entrada, los hombres de Rafael se lían a tiros con los allanadores, que revelan ser miembros de la Marabunta Grande por su vestimenta. Los pandilleros superan en número a los guardias, por lo que la mayoría de estos son abatidos, mientras que solo unos pocos de los pandilleros son eliminados. Solo cinco guardias sobreviven al tiroteo, por lo que retroceden.

  • Guardia 1: ¡Nos están destrozando!
  • Guardia 2: Nos estamos enfrentando a la pandilla más temida de la ciudad, Al.

Uno de los pandilleros, disparando una Ingram Mac-10, logra atinarle en la pierna al guardia 2, quien cae adolorido al suelo. La Marabunta Grande hacen retroceder a los guardias a tal punto que ya están entrando a la sala. Uno de los pandilleros ejecuta al guardia 2 de un disparo en la cabeza de su escopeta, volándole los sesos. Con solo cuatro guardias restantes, la Marabunta Grande comienza a separarse en busca del líder del grupo. Dos de los miembros llegan a la cocina, donde ven plantado a Rafael junto a la nevera. Los pandilleros intentan apuntarle con sus Ak-47, pero Rafael dispara rápidamente a ambos con la Uzi. Los disparos llaman atención de los demás pandilleros, quienes no dudan en ir a la cocina. Allí, cinco pandilleros indagan en la cocina, pero no encuentran a nada más que los cadáveres de sus compañeros.

  • Miembro MG: ¿Dónde...?

Uno de los pandilleros, que se encuentra indagando cerca del desayunador, descubre una bomba adhesiva pegada del otro lado de la mesa.

  • Miembro MG 2: ¡Su puta madre...!

La bomba explota, destruyendo la cocina y eliminando a los cinco pandilleros que se encontraban allí. Mientras tanto, Marcelo escolta a Rachel hasta el Washington negro que le pertenece a los guardias. Ambos sienten la explosión que sacude gran parte de la mansión, pero no se detienen y ambos se suben al coche, en el que Marcelo se pone al volante.

  • Marcelo: Mierda...
  • Rachel: ¿Y qué hay de tu jefe?
  • Marcelo: Primero te pondré a salvo, y luego volveré por él. Sabrá arreglárselas por su cuenta.

Nuevamente dentro de la mansión, los últimos seis pandilleros consiguen abatir a otros tres miembros de la seguridad de Rafael en el sótano, quedando solo Al con vida. Rafael, por su parte, ejecuta a un pandillero en la sala con un fusil compacto que uno de los pandilleros muertos traía consigo. Tras esto, al escuchar los disparos del sótano, Rafael se dirige allí para eliminar a los últimos allanadores. Rafael baja las escaleras y llega al sótano, donde ven a los últimos pandilleros disparando contra Al, quien se encuentra oculto tras una pared. Rafael descarga su furia vaciando el cargador en los pandilleros restantes, eliminándolos a todos en cuestión de segundos. Con la casa segura, Al se acerca hacia donde se encuentra su jefe.

  • Al: Demonios, jefe, ¿se encuentra bien?
  • Rafael: Sí, parece que fueron todos...
  • Al: ¿Alguien más sobrevivió?
  • Rafael: Solo Marcelo, que se fue con mi esposa. Dani y los demás estarán en camino.
  • Al: De acuerdo, pero debería verificar que no haya más de ellos. Permiso, señor.
  • Rafael: Descuida, voy contigo.

Rafael y Al se disponen a verificar que no haya ningún otro pandillero en cada rincón de la mansión. Revisan el living, el cuarto de juegos y luego llegan a la cocina destruida, la cual Al ve con una expresión de incredulidad.

  • Al: Cielos, jefe...
  • Rafael: ¡Sí! Esto era lo que debía hacer...
  • Al: Va a costar mucho reparar todo esto.
  • Rafael: Tenemos que desaparecer de aquí, Al. No podemos volver... Pero ya tengo un sitio donde ir.
  • Al: ¿Dónde?

En ese momento, un disparo se escucha y lo siguiente que se ve es a Al cayendo al suelo con un hoyo en la cabeza. Rafael lo mira sorprendido, para luego ver hacia el pasillo que conecta con la puerta de servicio, donde ve a Frederico Nathan con varios pandilleros. Los miembros de la Marabunta Grande comienzan a rodear a un sorprendido Rafael, mientras que Frederico sigue frente a él, mirándose ambos con sumo desprecio.

  • Rafael: Nunca entendiste que no fui yo, ¿no?
  • Frederico: Te vi a ti, que lo arruinaste todo, y encima te quedas con el dinero. Te metiste con nosotros, provocaste la muerte de muchos y nos robaste.
  • Rafael: Ese alijo era mío... Hace años que me pertenece.
  • Frederico: Nosotros lo recuperamos de las manos de la Mafia Rusa, no tienes idea de cuanto sacrificamos por ese cargamento. ¡Derramamos sangre, perdimos hermanos, padres e hijos!
  • Rafael: (En tono sarcástico) Y cuanto lo siento, caballeros... Pero Soloviov me robó el cargamento primero. ¡He pasado tres putos años esperando por recuperarlo!
  • Frederico: ¿Y dónde está ahora?
  • Rafael: No lo tengo...

Ante la respuesta de Rafael, Frederico hace un gesto a uno de los pandilleros, el cual saca una pistola cutre y luego le dispara a Rafael en la rodilla, provocando que caiga al suelo adolorido.

  • Rafael: Filnho da...
  • Frederico: ¿Dónde está el cargamento, Da Silva?
  • Rafael: ¡Te digo que no lo sé! ¡Lo debe tener Philips!
  • Frederico: Tenemos un arreglo con Philips... Además, lo comprobamos por nosotros mismos, él no lo tiene... Y nos dijo que si íbamos a por ti, dirías eso.
  • Rafael: ¡Ese mierdas te está viendo la cara!
  • Frederico: Muchos hermanos murieron por tu culpa, Da Silva, y a menos que nos devuelvas el cargamento tú correrás la misma suerte.
  • Rafael: Idiotas, mis hombres están por llegar... Acabarán con todos ustedes. Se arrepentirán de meterse con Rafael...

Harto de escuchar a Rafael, Frederico opta por propinarle una patada en el rostro, tumbándolo en el suelo. Viéndose en la perspectiva de Rafael, este, con una vista borrosa a causa del golpe, ve a duras penas como Frederico le da un pisotón en la cabeza, finalizando la escena con Rafael inconsciente. Unos minutos después, tres pandilleros colocan a Rafael en el maletero de un Emperor, mientras que otros sacan objetos de valor y los colocan en los otros autos. Frederico se pone al volante de un Gauntlet y guía al Emperor hacia un lugar desconocido, mientras que el resto de vehículos van por otro lado. Mientras los vehículos se marchan, Marcelo, desde la distancia y subido al Washington en compañía de Rachel, observa la situación.

  • Marcelo: Mierda... Qué habrán hecho...
  • Rachel: ¿Vas a seguirlos?
  • Marcelo: No contigo, espérame, ya regreso.

Luego de que los pandilleros abandonen el lugar, Marcelo baja del coche e ingresa a la mansión, buscando a Rafael por todos lados, pero no encuentra más que cadáveres de sus compañeros y pandilleros, por lo que deduce que lo han secuestrado. En ese momento, varias sirenas de policía comienzan a escucharse, por lo que Marcelo abandona la escena del crimen inmediatamente. La escena cambia a la puerta de una casa en Morningwood. Marcelo y Rachel, algo tensos, tocan a la espera de que alguien abra. Pocos segundos después, la puerta se abre, y quien se encuentra del otro lado es Lance Borowski, quien se sorprende de ver a los dos individuos.

  • Lance: ¿Borges? ¿Señora Da Silva?
  • Marcelo: Tenemos un problema, Borowski.

Pasan los minutos, y los tres se encuentran en el pequeño living de la casa. Lance ofrece un café a Rachel, que se halla sentada en el sofá, mientras que Marcelo se queda parado junto a la puerta, tenso por lo acontecido.

  • Lance: Relájate, Marcelo, ¿qué ocurrió? ¿Dónde está Rafael?
  • Marcelo: Creo que lo han secuestrado.
  • Lance: ¿Quienes?
  • Marcelo: Hace semanas que hemos visto comportamiento sospechoso en las puertas de su mansión. Unos cuantos tipos en Gauntlet, Habanero y Racher estuvieron fuera estrictamente todos los días.
  • Lance: ¿Crees que fueron los del intercambio?
  • Marcelo: ¿La Marabunta Grande?
  • Lance: Puede ser...
  • Marcelo: Tal vez, recuerda que nosotros frustramos ese trato en primer lugar, y encima nos robamos el dinero.
  • Lance: ¿Era necesario?
  • Marcelo: Nuestra gente tiene familia por mantener.
  • Lance: De acuerdo, podemos ver adónde lo llevaron. Mañana iré a investigar.
  • Marcelo: Iremos. Pero antes necesito un lugar para que la señora Da Silva se oculte.
  • Lance: Puede quedarse aquí, es el último lugar donde irían a buscarla.
  • Marcelo: De acuerdo, si la señora Da Silva no tiene problema.
  • Rachel: No... Es muy pequeño, pero servirá hasta que encuentren al idiota de mi marido.
  • Marcelo: De acuerdo, perfecto. Gracias, Borowski.

La escena concluye con el rostro de un preocupado Marcelo observando a Lance, quien lo mira con la misma expresión, mientras que Rachel observa despectivamente su entorno. Ahora cambia a Sandy Shores, en pleno mediodía. Trevor pone en la mesa de su remolque unas cuantas armas, en las que se puede observar dos M4, una escopeta de asalto, tres pistolas, una pistola vintage, cuatro granadas caseras y, junto a la mesa, se observa un RPG con dos proyectiles al lado. Trevor se guarda la pistola vintage en la parte trasera del pantalón, mientras que, detrás de él, se encuentran Ron, Wade y un sujeto de cabello marrón lacio y de aspecto descuidado. Los tres sujetos miran incrédulo a Trevor.

  • Ron: ¿Y así que planeas deshacerte de toda una banda de motociclistas con nosotros dos...? (Mira al tercer sujeto) ¿Y quién es este tipo?
  • Sujeto desconocido: Me llamo Earl. Y Trevor me prometió anfetaminas por ayudarlo con esto...
  • Ron: ¿Sabes algo de manejo de armas?
  • Earl: No.
  • Ron: Estamos jodidos...
  • Trevor: ¡No te preocupes, Ronald! Los tres son inservibles para mi, puedo hacerlo solo, lo sabemos todos aquí, pero necesito que algunos idiotas distraigan a los Lost para que se me hagan más fácil.
  • Ron: ¿Y cómo haremos esto, Trev?
  • Trevor: Primero: Nos dirigimos al campamento de los Lost, que está en el mismo lugar de siempre. Segundo: Yo atacaré por detrás, mientras ustedes llaman a su puerta. Tercero: Mientras ustedes son horriblemente masacrados, yo acabaré con todos los motociclistas de mierda. Esta vez no dejaré cabos sueltos... Está vez es personal.
  • Earl: Pero...
  • Trevor: Descuiden, estoy bromeando, quizás todos sobrevivan... Quizás tú no, Earl, lo siento. Pero honraremos tu sacrificio en caso de que no lo consigas.
  • Wade: ¿Y después de esto iremos a visitar a Floyd a la Antártida?
  • Trevor: Eh... Sí...
  • Wade: Es curioso, Trev, pero leí en internet que es casi imposible vivir allí... Digo, por los climas frí...
  • Trevor: ¡Pues Floyd sí está allí, ¿de acuerdo?! Y pronto iremos a visitarlo.

Trevor toma una carabina y se la da a Ron, mientras que la otra se la entrega a Earl, para luego darle una pistola a cada uno de ellos.

  • Wade: ¿Y por qué a mi no me das un rifle?
  • Trevor: Tú te encargaras de los cohetes.
  • Wade: ¡Uy! ¡Fuegos artificiales! ¡Genial!
  • Trevor: ¡Sí! ¡Solo que estos debes arrojarlos directo a los remolques de los motociclistas!
  • Wade: Eso los molestará mucho, ¿no?
  • Trevor: ¡Los hará explotar, jeje!
  • Wade: Okey.

Trevor guarda el RPG en su caja y se lo entrega a Wade, quien apenas puede sostenerlo.

  • Trevor: Llévalo a la parte trasera de Betty, yo te llevaré los cohetes. Llevaremos una granada cada uno, pero Ron llevará dos, ya que el cabronazo de Melvin solo me dio cuatro.

Los cuatro se preparan para dar el golpe a los motociclistas. La escena ahora cambia a unos minutos después. Ron, Wade y Earl se encuentran apoyados en el Bodhi, esperando en las cercanías de Stab City, viendo a algunos Lost bebiendo cervezas arriba de sus motocicletas. De pronto, la voz de Trevor se escucha en un Walkie Talkie que tiene Ron en su bolsillo.

  • Trevor: ¡Ron! ¿Me escuchas?
  • Ron: (Toma el Walkie Talkie) Te copio, Trevor.
  • Trevor: Perfecto, estos putos motociclistas serán historia para esta tarde.

Ron toma la M4 y dispara al aire, alertando a los motociclistas del campamento. Algunos Avengers Lost salen de sus remolques, mientras que otros observan el Bodhi de Trevor a distancia, por lo que todos sacan sus pistolas, y algunos sacan escopetas de dos cañones o AK-47.

  • Ron: Si Trevor no lo consigue... Estamos jodidos.
  • Wade: ¿Por qué? ¿Qué tiene que conseguir Trevor?
  • Ron: Wade, ¿recuerdas que Trevor dijo que debes disparar los cohetes a los remolques?
  • Wade: Sí...
  • Ron: Pues... Dispara uno ahora.

Wade hace caso a Ron y toma el RPG, para que luego Ron coloque uno de los cohetes y habilita a Wade a disparar. Wade dispara el misil luego de apuntarle correctamente a uno de los remolques, pero cae de espaldas debido al potente retroceso del arma. El misil impacta en una esquina de un remolque que se encuentra en la entrada del campamento, destruyendo gran parte de este y provocando que los Lost decidan tomar acción ofensiva.

  • Motociclista: ¡Nos atacan!
  • Motociclista 2: ¡Se arrepentirán de meterse con los Avengers Lost!
  • Chester: (Sale de su remolque) ¡Hermanos, ¿qué está pasando?!
  • Motociclista 2: Ese hijo de puta de Kingpin, seguramente. Lenny sigue desaparecido, quizás también lo mataron.
  • Chester: Mierda... Si es Kingpin... Estamos acabados, ¡debemos marcharnos, Carter!
  • Carter: ¡De ninguna manera, los Lost resistiremos, hermano!

Los Lost se preparan para hacer frente a los ayudantes de Trevor, creyendo que se tratan de Kingpin y sus hombres. Chester se muestra aterrado por la situación, pero luego se arma de valor y toma una escopeta Sweeper, lanzándose contra los invasores. Posteriormente, Trevor, quien se encuentra en el otro lado del campamento, escucha los disparos provenientes de las armas de los motociclistas, por lo que decide entrar en acción.

  • Trevor: Bueno, es hora de acabar con esto.

Por su parte, los lacayos de Trevor, Ron y Earl deciden ir al enfrentamiento, mientras que Wade prepara otro misil para disparar. Ron dispara su carabina contra los Lost que se acercaban, mientras que Earl intenta apuntarle a uno, y, al apretar el gatillo, pierde el control del arma y las balas salen disparadas hacia todos lados. Ron ve esto y comienza a sentir vergüenza ajena por el nuevo esbirro de Trevor, pero pronto vuelve a la carga y dispara contra los motociclistas. Por su parte, Trevor comienza a atacar a los Lost desde su campamento, matando a tres de ellos que estaban montados en Hexers con tan solo un par de disparos de la escopeta de asalto. A causa de los disparos, los motociclistas se percatan de la presencia de Trevor, por lo que van a confrontarlo.

  • Carter: ¡Es Philips!

Carter, en compañía de Chester y otro motociclista aguerrido, ven a Trevor disparando en contra de sus compañeros, por lo que deciden ir a por él. Mientras tanto, Ron avanza debido a que la cantidad de Lost que se encontraban fuera era cada vez menor. Earl finalmente se queda sin balas, por lo que un motociclista aprovecha y le dispara en el cuello, cayendo agonizante ante los ojos de Ron, quien miraba con una expresión de poca sorpresa.

  • Ron: Ahí cayó...

Ron continúa disparando, mientras que Wade finalmente dispara el misil contra los motociclistas que disparaban desde la entrada del campamento, eliminando a la mayoría de ellos.

  • Ron: Se acabó. A partir de ahora, que se encargue Trevor. No puedo matar a nadie.
  • Wade: Okey.
  • Ron: Oye, ¿de verdad tu primo se fue a la Antártida?
  • Wade: Sí, me escribió una carta, donde dijo que me odiaba y no quería verme nunca más. También escribió que Debra es una puta y él un cobarde de mierda, pero me da igual, quiero ver a Floyd y ayudarlo con su situación.
  • Ron: Vaya... Ya veo...

En medio del tiroteo en el campamento, Trevor masacra cruelmente a la mayoría de los motociclistas, mientras Chester, Carter y el otro Lost se acercan a él, cubriéndose detrás de un remolque debido a los disparos. Tras observar la situación, Chester empuña firmemente su escopeta sweeper, mientras que Carter prepara su AK-47 y el otro motociclista carga su Micro subfusil.

  • Chester: Okey... Tendremos que acabar con él de una vez por todas.
  • Carter: ¿Crees que es un buen plan?
  • Chester: No, es muy arriesgado, pero no hay de otra.
  • Motociclista aguerrido: Sí, no podemos participar de esto. ¡Mira, Chester, esto es una masacre! Si nos arrojamos contra Philips, nos matará sin dudarlo.
  • Carter: Georgie tiene razón, Chester... Probablemente ese cabrón mató a Lenny y mira lo que les está haciendo al resto de nosotros.
  • Chester: ¿Sugieres que huyamos después de que me dijiste eso de que debíamos resistir?
  • Carter: ¿Quién dijo que yo no resistiré? Ustedes váyanse y llévense a los sobrevivientes con ustedes.
  • Georgie: Espera... ¿Qué...?
  • Carter: Es lo que Lenny hubiera hecho, hermanos. ¡Váyanse ahora!

Carter se arma de valor y se prepara para salir en contra de Trevor. En cuanto sale de su cobertura, Carter dispara sin cesar en contra de Trevor, quien se oculta detrás de una Rebel roja a causa de los disparos.

  • Carter: ¡Hermanos, váyanse de aquí! ¡Prepárense para eliminar a este cabrón de una vez por todas!

Algunos de los Lost sobrevivientes hacen caso a Carter y se marchan, mientras que algunos siguen a su lado y disparan contra Trevor. Sin otra opción, Trevor decide arrojar las dos granadas caseras en contra de los motociclistas, eliminando a un par, mientras que otro sobreviven. Carter, quien se encontraba lejos de la explosión, se cubre detrás de una caja y recarga su AK. Por otro lado, Chester y Georgie se suben en un Dubsta 6x6 negro y, el primero pone en marcha el vehículo, mientras que otros cuatro sobrevivientes suben a motocicletas y se marchan junto al Dubsta. Mientras tanto, Carter vuelve a la acción en contra de Trevor, quien vuelve a cubrirse tras eliminar a dos motociclistas y recarga la escopeta. Carter, ya cansado de no poder hacerle nada al campesino, avanza unos cuantos pasos mientras dispara. Sin embargo, una explosión que destruye un remolque llama la atención de Carter, por lo que Trevor aprovecha y le dispara en el abdomen con la escopeta, hiriéndolo fatalmente. Trevor también toma acción ofensiva y dispara contra los otros pocos sobrevivientes, consiguiendo una cadena de bajas y eliminando finalmente a todos los motociclistas del campamento.

  • Trevor: Se me escaparon unas moscas... Pero me haré cargo de ellas pronto.

Carter, malherido, se arrastra para tomar su AK, pero Trevor le pisa fuertemente la espalda y luego le brinda una fuerte patada en las costillas, haciendo que se ponga boca arriba. Trevor le apunta con su pistola vintage, mientras que Carter simplemente lo mira y escupe sangre por la boca.

  • Trevor: Se acabó, hijo de puta. Tu patética banda de vengadores está acabada...
  • Carter: Los que... Sobrevivieron... Van... A... Matarte...
  • Trevor: Que bellas últimas palabras, amigo. Voy a contarte una cosa antes de que mueras... Nunca disfruté tanto de matar a cabrones como lo hice con ustedes. Despídete, hijo de puta.

Con estas palabras, Trevor jala el gatillo y le dispara en la cabeza a Carter, acabando de una vez con su miseria. Minutos después, el campesino, victorioso, se reúne con Ron y Wade junto al Bodhi, quienes lo miran con una cara sin expresión.

  • Trevor: ¡Lo logramos!
  • Ron: Vimos escapar a un par, no pudimos detenerlos.
  • Trevor: No importa, volverán... Y me aseguraré de no dejar ni un solo sobreviviente. (Señala a Wade) ¡Tú! ¡Eres un genio, Wade!
  • Wade: Gracias, Trevor. Pero no he hecho bien el trabajo... En vez de molestarlos los maté.
  • Trevor: Ese era el... Ah... ¿Sabes? Olvídalo. Volvamos a casa, amigos. Necesito hacerme una paja.

Trevor deja la escopeta en la parte trasera y se pone al volante del Bodhi, encendiéndolo para luego acelerar y tomar rumbo a su remolque, mientras que Ron y Wade se quedan plantados al lado de la carretera, mirando como idiotas a su jefe dejándolos atrás.

  • Wade: ¿Va a volver?
  • Ron: No, no lo creo. Caminemos.
  • Wade: Okey.

Ron y Wade, quien carga la M4 de Ron, caminan tranquilamente de regreso a su hogar. La escena ahora cambia al taller de Benny's Original Motor Works, donde se ve que se encuentran Jack y Asuka viendo orgullosos un Faction modificado y con una capa de pintura con flamas. Dean, Aiden y Benny, el propietario del taller, juegan una partida de póker en la oficina, que parece que Benny gana ya que se le ve muy feliz. Al poco tiempo, Nate y Claire, tomados de la mano, ingresan al taller, por lo que Jack y Asuka los observan con una sonrisa.

  • Asuka: Me alegra que hayan resuelto sus problemas.
  • Nate: Sí, hemos hablado y arreglamos nuestros asuntos.
  • Jack: Que bien.

En ese momento, Asuka y Jack ven a un sujeto plantado en la entrada del taller, observándolo fijamente, por lo que Nate y Claire voltean a ver de quien se trata. Los cuatro jóvenes observan al sujeto en la entrada y la cámara enfoca su cuerpo al completo, descubriendo que se trata de Scott.

  • Jack: ¿Necesitas algo, amigo?
  • Scott: Sí... Eh... Estoy buscando a Nathan Woods.

La escena finaliza con Jack, Asuka y Claire mirando a Nate, quien mira sorprendido al recién llegado, el cual se encuentra relajado y esperando a que Nate se le acerque.

Capitulo 4: El nuevo corredor

Es mediodía en Los Santos, al ser domingo las calles no están tan transitadas debido a que la mayoría de los ciudadanos tenían el día libre. La escena nos ubica en Motor Market, donde Scott observa varios vehículos deportivos. De pronto, un vendedor, caracterizado por ser bajito y con entradas, se acerca a él, ofreciéndole su punto de vista sobre los autos.

  • Vendedor: Veo que está interesado en un buen deportivo. Mi nombre es Adam, y si necesita algo puede decirme. ¿Puedo sugerirle algo?
  • Scott: Estoy viendo... Me gustan todos. Pero necesito algo rápido.
  • Adam: ¿Es usted corredor, joven?
  • Scott: No, para nada. Me llamo Scott Hopkins, y trabajo para el departamento de policía de Vinewood. (Muestra la placa de policía)
  • Adam: Ya veo... ¿Y está interesado en alguno en particular? Personalmente, me gusta aquel. (Señala un Pariah blanco)
  • Scott: No está mal, pero me gustaría ese. (Señala un SC1 azul oscuro)
  • Adam: Muy buena elección, joven. Esa también era una buena opción.
  • Scott: Si no le molesta, no tengo mucho tiempo, quisiera realizar la transacción ahora mismo.
  • Adam': ¿Cómo no, joven? Venga conmigo.

La siguiente escena nos muestra a Scott firmando un contrato, para luego pasar a otra donde el policía llega a su casa en el SC1, mientras que Marie lo observa desde el pórtico. En cuanto Scott deja el coche en la calzada frente la casa, este se baja del coche y se acerca a su prometida, quien lo mira extrañada.

  • Marie: ¿Y ese coche?
  • Scott: Tengo que hablarte de algo... Se trata del trabajo.
  • Marie: Pues dime.

La escena cambia al interior de la casa. Scott y Marie se encuentran en la mesa de la cocina, y Scott bebe café mientras Marie lo escucha sobre la misión encargada por el jefe de policía.

  • Scott: Entonces, Carrington me asignó este caso de los corredores. Le dije que me haría cargo de conseguir el coche, total... Dinero me sobra.
  • Marie: ¿Cuanto cuesta ese coche?
  • Scott: Un millón y medio de dólares.
  • Marie: ¡¿Qué?!
  • Scott: Descuida, lo pagaré en cuotas, no tiraría el dinero tan rápido.
  • Marie: Es una suerte que dinero nos sobre. Tu padre fue muy generoso de dejarte a cargo de la fortuna de tu familia.
  • Scott: Pienso reponérselo en cuanto el caso finalice. De todas formas, siempre quise darme un gusto así.
  • Marie: Bien... ¿Y esos tipos...? ¿Son asesinos? Es decir... ¿Te estás metiendo con gente peligrosa?
  • Scott: Aparentemente no. Son solo corredores, solo están vinculados a un asesinato sin armas.
  • Marie: De acuerdo, te apoyaré... Pero eso significa que no estarás mucho por aquí, ¿verdad?
  • Scott: No quiero que estés metida en esto, cariño. Por suerte tengo el departamento de Justin, ya que él está en rehabilitación.
  • Marie: Bien, cariño, me alegra que hayas vuelto a hacer lo que más te gusta. Sabes que cuentas conmigo para lo que sea.
  • Scott: Gracias, amor.

Scott se levanta de su silla, para acercarse a Marie y darle un tierno beso en los labios. Mientras ambos se besan, la escena se desvanece y vuelve a cambiar, ahora con Scott nuevamente en la entrada del garaje de Benny. Nate, Claire, Jack y Asuka lo miran extrañados, mientras que Dean, Aiden y Benny salen de la oficina.

  • Dean: ¿Se te ofrece algo, campeón?
  • Scott: Sí, como le dije a los chicos... Estoy buscando a Nate Woods. ¿Está aquí?
  • Nate: (Da un par de pasos adelante) Soy yo. ¿Necesitas algo?
  • Scott: Hola, me llamo Ted Roberts, soy nuevo en la ciudad y, bueno... Soy un buen conductor. He escuchado de ti y de la banda que lideras. Me gustaría unirme a ustedes.
  • Dean: Así que eres un corredor, ¿eh?
  • Scott: Sí, y uno muy bueno.
  • Nate: ¿Y por qué quieres ser parte de la banda?
  • Scott: He escuchado que son muy buenos, los mejores de la ciudad. Necesito tener gente con ustedes a mi lado, para aprender... Aunque también pueden aprender algo de mi.
  • Nate: ¿Crees que tienes lo necesario para correr con nosotros?
  • Scott: Estoy seguro de eso.
  • Nate: Bien... Te pondré una prueba, Ted. Una carrera, tú y yo. De aquí hasta el club de golf de Richman. Si ganas, serás uno de nosotros, pero si pierdes, no solo no formarás parte de la banda, sino que me darás tu auto. ¿Aceptas?
  • Scott: Me parece bien, Nate.

Dicho esto, Nate y Scott deciden subirse a sus respectivos coches, Nate a su Nero aparcado junto al taller, y Scott al SC1 que dejó aparcado frente a la entrada. Al cabo de unos pocos minutos, ambos se colocan uno al lado del otro en la calle y Aiden se pone en frente de ellos.

  • Aiden: De acuerdo, chicos, es una carrera sin vueltas hasta el club de golf de la ciudad. Circuito libre y el que llegue primero, gana y se cumplirán sus condiciones. ¿En sus marcas? (Se enfoca el SC1 con Scott pisando el acelerador) ¿Listos? (Se enfoca el Nero con Nate haciendo la misma acción) ¡Fuera!

Ambos vehículos aceleran a toda marcha hacia la meta, con el Nero tomando un poco de ventaja sobre el SC1 apenas saliendo de la línea. Los dos coches siguen derecho por Strawberry, a través de Adam's Apple Boulevard, pasando por Pillbox Hill y Alta, donde Nate decide girar a la izquierda en Occupation Avenue, mientras que Scott sigue derecho por Las Lagunas Boulevard hasta doblar en Hawick Avenue, siguiendo todo derecho a través de Hawick. Por otro lado, Nate sigue derecho por Burton, pasando por Carcer Way, hasta llegar a Abe Milton Parkway, doblando a la derecha en Eastbourne Way, y luego sigue derecho hasta Rockford Hills, donde también aparece Scott. Ambos llegan a Rockford Drive, la recta final hasta el club de golf, encontrándose ambos muy igualados.

  • Scott: Me lo has puesto fácil, Woods.

Scott se adelanta de Nate con cierta facilidad, sintiéndose seguro por su inevitable victoria. Sin embargo, al llegar a la última curva en Dorset Drive, Scott decide frenar un poco para poder girar a la derecha. El rostro de satisfacción de Scott cambia a una expresión de sorpresa al ver como Nate le saca una considerable ventaja tras hacer un perfecto derrape en la curva. Scott se desespera e intenta superar a Nate en la última recta, pero no lo consigue y, el líder de The Crew es el primero en llegar al club de golf, y Scott llega en un segundo lugar cercano. Nate se detiene en West Eclipse Boulevard, bajándose del vehículo para que luego Scott haga lo mismo, y ambos se encuentran cara a cara, con Scott sonriéndole abiertamente a Nate.

  • Nate: ¿De qué te ríes? Perdiste, amigo.
  • Scott: Casi te gano.
  • Nate: ¿Casi me ganas? No me digas, bobo. Cuando consigas otro coche, te dejaré correr por una revancha. Hasta entonces, tu bello auto me pertenece.
  • Scott: Bueno, es lo justo.
  • Nate: Y otra cosa, Teddy. Pregúntale a un piloto profesional o a cualquier corredor de la ciudad... Ganar por mucho o por poco no significa nada. Ganar es ganar, amigo. Venga, ven conmigo al taller, luego me dejas las llaves.

Nate se sube a su Nero, mientras que Scott hace lo mismo y se pone en marcha en el SC1, siguiendo a Nate hasta el taller de reparaciones de Benny. Ya allí, los demás esperan pacientemente la llegada de los dos corredores. Jack va por una bebida, mientras todos los demás permanecen sentados esperando si Ted se convertiría en un nuevo miembro o no. Al cabo de unos segundos, por la entrada del taller todos ven a un victorioso Nate acercándose a ellos, mientras que Scott se queda parado tímidamente apenas pone un pie en el taller.

  • Nate: ¡Oye, Benny! ¡Te traigo un coche nuevo para que lo revises! Es una belleza.
  • Benny: Entonces ganaste, ¿me equivoco?
  • Nate: Síp. ¡Bien, Teddy, deja las llaves en una mesa y vuelve cuando tengas otro que apostarme. ¡Bye!
  • Scott: Espera, Nate...
  • Nate: Amigo, así son las apuestas. Algunas veces ganas, y otras veces pierdes.
  • Dean: Espera, Nathaniel... Quizás podemos darle otra oportunidad de reivindicarse.
  • Nate: ¿Qué dices?
  • Dean: Kibbutz llamó. Dijo que necesita que hagamos un trabajo para él. Ya sabes, esos coches que supuestamente le robaron. Encontró dos de la lista. Un Banshee y un XA-21.
  • Nate: Ya veo... ¡Oye, chico nuevo! Te daremos otra oportunidad para formar parte de la banda.
  • Scott: ¿De verdad?
  • Nate: Solo que para este trabajo no quiero fallas. Es de suma importancia, ya que se trata de mucho dinero. ¿Te apuntas?
  • Scott: Por supuesto, amigo. ¿Qué hay que hacer?
  • Dean: Genial, tenemos dos coches que necesitamos obtener para un contacto nuestro, supuestamente dice que se los robaron, pero eso no nos incumbe a nosotros. Esos dos coches están en un motel en Rancho, custodiados por una pandilla de latinos idiotas.
  • Scott: Y supongo que tienen que robarlos a cuesta de que esos latinos idiotas los maten.
  • Nate: Exacto, pero ya tenemos un voluntario: Tú. ¿Alguien se ofrece a ir con Ted?
  • Aiden: Yo voy, hace rato que quiero hacer esto.
  • Nate: Okey, chicos. Aiden, ya sabes qué hacer y enséñale al chico lo que necesita.

Aiden ingresa a la oficina, para salir a los pocos segundos con dos pistolas, entregándole una a Scott, quien la acepta sin decir nada.

  • Aiden: ¿Ya has disparado antes, novato?
  • Scott: Sí... No... Bueno, más o menos.
  • Aiden: ¿Eh...? Bueno... No importa, allá tú, pero sabes usarla.
  • Scott: Sí.
  • Aiden: Bien, lección número uno, Ted, no matamos a quienes no nos atacan... Eso es lo más importante. La pistola solo la tenemos en caso de emergencia.
  • Scott: De acuerdo... ¿Y dónde entregaremos los coches?
  • Dean: Kibbutz tiene un garaje en el puerto de Los Santos. Aiden sabe donde es.

Scott y Aiden salen del taller. Scott planea subir al SC1 y conducir hasta el lugar, pero Aiden le detiene.

  • Aiden: Oye, holgazán, tu coche es muy lindo y todo, pero mejor vamos a pie. Estamos cerca. Mientras vamos me platicas un poco de ti.
  • Scott: De acuerdo.

Así, Aiden convence a Scott de ir a pie hasta el lugar. Mientras tanto, en El Burro Heights, Lance permanece sentado en su Buffalo negro, manteniendo el motor apagado mientras vigila cautelosamente una casa ubicada en la esquina de El Rancho Boulevard y Sustancia Road. Tras unos minutos esperando, Lance ve a Frederico saliendo de la casa en compañía de dos pandilleros de la Marabunta Grande. Los tres se suben a un Emperor conducido por un tercer pandillero. El vehículo parte tranquilamente hacia un rumbo desconocido, por lo que Lance lo sigue a distancia.

  • Lance: Vamos a ver a dónde me llevan estos infelices...

Lance sigue el vehículo de la Marabunta Grande a través de Amarillo Vista y Labor Place, llegando a Murrieta Heights, donde el Emperor gira a la izquierda por donde se encontraba el antiguo lote que le pertenecía al FIB, donde anteriormente se planeó el golpe a los Securicars. Sin embargo, el Emperor pasa de largo el lugar y se adentra en los pozos petrolíferos hasta llegar al que antes fue un desguace de coches y ahora no es más que un terreno prácticamente abandonado. El Emperor se detiene en lo que parece ser las viejas oficinas del lugar, y los cuatro sujetos bajan del vehículo, poniéndose Frederico frente a los otros tres. Un pandillero de la banda ve a su jefe y abre la puerta del lugar, permitiéndole el acceso. Lance se encuentra cerca del lugar, viendo el Emperor detenido allí y deduce que la pandilla mantiene a Rafael secuestrado allí.

  • Lance: Ya los tengo...

Lance decide dar la vuelta para regresar por donde vino. Al encontrarse en un lugar seguro, en Cypress Flats, Lance toma el teléfono y le hace una llamada a Marcelo, quien le atiende casi de inmediato.

  • Marcelo: ¿Tienes noticias?
  • Lance: Sí, estoy casi seguro de que lo tienen en el viejo desguace. Frederico ha parado allí con sus hombres.
  • Marcelo: ¿Estás tan seguro de eso? Capaz están haciendo esto por algún negocio suyo.
  • Lance: No lo creo, por lo que vi en la actualización de la red de crímenes de la ciudad, Frederico Nathan solo se encarga de "asuntos personales", lo demás lo dirige a su mano derecha, Kal.
  • Marcelo: Ya veo... Entonces confiaremos en esa ubicación. Reuniré a los hombres y asaltaremos el lugar.
  • Lance: De acuerdo.

Lance corta la llamada y la escena cambia mientras el policía mira perdidamente el retrovisor, viéndose el rostro sin reacción alguna. Mientras tanto, ya en Rancho, Scott y Aiden se aproximan a un motel en Roy Lowenstein Boulevard, donde consiguen ver los vehículos requeridos en el aparcamiento del establecimiento.

  • Aiden: Okey, allí están.

Scott y Aiden se adentran en el estacionamiento del motel, encontrándose con los autos. En cuanto se acercan a un XA-21 plateado, Aiden saca un alambre de sus bolsillos y lo utiliza para abrir la puerta del coche.

  • Aiden: Mira y aprende, amigo.

Con un poco de esfuerzo, Aiden consigue abrir la puerta del vehículo, pero la alarma comienza a sonar y alerta a los dos corredores, por lo que Scott se mete dentro del vehículo y, gracias a algo de experiencia, hace conexión con los cables del vehículo para encenderlo. Aiden repite el mismo proceso con el Banshee rojo, con una franja blanca, y arranca a toda velocidad, siendo seguido por Scott, saliendo por el mismo lugar por el que llegaron. Rápidamente, Aiden toma rumbo por Carson Avenue. A causa de las alarmas, varios Vagos son alertados, descubriendo que los sujetos estaban robando los coches.

  • Vago 1: ¡Los coches de Ocho!
  • Vago 2: ¡Vamos a por ellos, carnal!

Los dos Vagos disparan sus pistolas al aire, alertando aún más a los demás, quienes deciden ir tras los ladrones. Dos Tornados, un Buccaner y una Sánchez dan caza a Scott y Aiden, quienes se percatan de esto y deciden acelerar.

  • Aiden: Ilusos, creen que pueden alcanzarnos en esas mierdas.

Aiden acelera derecho por Davis Avenue, por lo que Scott hace lo mismo y sigue detrás, mientras los Vagos pisan sus talones. Los vehículos llegan a Chamberlain Hills, donde Aiden toma la decisión de girar a la derecha en Forum Drive, para luego meterse en un callejón que conecta con Strawberry, donde finalmente despistan a los Vagos.

  • Aiden: Genial, esos estúpidos no saben como mierdas encontrarnos. Ahora vayamos al puerto.

Aiden se propone a ir al puerto. No obstante, el ruido de sirenas policiales alertan a los corredores y, acto seguido, dos coches policiales hacen acto de presencia, dispuestos a capturar a los ladrones. Es entonces cuando Aiden y Scott aceleran para despistar a la ley.

  • Aiden: Mierda, no podemos llevarlos al lugar, debemos perderlos antes.
  • Scott: Sugiero que nos separemos, sería más fácil perderlos.
  • Aiden: Tienes razón, Ted, mejor separarnos. Nos veremos en el Ammu-Nation de Cypress Flats en diez minutos.
  • Scott: De acuerdo.

Así, Aiden dobla en Elgin Avenue, mientras que Scott sigue derecho por Power Street. Los patrulleros también se dividen, siguiendo uno a Aiden y otro a Scott. Aiden acelera, dejando poco a poco atrás a los patrulleros. No obstante, al cabo de pocos segundos, otros tres coches de policía se suman a la persecución.

  • Aiden: Mierda, mierda...

Por otro lado, Scott, quien solamente era perseguido por un patrullero, decide seguir derecho pasando por Pillbox Hill, doblando a la izquierda en Vespucci Boulevard. Sin embargo, al llegar a Little Seoul, en Calais Avenue, Scott se detiene y baja tranquilamente del vehículos, en cuanto el patrullero consigue alcanzarlo. Los policías también bajan del vehículo y apuntan con sus pistolas al corredor, pero luego las bajan lentamente al descubrir que se trata de otro policía, ya que Scott les enseña su placa.

  • Scott: ¡Scott Hopkins! ¡LSPD! Estoy en un caso de infiltración.
  • Policía 1: Oh... Sí, nos advirtieron del "caso Hartman". ¿Se trata de la pandilla de corredores?
  • Scott: Sí.
  • Policía 2: ¿Tienes algo para incriminar a esos macarras de mierda?
  • Scott: Hasta ahora, nada, pero no se preocupen, tengo que ganarme su confianza.
  • Policía 1: Bien, ¿qué hacemos con el otro?
  • Scott: Que los despiste solo, luego tengo que encontrarme con él de nuevo. Honestamente, sería divertido perderlos como se debe, pero ahora mismo no tengo ganas de hacerlo. Sigan con lo suyo, compañeros.
  • Policía 1: De acuerdo, Hopkins, mucha suerte y nos veremos luego.

Los policías regresan al coche patrulla y se marchan, mientras que Scott sube al XA-21 y parte rumbo al Ammu-Nation de Cypress Flats. Allí, media hora después, Scott espera pacientemente apoyado en el capó del vehículo, en cuanto el Banshee de Aiden aparece. Scott, al volver a ver a Aiden, decide aplaudirle burlonamente por tardar tanto.

  • Scott: ¡Bravo! ¡Lo lograste!
  • Aiden: Ah... Cállate, al menos yo sí le gané a Nate cuando me hizo correr contra él...
  • Scott: Seguro fue porque no era tan bueno como ahora, ¿no?
  • Aiden: Bueno... Sí... Por eso. Ahora es casi invencible.
  • Scott: Descuida, yo tendré mi revancha contra él y te demostraré que no es tan difícil ese chico.

Así, Scott sube a su coche y sigue a Aiden por Elysian Fields Freeway. La escena se desvanece lentamente mientras se ve una vista panorámica de los coches alejándose por la autopista. La escena regresa con Scott y Aiden dentro de un pequeño garaje, donde se observan unos vehículos además del XA-21 y el Banshee, estos son un Kuruma azul metálico, un Coquette Clásico blanco y un 9F anaranjado.

  • Scott: Entonces... ¿Simplemente dejamos los coches y nos vamos de aquí?
  • Aiden: No, hombre. El enano idiota para el que hacemos este trabajo tiene que pagarnos.
  • Scott: Okey... ¿Y dónde...?
  • Desconocido: ¡Mortales! ¡Preparen sus culos, porque ahora mismo verán al gran Mori Kibbutz!
  • Desconocido 2: ¡Y su gran hermano, Brucie!

En ese momento, dos sujetos salen de una oficina del garaje y ven a Scott y Aiden a unos cuantos metros de ellos. Uno de ellos es un hombre de baja estatura, corto cabello rubio, un tono anaranjado de piel y vestido con ropas de entrenamiento negras, mientras que el otro es un sujeto calvo, pálido, alto a comparación del otro sujeto y vestido también con indumentaria de entrenamiento blanca. Se trata de los hermanos Kibbutz, Mori y Brucie. Ambos se acercan caminando con una actitud chulesca, pero Scott y Aiden no le prestan mucha atención.

  • Mori: ¿Y bien? ¿Qué tenemos hoy?
  • Aiden: Lo que nos pediste, tarado. (Señala el XA-21 y el Banshee) Esos dos.
  • Mori: Vaya, son una belleza como... Cuando me los habían robado... Sí...
  • Brucie: ¡Exótico!
  • Mori: ¡Magnífico!
  • Brucie: ¡Increíble!
  • Mori: ¡Único! Jeje, gracias por tantos halagos, pequeño Bru. Pero voy a pensar que eres un poco gay.
  • Brucie: Oye... Eso... Yo hablaba...
  • Aiden: Ya, ya, ya... Dame el dinero, enano.
  • Mori: ¡Epa! Esa no es una forma de hablarle a tu jefe. Woods y su patética banda me pertene...
  • Aiden: En primer lugar, te callas, enanito de jardín, no eres nuestro jefe. Hacemos esto por una paga y no le pertenecemos a nadie.

Mori, con una risa burlona, se aparta de Aiden y toma un fajo de billetes de 100 dólares, para luego dárselos en la mano a Aiden.

  • Mori: Aquí tienes, amiguito. Te lo ganaste bien. Ahora ve y vuela, pequeño. (Ve a Scott) ¿Y tú qué? ¿Eres nuevo y te sientes intimidado por mi presencia? Tranquilo, no muerdo, pequeño.
  • Scott: No te pases de listo conmigo, homúnculo.
  • Mori: Jeje, Brucie, ¿ves a este tipo?

Mori se acerca a Scott de forma intimidante y, al tenerlo frente a frente, Mori le lanza un puñetazo, pero este no resulta ser más que un amague al cual Scott ni siquiera se inmuta. Mori ríe nuevamente y Scott lo mira con cara de seriedad.

  • Mori: Te asustaste, ¿eh? Descuida, no voy a hacerte daño sino me sigues provocando, pequeño idiota.

Mori brinda algunas palmadas en el cachete de Scott, pero este, harto de la actitud del Kibbutz mayor, lo toma del brazo y lo somete, realizándole una maniobra aprendida en la academia para doblarle el brazo. Mori se queja del dolor, y Brucie intenta ayudarlo, pero Aiden se mete en el medio.

  • Aiden: Tú me caes bien, Brucie, no me hagas lastimarte.
  • Mori: ¡Okey, okey! ¡Suficiente! ¡Me rindo!

Ante los gritos de Mori, Scott decide soltarlo. Mori se aleja lentamente de ambos corredores mientras se sostiene el brazo con un evidente gesto de dolor.

  • Mori: De acuerdo, ya váyanse, ¿qué hacen aquí? ¿No tienen cosas más importantes qué hacer? ¿Correr alguna carrera o acostarse con un hombre?
  • Aiden: No, eso último te lo dejamos a ti, Mori. Nos vemos luego.
  • Mori: Sí, ya... Nos veremos luego. (Llama a Scott) Oye, chico... ¿Cual es tu nombre?
  • Scott: Ted. Ted Roberts.
  • Mori: No me voy a olvidar de esto, chico.
  • Scott: Seguro, claro. Nos vemos luego, Mori.

Scott y Aiden se marchan del garaje, bajo la atenta mirada de Mori, mientras que Brucie mira con una sonrisa de idiota los coches recién traídos. La escena ahora cambia a una mansión en Vinewood Hills, la misma que anteriormente pertenecía a Martín Madrazo, pero ahora aparenta cambiar de dueño, ya que él no se encuentra allí. En cambio, en el living lujoso, se encuentra un sujeto de corto cabello canoso, con un poco de sobrepeso, de traje gris, fumando un puro sentado en el cómodo sofá de cuero. A su lado se encuentra un hombre que parece encontrarse en sus cuarenta, con la cabeza afeitada, una barba candado, lentes y una mirada sombría. En eso, un escolta armado acompaña a Óscar Guzmán con estos dos hombres. El sujeto que se encuentra fumando deja el puro de lado y se levanta a recibir al Óscar.

  • Óscar: ¡Walter Benítez! ¡Mi amigo favorito de Argentina! ¡¿Cómo has estado?!
  • Walter: Hola, Guzmán.

Walter alza la mano para estrecharla con Óscar, por lo que este último realiza el mismo gesto, dándose un firme apretón.

  • Óscar: ¿Por qué esa formalidad, Walter? Creí que éramos amigos.
  • Walter: Mira, Óscar, las cosas están jodidas. Tenemos un grave problema...
  • Óscar: ¿De qué hablas?
  • Walter: Escucha, él... (Señala al otro sujeto) Es... Bueno, su nombre realmente no importa. Pero es alguien muy importante en esto, y está metido en algo más grande que nosotros.
  • Óscar: ¿De qué hablas, Walt?
  • Sujeto sombrío: Deja que yo se lo explique, Benítez. Siéntate.
  • Walter: Sí...

Walter se sienta nuevamente en el sofá, mientras que el otro sujeto se pone de pie y se coloca frente a Óscar, quien luce intimidado por la simple presencia del sujeto.

  • Sujeto sombrío: No tengo nombre, realmente. Pero todos me temen, todos deben venerarme... Los que me joden, como tú, ni siquiera pueden huir de mi porque los encontraría antes de lo que canta un gallo. Yo soy Kingpin, chico.
  • Óscar: (Se queda petrificado) ¿Qué? Imposible... Eso no es verdad... Kingpin es un simple mito urbano.
  • Kingpin: ¿Te parezco un mito urbano?
  • Óscar: ¿Walter? ¿Qué caraj...?
  • Kingpin: Walter hablará cuando yo le diga que hable. Él trabaja para mi desde ahora.
  • Óscar: ¿Y qué quiere de mi? ¿Para qué me mandó a llamar?
  • Kingpin: He escuchado que tú y tu socio Trevor Philips estuvieron detrás de un cargamento de heroína... El mismo cargamento que mis hombres iban a comprar para mi hace tres meses. Habría enviado un francotirador para que te liquide, a ti y a Philips, pero me abstuve. Philips es un dolor de cabeza para mi, asesinó a la gran mayoría de mis hombres que iban tras mi droga...
  • Óscar: Pero se equivoca, Trevor no tiene la droga, yo lo sabría...
  • Kingpin: Eso no fue lo que me informaron. Uno de mis hombres que sobrevivieron a esa carnicería en los canales me informó que Philips se llevó el cargamento y dejó a dos de sus colegas mexicanos morir. Ese mismo hombre intentó recuperar el cargamento para mi, y sufrió varias masacres de su gente, y finalmente apenas consiguió salir con vida de una situación terrible... Lo dejé fuera por un tiempo, para que se reponga. Tengo más gente en esto, en una pandilla de corredores, en los Ballas, los Vagos, los Aztecas... Pero necesito a alguien de su confianza. A ti.
  • Óscar: Pero si me mintió sobre la droga... Ese canadiense hijo de puta...
  • Kingpin: La razón por la que no te maté es porque Benítez me pidió que te de otra oportunidad. Quiere que te unas a mi Unión, y yo estoy dispuesto a darte esa chance si me devuelves el cargamento con la cabeza de Philips.
  • Óscar: Lo... Lo intentaré.
  • Kingpin: No quiero intentos, quiero aciertos. Que te quede claro, Guzmán... Si Philips no es historia para cuando me consigas el cargamento, yo personalmente me encargaré de hacer realidad tus peores miedos. ¿Capisci?
  • Óscar: Sí, señor...
  • Kingpin: Excelente.

La escena finaliza con Kingpin realizando una sonrisa malvada, mientras que un pálido Óscar observa a Walter con una notable expresión de temor. Por otro lado, nuevamente en el taller de Benny, todos se encuentran reunidos tomando una cerveza, Scott y Aiden también ya se encuentran allí. Asuka se acerca a Scott y le trae una cerveza, mientras que Nate también se acerca al nuevo corredor.

  • Nate: Te luciste, amigo. Aiden me dijo lo que le hiciste a Kibbutz. Desde que puso un pie en este lugar tuve ganas de destrozarle esos dientes falsos que tiene.
  • Scott: No fue nada, no me gustó como me trató. Odio ese tipo de personas...
  • Nate: Ya, no le hagas caso a ese idiota. En cuanto terminemos con él, nunca más volveremos a verlo.
  • Scott: Nate, déjame preguntarte, ¿por qué hacen esto? Trabajar con idiotas, robar coches y poner su vida en riesgo... Todo por cinco mil dólares.
  • Nate: Este taller les da comida a los nuestros y a sus familias. Dean y yo vivimos de las carreras, Jack tiene demasiado dinero, y no cobra nada por lo que hace... Pero esta es una forma de sentirnos vivos. Sé que es ilegal y todo eso, podríamos morir... Pero es por esto que me gusta. Conducir autos... Es todo lo que sé hacer. Además, tratar con idiotas, es uno de mis pasatiempos favoritos.
  • Scott: Ya veo...
  • Nate: Como sea, amigo... (Le entrega las llaves del SC1 a Scott) Bienvenido a The Crew.
  • Scott: Pero tú ganaste la carrera.
  • Nate: Y tú eres un sujeto al que quiero enseñarle lo que yo sé. Debemos correr esa revancha pronto.
  • Scott: Cuando quieras, Nate.

La escena termina en cuanto Scott y Nate brindan con las botellas de cerveza, cambiando ahora a El Burro Heights. Es de noche, y lo único que se ve es el Buffalo negro de Lance. Este se encuentra dentro del vehículo con Marcelo, Dani y otro matón brasileño. Los cuatro empuñan sus AK-47 con silenciador y mira holográfica, mirando desde lejos el viejo deshuesadero.

  • Dani: Entonces entramos a lo kamikaze... Solo los cuatro...
  • Lance: Descuida, amigo, todo saldrá bien. Iremos con sigilo.

Los cuatro sujetos, que se ve que están vestido con ropas negras de asalto, bajan del vehículo y se acercan a pie por la parte trasera del deshuesadero. Marcelo lidera el pequeño grupo de rescate. Apenas se acercan al lugar, el grupo ve dos pandilleros de la Marabunta Grande, armado cada uno con un micro subfusil, fumando y hablando entre ellos.

  • Marcelo: Escucha, Borowski, tú el de la izquierda, yo el de la derecha.
  • Lance: De acuerdo.

Marcelo y Lance, de manera simultánea, disparan a los pandilleros a la cabeza y continúan su camino. Dani ve a dos perros descansando a un lado, por lo que los elimina rápidamente con unos cuantos disparos. Por su parte, Marcelo elimina a otro pandillero que se encuentra en la puerta de la oficina, ocultando su cuerpo detrás de un coche destruido. Lance se acerca a la puerta, pero otro pandillero sale de la oficina, por lo que Lance utiliza un cuchillo para eliminarlo, apuñalándolo en el estómago y apretando con fuerza, mientras le tapa la boca para no alertar a nadie, matando al pandillero en el acto. Lance y Marcelo se disponen a entrar a la oficina, mientras que Dani y el otro matón proceden a vigilar. Dani sube las escaleras y se recuesta boca abajo en el techo, vigilando por un lado, mientras que el otro matón se esconde debajo de estas escaleras, ocultándose tras una barricada, apuntando su AK hacia la entrada principal. Lance y Marcelo entran a la oficina, encontrando a un hombre atado a una silla con una bolsa en la cabeza, junto a un guardia que le quema el brazo con un cigarro. Marcelo acribilla cruelmente al guardia, quien apenas había llegado a verlo. Por su parte, Lance se acerca al sujeto secuestrado, quitándole la bolsa de la cabeza y descubriendo que sí se trataba de Rafael, con algunos golpes en la cara.

  • Rafael: Se tardaron lo suyo, tarados...
  • Marcelo: Lo siento, jefe, teníamos que estar seguros.
  • Lance: ¿Qué te hicieron?
  • Rafael: Nos fuimos de picnic... ¿Tú que crees, Borowski?
  • Marcelo: No sea rudo con el poli, jefe, él se encargó de averiguar dónde se encuentra.
  • Rafael: Okey, gracias. Desátenme, por favor.

Marcelo utiliza su navaja para cortar las cuerdas que mantienen atado a Rafael a la silla. En cuanto Rafael se pone de pie, este apenas puede sostenerse para caminar, por lo que Marcelo lo ayuda. En cuanto creían que había sido un trabajo sencillo, los tres escuchan la voz de Dani en el Walkie Talkie de Lance.

  • Dani: Muchachos... Si tienen al jefe, salgan ya.
  • Lance: (Toma el Walkie Talkie) ¿Qué sucede?
  • Dani: Están aquí. No sé como, pero parece que nos descubrieron... Hay como cinco coches con esos tipos armados hasta los dientes.
  • Marcelo: Mierda.

La escena se divide en dos partes. La primera muestra a Lance, Marcelo y Rafael mirándose las caras con preocupación. La segunda muestra a dos Gauntlets, un Emperor, un Kuruma blindado y un Serrano llegando al deshuesadero. De uno de los Gauntlets baja Frederico Nathan, armado con una carabina especial. La escena finaliza con el rostro de Frederico, sonriendo como si estuviera saboreando la victoria, al tener a los hombres de Rafael acorralados sin salida.

  • Frederico: Esta noche se mueren todos estos putos...

Capitulo 5: La otra cara de la moneda

El capitulo inicia con la misma escena que finalizó en el capitulo anterior. Frederico Nathan sostiene su carabina especial, mientras se ve como el resto de sus hombres se adelantan a él. Por otro lado, en la oficina, Rafael comienza a caminar por su cuenta, logrando esta vez mantenerse estable mientras toma la pistola del pandillero muerto, preparándose para el combate.

  • Rafael: De acuerdo, chicos, tenemos que irnos de aquí, ahora.
  • Marcelo: Sí, sí... Por suerte solo vienen de un lado.
  • Lance: ¿A qué estamos esperando? ¡Vayámonos ahora!

Dicho esto, Rafael, Lance y Marcelo salen de la oficina, metiéndose inmediatamente en una feroz batalla que la Marabunta Grande sostiene contra Dani y el matón brasileño. Dani dispara su AK desde el techo, eliminando fácilmente a varios pandilleros, pero otros se ocultan detrás de barricadas, paredes y vehículos. Rafael, Marcelo y Lance escapan rápidamente, huyendo por la salida trasera, mientras los otros dos hombres los cubren. No obstante, los disparos le frenan el paso, por lo que no tiene otra opción más que cubrirse detrás de una barricada.

  • Marcelo: ¡Mierda! Esto es un desastre.

Marcelo y Lance disparan sus AK contra los pandilleros, quienes no hacían otra cosa más que avanzar y disparar. Dani decide bajar del techo, retrocediendo mientras dispara a los pandilleros. El matón desconocido, por su parte, intenta hacer lo mismo. Sin embargo, apenas se mueve unos cuantos metros, es abatido por una lluvia de disparos de Frederico, quien sonríe tras matar a su primera víctima.

  • Frederico: Uno menos...
  • Marcelo: ¡Mierda, Ramses ha caído!
  • Dani: Puta madre.

Rafael, Lance y Marcelo disparan contra los pandilleros, cubriendo a Dani quien retrocedía lo más rápido y seguro posible.

  • Rafael: ¡Mierda, Daniel, rápido!
  • Marcelo: A la mierda con esto... Lance, comunícate con Lucio, que venga a por nosotros ahora.
  • Lance: ¡Es arriesgado!
  • Marcelo: ¡He dicho ahora, carajo!
  • Lance: (Toma el Walkie Talkie) Lucio, necesitamos extracción. Repito, necesitamos extracción inmediata.
  • Lucio: En camino, corto.

Los cuatro sobrevivientes continúan disparando contra los pandilleros, quienes continúan acercándose. Por su parte, Kal, mano derecha de Frederico, empuña un lanzagranadas compacto. En ese momento, Dani decide apresurarse para llegar con sus compañeros, pero a mitad de camino Kal dispara la granada y esta cae junto al hombre de Rafael. Dani cae al suelo, visiblemente herido, con la ropa rasgada y con partes del cuerpo quemadas.

  • Marcelo: ¡Mierda!
  • Lance: ¡Sigue vivo! ¡Ayúdalo!

Marcelo se mueve de su cobertura y, gracias a los disparos de Lance y Rafael, consigue llegar a salvo hasta Dani, tomándolo por los brazos y arrastrándolo hasta un sitio seguro. En ese momento, un Insurgent negro SUV aparece de la nada. Lucio, el conductor, un hombre moreno, de cabello corto negro y ojos marrones, se acerca lo más posible hasta sus compañeros, abriendo la puerta de copiloto y una de las traseras. Lance cubre a Rafael, quien corre hasta subirse al lado de Lucio, mientras que Marcelo también aprovecha para llevar a Dani hasta el vehículo, para luego subirse él también.

  • Rafael: ¡Borowski, rápido!

Lance, ya con todo el grupo a salvo, decide correr hacia el vehículo, subiéndose lo más rápido posible junto a Marcelo y Dani.

  • Rafael: ¡Arranca! ¡Arranca!

El Insurgent acelera y se marcha por donde vino, mientras los pandilleros le disparaban, pero no consiguen hacer nada, ya que este estaba blindado. Frederico observa el lugar y recapacita, mostrándose decepcionado por fallar en su intento de acabar con los hombres de Da Silva. Mientras tanto, en el Insurgent, los sobrevivientes del ataque celebran el exitoso rescate de Rafael, pero Marcelo se preocupa por la situación de Dani, quien apenas consigue estar con vida.

  • Marcelo: Mierda, tenemos que llevarlo a un hospital.
  • Rafael: Sí, tenemos el hospital de Pillbox, allí lo atenderán.
  • Lance: Llévame hasta mi Buffalo, yo lo llevaré.
  • Marcelo: ¿Seguro?
  • Lance: Sí, ustedes dos tienen que verificar que el señor Da Silva esté seguro. Esa era la misión en primer lugar.
  • Lucio: El gringo tiene razón.

La escena cambia a pocos minutos después. La pantalla se divide en dos escenas, mostrando la primera a Lance conduciendo hacia el hospital de Pillbox Hill, con un gravemente herido Dani acostado en el asiento trasero, y la segunda muestra a Lucio conduciendo el Insurgent en el que iban Rafael y Marcelo. Estos dos se plantean el lugar hacia donde irían ahora, debido a que la mansión de Da Silva fue destruida, saqueada y allanada por la policía.

  • Marcelo: ¿Dónde iremos ahora?
  • Rafael: No lo sé, déjame pensar...
  • Marcelo: No creo que podamos permanecer en la ciudad. Debemos reagrupar a nuestros hombres y luego acabar con estos tipos...
  • Rafael: Sí, sí, lo sé... A ver...

El Insurgent se detiene en un semáforo en La Puerta. Allí, Rafael observa un cartel luminoso que notifica la inauguración de The Diamond Casino & Resort. En ese momento, a Rafael se le ocurre una idea.

  • Rafael: ¡Lo tengo, un casino!
  • Lucio: ¿Un casino?
  • Rafael: ¡Sí! ¡Siempre he querido un casino! Ese puto cartel me dio una idea... ¡Nos vamos a Las Venturas!
  • Marcelo: Ya veo... Los casinos de allí cambian de dueño como yo de calcetines.
  • Rafael: Que pésima comparación, Marcelito. Solo piensen, reagruparnos en un lugar donde la Marabunta no llegaría jamás. Armarnos hasta los putos dientes y volvernos más fuertes que ellos. Extinguiríamos toda una facción de Mara de Los Santos.
  • Marcelo: No suena un mal plan.
  • Rafael: Nos vamos ahora mismo. ¡Pisa el acelerador, Lucio!

Así, Lucio avanza a toda velocidad hacia Las Venturas, donde un nuevo negocio esperaría a Rafael. La escena finaliza con el vehículo alejándose cada vez más de la cámara mientras avanza por el camino. La escena regresa con el mensaje de "Dos días después". En una lujosa Suite de hotel de Las Venturas, Rafael sale de darse una ducha y se afeita hasta dejarse el rostro bien suave. En cuanto sale del baño, este ve a Marcelo cortando una llamada con suma rapidez, por lo que se muestra extrañado por esta acción.

  • Rafael: ¿Con quién hablabas, Marcelito?
  • Marcelo: Errr... Con Borowski. Dice que Dani está mejorando y no tiene secuelas, pero la mitad del cuerpo tiene leves quemaduras.
  • Rafael: Diablos, pobre Dani... Hazme acordar que le de una buena recompensa por esto.
  • Marcelo: De acuerdo, jefe.
  • Rafael: ¿Está listo el coche que ordené? Tengo una junta con los dueños del Casino Tiberio.
  • Marcelo: El Banshee que pidió está abajo... Pero... Desde que lo robaron este casino no es lo mismo, ¿seguro que quiere ser el dueño de tal negocio?
  • Rafael: Sí. Un par de millones que recuperaré pronto, no viviremos solamente de las operaciones de un casino... Pero de eso te encargarás tú, amigo mío.
  • Marcelo: ¿Está seguro, señor?
  • Rafael: Utilizaremos ese casino como centro de operaciones... Tengo algunos proyectos para nuestra organización. Pero mientras tanto, tu te encargarás de organizarnos allí... Que la gente se lo pase bien, haznos ganar dinero con esto y te llevarás una gran tajada.
  • Marcelo: De acuerdo, jefe, gracias.
  • Rafael: (Apoya sus manos en los hombros de Marcelo) Gracias a ti, amigo mío. Me has ayudado mucho estos últimos dos años y mereces descansar un poco.
  • Marcelo: Es un placer, Rafael Da Silva.

Marcelo y Rafael se estrechan las manos, mientras que la escena cambia al momento de enfocar a ambos dándose la mano. La siguiente escena se ubica en Little Seoul, precisamente en un bloque de departamentos amarillos en Vespucci Boulevard. Los sobrevivientes de la masacre de los Lost, liderados por Chester, llegan a la entrada principal y este último toca el timbre del tercer piso, y tras poco más de un minuto de espera, se escucha una voz femenina en el altavoz.

  • Voz femenina: ¿Sí?
  • Chester: Melissa... Tenemos que hablar... Soy Chester, estoy con unos hermanos.
  • Melissa: Oh, cielos... Okey, pasen.

La puerta principal es desbloqueada y Chester abre, ingresando con los pocos Lost sobrevivientes. Al llegar al cuarto piso, Chester toca la puerta de Melissa. La mujer, de melena castaña, ojos marrones, delgada y de baja estatura, abre y deja pasar a los motociclistas.

  • Melissa: Disculpen el desorden... Con el trabajo no he tenido tiempo de ordenar.
  • Chester: Melissa... Se acabó...
  • Melissa: Cuéntame, ¿qué pasó?
  • Chester: Todo comenzó con ese puto trato con la droga... Lenny desapareció, creo que Philips lo mató... Después el loco va y destruye nuestro hogar... Se cargó a todos, y Carter se quedó para enfrentarlo y darnos tiempo a huir. Se sacrificó por nosotros...
  • Melissa: Que putada... Pero no todo es malo.
  • Chester: ¿Qué dices?
  • Lenny: Que no estoy desaparecido y Philips no me mató.

De pronto, la voz de Lenny resuena en los oídos de los motociclistas, quienes miran hacia la puerta que lleva a la habitación, viendo a Lenny, recién levantado, frente a ellos.

  • Chester: ¿Lenny? ¿Qué carajos?
  • Georgie: Creíamos que habías muerto, hermano.
  • Lenny: Por poco y estaba muerto... Philips no se aseguró de que me había matado...
  • Chester: ¿Qué pasó en el laboratorio?
  • Lenny: Trevor acabó con todos los hermanos, y no me quedó otra más que usar el lanzagranadas. Destruí el laboratorio y me cargué a su cocinero, pero ese cabrón de mierda sobrevivió y por poco me mata asfixiándome... Después el hijo de puta me roba la motocicleta.
  • Georgie: Que ofensa más grande... Robarle la moto al jefe...
  • Lenny: (Observa a los Lost restantes) Dante, Bern, Cole, Robert, George, Chester y Lenny... Todo lo que queda de los Lost.
  • Cole: Vengaremos a los caídos, hermano.
  • Lenny: Eso haremos... Formularemos un buen plan... Trevor Philips será historia, esto se acabó.

Melissa, quien estaba escuchando toda la plática, decide intervenir.

  • Melissa: Oigan, oigan, oigan... (A los Lost sobrevivientes) Si Carter dio su vida para que puedan tener otra oportunidad, no la desperdicien... (Mira a Lenny) Y tú... Cuando llegaste aquí, más muerto que vivo, me dijiste que se había acabado todo... ¡Dejen de creerse machos y abandonen esto! ¡La hermandad se ha terminado! Valoro mucho el sacrificio de Carter, y la mayoría de los caídos me agradaban, pero ese tipo... Ese monstruo... Es un completo desquiciado. No importa lo mucho que planeen, no tendrán una oportunidad clara, siempre está a un paso adelante, y lo vivimos desde que murió Johnny K. Por una vez en sus vidas, no actúen como si estuvieran en una guerra y olvídense... Sigan adelante, es un regalo que Carter les dio.

Los Lost bajan sus cabezas, pensando en lo que les acababa de decir Melissa. Sin embargo, Lenny, quien recuerda a sus hermanos caídos, y pensando en la heroica muerte de Carter y su deseo de ser vengado, termina por apretar los puños en señal de furia y deja de lado las palabras de Melissa.

  • Lenny: Lo siento, amor... Pero no puedo... No debo... No debemos olvidar a nuestros hermanos.
  • Melissa: Pero...
  • Lenny: Pero nada, debemos vengar a nuestros hermanos. Esto no se termina hasta que Philips haya muerto en mis manos.
  • Georgie: Pero Lenny...
  • Lenny: He dicho: Pero nada... Esto es como lo que ocurrió con Carver y Angus... Intentamos dejar de lado nuestros problemas y los problemas empeoran, no será diferente esta vez... Philips debe morir, y debemos ser nosotros quienes lo maten. Por Johnny, por Terry, por Clay, por Ashley, por Melvin, por Hugh, por Carter... Por todos ellos.
  • Chester: Tiene razón, no podemos dejarlo así sin más. Nos encargaremos de Philips o moriremos en el intento. Eso es lo que nuestros hermanos hubieran querido.

La escena finaliza con los Lost mirándose las caras, sonriendo a la vez que muestran una expresión decidida, su guerra se acabaría con la muerte de Trevor Philips o su extinción, ninguna otra chance. Melissa, por su parte, los mira con un gesto afligido, pensando que Lenny moriría en su cruzada final contra Trevor. La escena ahora tiene lugar en Benny's Original Motor Works. Nate y Dean llegan al taller luego de correr una improvisada carrera, en la que Nate camina victorioso, mientras que Dean, con un rostro amargado, lo sigue detrás. La situación era obra, nuevamente Nate le ganó a uno de sus amigos.

  • Nate: ¡Venga ya! ¡Nathan Woods! ¡El puto amo de la puta ciudad! Tendré que volver a San Fierro, los corredores al menos llegaban a rebasarme alguna vez, Dean...
  • Dean: Ay... Tu estúpida fanfarronería otra vez. Por eso dejó de gustarme correr contra ti.
  • Nate: (Se detiene y mira a Dean con un gesto serio) ¿Qué diablos te pasa a ti? Desde ayer que te veo así de amargado.
  • Dean: No pasa nada, Nate... Solo... Nada
  • Nate: ¿Tu amante y tú han cortado? ¿Su marido descubrió todo?
  • Dean: No, que va... Dijo que su marido se encuentra de viaje de negocios y va a mi apartamento cuando puede... Pero no es eso, hermano. Descuida, estoy bien, en serio.

Nate se queda en silencio, pasando de Dean con un gesto de enojo. Pronto, Nate y Dean ingresan al taller de Benny, donde encuentran a Benny y Jack trabajando en las suspensiones de un Virgo, mientras que Scott los observa y aprende. En cuanto lo ven, Nate llama la atención del nuevo.

  • Nate: Oye, Teddy, ¿qué tal?
  • Scott: Oh, hola, chicos. ¿Qué cuentan?
  • Nate: (Sonriendo) Aquí, haciendo lo de siempre... Ganar.
  • Scott: Genial.
  • Nate: ¿Emocionado por tu primera carrera como miembro de The Crew?
  • Scott: Bastante, amigo. Debo decir que estoy algo nervioso.
  • Nate: Descuida, lo harás bien... Pero no te será tan fácil... No participaremos nosotros, así que te salvaste, pero hablé con Hao, participarán buenos corredores... Danny Robinson, "El Chileno" Suazo, Carl Johnson, Melina Cortéz... Y Jack Hawkins.
  • Jack: ¿Yo qué?
  • Nate: Ah, sí... Te anotamos en la carrera. Ya era hora de que participes, Dean dijo que no corrías hace tiempo.
  • Jack: Pero, pero...
  • Dean: (En tono molesto) ¡Jack, tienes uno de los coches más rápidos de la ciudad! ¡¿Cómo puede ser que nunca ganes una carrera?! ¡Ya es hora de que participes en alguna!
  • Nate: Tampoco para que reacciones así, Dean, cálmate.
  • Dean: Perdón, lo siento, Jackie...
  • Jack: Descuida, tienes razón, amigo. Bien, participaré... Quizás tenga buena suerte.
  • Scott: ¿Y dónde será?
  • Nate: Inicia en Vespucci Beach. Es un circuito hasta El Burro Heights y luego volver. Tienen prohibido tomar la autopista.
  • Scott: ¿Y por qué ustedes no participan? Es raro que no corran...
  • Nate: Tenemos otras cosas que hacer, amigo.
  • Scott: ¿Cómo qué?
  • Mori: ¡Como robar unos autos para el gran Mori Kibbutz!

En ese momento, todos los presentes en el taller giran sus cabezas para ver a Mori ingresar por la puerta. El Kibbutz mayor se adentra en el taller hasta acercarse a los corredores.

  • Mori: ¿Cómo va ese coche, eh, chicos?
  • Scott: Eso no te incumbe, escoria.
  • Mori: ¡Ey! Baja el tono, matón de cuarta, que vengo en paz.
  • Nate: Como dijo el hobbit, mientras tú corres, Dean, Asuka y yo tenemos que hacer un trabajo. Tres coches, algo sencillo, quizás no tengamos problemas.
  • Scott: Genial. ¿Dónde?
  • Dean: Premium Deluxe Motorsport...
  • Nate: Es irónico... Robaré al tipo que alguna vez me dio trabajo. ¿Conoces a Simeon Yetarian, Teddy?
  • Scott: No, no he tenido el... ¿Gusto?
  • Nate: Jeje, es un idiota, pero paga por los trabajos... Me despidió porque me negué a robarle a un amigo.
  • Scott: Ya veo. De acuerdo, esta noche daré mi mejor esfuerzo. Prometo ganar.
  • Nate: Ese es el espíritu, amigo. Mucha suerte. Le he puesto algo a tu coche por si la cosa se complica.

Mientras se desarrolla la conversación, Dean mira los mensajes en su teléfono celular. Uno es de una tal "Señora DS", quien envía una foto de su cuerpo con una lencería erótica con el texto "Mira lo que compré para nuestro próximo encuentro, encanto". Dean pasa de este mensaje, mientras que luego lee el siguiente mensaje, de un número privado, que dice "Ven ahora al sitio que te indiqué, y ven solo". Cuando la conversación acaba, Dean decide marcharse del taller.

  • Dean: Debo irme, chicos, nos veremos luego.
  • Nate: Espera, ¿dónde vas? ¿Quieres que vaya contigo?
  • Dean: Lo siento, pero mi dama no mencionó nada de un trío, hermano. En otra ocasión.
  • Nate: De acuerdo, como quieras, hombre...

Dean se va mientras el resto de los corredores y Mori permanecen en el taller. La escena ahora cambia a Vespucci Beach. Ya es de noche, y Scott se encuentra dentro de su SC1 a la llegada de otros corredores. El primero en llegar es Jack, en su Specter Custom, seguido de un Osiris negro con nacarado azul metálico. Scott se baja de su vehículo y se coloca al lado de la ventanilla del Specter, comenzando a hablar con Jack.

  • Scott: Vaya coche tiene ese tipo, ¿eh?
  • Jack: Sí... Creo que ese tipo es Daniel Robinson, todos le dicen Danny. Participó en los circuitos de San Fierro con Nate, y fue el único que le ganó en uno de ellos.
  • Scott: Vaya, pues ahora lo verás perder contra mi, amigo.
  • Jack: Ya, si tú lo dices...

En ese momento, otros dos vehículos llegan. Un Turismo R rosa llega al lugar, seguido de un T20 blanco.

  • Scott: Puta madre, que bellos vehículos.
  • Jack: Sí, la del Turismo rosa es Melina Cortéz, y el T20 es Carl Johnson.
  • Scott: Cuantos macarritas hay en la ciudad...
  • Jack: Sí, y ninguno ha podido ganar cuando participan Nate o Dean... Siempre relegados a un tercer lugar... Como yo.
  • Scott: Ten un poco de fe, Jackie, si te pones las pilas esta noche quizás y hasta ganes tú.
  • Jack: Sí, ojalá, amigo...

El último coche llega al lugar, se trata de un Feltzer plateado. Scott observa que el conductor del vehículo tenía aspecto latino y una cinta amarilla en la cabeza.

  • Scott: ¿Ese quién es?
  • Jack: Es Enzo "El Chileno" Suazo. Es miembro de Los Vagos, y mano derecha del líder, Ocho.
  • Scott: Espero que no tengamos problemas con ellos. Digo, por lo de los autos, ¿eh?
  • Jack: Descuida, ni siquiera los vieron, jeje.

Con los seis corredores en el lugar, Hao aparece en compañía de dos mujeres con atuendos sugestivos. La escena se adelanta a unos minutos después. Los vehículos se encuentran en la línea de partida, ubicados en dos filas de tres vehículos de cara a Aguja Street. Scott se coloca último en una fila, teniendo al lado el Feltzer del "Chileno", quien lo mira con seriedad, pero Scott pasa de él. Hao se coloca enfrente de los participantes.

  • Hao: Muy bien, competidores, esta carrera será solo de ida hacia Rancho. En los GPS que les hemos dado están los puntos de control marcados en toda la ciudad. Pasen por todos esos puntos y el que llegue primero a la meta en compañía petrolera abandonada, será el ganador.

Dicho esto, Hao se aparta de todos, dejando a una de las mujeres al frente de los vehículos.

  • Mujer: ¡En sus marcas! (Se ve el Specter Custom acelerando) ¡¿Listos?! (Se ve el SC1 acelerando) ¡Fuera!

Los seis vehículos parten de la línea de salida y el Osiris toma rápidamente la ventaja hasta llegar a La Puerta, donde el T20 lo embiste para hacerle perder el equilibrio. Los vehículos siguen derecho por Palomino Avenue, donde el SC1 se mantiene entre los tres primeros, codeándose con el Osiris y el T20 por la primera posición. Jack, por su parte, intenta mantener su velocidad, encontrándose en el quinto puesto seguido del Feltzer. Los vehículos llegan a Little Seoul, girando a la derecha por South Rockford Drive hasta llegar a Lindsay Circus, donde el Osiris le saca la ventaja al T20 y al SC1.

  • Scott: Mierda...

Los vehículos toman rumbo por La Puerta Freeway, donde Scott intenta adelantarse del T20, pero este realiza movimientos para colocarse delante de él y prohibirle el paso, hasta que finalmente Scott se harta y finge que va en una dirección, pero va por el otro lado y con eso consigue ponerse a la par del T20, pero este intenta embestirlo de costado, pero Scott aprovecha esto para acelerar y provocar que Carl Johnson choque contra un poste, quedándose un instante atorado y siendo relegado a la última posición. El Felzer consigue pasar a Jack y se acerca a los primeros puestos, embistiendo fuertemente la parte trasera del SC1.

  • Scott: ¡Diablos! ¡Ey!

El Felzer, lejos de querer colocarse en primera posición, embiste nuevamente el SC1 intentando hacerle perder el equilibrio, pero no lo consigue, debido a que Scott posee un buen manejo para estas situaciones. Finalmente, los vehículos llegan a Pillbox Hill, doblando en Power Street. En cuanto el Osiris, seguido del SC1 y el Felzer, dobla, la escena cambia al Premium Deluxe Motorsport. En un callejón cercano, Nate, Dean y Asuka se bajan de un Stratum modificado que le pertenece a Benny, quien abandona el lugar al instante de que los corredores se bajan de su vehículo. Nate, Dean y Asuka caminan tranquilamente, hasta llegar a la parte trasera del concesionario, donde se acercan a la puerta de servicio cautelosamente. Sin embargo, los tres se sorprenden al ver la puerta trasera abierta, para luego escuchar unos gritos que vienen de dentro. Los tres corredores caminan con sigilosamente por el concesionario, viendo a un sujeto vestido de morado junto a un Jester azul oscuro, un Elegy RH8 rojo y un Comet negro. Dentro de la oficina, otros dos sujetos de morado, que aparentaban ser Ballas, golpean a Simeon. Uno de ellos le toma del cuello y lo sujeta contra la pared y el otro le propina un fuerte golpe en el estómago.

  • Balla 1: ¡¿Así que robando coches a nuestro socio?!
  • Simeon: No sé de qué me hablas, chico, esos coches no son robados...
  • Balla 2: ¿Oíste eso, T-Dog? Este cabrón no quiere soltar prenda.
  • T-Dog: Dale otro golpe, Bounce.

Bounce le propina otro golpe al estómago de Simeon, quien grita de dolor.

  • Simeon: ¡Aagghhh! ¡Te lo digo, no sé quien es Mori Kibbutz!
  • Nate (Escuchando la conversación): ¿Mori Kibbutz? ¿Qué diablos?
  • Bounce: Dí la verdad, déjanos las llaves y nos iremos.
  • Simeon: Puto racista...

Ante la situación, Nate, Dean y Asuka se miran las caras, pensando si intervenir o no, pero Dean lo jala de la camiseta y lo lleva hacia atrás. El trío de corredores decide abandonar el lugar, pero Asuka pisa una llave inglesa en el suelo y se tropieza con ella. Su caída llama la atención del Balla que se encuentra junto a los coches, por lo que al voltearse ve a los tres jóvenes y no duda en apuntarles con su pistola.

  • Balla 3: ¡Quietos! ¡Bounce, T-Dog, vengan aquí!
  • Asuka: Oye, amigo, tranqui... Ya nos íbamos.
  • Balla 3: ¡Dije quietos!

Bounce sale de la oficina de Simeon y ve a su compañero apuntándoles a los corredores. Bounce no duda y saca su Pistola automática 9mm para hacer lo mismo que su compañero y apunta a los corredores.

  • Bounce: ¿Qué hacen aquí?
  • Dean: Yo tengo una pregunta mejor... ¿Qué tienen que ver con Mori Kibbutz?
  • Bounce: ¿Eso qué te importa, niño bonito?
  • Nate: Oye, tranquilo, no hay que ponernos así.
  • Bounce: Ustedes son los embargadores de Yetarian, ¿verdad? ¿Vienen a salvar a su jefe?
  • Nate: ¿Qué? ¡No!
  • Balla 3: Basta de estupideces, acabemos con ellos, Bounce.
  • Bounce: Espera, Little Weasel... Quizás les saquemos algo de info...

Antes de que Bounce termine de hablar, Dean decide sacar su pistola y con suma rapidez ejecuta a Little Weasel de un certero disparo en la cabeza. Bounce ve caer el cuerpo sin vida de su amigo, pero rápidamente se repone y comienza a disparar contra los corredores, quienes se cubren detrás de las paredes, Nate de un lado y Dean y Asuka del otro.

  • Nate: ¿Qué mierda hiciste?
  • Dean: Iban a matarnos, hermano. Eso o algo peor...
  • Nate: (Sacando su pistola) Maldita sea...

Nate comienza a disparar contra Bounce, quien se cubre detrás de una BeeJay XL. A causa de los disparos, T-Dog encierra a Yetarian en su oficina y sale, disparando una escopeta contra los corredores. Asuka también decide sacar su pistola y ayuda a sus amigos en el tiroteo. T-Dog dispara con la escopeta, pero Nate dispara rápidamente a su pierna, haciendo que caiga al suelo y tire su escopeta. Dean aprovecha esto y remata al Balla con un tiro en el rostro.

  • Bounce: ¡T-Dog! ¡No! ¡Me las pagarán, malditos!

Bounce, completamente enfadado, sale de su cobertura y dispara su pistola automática. Dean sale de su cobertura y dispara contra Bounce, pero este le roza el hombro y la sien con dos disparos, causando que se tire al suelo para protegerse.

  • Dean: ¡Estuvo cerca!

Bounce tiene bajo la mira a Dean se prepara para ejecutarlo, pero Asuka es rápida y hiere al Balla con un disparo en la mano, haciendo que este arroje el arma al suelo. Con el Balla desarmado y herido, Nate se acerca a él mientras Asuka ayuda a Dean. Nate golpea al Balla en el rostro y luego le propina una patada en el pecho, arrojándolo contra el escaparate.

  • Nate: Habla ahora, hijo de puta, ¿qué tienes que ver con Mori Kibbutz?
  • Bounce: Ese enano cabrón nos pagó para recuperar los coches que Yetarian le había robado...
  • Nate: Eso estábamos haciendo nosotros...
  • Bounce: Nos dijo que vendrían unos jóvenes que dirían eso mismo, y que debíamos acabar con ellos.
  • Nate: ¡Ese enano de mierda!
  • Bounce: También me puso al tanto de una carrera... Los Vagos van a por uno de tus amigos...
  • Nate: ¡¿Qué?!
  • Bounce: Creo que deberías ir ahora antes de que lo maten...
  • Nate: Oye, déjame llevarte a un hospital...

En medio de la plática, Dean se acerca a Nate y a Bounce, matando a este último de un disparo en la cabeza. Nate se queda atónito por la acción de su viejo amigo, por lo que le mira con los ojos bien abiertos.

  • Nate: ¿Qué has hecho? ¡¿Por qué?!
  • Dean: No te fíes de un Balla... Si lo dejábamos vivir, iba a ir a por nosotros con toda su pandilla.
  • Nate: No estás seguro de eso.
  • Dean: Pero no hay más remedio, ya lo hice, ¿sí? Ahora vamos a los coches, Ted y Jack nos necesitan.

Los tres corredores consiguen abrir las puertas de los coches. Nate sube al Elegy, Dean al Jester y Asuka al Comet, poniéndose en marcha hacia el lugar donde finaliza la carrera. En cuanto los corredores se marchan, se enfoca la puerta de la oficina, la cual Simeon golpea intentando salir.

  • Simeon: ¡Oigan! ¡Mis coches! ¡Hijos de puta!

Mientras esto ocurría, en la carrera, los vehículos se encuentran siguiendo por Capital Boulevard, atravesando La Mesa, y luego doblan a la izquierda en Rancho. Scott se da cuenta que es el tramo final, y el Osiris consiguió sacarle bastante ventaja a los demás vehículos. Debido a esto, Scott pulsa un botón y activa el nitro, adelantándose del Turismo y el T20, quedando solamente por detrás del Osiris de Danny Robinson.

  • Danny: ¿Nitro? Que hijo de puta...

El Osiris y el SC1 doblan a la izquierda en Dutch London Street, acercándose ya a la compañía petrolífera de Los Santos, ubicada en Banning. El SC1, a la par del Osiris, toma el acceso a la zona industrial, rebasándolo por poco. Sin embargo, Scott se sorprende al ver que la última curva era bastante pronunciada, pero pronto recuerda el derrape que había hecho Nate en su primera carrera juntos, por lo que decide hacer lo mismo y utiliza el freno de mano y gira el volante con brusquedad, logrando derrapar de una forma similar a la de Nate, adelantándose completamente del Osiris, quien no consigue derrapar de la misma forma y se queda corto. Finalmente, al final del trayecto, una multitud de personas, entre la cual se encontraban Aiden y Claire, en compañía de Hao y las chicas, ven llegar en primer lugar al SC1 de Scott, seguido del Osiris. Pronto, el Specter Custom de Jack aparece, siendo seguido muy de cerca por el T20 y el Feltzer. Finalmente, el Turismo R es el último en llegar, pero con muy poca diferencia entre los últimos tres puestos. La mayor parte del público celebra la victoria de Scott, quien baja de su vehículo victorioso y camina hasta llegar con Hao, quien le entrega un gran fajo de billetes.

  • Hao: Felicidades, amigo. Seis mil dólares para ti, pero me has hecho perder dinero en las apuestas... La próxima apostaré por ti, mi colega.
  • Scott: Je, gracias, amigo.

Una vez que el dinero es entregado a Scott, este decide volver a su coche, encontrándose con Jack, Claire y Aiden en el camino.

  • Scott: ¡Oigan! ¡Theodore Roberts, ganador de su primer carrera en la ciudad!
  • Claire: Felicidades, Teddy.
  • Jack: Ya te lo decía, amigo. Con Danny Robinson, el resto nos disputaríamos un tercer lugar.
  • Scott: Pero tú saliste tercero, amigo, felicidades.
  • Aiden: Jack tiene el record de tener más cantidad de bronce en la ciudad.
  • Jack: Ja, ja... Que gracioso, idiota.
  • Claire: Entonces... ¿Nos vamos antes de que venga la poli?
  • Scott: Sí, seguro.
  • Aiden: Jack y yo vamos para el mismo lado, nos vemos luego.
  • Scott: ¿No quieren una cerveza? Yo invito.
  • Jack: Mañana hay que trabajar, amigo.
  • Aiden: Y mi chica no quiere que me ausente tanto tiempo. El fin de semana invitas tú, cabrón.
  • Scott: De acuerdo, cuídense. (Mira a Claire) ¿Te llevo a casa?
  • Claire: Te recuerdo que soy la novia de tu nuevo amigo, Teddy.
  • Scott: Descuida, yo también tengo a alguien especial, jeje. Anda, te llevo.
  • Claire: De acuerdo, nos vamos.

Los corredores y las personas en el lugar se disponen a marcharse. En cuanto Scott y Claire se alejan del lugar comienzan a escucharse varias sirenas de policía, pero Scott luce tranquilo, ya que se encuentra lejos de la zona. El SC1 se detiene en un semáforo en Carson Avenue. Mientras esperan a que el semáforo se ponga en verde, Scott ve el Feltzer del Vago en la otra calle.

  • Scott: Ese tío nos está observando.
  • Claire: (Ve el Feltzer) ¿El Chileno?
  • Scott: Sí... No me gusta nada.

El semáforo se pone en verde, y Scott avanza. Sin embargo, el Feltzer acelera y se posiciona justo delante del SC1, haciendo que Scott frene de golpe. Enzo se baja del Feltzer y apunta a Scott y Claire con una pistola.

  • Scott: Oye, ¿qué demonios quieres?
  • Enzo: ¡Tú eres uno de los que le mangó los coches a Ocho!
  • Scott: Qué hijo de puta... ¿Quién les dijo tal mentira?
  • Enzo: El enano que dice que también les robaron sus coches...
  • Claire: Kibbutz... Hijo de puta.
  • Enzo: Ahora dime dónde están esos coches o tú y tu noviecita serán historia.
  • Scott: Me gustaría ayudarte, amigo, pero...

Scott, en un acto veloz, utiliza la palanca de cambios para poner en reversa y pisa el acelerador, marchando el reversa y alejándose de Enzo, quien dispara su arma contra los dos corredores, pero ninguno de sus disparos consigue darle a alguno de los dos, dándole únicamente a la carrocería del coche. Scott maniobra para dar la media vuelta y acelera por donde vino, por lo que Enzo se sube al coche y va tras él. En plena persecución, Scott recibe un llamado de Nate, por lo que Claire atiende.

  • Nate: ¡Teddy! ¡Qué bueno que contestas! ¡Enzo Suazo va a por ti, colega!
  • Claire: Amor, soy Claire, estoy con Ted. ¡Suazo nos está siguiendo!
  • Nate: ¿Claire? ¿Qué hace...? Al diablo, llévenlo a Little Seoul, lejos de su territorio. Los emboscaremos allí.
  • Claire: De acuerdo, te veo allí, bebé.

Claire corta la llamada.

  • Claire: Tenemos que llevarlo a Little Seoul, donde sus amigotes no puedan intervenir. Allí lo emboscaremos con Nate.
  • Scott: De acuerdo.

Así, Scott pone toda marcha hacia el lugar de la emboscada, atravesando Davis hasta volver a Strawberry. El Feltzer se mantiene detrás, y Enzo realiza Drive-By, destrozando una de las luces traseras y realizándole varios orificios a la parte trasera del coche.

  • Scott: Por favor, que no le de al motor...

Enzo continúa disparando su pistola contra el vehículo, y una de las balas impacta en el retrovisor del lado de Scott. Luego, otra bala le revienta un neumático al coche, por lo que Scott hace todo lo posible por no perder el equilibrio. Ya aproximándose a Little Seoul, Scott comienza a perder el control del coche, yéndose para el costado y dejándole fácil el tiro a Enzo. Sin embargo, antes de poder disparar, el Feltzer es embestido violentamente de costado por el Elegy RH8 de Nate. Al presenciar esto, Scott detiene el vehículo y Claire observa por su retrovisor el Jester y el Comet junto al Elegy RH8. En cuanto consiguen estar a salvo, Scott y Claire bajan del coche, encontrándose con Nate, Dean y Asuka.

  • Nate: ¿Están bien?
  • Claire: Sí, ¿y tú? (Toca la frente de Nate, quien se había hecho un ligero corte)
  • Nate: Sí, sí... No es nada.
  • Asuka: Mori Kibbutz... Ese cabrón contrató a los Ballas para que hagan nuestro trabajo y se deshagan de nosotros...
  • Scott: Y les dijo a los Vagos que nosotros robamos los vehículos.
  • Nate: Es un hijo de puta...
  • Dean: ¿Y Aiden y Jack?
  • Scott: Creo que están bien.
  • Nate: Vámonos de aquí, chicos. La policía no tardará en llegar.
  • Scott: ¿Y qué haremos con el Vago?
  • Dean: Ustedes váyanse, yo me haré cargo de él.
  • Nate: ¿Qué vas a hacer?
  • Dean: Me encargaré de que ya no nos moleste, váyanse, tranquilos.

Los miembros de The Crew, lejos de hablarle a Dean, deciden hacerle caso y se van. Nate lleva a Claire en el Elegy RH8, mientras que Asuka se marcha en el Comet y Scott en su SC1. Dean queda solo en la escena y enciende un cigarrillo, mientras ve el coche de Enzo, con este dentro inconsciente, perdiendo la poca gasolina que le queda, a la vez que observa un charco debajo de este. En cuanto hecha dos pitadas, Dean termina por arrojar el cigarrillo al charco de gasolina, provocando un incendio que termina prendiendo fuego el coche. Una vez que hace esto, Dean se sube al Jester y parte al rumbo desconocido. El capitulo finaliza con Enzo despertando en pleno incendio de su coche, encontrándose él también en llamas. El Vago comienza a gritar de desesperación, pero instantes después, el vehículo explota, asesinando de una manera cruel al "Chileno" Suazo.

Capitulo 6: Pez gordo

El capitulo inicia en el Vanilla Unicorn. Trevor Philips se encuentra en el salón, verificando que todo el mundo esté pasándosela bien. Wade también se encuentra allí, y vuelve de un baile privado, encontrándose con Trevor.

  • Wade: Ey, Trevor, ya me hicieron otro baile más... ¿Ahora sí vamos a ver a Floyd?
  • Trevor: Todavía no, Wade, Floyd me ha dicho que quiere que recibas mil bailes más antes de ir a verlo.
  • Wade: ¿Mil? ¿No es demasiado?
  • Trevor: Para nada, amigo mío. (Llama a una striper rubia) ¡Juliet, preciosa! ¿Me harías un favor y le haces otro baile a mi amigo?
  • Juliet: Seguro. (Toma a Wade del brazo) Ven conmigo, encanto.
  • Wade: Okey...

Juliet se lleva a Wade nuevamente a realizarle un baile privado. Trevor vuelve a quedar solo, mirando que todo esté bajo control. No obstante, un sujeto vestido de negro se acerca a él. Este sujeto resulta ser Mori Kibbutz.

  • Mori: ¿Tú eres Trevor?
  • Trevor: Sí, ¿quién demonios eres?
  • Mori: Mi nombre es Mori Kibbutz, y él... (Mira hacia los dos lados) ¿Dónde está ese pálido pito corto?

Mori mira a su alrededor buscando a Brucie, encontrándolo en la pasarela, viendo a una striper bailando en el caño.

  • Mori: Idiota... Como sea. ¿Podemos pasar a tu oficina? Tengo un asuntillo importante que hablar contigo.
  • Trevor: ¿Sobre qué?
  • Mori: (Acercándose a la oreja de Trevor) La heroína...

Al escuchar estas palabras, Trevor decide ir con Mori a la oficina. Allí, Trevor se sienta en el escritorio, mientras que el Kibbutz mayor se sienta en el sofá.

  • Trevor: Baja tus apestosas patas de mi sofá.
  • Mori: (Baja las piernas del sofá) Disculpa...
  • Trevor: ¿Me decías de la heroína?
  • Mori: Mira, Trevor, tengo un negocio entre manos. Me he enterado de que tienes un gran alijo de heroína.
  • Trevor: Sí, sí... Lo sé. He intentado venderlo, pero no tuve mucha suerte.
  • Mori: Pero parece que ahora sí la tienes, ¿eh?
  • Trevor: ¿Cuanto ofreces?
  • Mori: Un millón de dólares.
  • Trevor: Mmm... Se me hace que vale más, pero visto las opciones que tengo... Debo aceptar.
  • Mori: ¡Qué gusto! ¿Y cuándo haríamos la transacción?
  • Trevor: Lleva el dinero, en efectivo, al aeródromo de Sandy Shores. El viernes al mediodía.
  • Mori: De acuerdo, allí estaré.

Mori se marcha de la oficina, dirigiéndose nuevamente a la pasarela para disfrutar de las bailarinas. Por otro lado, Trevor se queda sentado en su silla, mirando perdidamente el techo con una expresión de satisfacción, ya que está a paso de deshacerse de la droga que tantos problemas le habría causado. A los pocos minutos, se ve que Trevor no cambia de posición, y luego a Lamar ingresando a la oficina en compañía de Carl Johnson, el corredor visto en el capitulo anterior. Ambos se encuentran a las risas, pero Trevor no les pone atención.

  • Lamar: Y luego le dije: Negro, más te vale irte de aquí o el chalado del dueño te cogerá delante de toda esta gente.
  • Carl: ¿Y qué hizo el tipo?
  • Lamar: No lo sé, Trevor le dio un golpe, lo arrastró afuera y no volvimos a saber de él. Pudo habérselo comido... Quien sabe. (Ve a Trevor) Oh... Loco, ¿qué onda?
  • Trevor: (Reacciona) ¿Eh? ¡Oh, ey! Hola, Lamar.
  • Lamar: No sabía que habías vuelto a la ciudad.
  • Trevor: Sí, pero solo estoy de paso. Mañana por la mañana me iré de nuevo.
  • Lamar: Oh, okey. ¿Seguiré a cargo por mientras?
  • Trevor: Sí, sí... Seguro, amigo. Quizás te lo deje a ti para siempre.
  • Lamar: (Mostrando emoción) ¡¿De verdad, loquito?! Que gran obsequio de navidad por adelantado, hermano.
  • Trevor: Todo depende del viernes... Oh, por cierto, necesito tu ayuda el viernes.
  • Lamar: Dime, soy todo oídos.
  • Trevor: Tengo un trato con un tipo... Bah... Un enanito intento fallido de hombre, pero paga bien.
  • Lamar: Y supongo que quieres que te acompañe.
  • Trevor: Sí.
  • Lamar: ¿Dónde?
  • Trevor: Sandy Shores.
  • Lamar: Oh... Eh... ¿Viernes? Pues... Tengo algu...
  • Trevor: No seas tan cabrón, amigo. Mira... Hagamos esto, acompáñame y te cederé el negocio.
  • Lamar: Ahora que lo pienso... El viernes no tengo nada importante.
  • Trevor: Genial. (A Carl) ¿Y tú, hermano? ¿Te apuntas?
  • Carl: Pues...
  • Lamar: Oh, cierto, estabas aquí... CJ, él es loco de las historias, Trevor. Trevor, él es CJ, líder de los CGF.
  • Carl: Hola.
  • Trevor: Un placer, colega. ¿Vienes con nosotros?
  • Carl: Pues... Dado tu historial, supongo que no tengo otra opción más que aceptar.
  • Trevor: Me ofendes, CJ... Lamar, ¿qué le contaste sobre mi?
  • Lamar: La verdad, amigo.

Tras esta conversación, Trevor se lanza hacia Lamar y Carl, dándoles un abrazo al mismo tiempo, pero estos dos se miran las caras con obvio gesto de repulsión. La escena cambia a Las Venturas, donde un sonriente Rafael se encuentra en la lujosa suite de su hotel-casino.