Capítulo cuatro: Tommy Vercetti[]
No había pasado mucho tiempo cuando Peter recibió otra llamada, esta vez de Rico, imformandole que ese día era feriado, que Peter no debía abrir el Cafe Robina.
-¡Hola Peter!.
-Hola.
-Hoy es feriado, no abras el café. Pero tengo que quitar a los Sharks del medio, tanto así como a los moteros. Me he enterado de que los Sharks y los moteros quieren unirse y acabar con nosotros. Hoy hacen un trato de Paz (¿existe eso?), creo que detrás de la estación de bomberos, pero no recuerdo, así que busca. Ahí participan todos, mátalos. Te envío algunos cubanos a tu casa, adiós.
-Bueno, adiós.
Lo que le faltaba a Peter, tener que arriesgarse por segunda vez. Pero ésta vez tendría ayuda. Dentro de unos 10 minutos llegaron varios cubanos en Cuban Hermes.
Buscaron en la estación de bomberos, pero nada. En varios lugres les fue imposible encontrarlos. Detrás del Hyman Condo, detrás del Ammu-Nation y detrás de la estación V-Rock.
-Ya se, vamos detrás del Hyman Memorial Stadium, deben estar ahí.
Al rato llegaron, y les dió una sorpresa encontrar un montón de Sharks y de moteros en una reunión. Decidieron alquilar unos botes que habían en la pequeña playa donde se había realizado el trato de armas la anterior vez. Se escondieron detrás de unos pilares y tomaron algunas francotiradoras.
La reunión estaba recién comenzando. Las francotiradoras tenían silenciadores. Peter contó hasta tres, los cubanos apretaron el gatillo y dispararon a los vigilantes. Ninguno de ellos cuenta que no tenían protección, y que si los descubrían se armaría una gorda.
Tomaron otra vez, pero ahora dispararon contra los jefes, Big Shark y Big Mitch, los cuales cayeron con un agujero en la cabeza. Dispararon contra los moteros y Sharks que salían, y luego de esto corrieron con sus Scorpion, exepto uno, que llevaba Lanzamisiles. Los cubanos dispararon a los Moteros que quedaban en el fondo del garage.
Los Sharks empezaron a correr a sus Rancher y escaparon, pero los misiles les dieron, y solo quedó un coche. éste disparó de lejos y los cubanos cayeron, pero quedaron siete y Peter, que por sus reflejos, se había tirado detrás de un motero, que recibió los disparos de sus compañeros. Todos subieron a los Cuban Hermes y los persiguieron.
Manejaba un cubano, y Peter disparaba los misiles. Le quedaban tres misiles.
PUM. Un misil salió y le dio a una palmera.
PUM. El segundo misil salió hacia un edificio
PUM. Y con este le dio al coche que escapaba. La misión estaba completa.
Volvieron a la casa de Rico y le contaron lo sucedido.
-Lo conseguimos, pero murieron seis cubanos.
-¿¡Seis!? Bueno... no sé... No está mal, pero vete a poner la cura que te he dado antes, estás lleno de balas. Toma la pasta.
Peter volvió a su casa, y guardó los $3000 que había ganado. No durmió bien, ya que las heridas eran incómodas. Al día siguiente Umberto había vuelto con las curas en las piernas.
-Chico, eres bueno, gracias por lo que has hecho, pero sé que quieres subir a la cima.
-Gracias.
-Como te decía, si quieres subir a la cima sólo necesitas trabajar para Tommy Vercetti. Hable con él, está encantado con que vayas con él. Toma su dirección en Starfish Island.
Peter encimó camino hacia Starfish Island y encontró la mayor de las mansiones de su vida. Entró y pregunto a un hombre por Tommy, este le respondió diciendo que debía subir por las escaleras de mármol labrado, en el despacho estaría Tommy.
Peter subió y encontro un hombre robusto, mas o menos flaco y de al menos 1,80 cm.. Tenía puesto un esmoquin, a lo que Peter pensó que era más rico que el famoso Salvatore Leone, y se dio cuenta de que era Tommy Vercetti.
-¡Hola! Me envía Umberto.
-¡Ah, claro, eres Rupert, Peter o algo así! -dijo la despreocupada voz de Tomhas-. Si, Umberto me ha hablado de ti. Eres el tipo que necesito para solucionar mis problemas. Sabes que soy rico, yo te llevaré a través de Vice City mostrándote cada detalle que debes saber acerca de la mafia, sus negocios, y la importancia del tráfico de drogas. Pero necesito tu ayuda en casos especiales. Primero te quiero probar, a ver si realmente me sirves. Unos Forelli pasarán dentro de unas horas por el techo de un hotel en Ocean Beach, através de helicoptero, para buscar dinero que los del hotel les deben. El número es 1192, cerca del Hotel Ocean View. Tengo un lanzamisiles guardado en la alacena debajo de la escalera. Tómalo y destruye a los Forelli. Toma la llave de la alacena.
-Lo voy a sorprender Sr. Vercetti -anunció Peter, sorprendido por la intimidante voz de Tomhas.
-Llámame Tommy.
Peter utilizó la llave para abrir la alacena y encontró un baúl que decía "Phil Cassidy" donde había armamento pesado. Peter tomó el lanzamisiles y sus 5 misiles.
Tomó el Infernus Vercetti, el cual estaba tuneado y mejorado. Condujo hasta el hotel y subió al tejado a través del ascensor.
Capítulo cinco: Mansión, Dulce Mansión[]
Esperó un largo rato, hasta que un helicóptero fue abistado a la distancia. Peter se escondió detrás de las plantas. Cuandó el helicóptero se acercó más, Peter se corrió a la izquierda y disparo un misil. Éste no acertó y se fue hacia la nada. El siguiente dio en la hélice, pero el helicoptero descendió hacia la calle, incendiandose. Los Forelli habían saltado rápidamente al techo. Eran muchos pero Peter les dio con su Skorpion a dos cuando saltaban. Le dio en la cabeza a uno, que cayó con brusquedad a la calle que estaba a veinte metros de distancia. Peter iba a dispararle al último, pero este le disparó primero. Peter, en el afán de esquivar otro disparó, tiró al Forelli al vacío. Éste cayó sobre la hélice aún en movimiento del helicóptero, y quedó reducido a un montón de trocitos. Ésto hizo explotar el helicóptero.
Peter se tapó los ojos, le dio una chispa al lado del ojo derecho con la Skorpion. Bruscamente, Peter condució de vuelta a Mansión Vercetti, donde encontró a Tommy, además, en el camino, los ojos se le agravaron.
-¿Los acabaste? -preguntó Tommy cuando lo vió llegar con el ojo un tanto inflamado.
-Si, ahora no tengas problema, ya son historia. Estuvieron a punto de escapar, pero los maté. Tengo un disparo en el brazo izquierdo.
-Sabía que lo harías. Te dejaré vivir en la mansión.
-Pero ya tengo casa, gracias.
-No importa, las dos son tu propiedad. Te he preparado una habitacion en el segundo piso. Si necesitas armas, yo tengo para darte. Ya tienes en tu cama tu ropa de Vercetti. Espero que sea tu talle. También te he dado las llaves de un Infernus Vercetti, uno aparcado delante de la mansión. Tiene la patente "ATG". Espero que pases buena noche.
-Gracias, tu también pasa buena noche.
Esa noche Peter fue a la habitación del fondo del pasillo, donde un sanador le quitó la bala y se la vendó. Recibió una llamada de Umberto Robina.
-¿Cómo te fue?
-Bien, soy parte de la banda.
-¡Lo sabía! Si nos necesitas, los cubanos somos aliados tuyos. Siempre serás bienvenido.
-Gracias. Mándale saludos a Rico y a Alberto. Adiós.
-Adiós.
Ésta historia continúa en Historias:Grand Theft Auto Masters Vice City 3° Parte.