Niko se encuentra con Francis enojado, al sur de Algonquin.
Francis: ¿Es que quieres que nos maten a los dos, puto loco?
Niko: ¿Cómo?
Francis: Te mando a destruir una organización, y sólo te cargas al jefe. Ahora su segundo se ha escondido en un apartamento y quiere hablar con los federales.
Niko: ¿Una organización?
Francis: ¡Maldito idiota! Te pagué para hacer un trabajo de hombre, aficionado. Puto chaval.
Niko: No, no, no. Me mandaste a matar a un tipo. Un tipo que te iba a mandar a la cárcel.
Francis: ¡Gilipolleces! Mira, genio, te voy a decir algo, joder. A ver como le explicas eso al juez. Dile que sólo te mandé a matar a un tipo... que no es culpa tuya. ¿Qué crees que dirá? Quizá te deje en libertad, por no tener cerebro y ser un puto retrasado mental.
Niko: Puede que si. En caulquier caso, estás jodido.
Francis: Uh, uh, espera. Mira. Tienes que hacer esto por mí. Por nosotros. Vamos, idiota. Uno más. Ese tío es pura escoria. No vale nada. Si hay un Dios, y nos ama, querría muerto a ese cabrón. Les vende heroína a los niños.
Niko: El mundo está lleno de mala gente.
Francis: Pero tenemos mucho que perder.
Niko: Yo no tengo nada que perder. Sr. McReary.
Francis: ¿Cuánto?
Niko: Ya conoces mi precio. Cinco. Tú decides. A mí me da igual.
Francis: Serás cabrón. Vale... Ahora el tipo vive en un apartamento en Denver, entre V y W. Está bien atrincherado allí. Te he dejado un fusil en el maletero de una coche en la esquina de Albany con M. Ve allí y llámame.
Niko va al auto con el arma en el maletero y se dirige al edificio indicado.
Niko: He encontrado el sitio.
Francis: Vale, el canalla está escondido en su apartamento. Es el cuarto piso, al este de la calle.
Sube al tejado del edificio de enfrente y pégale un tiro.
Niko: ¿Y si no está junto a la ventana?
Francis: Pues usa tu maldita imaginación para hacer que se acerque a ella. ¡Dios! Llámame cuando hayas terminado.
Niko sube al tejado, dispara a la ventana, al televisor o al teléfono para que el tipo salga a ver a la ventana, Niko le dispara y se va del edificio, llama a Francis.
Niko: Ya me he encargado de él.
Francis: Has hecho lo correcto. Espero que los críos reciban el mensaje y se den cuenta de que hay mejores caminos que tomar.
Niko: No me interesa tu sermón, Sr. McReary. No finjamos que esto es algo más que negocios.
Francis: No es malo admitir que has hecho algo bueno. La comunidad te lo agradece. Esto ha mejorado un uno por ciento. Si cien personas hiciesen lo mismo... sería un cien por cien.